LituaniaMateriales/Lubieszow1744
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El Príncipe Miguel Servacio Wisniowiezki, fundador nuestro, falleció el 18 de septiembre de sus posesiones de Merecz, donde había terminado sus días el Rey Ladislao IV de Polonia, como consta en estos versos: El túmulo del Rey y del Príncipe están en el mismo Merecz: después de Ladislao, falleció de muerte Korybut”.
Como el cuerpo del fundador Wisniowiezki fue traído a Lubieszow, nuestro colegio le ofreció un último obsequio, y todos los Padres y los alumnos en procesión lo acompañaron hasta Lubieszow; uno de los nuestros dijo una oración fúnebre ante la iglesia de los uniatas, y otro en el palacio, donde fue depositado el cuerpo, donde al día siguiente celebramos también las exequias con un sermón.
Después de mediodía se volvió a conducir el cuerpo en el mismo orden en que había sido conducido antes. Antes de ser sacado del palacio, uno de los nuestros le dijo un último adiós; después hubo de nuevo un discurso delante de la iglesia de los uniatas, próxima a la nuestra, y después continuó el camino.
El entierro del Príncipe se llevó a cabo con gran aparato ante el Obispo y los grandes príncipes y senadores de Polonia y Lituania el 8 de octubre. El primer día celebró la misa pontifical de difuntos el Ilmo. Sr. Zaduski, obispo de Chelm, una vez terminada la cual el Refrendario del Reino Zaduski habló de manera poderosa y elegante durante tres horas enteras. El día segundo celebró la misa el Ilmo. Debovski, Obispo de Kamyanets; dijo el sermón el P. Biejkowski, jesuita, Rector del colegio de Lutsk. El tercer día, el Obispo Kobielski, de Lutsk-Brest. El cuarto y último día celebró el Refrendario del Reino Zaduski, y dijo el sermón el P. Kanty, Definidor de los Carmelitas de la Provincia de Lituania, sobre el tema “Tu luna no desaparecerá, porque el Señor será para ti una luz eterna y se habrán cumplido los días de tu duelo” (Is 60, 20). Estaban presentes nuestros Padres de Dabrowica y Lubieszow, y uno de Lubieszow le dedicó un panegírico. La iglesia de los Carmelitas estaba espléndidamente adornada. En la capilla en que celebraban los nuestros había la siguiente inscripción: “Felices los pobres (Lc 6, 20) de su Madre (Gen 28, 5), cuya piedad no se agotó (Eclo 44). El último Duque de Wisniowic, Miguel Servacio Korybut, quien sentía un gran afecto por los Padres Piadosos, a los cuales, además de construirles un templo desde los cimientos en Lubieszow con su generosa diestra, en Dabrowica, como muestra de sólida piedad, concedió beneficios al colegio, que se leen escritos con indeleble tinta roja, y además otros en Zelernica para educar a músicos pobres, para que canten de manera sonora con agradecimiento. Exhaló el Príncipe el último aliento con el alma dispuesta para ir al cielo en la virtud por los Padres Píos, y subió a lo alto. Oh, ciertamente felices los pobres de su Madre, pues su piedad no se agotó; el Fundador se esforzó hasta el final”.
Este año Benedicto XIV concedió indulgencia plenaria a la Cofradía de la Virgen María Clementísima (Lashawy).