Caldas de Montbui (ES) Colegio Font
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Contenido
Datos
Demarcación Cataluña
(1909- )
Antecedentes.
Los hermanos Salvador y Rosa Font Boet donaron los bienes que poseían en Caldas de Montbui (Valles occidental) para una institución local. Murió Salvador -exalumno de Santa Ana de Mataró- y Dña. Rosa, aconsejada por el Dr. Jaime Almera Comas, canónigo de la catedral de Barcelona y hermano del escolapio P. Jacinto, donó dichas propiedades para la fundación de un colegio escolapio. En 1907 murió Dña. Rosa; sus herederos de confianza trataron con el P. Provincial, Antonio Mirats, las bases de la fundación y la entrega de bienes. El colegio y comunidad deberían quedar en la llamada «Casa Marqués», con sus huertos y jardín adyacente. La «Casa Marqués», había sido un castillo medieval que controlaba una de las entradas de Caldas; en el siglo XVII perteneció al duque Alejandro de Boumonville, que era en 1683 Virrey de Cataluña, y como tal se convirtió en uno de los principales protectores de la fundación escolapia de Moyá. En el siglo XX la casa estaba en mal estado por varios rayos que habían caído provocando incendios y destrozos; se la conocía por la casa «deis Llamps». Los herederos retardaron la entrega de los bienes y la liquidación hasta 1918, que ocasionó problemas económicos.
Desarrollo histórico.
Los escolapios llegaron a Caldas en el verano de 1909 y, en octubre, abrieron las clases. Como la «Casa Marqués» no tenía espacios amplios para aulas, se alquilaron los bajos de una fábrica abandonada; se la conoció como «La Siberia» por el frío. En la parte poniente de la «Casa Marqués», se edificó un cuerpo de tres plantas para capilla, aulas y ampliación de vivienda. Se inauguró en 1914, abandonando la llamada «Siberia».
La tercera planta se acondicionó en 1959 para ampliar las clases de comercio. El jardín de la familia se convirtió en patio de recreo de los alumnos; huerto y patio sufrieron un recorte al abrirse la calle Font y Boet, que dividió los terrenos. Los escolapios, para levantar la nueva tapia, se vieron obligados a malvender la parte segregada. El 20-7-1936 los religiosos fueron obligados a abandonar el edificio. El alguacil municipal, Jaime Guarch, logró salvar el archivo, trasladándolo al ayuntamiento; y un trapero local compró la ropa de sacristía, guardándola en sacos en su almacén. Ambos bienes se recuperaron gratuitamente en 1939. El edificio no sufrió desperfectos de consideración durante la guerra civil. En enero de 1939 la capilla del colegio fue convertida en templo parroquial por unos meses. Los PP. Eduardo Martí y José Aragonés abrieron las clases en abril de 1939. El P. Guañabens trabajó lo indecible para restaurar la capilla con la ayuda de exalumnos y amigos, lo que consiguió en 1944.
El colegio necesitaba una renovación a fondo, después de más de cincuenta años desde su fundación. Vistos varios proyectos, en febrero de 1969, surgió la idea de edificar un colegio nuevo, en un solar distinto a base de permuta de terrenos. En 1970 se compró el solar, después de superarse infinidad de dificultades y obstáculos, y se iniciaron las obras en 1977. El 17-9-1978 se inaugura el nuevo colegio y da comienzo el curso. El 14-10-1978, nueva y solemne inauguración con la presencia del honorable Presidente de la Generalidad, José Tarradellas. En enero de 1979 se estrenaron las aulas del parvulario en un pabellón separado. Y para pagar las obras se vendió parte del terreno comprado primeramente.
Desarrollo pedagógico.
El P. Juan Baustista Ambrós fue el fundador, primer rector y organizador del colegio; era un buen pedagogo, como muestran sus libros de texto escolar. El centro, cumpliendo las bases de fundación y de la tradición escolapia, se organizó en cuatro aulas: tres de primaria y la cuarta de comercio. En los primeros años se impartieron clases de bachillerato en privado; funcionó una clase nocturna de comercio; y en 1925 se inició una clase de párvulos. Las hermanas carmelitas, en 1956, cerraron el parvulario de niños que tenían y este hecho trajo gran afluencia de pequeños a los escolapios; se pudo crear la clase de párvulos, que fue aumentando, hasta llegar en 1970 a tener cuatro clases graduadas. En 1976 se convierte en centro mixto, a partir del parvulario. La primaria pasó en 1970 a E.G.B., aumentando el número de aulas de cuatro a ocho. Desde 1973 es subvencionado.
