DelMonteVisitaGeneral/1696-04
[1696, Abril]
Día 8 de abril de 1696. En Podolín. Después de la oración vespertina, el P. General, como era Domingo de Pasión, tuvo con la Comunidad un sermón acerca de la victoria sobre nuestras propias pasiones, mediante la mortificación, en recuerdo de la Pasión del Señor.
Día 9 de abril de 1696. En Podolín[Notas 1].- El P. General, aunque se encontraba aún enfermo, estuvo trabajando, como de costumbre, para que la Visita General y Apostólica comenzara según su deseo. – Al atardecer recibió muchas cartas de diversas partes.
Día 10 de abril de 1696. En Podolín.- El P. General, aunque estaba en cama, a causa de su salud deteriorada por dicho viaje, tuvo Sesión con los Padres Miguel [Krausz], el Rector de Rzeszów, y el Secretario, sobre las cosas que necesitaban arreglo en la Provincia de Polonia. Respondió a varias cartas, y dio obediencia al P. Onofre del Espíritu Santo, de Rzeszów a Cracovia, para hacer lo que fuera necesario, allí o en otro sitio, según la necesidad de la misma casa, permaneciendo hasta nueva orden.
Día 19 de abril de 1696. En Podolín.- Como el P. General estuvo débil de fuerzas durante algunos días, que coincidieron con el tiempo de Pasión y Semana Santa, los Padres tuvieron que salir, como de costumbre, en auxilio de los Párrocos cercanos, para oír las confesiones y predicar los sermones. Además, para no disipar el recogimiento de espíritu, especial en esos Santísimos días, retrasó su Visita hasta Pascua. Mientras tanto, se dedicó a disponer las Ordenanzas para toda la Provincia.
El Viernes de Pasión, tuvo una Comunión general de toda la Comunidad y de los escolares, durante la celebración del Jubileo, a la cual acudieron, en dicha ocasión, otros muchos externos, y también gran multitud de personas de ambos sexos. El domingo de Ramos distribuyó los ramos a la Comunidad (eran de salce silvestre), y hubo una procesión por el cementerio. Tanto el Domingo de Pasión como el Domingo de Ramos dio una conferencia a la Comunidad; la primera, sobre el dominio de las pasiones, en recuerdo de la Pasión del Señor; la otra, sobre el amor del Señor a la obediencia -entre otras virtudes- animándonos a nosotros a aceptarla.- A mí, como Secretario, el mismo P. General me encomendó que enseñara a los Juniores a leer el griego, para recuperar el uso de esta lengua, tan necesaria, y tan abandonada en la Provincia. Se dedicó además a escribir cartas a diversas partes. Y, como en Polonia los carteros sólo se desplazan para servir a la Corte Real, no hay más misivas que para ésta, a no ser que concurran ciertas circunstancias; pero como era tiempo invernal -aun estando en primavera-, por esta razón, de las muchas Postas no hubo ni una que volviera a Podolín. Así las cosas, llegó al P. General una carta del P. Procurador General, diciendo que Nuestro Santísimo Señor, el Papa Inocencio XII, había ordenado que volviera a Roma cuanto antes.
Fue aquella, realmente, una convocatoria oportuna, porque la nueva situación de salud del P. General parecía un obstáculo para reemprender de nuevo el camino hacia Polonia. Por lo cual, a causa de ese mandato, emprendió el camino hacia Hungría.
Mientras tanto, mediante una carta del Ilmo. y Excmo. Sr. Melchor, Abad de Polignac, embajador del Rey de las Galias en Polonia, enviada el día 10 de abril de 1696, por mandato del Rey y de la Reina el P. General era convocado a Varsovia. Pero él respondió que el Sumo Pontífice lo llamaba a Italia, y, por lo tanto, no podía retroceder por el mismo camino, suplicando al mismo embajador Galo le eximiera de la obligación, y diera las gracias, por esta determinación, a los Serenísimos Reyes- Recibió también algunas visitas de oficiales, tanto eclesiásticos como laicos. Así que, cualquiera de los Religiosos de la Comunidad de esta casa le hubiera dicho de buena gana: “O beata solitudo! Beatus ille, qui procul negotiis!”[Notas 2]. Esta es la Síntesis de estos días, en los que se ha omitido la Crónica.
El mismo día, Viernes de la Cena del Señor, el P. General celebró en Podolín la misa solemne, e impartió la Comunión con su propia mano, como de costumbre, no sólo a la Comunidad, sino también a una gran cantidad de seglares. Trasladó luego el Santísimo Sacramento al Oratorio del noviciado, y lavó los pies a algunos, según el Mandato del Señor. Es digno de notar que en Polonia se deja la Iglesia completamente vacía, sin el Sacramento, lo que sucedió también hoy aquí, colocándolo en otro altar, muy adornado de luces, según las rúbricas, sin esperar el tiempo de la sepultura Cristo.
