DelMonteVisitaGeneral/1696-05

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“Libro del Espíritu”, del que se habla en la crónica. El difunto Obispo Kada supuestamente marcó a fuego la huella de su mano en un libro en Prievidza

[1696, Mayo]

Día 1 de mayo de 1696 En Podolín. El P. General dedicó la mañana a la Visita personal; la tarde, a expedir varias respuestas. Mientras tanto, el P. Miguel y el Secretario lo dedicaron a la censura de los libros de Economía.

Día 2 de mayo de 1696. En Podolín. No hubo trabajo, como el día anterior, y a algunos clérigos de los nuestros se les asignó la tarea de copiar las Ordenanzas para la Provincia de Polonia.

Día 3 de mayo de 1696. En Podolín. Por la mañana el P. General se dedicó al nombramiento de los Rectores, los Vicerrectores y los Profesores de Polonia. Por la tarde, asistió a una piadosa comedia representada por los estudiantes de nuestras escuelas, dedicada al P. General por los mismos estudiantes, bajo la dirección del P. Basilio [Bednarski] de San Andrés, autor de la obra representada.

Día 4 de mayo, En Podolín. En cama el P. General por un dolor de cabeza y otras indisposiciones, el P. Miguel y el secretario se dedicaron al examinar los registros de la Casa; y los clérigos, a la copia de las Ordenanzas de la Provincia.

Día 5 de mayo de 1696. En Podolín. Después de comer, el P. General visitó las clases, donde fue recibido con muchos y solemnes agasajos. Mientras, dichos Padres se dedicaron al examen de los registros. El P. General completó la Visita personal, y comenzó a recibir a algunos de la Comunidad, según le parecía mejor, después de la visita personal, y a exhortarlos paternalmente en privado. Después de comer, llegó a Podolín el P. Gregorio de San Bernardo, Superior de Brezno, con un coche, para que, según le había pedido con anterioridad el P. General, fuera nuestro guía hacia Hungría, por ser nuestra casa de Brezno la más cercana.

Día 6 de mayo de 1696. En Podolín. El P. General continuó exhortando, paternal y privadamente, a algunos de la Comunidad, según le parecía conveniente después de la visita. Después de la oración vespertina, tuvo, como de costumbre, una plática habitual, a partir de un tema del Evangelio del día: “Yo soy el buen pastor”. Advirtiendo cómo cada uno de nosotros debe ser pastor y oveja.

Día 7 de mayo. En Podolín. Terminaron las amonestaciones privadas de los Religiosos, que fueron anotadas en el Acta de la Visita, y escribió muchas cartas, tanto a Italia como a Germania y Polonia.

Día 8 de mayo de 1696. En Podolín. Como, según la liturgia, era la fiesta de San Estanislao Obispo y Mártir, titular y Patrón de nuestra Iglesia de Podolín, el P. General, antes de la Misa solemne, llevó procesionalmente por nuestro cementerio el Santísimo Sacramento. Después celebró la misa solemne, y, en medio de la Misa, pronunció un panegírico del Santo el Señor Prepósito de Buscowia, Casimiro Relowski, en alemán Relner, Noble de Germania. Volvió el P. Agustín de San Juan Bautista, Rector de Rzeszów, convocado por una carta del P. General.

Día 9 de mayo de 1696. En Podolín. Se expidieron las Patentes siguientes:

P. Agustín [Adamowicz] de San Juan Bautista, Rector de Rzeszów, Visitador General de las Casas no visitadas formalmente por el P. General

P. Miguel [Krausz] de la Visitación, Viceprovincial para Polonia, en ausencia del P. Juan [Mudran], Provincial, quienes viajará formalmente con Nos.

