Pietrasanta (IT) Colegio

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Mapa de la demarcación
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Este texto es el original publicado en su día en el DENES. No se ha hecho sobre él ninguna rectificación. Su contenido, pues, puede no reflejar la realidad actual

Datos

Demarcación Toscana

(1819- 1872)

Historia

En 1816, el granduque de Toscana, Francisco III, gran protector de los escolapios, dio disposiciones para que aumentaran las dotaciones estatales a todos los colegios de Escuelas Pías del gran-ducado y propuso otras cuatro fundaciones en Arezzo, San Miniato, Pietrasanta y Figline. Para buscar locales y acomodarlos debidamente en las tres últimas poblaciones dio un plazo de tres años con 200 escudos anuales. Pasado el trienio, tomaron posesión de Pietrasanta los escolapios en 1819. En un principio hubo pocos religiosos, siempre ayudados por maestros seglares. Así en 1827 eran sólo tres los religiosos y las clases eran de filosofía, teología moral, aritmética, gramática, humanidades y retórica. A mediados de siglo había seis religiosos y 226 alumnos. En 1864 los escolapios eran nueve y los alumnos 250. Tal vez entonces llegó el colegio a su máximo esplendor, si añadimos que desde 1856 hasta 1872 fue rector el P. Jeremías Barsottini, que por sus relevantes méritos en la cultura clásica era miembro de diversas academias italianas. Del año 1851 se conserva un reglamento del liceo en el que se describe minuciosamente la organización del centro. Los escolapios eran sólo los directores en el aspecto formativo-didáctico, pero el centro estaba sujeto a un consejo municipal de diez miembros, uno de los cuales era el P. rector, como ocurría en gran parte de los colegios italianos encomendados a los escolapios, particularmente en ese siglo. Las escuelas estaban divididas en tres secciones, a saber: instrucción popular, instrucción clásica e instrucción científica. Tanto en éste, como en otros colegios, las escuelas más numerosas eran siempre las elementales o populares, fieles en esto a la mentalidad del Fundador. En 1872 la parcialidad anticlerical del delegado regio obligó a que los escolapios abandonasen el colegio, reos -como hace notar el P. Ricci- de la grave culpa de educar a los muchachos para creer en Cristo Redentor.

Bibliografía

  • Regestum Provincia, 19, 23
  • Anónimo, Lacrime e fiori alla cara memoria del P. Geremia Barsottini delle Scuole Pie. Pietrasanta, 1884.

Redactor(es)

  • Severino Giner, en 1990, artículo original del DENES I