Día 20 de abril de 1696. En Podolín.- Asistimos a los Santos Oficios de la mañana, y a las procesiones y otras funciones acostumbradas del Viernes Santo; después el Santísimo Sacramento del Cuerpo de Cristo fue colocado en el sepulcro, como el día anterior. En aquel acto sonó el órgano, como de costumbre con sonido lúgubre, y se oyeron cantos, trompetas y liras, ocultas dentro del recinto del mismo sepulcro. Y a otros actos propios del este santo tiempo, en los que participaba toda la Comunidad. Asistimos también en la Iglesia, durante la noche, a una disciplina nocturna pública de muchos seglares, cubiertos con sacos, bajo la dirección de orantes; todo al compás del sonido lúgubre, otra vez, del órgano y de los cantos de Pasión. Estaba allí también el P. Casimiro [Caszywanski] de San José, que cantó en polaco la Pasión de Nuestro Señor. Dicha disciplina fue repetida por los mismos en la Iglesia Parroquial. Así que casi toda la noche se pasó entre flagelos, lo que es frecuentísimo en la piedad polaca.
Día 21 de abril de 1696. En Podolín.- El P. General cumplió con todas las ceremonias sagradas del Sábado Santo. En Polonia es costumbre, lo mismo en la Natividad del Señor que en la Pascua, hacer un ingreso procesional con trompetas, tímpanos, órganos, liras, disparos de armas y cantos muy alegres, y rodear la Eucaristía, que el día anterior se había colocado en el altar del sepulcro. Es lo que hicieron solemnemente nuestros Padres de Podolín.
Día 22 de abril de 1696.- El P. General tuvo una Misa solemne cantada, en medio de la cual el P. Casimiro pronunció un sermón en polaco. Por la noche, según la costumbre de la Orden, en la oración vespertina, el P. General recibió la renovación de Votos, precedida de una plática, como es costumbre, inspirada en las palabras: “Verdaderamente ha resucitado el Señor, aleluya”; explicando el arte de resucitar a los espiritualmente muertos.
Día 23 de abril de 1696 En Podolín.- Cayó abundante la nieve, estando la tierra congelada los días anteriores por el hielo diario. En estos dos días festivos, el P. General se dedicó a disponer las Ordenanzas para la Provincia, comenzadas el día anterior.
Día 25 de abril de 1696.- Comenzó la Visita en la Iglesia, como es costumbre. Visitó las celdas de los novicios y de otros profesos, haciendo las debidas advertencias.
Día 26 de abril de 1696 En Podolín.- Después de entregar los libros de la Iglesia, y de la Economía, para que los revisaran, al P. Provincial, al P. Miguel y a mí, el P. General fue a hacer la Visita formal de los novicios, como de costumbre, por la mañana escuchó las opiniones de los Padres, acerca de los novicios; y por la tarde oyó la los mismos novicios, en una precisa manifestación de conciencia, y los encontró constantes en la vocación.
Día 27 de abril de 1696 En Podolín.- Comenzó el P. Provincial con el mismo orden y el mismo rito con el que el día anterior había escuchado a los novicios; y recibió también la manifestación de conciencia de los neoprofesos, empleando las mismas preguntas y orientaciones, respectivamente, para incremento de la deseada perfección. Mientras tanto yo, como Secretario, recogí en un cuaderno las Ordenanzas dispuestas por el P. General, sirviéndome de un amanuense, como se dirá enseguida.
Día 28 de abril de 1696 En Podolín.- Por la mañana, el P. General convocó a algunos novicios y neoprofesos, según le pareció conveniente, en razón de la visita personal, y amonestó paternalmente a cada uno de ellos. En las vísperas, el P. Domingo [Wroblowski] de la Santa Cruz, Prefecto de Bela, llegó, con algunos otros, para renovar los votos, por haber estado ausente en la Pascua, celebrando los oficios fuera, como ayuda Eclesiástica. En la meditación de la noche el P. General tuvo una plática a los nuestros, como de costumbre, sobre las condiciones de la caridad fraterna, igual que hizo Cristo, saludando a los Apóstoles: “Paz con vosotros, y mostrándoles las manos y el costado…”[Notas 3]. De modo que igual que se habla, hay que realizar la caridad de corazón y con las obras.
Día 30 de abril de 1696. En Podolín.- Al terminar la oración matinal, y previa una plática, como de costumbre, el P. General recibió en el Oratorio, ante toda la Comunidad, a algunos de los que -como ya dijimos- hicieron la renovación de votos el día anterior. Escuchó después al P. Domingo [Wroblowski] de la Cruz, Vicario de Bela, y a otros de la Comunidad. Encomendó el examen de las Reglas de la Hermandad de la Visitación a los Padres Provincial, Sebastián [Goralewicz] de Santa Apolonia, y al P. Casimiro [Caszywanski] de San José, para que las estudiaran con seriedad, y vieran si se observan las antiguas, hechas por el P. Juan Domingo [Franchi] de la Cruz, antiguo Provincial, a ver si habían sido cambiadas con algunas añadiduras; pues entre los Cofrades antiguos y modernos hay alguna disensión; los primeros quieran las antiguas, y los segundos las nuevas. Se dieron las Ordenanzas para los novicios y neoprofesos, y se registraron en el libro de Visitas de cada cuatro meses, folio 147, que comienzan: “El año 1696, el mes de abril, con ocasión de la Visita General y Apostólica…” y terminan: “Con las cuales se puso fin a la Visita de los novicios y neoprofesos. En Podolín, a 30 de abril de 1696”. Omitiendo su transcripción literal, lo que corresponde a las cuestiones particulares, como se dice en las directrices.