P. Pedro [Niegoszowik] de la Visitación, Rector de Lowicz, para el Rectorado de Varsovia.

P. Pablo [Nagrodski] de Jesús, Vicerrector de Rzeszów, al Rectorado de Göra, y Profesor del 1º año de Teología.

P. Constantino [Ruszel] de Santa Ana, Rector de Chelm.

P. Segismundo [Baronovoski] de San José, Rector de Dabrowica.

P. Casimiro [Strazla] del Seráfico San Francisco, Rector de Nowy Dolsk.

P. Domingo [Zawadski] de Santo Tomás de Aquino, que en Roma había sido nombrado para Göra, a Lowicz, pues a los Juniores de 1º año de Teología ya les dará clase el P. Pablo de Jesús.

P. Jerónimo [Wolski] de los Santos Pedro y Pablo, para el Rectorado de Radom.

P. Felipe [Szaynonzi] de la Santísima Trinidad, para Maestro de novicios de la nueva Casa de Noviciado de Nowy Dolsk, de la Viceprovincia de Lituania.

El P. General dejó una completa instrucción escrita, con disposición para los súbditos, sobre todo los estudiantes, a los Padres susodichos, Viceprovincial y Visitador General. En las Vísperas, tuvo Capítulo de culpas, como de costumbre, y publicó las Ordenanzas para la Casa de Podolín.

Día 10 de mayo de 1696. En Podolín. En la oración matutina, el P. General mandó publicar las Ordenanzas para toda la Provincia de Polonia, a las que añadió un Decreto de Nuestro Venerable Padre Fundador, contra los Clérigos que se procuran dimisorias a las Órdenes. Inmediatamente después, las Patentes del Provincial, del Visitador General y del Rector de Radom.

Después de la Misa, el P. General, con el Secretario, el H. Francisco María y también con el P. Juan, Provincial, elegido por el P. General como acompañante, salió de Podolín tres horas antes de mediodía, a hacer las restantes Visitas ultramontanas , con el susodicho Superior de Brezno, y el P. Rector de Podolín. Acompañaban también el P. General, hasta Buscowia, el Viceprovincial, y el P. Raimundo, Ayudante del Maestro de novicios. Recorrimos hasta dicho pueblo de Buscowia otra media milla, más o menos.

Dicho día, el conocido Rvmo. Sr. Cura, Casimiro Relner, nos recibió a todos con gran cariño a una suntuosa comida. Partimos a pasar la noche a Bela, adonde llegamos después de dos millas, aproximadamente. El P. General fue recibido solemnemente fuera de la ciudad por el P. Domingo [Wroblowski] de la Santa Cruz, Párroco de aquel pueblo luterano a excepción de unos pocos católicos, como pasa en otros pueblos de Hungría, que salió a su encuentro con capa pluvial y Cruz; iban precedidos por niños con estandartes sagrados, y acompañados por los ancianos del lugar y soldados, igual que suelen ser recibidos los Obispos; también entre timbales y disparos de armas de fuego.

Quedamos admirados del recibimiento y amabilidad de los luteranos, que habían acudido a nuestra Iglesia, en la que entró el P. General vestido de sobrepelliz y estola, entre cantos. Después de venerar al Santísimo Sacramento, con el que impartió la bendición, asperjó al pueblo con agua bendita. Desde allí, fue a la escuela, cuyo Prefecto y Preceptor era un anciano seglar católico, con un Ayudante joven, pero con discípulos luteranos. Después fue a nuestra residencia, pequeña, aunque cómoda, en la que solamente está dicho Párroco y un Hermano Operario de los nuestros. Por eso el P. General mandó en las Ordenanzas de la Provincia que debía haber por lo menos tres sacerdotes, bajo la obediencia del Rector de Podolín; para que se puedan dedicar a la conversión de los herejes, que no son muy obstinados; más aún, en muchas cosas se acomodan a los ritos de los católicos.

Día 11 de mayo de 1696. En Bela. Por la mañana, después de decir algunas Misas, el P. General ordenó las cosas que le parecieron bien para aquella Parroquia, que produce para la Casa de Podolín más de mil escudos romanos. El P. Visitador General, Rector de Rzeszów, se volvió a Podolín, adonde el día anterior el P. Viceprovincial, y el P. Raimundo habían vuelto desde Buscowia, después de comer.