En 1956 se reorganiza la enseñanza de comercio, graduándola en tres cursos y con un profesorado especializado. Se inicia la enseñanza de bachillerato en 1962 y consigue la categoría de «Libre Adoptado» en 1967, dependiendo y radicado en las Escuelas Pías. Esta situación se mantiene hasta que la nueva ley de educación de 1970, con la ampliación de la EGB, lo imposibilita; el ayuntamiento acepta responsabilizarse totalmente del centro, pero pide que los escolapios lleven la dirección pedagógica; así se establece en 1973 y duró esta gestión pedagógica cuatro años. Gracias a todo ello, el centro es hoy un Instituto de bachillerato.
Sólo ha contado con alumnos externos y en 1962 comenzó la media pensión. La procedencia social del alumnado ha sido siempre de la clase media, la más abundante en la población; también han acudido muchachos de los pueblos vecinos, principalmente de Sentmenat y del Palau de Plegamans. En las clases se hablaba el catalán por costumbre; en el 1973 se inició la enseñanza del catalán partiendo del parvulario, aunque ya en 1966 se daban clases de catalán. Desde 1969 se empezó una profunda renovación pedagógica, sobre todo en el parvulario.
Una característica del colegio han sido las relaciones amigables entre alumnos y profesores. Algunos escolapios han dejado profunda huella entre sus discípulos, como el P. Domingo Ramón, dibujante y bonachón, amigo de todos, que participó en una exposición local de pintura; el P. Ramón Pujol-Galcerán y el P. Miguel Altisent, que inició la formación litúrgica de los niños y dio conferencias públicas sobre el tema; el H. Miguel Reguant, excelente parvulista; los PP. José M.ª Sanromá, Martí Pujolar, Salvador Vilá, Alberto Galiano y los HH. Pompilio Paré y Antonio Forcada, que dieron su vida en testimonio de lo que habían predicado; el P. José Aragonés, dibujante, profesor de comercio y consejero, que vivió con una extraordinaria humildad.
Datos complementarios.
Algunas actividades sobresalientes que ha contado el colegio han sido los «Turnos eucarísticos», «El Bastoners», la escolanía, los niños cantores, «la Caixa de Música», el minibásquet, etc. En 1949 se fundó la asociación de antiguos alumnos, que tiene continuidad hasta hoy; se han actualizado y ampliado sus actividades como el básquet, que ha estado unido a la asociación; el coro, que ha existido durante años y destacó su primer director, Juan Arangay; la asociación de padres de familia fundada en 1956, que después de unos años de actividad, decayó y, finalmente, se reestructuró en 1969; hoy día sigue floreciente y existe una «escuela de padres».
El cine forum local se inició con la ayuda del colegio y la colaboración de un grupo de profesores del centro.
El pueblo de Caldas ha estado presente en las fiestas escolapias: la primera misa solemne del P. Jerónimo Pujadas, celebrada en la parroquia en el año 1910; los funerales del P. Ambrós en 1922; las fiestas de la canonización de San Pompilio, que coincidieron con las del 25 aniversario de la fundación del colegio; los actos celebrados durante la estancia de las Reliquias de San José de Calasanz en 1948; el cincuenta aniversario de la fundación del colegio, en 1959; la inauguración del nuevo edificio en 1978. En los momentos de dificultad también se han encontrado apoyos incondicionales, como en 1956 cuando la Provincia pensó en cerrar el colegio, etc.
El ayuntamiento ha reconocido la labor escolapia en la localidad, dando el nombre de «Escoles Pies», a la calle donde estuvo el edificio llamado «La Siberia» (1959), y también dando el nombre de calle «P. Poch» (1980) a la que da acceso al nuevo edificio del colegio Font.
Tienen carta de hermandad de la Orden escolapia las siguientes personas: Francisco de Paula Torras Sayol, por su ayuda durante los primeros años de la fundación; Salvador Codina, Ramón Sans y José Ferrer por las atenciones que han tenido con los escolapios durante el período 1936-1939.
Desde 1972 la comunidad vive en un piso, independiente del lugar de trabajo.
Superiores
Bibliografía
- Manich, R.: Monografía del Colegio Font de las Escuelas Pías (1909-1948), Libro de Oro, p. 137-138, Florensa, J.: Un capítulo de la historia escolapia de Caldes de Montbui, en AnC 32 (1974) 135-200, Eph (1932), 90; (1935), 83; (1955), 126
- Fondo. P. Poch del Archivo Provincial: 4) 172-188, 337, 387 y 486, 6) 7, 65, 66. Florensa, J.: «Colegio Font de las Escuelas Pías».
Redactor(es)
- Juan Florensa, en 1990, artículo original del DENES I