1696EuropaCentral/Gora (1676)

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Gora (1676)

El fundador de Gora fue el Obispo Esteban Wierzbowski, titular de Poznan, quien la ofreció en 1675, y tras ser aceptada por el P. General, se llevó a cabo la fundación en 1676. Se trata de un caso de fundación seguramente único en toda nuestra historia: se hizo a espaldas del P. Provincial. Como dice el historiador P. Chojnacki, “la recibieron los nuestros de Varsovia, haciéndose cargo de permanecer y enseñar allí en nombre de la Provincia, sin que lo supiera el Provincial, pues era opuesto al aumento de nuestra Provincia, y se esforzaba por que disminuyera”. El Provincial en cuestión era el P. Pablo Frankowics, más tarde Asistente General con el P. Pirroni (al que causó no pocos quebraderos de cabeza) en 1677-1683. Su sucesor, el P. Miguel Krausz, no tuvo ninguna dificultad en aceptarla y reconocerla.


Al capital principal de fundación de 30.000 florines polacos se fueron añadiendo otros hasta completar una suma de 46.600, que daban un rédito anual de 3260 florines, una cantidad suficiente para llevar una vida sencilla pero desahogada. El fundador, además del capital, les dejó en 1682 una finca, cuya descripción es la siguiente: “Tiene una casa con habitación y sala por un lado, y en el otro un establo, un granero, un terreno con muchos árboles frutales, y un huerto para coles y hortalizas. El campo que está junto a nuestra casa tiene 6 estadios[Notas 1] de largo, junto al Vístula, y 4 estadios de ancho, y el Vístula impide que se extienda más. En invierno y en primavera se siembra todo tipo de grano, lo que puede representar unos 150 florines. Cada año se puede obtener una cosecha que depende del tiempo, así como diversas limosnas ofrecidas, en pan, comida y cerveza. Hay dos piscinas, de las cuales una tiene pececillos. Hay una tercera en el mismo huerto de la casa, que también tiene peces, pero a veces se seca”.

Al principio los escolapios vivieron en una casa del obispo fundador. En 1685 este mandó construir un edificio sólido, tal como había prometido. Separado del edificio se encontraba la iglesia y una escuela de cuatro aulas “comodísimas”, en las que en 1696 recibían educación 150 alumnos, “principalmente nobles”. Ese año sólo hicieron falta tres maestros, haciéndose cargo de dos niveles educativos cada uno de ellos. Estos eran los miembros que formaban la comunidad:

P. Constantino de Sta. Ana, Rector

P. Ambrosio de la Resurrección del Señor, Padre Espiritual

P. Lorenzo de la Asunción del Señor, Confesor también de los nuestros

P. Damián de la Stma. Trinidad, profesor de retórica y poética, prefecto de las escuelas, confesor también de los nuestros
P. Mariano de S. Alberto, predicador y confesor.
H. Juan de S. María, maestro de sintaxis y gramática, catequista, presidente del oratorio de jóvenes
H. Dionisio de S. Francisco, maestro de ínfima y de leer, presidente del oratorio de pequeños.
H. Elías de S. Alberto, operario.

Algunos detalles sobre la vida doméstica, tomados del Estado de la casa en 1696: “A los criados seglares que trabajan en la casa o cultivando los campos, además de la comida de cada día, se les paga lo siguiente en dinero: al agricultor que está con su esposa en la finca, 200 F. Al fabricante de cerveza y al hortelano, 50 F. Al cochero, 50. Al pastor, 40 F. Al cocinero, 50 F. A la lavandera, que además hace el pan, 24 F. Para la casa y para la finca tenemos 2 pares de caballos. Hay 3 pares de bueyes y 2 vacas”.

Gora es una de las pocas casas polacas que visitó el P. Foci en 1696. Nos complace copiar algunas de las Ordenanzas que les dejó escritas: “Los maestros respeten el horario, y acudan inmediatamente cuando se dé la señal de comenzar, y no abandonen a no ser que lo exija la necesidad las actividades escolares. Promuevan en ellas con empeño según su habilidad y las ocasiones la piedad junto con las letras. No descuiden la oratoria, y comiencen puntualmente su trabajo. No se admita en casa ningún criado o pensionista que no haya cumplido 20 años. No se manden a los escolares tareas domésticas, ni se les haga entrar en casa para ningún servicio privado o público. En casa durante el tiempo del recreo no dure más de una hora, el único tiempo en el que los religiosos pueden conversar entre ellos. Las invitaciones y las bebidas fuera de casa permítanse solamente según las Constituciones y los Decretos Generales. Trátese a los enfermos, impedidos, mayores y huéspedes con toda caridad y amabilidad. Los servidores seglares sea de costumbres honestas, y déseles un óptimo testimonio, por lo que no queremos que ninguno de los nuestros los trate con palabras insultantes, ni que los tengan bajo su protección particular, bajo graves penas, y sólo corresponde al Rector, o a quien él señale, la dirección de las oficinas de la manera que estime más conveniente, según se ha explicado oralmente. Aumente cada año el número de libros de la biblioteca, de tipo piadoso y literario principalmente, y alguno para leer durante la comida. Nadie saque libros de la biblioteca, a no ser en la forma indicada por el Breve de Inocencio XI, y hágase un catálogo con su disposición. Gente experta se encargue de la fábrica de cerveza. Cómprese ropa adecuada para la comunidad. Refórmese inmediatamente el archivo, de modo que en cada página se describa en el título las cosas que pertenecen a cada libro, diciendo los que son del archivo, de la sacristía y de la economía. Haya un portero en la habitación próxima a la puerta. Repárense los tejados de la casa y de la iglesia. Cuando se termine el muro o el seto, el espacio alrededor del colegio se considerará clausura”. Las Ordenanzas de la Visita General, de las que hablaremos más adelante, nos dan una idea bastante clara de cómo era la vida en aquellos colegios, lo que se hacía y lo que se debía hacer.

Notas

  1. El estadio griego era una medida de longitud equivalente a 174 m.