Los demás, siguiendo con el P. General el camino durante dos millas, en las que pudimos ver la ciudad libre, llamada Késmárk, en la que vimos, no lejos, un enorme Palacio, en otro tiempo de Tequelio, donde fue educado, junto a la Ciudad del Monte San Jorge, en lengua vulgar Sobota, de Szepes, territorio antes húngaro, pero ya pignorado a la República Polaca, bajo la autoridad del Ilmo. Mariscal Lubomirski, a donde llegamos a la hora de comer. Nos dirigimos después de comer al pueblo llamado Jbam, a donde queríamos llegar por la noche, después de cuatro millas húngaras, cinco, seis o más italianas pues cada una es irregular. Pero, después de recorrer casi tres millas, oímos en el pueblo llamado Vazec, así llamada por el río Vaga, había soldados caraffianos de Jbam, que nos darían toda comodidad de hospedaje, y en dicho pueblo nos quedamos por la noche. Este día hicimos casi todo el camino al pie de los montes Cárpatos, donde las nieves son perpetuas, y los vientos tan vehementes, que a veces arrasan bosques enteros de los montes vecinos.

Día 12 de mayo de 1696. En el camino. Saliendo de mañanita del pueblo de Vazec, después de un breve trayecto de camino vimos en Vicodna una milicia a pie de ganaderos, que iba por Szepes hacia la Hungría superior, contra los turcos, que habían sido vistos en Essech. Al cabo de tres millas, llegamos a la hora de comer a un pueblo de montaña, Bozza; pasamos por montañas auríferas, y feraces en hierbas maravillosas; vimos mineros, que eran todos herejes, y minas. Al llegar la noche, por senderos abruptos de monte, que la gente llama Czertowska-Swadba, esto es, ´bodas diabólicas´, llegamos a Brezno, donde salió a recibir al P. General todo el Senado de la ciudad, todo católico, aunque no hay ni 70 católicos en toda la ciudad, ni otra Iglesia más que nuestra Parroquia. Está prohibida la práctica de los predicadores, por lo que no hay herejes obstinados, y a muchos de éstos los convierte el P. Gregorio de la Santa Cruz, Superior y Párroco de Brezno. Después de muchos arreglos los padres de familia herejes suelen pedirle que eduque a sus hijos en la fe católica, porque los hombres mayores piensan que es deshonroso cambiar de fe.

La fertilidad del Reino húngaro es admirable. Pero por todas partes hay devastación y pobreza, a causa de las frecuentes guerras. En la ladera del monte junto a Brezno, hay muchísimas y fértiles viñas, pues este monte las protege de los rigores de los Cárpatos. Brezno es una ciudad pulcra y muy pequeña, rodeada, en parte por murallas, y en parte por el río, llamado Grano. Cinco días hacen falta para ir desde Brezno a Buda. Al ingresar en ella el P. General, voltearon las campanas y vibraron las trompetas, como hacen a la llegada del Obispo.

Día 13 de mayo de 1696. En Brezno. Toda la mañana la pasamos en nuestra Iglesia Parroquial, única de esta ciudad, donde, después de celebrar la Misa privada, asistimos al sermón y a la Misa solemne, a la que acudieron católicos y acatólicos. Antes de comer, visitamos dos de nuestros huertos, situados en las afueras. Después de la oración vespertina, el P. General pronunció una conferencia. Después de nuestra llegada a Brezno ya había pasado el día 13 de mayo, y, como, al día siguiente era domingo, el P. General tuvo la Conferencia regular con los nuestro de Brezno, sobre la fácil desviación al inicio del camino de perfección de los religiosos, con ocasión del Evangelio del día, San Juan, 16: “Dentro de poco me veréis, y dentro de otro poco no me veréis”; y, al terminar, volvió su atención a la Visita. Por lo cual…

Día 14 de mayo de 1696. En Brezno. Después de terminar la Misa, desde la misma Iglesia se comunicó el inicio de la Visita, con la intimación común del General, como en Göra…

De hecho, el P. General, después de la Misa, empezó la visita de la Iglesia, que es la única, y parroquial, en la ciudad. Luego, encomendó al P. Juan [Mudran] de Jesús María y al Secretario la revisión de las vestiduras sagradas y el examen de los libros económicos; Después de la comida, el P. General visitó la casa y los terrenos, y los utensilios sagrados.

Día 15 de mayo de 1696. En Brezno. El P. General, con los acompañantes y otros, fue a comer, invitado como estaba el día anterior, a casa del Magistrado católico; no quiso invitar a los herejes, que suponen la mitad de la Magistratura. Es digno de ser contado que el juez, de 73 años, fue el primero de los conversos en esta ciudad, pero está bien dispuesto y es jovial con la herejía, como varón responsable.

Es imposible expresar con cuánta veneración y alegría recibieron y trataron al P. General, qué ansiosos se mostraron de la conversión de los herejes, y qué firmes en la fe católica. Al atardecer vino a visitar el P. General el Reverendo Señor Párroco del pueblo de Polunka, el cual, como trabaja en la conversión de los herejes, ya tiene junto a él más católicos (casi trescientos) que herejes. Vino también a visitar al P. General un oficial de su Majestad Imperial, presidente de las minas de hierro, distante a casi media milla húngara de Brezno. Fue comensal, e invitó al P. General para el jueves próximo (esto era un martes), al lugar de su mina.

Día 16 de mayo de 1696. En Brezno. El P. General, después de tener la visita de los que viven en la Casa de Brezno, examinó para las confesiones de los nuestros y de de los seglares al P. Rafael [Lehotkay] de San Juan Bautista, y al Cl. Matías [Ursinus] de San Juan Evangelista, para las sagradas órdenes. Como ambos aprobaron, ordenó que se les entregaran las patentes a uno y otro.

Día 17 de mayo de 1696. En Brezno. El P. General recibió a cada uno de la Comunidad para darles consejos privados, según las Actas de la Visita; y trató con el Superior sobre el sitio en donde se podía realizar la fundación formal. Visitó después la Residencia de pobres, en el suburbio, que se trata de encomendar al cuidado de los nuestros, en la cual hay algunos inválidos.

Día 18 de mayo de 1696. En Brezno. Escuchó también a algunos de la Comunidad, deseosos de hablar más largamente con el P. General. Mientras tanto, el P. Provincial de Polonia y el Secretario continuaron examinando los libros de economía. A las nueve de la mañana, tuvo la Comunión de los Escolares, tal como se había intimado al comienzo de la Visita; fueron pocos, pero la devoción suplió al número. Comulgaron también con ellos algunos piadosos católicos. Después, el P. General se dedicó a tratar y a aclarar cosas sobre las Actas de la Visita.

Después de la oración vespertina, previa una breve conferencia sobre el estado religioso, inspirándose en el tema del Evangelio de la fiesta del día, San Venancio Mártir: “Yo soy la vid verdadera, y vosotros los sarmientos” Jn 15, explicó cómo la Orden es la vid, y nosotros los sarmientos. El P. General tuvo el Capítulo de culpas, como de costumbre, en el cual también publicó Ordenanzas mediante el Secretario. Se le devolvieron al P. Superior los libros de economía. Al P. Rafael de San Juan Bautista, después de haberlo examinado ampliamente, le fue entregada la patente para oír confesiones de los nuestros. Y el Clérigo Matías de San Juan Evangelista fue examinado y aprobado para las dimisorias a las sagradas Órdenes, dirigidas al Obispo de Eger. Terminado lo cual, se puso fin a la Visita.

Día 19 de mayo de 1696. En Brezno. Terminada la Misa, y anticipando la comida, salimos camino de Prievidza, distante de Brezno diez millas húngaras. Acompañábamos al P. General, además del P. Superior de Brezno, Gregorio de la Anunciación, el Señor Prepósito de Połacak, Nicolás Francisco Mitiezki, y el Señor Juez de Brezno, el primer converso a la fe católica de aquella ciudad, que vivía aproximadamente a una milla húngara, y también el Señor Miguel Fabiani, Capitán y fiscal de la misma ciudad, muy recientemente convertido gracias a nuestro trabajo del luteranismo al catolicismo; éste vino a Prievidza en un coche, cuadriyugo también.

Saliendo de todas partes a recibirnos, y a ofrecer sus homenajes, los Párrocos, muy recientemente destinados a los pueblos luteranos. al anochecer llegamos a Lipeza, y fuimos adonde el Señor Vice Archidiácono, Santiago Janczko. Dicho Sr. Janczko, Párroco Prefecto de la ciudad, había salido a más de una milla húngara, con otros quince católicos, todos a caballo; con la mayor cortesía saludó al P. General en el camino, lo acompañó, lo recibió en su casa, y lo atendió.

Lipeza es una gran pueblo, aunque completamente luterano, excepto unos pocos adolescentes, y mujeres y hombres suburbanos; pertenece libremente al Señorío Imperial; tiene una Fortaleza próxima, y está bañada por el río Grano, por el cual, sin necesidad de barcas, bajan continuamente los maderos desde los montes de Banska Bystrica; cerca de él, a causa de las minas de oro, plata y cobre, encienden hornos, lavan los metales y baten las láminas.

Día 20 de mayo de 1696. En el camino. Salimos de Lipeza, y nos ofreció hospitalidad otra vez el Señor Párroco, mediante su acomodado coche cubierto, con el que llegamos a decir la Misa a Banska Bystryca. La ciudad es de derecho imperial e importante; no sólo por el número de habitantes, sino de minas, que proporcionan muchos trabajos, como hemos dicho; está colocada en una planicie, regada por el río Grano. Apenas llegamos al albergue, se presentó el P. Superior de los jesuitas, e invitó a su residencia, con gran cordialidad, al P. General y a sus acompañantes. Fuimos con él mismo a la Iglesia Parroquial, administrada por Padres de la Compañía, como todas las demás iglesias de Banska Bystryca, en cuyo beneficio y provisión imperial están edificando actualmente un Colegio reglamentado.

Celebrada la Misa, fuimos a la residencia de los jesuitas, donde recibimos una comida digna de la hospitalidad de una Orden tan importante. Allí nos enteramos de que los luteranos tenían en Banska Bystryca libre ejercicio, y que había poquísimos católicos, a pesar de que los Padres de la Compañía de Jesús trabajaban allí, como de costumbre, desde hacía unos 70 años. El Señor médico Friczk, católico de Banska Bystryca, quería saludar al P. General, pues en Viena se había enterado de la noticia de su llegada, y quería a toda costa que fuéramos a su casa, pero a causa del largo camino, y tener que superar montañas y montes, en los que no había ningún albergue, no nos demoramos mucho. Así que volvimos a ponernos en camino durante tres millas húngaras a través de continuas malezas, altas arboledas, y montes pensos, sin dejar de caer encima una lluvia fortísima, acompañada de truenos y relámpagos frecuentes, hasta llegar a Kremnica al anochecer. La ciudad está situada entre montañas; el culto público es el de los luteranos; está destinada a acuñar las monedas Imperiales, gracias a la abundancia de agua.

Llegamos todos calados al albergue que nos había preparado el P. Lucas [Moesch] de San Edmundo, Viceprovincial de Hungría, y su compañero. Sin embargo se notaba en ellos la angustia, a causa de los soldados Imperiales que volvían a los campamentos, y habían ocupado todos los lugares durante la noche. Pasamos la noche en un cuarto, porque algunos oficiales imperiales, cuando oyeron que había llegado el P. General, se fueron al albergue por deferencia.

Día 21 de mayo de 1696. En el camino. Celebradas las Misas en casa de los Franciscanos de la estricta observancia, a través de colinas continuas, llegamos a Restodna, una aldea que pertenece a los Palfi; allí comimos, y pudimos llegar a Prievidza antes de anochecer. Salió a recibirnos el P. Provincial de Germania, quien había venido desde Nikolsburg, con el P. Bruno [Cottioher] de San Ignacio, Vicesecretario. A las puertas de la Iglesia nos estaba esperando la Comunidad de Prievidza, como de costumbre. Al entrar en la iglesia el P. General, fue saludado por el P. Valeriano [Berzenvic], Rector, con un discursito, al que el P. General respondió en el acto. Desde allí, respetando las formas, y después de unas breves preces ante el Santísimo Sacramento, cada uno de ellos se retiró a su celda, entre las felicitaciones filiales de los nuestros.

Día 22 de mayo de 1696. En Prievidza. El P. General planeaba su viaje, y por eso mandó poner en la puerta el anuncio acostumbrado, para terminar la visita cuanto antes. Precisaba que aquel mismo domingo distribuiría la Sagrada Eucaristía, de su propia mano, a los nuestros, y a los Escolares al domingo siguiente. Así pues, recitado el salterio de la Santísima Virgen, el P. General tuvo, en el Oratorio, una exhortación acerca de la finalidad y el fruto de la visita. Luego fuimos a hacer la revisión de la Iglesia, de la Biblioteca y de las principales partes de la casa, encomendando la inspección de las restantes oficinas y cosas al P. Provincial de Germania, pensando permanecer dos días más.

Nuestra casa de Prievidza es muy amplia, y ornamentada con dos claustros; tiene muchos aposentos, decorosos y cómodos; es alegre, con su jardín espacioso. Desde ella se contempla una extensa y fértil planicie rodeada de colinas. Tiene una bonita Iglesia, aire salubre, clases cómodas, rica biblioteca, y selectos instrumentos matemáticos.

Día 23 de mayo de 1696. En Prievidza. Por la mañana, el P. Gregorio, Superior, fue a Poreznoba, para volver con el Párroco de Połacak y con el Capitán de Brezno, de quienes se habló en día 19 de este mes. El P. General visitó las celdas del noviciado; y después de comer, las clases, aclamado siempre por muchos alumnos. Los escolares de Retórica representaron en su honor una graciosa escena pastoril. Hoy el P. General ha encomendado a los Padres Provinciales de Germania y Polonia la revisión de los libros de la casa, para que, trabajando el Secretario, al mismo tiempo, en otras cosas a él encomendadas, se termine antes la Visita.

Día 24 de mayo de 1696. En Prievidza. El P. General continuó la visita de los novicios y de los profesos, que la había comenzado el día anterior. Mientras tanto, los Padres Provinciales de Germania y de Polonia se dedicaron a la censura de los libros, que les había sido encomendada; el Secretario, a aligerar otras cosas, para adelantar el proceso de las visitas. Dio una autorización en los términos siguientes:

“Juan Francisco de San Pedro, Prepósito General de los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, Comisario y Delegado de la Sede Apostólica.

Vistos los testimonios favorables de dos Profesores de Aritmética de nuestra Orden, a quienes se les había encomendado la comisión, concedemos en el Señor la autorización, en las condiciones que deberán tener en cuanta, para publicar el opúsculo titulado Aritmética Práctica, del P. Lucas de San Edmundo, nuestro Viceprovincial para Hungría; libro que recomendamos, afirmando que es para mejor facilitar esta materia, no mediocre, y será de gran utilidad para el prójimo.

Dado en Prievidza, el día 24 de mayo de 1696

Juan Francisco, etc.”.

Día 25 de mayo de 1696. En Prievidza. Hoy, viernes, el P. General ha tenido Capítulo de culpas después de la meditación de la noche; durante el día continuó la visita personal.

Día 26 de mayo de 1696. En Prievidza. El P. General ha aprobado por escrito las testimoniales y súplicas para los Religiosos y Escolares, según las fórmulas dictadas por el P. Lucas de San Edmundo, Viceprovincial nuestro para Hungría, con la salvedad de que los nuestros no deben usar otras fórmulas. Además, estuvo ocupado en la visita personal.

Día 27 de mayo de 1696. En Prievidza. El P. General celebró la Misa, entre cantos de nuestros alumnos y Escolares, y distribuyó la Comunión a nuestros y discípulos. Después, fueron transcritas en dos libros de la Casa las Ordenanzas relativas a los Novicios; y dijo que el anhelo máximo de los novicios debe consistir, sobre todo, en su Instrucción en las cosas de la Regla, y en desprenderse del hombre laico. Y, de la misma manera, en los novicios se requiere el continuo ejercicio de sus almas en el cultivo de las virtudes religiosas; y que dediquen, honestamente, algún tiempo a ejercicios corporales diarios, para fundamentar la humildad y conservar la salud. El P. General dio sus Patentes, repetidas, de Provincialato, para Germania y Hungría, al P. José [Bruckner] de Santa Catalina, Provincial de Germania, porque en las Patentes dadas en Roma no se nombraba explícitamente a Hungría. Ayer y hoy, además de otras ocupaciones, amonestó privadamente a los nuestros, según lo que resultaba de la visita.

Día 28 de mayo de 1696. En el camino. El P. General salió con dichos acompañantes; y, además, con el P. Provincial de Germania y Hungría, con el P. Lucas de San Edmundo, Viceprovincial de Hungría, y el P. Edmundo [Eder] de Jesús, Procurador de nuestra casa de Prievidza. Fue un camino de tres días, casi siempre llano. El P. Andrés [Bayer] de la Conversión de San Pablo, Rector de San Jorge, el día 29 de mayo, salió a nuestro encuentro cuatro millas antes, hasta Trnava. Y después de soportar los albergues húngaros, más miserables que los polacos, sobre todo porque habíamos devuelto a la casa de Podolín lo necesario para dormir, finalmente, llegamos. Era el día 30.

Día 30 de mayo de 1696. En camino y en San Jorge. Gracias a Dios llegamos antes de amanecer a nuestra casa de San Jorge aunque un poco calados, porque la noche anterior, y por la mañana, mientras esperábamos en Trnava, cayó enorme cantidad de agua. Entramos por nuestra hermosa iglesia, edificada anteriormente por los herejes, por medio de una multitud de niños, y el saludo del P. Rector al P. General. Después de adorar al Santísimo Sacramento, y recitar, como de costumbre, la ´oración por los que vuelven a casa´, cada uno hizo lo que mejor le pareció. El P. General, en cambio, comenzó a dictar apartados sobre el examen del que después hablaremos acerca de la aparición del alma del Obispo Esteban Gada[Notas 1]; entregando antes, para dicho examen, una carta informativa, bajo precepto, al P. Francisco [Hanácius] de San Wenceslao, a Bratislava, ciudad situada a dos leguas húngaras de San Jorge.



Día 31 de mayo de 1696. En San Jorge. Era la fiesta de la Ascensión del Señor. El P. General mandó fijar la notificación de la Visita General Apostólica, como hacía siempre, diciendo que daría comienzo cuando él lo ordenara. Vino el P. Francisco de San Wenceslao con el H. José [Herdel] de San Gabriel Después que el P. General recibiera al Gran Señor Vice Palatino del Reino de Hungría, bienhechor y cofrade nuestro, que luego estuvo también en la comida, el P. General pasó casi todo el día recibiendo de dichos Padre y Hermano una relación sobre dicha aparición del alma del Obispo Sufragáneo de Esztergom; y tuvo varias conversaciones, sobre esto con los Padres Provinciales de Germania y Polonia; y como dicho P. Francisco le dijo que pediría información al Emmo. Kollovicz, sobreseyó cualquier investigación jurídica.

Notas

  1. Este episodio está ampliamente relatado en la Crónica de la Casa de Prievidza, en Arch. Gen., Hist. Bibl. 23 [N. del T.]