General36/Nuevas fundaciones

De WikiPía
Revisión a fecha de 15:02 21 may 2022; Ricardo.cerveron (Discusión | contribuciones)

(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Saltar a: navegación, buscar

Grandes proyectos de la Orden
Tema anterior

General36/Nuevas fundaciones
Índice

Otros temas
Siguiente tema


Nuevas fundaciones

Vamos a presentar el proceso (o el intento) de fundaciones durante este tercer mandato del P. Tomek, para entender el espíritu que reinaban en aquel tiempo. Nos extenderemos más con unas que con otras, según su interés.

Fort Lauderdale

Como escribíamos más arriba, cuando Fidel Castro se incautó de las Escuelas Pías de Cuba y expulsó a los religiosos, quince escolapios se refugiaron en Miami, Florida. Acompañaban a los muchos miles de cubanos que habían partido hacia el destierro. Hasta finales de agosto de 1961 ocho de ellos se dedicaron a enseñar a los niños cubanos exiliados[Notas 1], bajo la cobertura de la “Catholic Charities” o Cáritas. Desde 1960 a 1962 unos 14.000 niños cubanos fueron enviados por sus padres a los Estados Unidos, en lo que se conoció como “Operación Peter Pan” (Pedro Pan para los cubanos), para evitar que fueran indoctrinados por el régimen comunista de Fidel Castro. En Miami, Mons. Bryan O. Walsh coordinó la acogida, educación y distribución en familias americanas de todos esos niños. Algunos de los escolapios trabajan por un tiempo en un campo de niños refugiados; otros, en parroquias donde hay muchos refugiados cubanos (los sacerdotes nativos normalmente no hablaban español).

El obispo de Miami, Coleman Carroll, ofreció entonces a los escolapios de Buffalo un colegio diocesano que se estaba construyendo en Fort Lauderdale. El P. Bátori envió a los PP. Chester Naumowicz y Henry Mirowski a Miami, a entrevistarse con el obispo. La entrevista fue satisfactoria para ambas partes. Ambos hablaban bien español, y pudieron conversar también con los escolapios venidos de Cuba. Como los padres llegados de Cuba aún no hablaban bien inglés, el P. Henry Mirowski fue nombrado director de la escuela de los chicos y superior de la comunidad. Junto a él formaron la primera comunidad los PP. Juan Feliú y Agustín Artero de Cataluña-Cuba, y Alessandro Fiori, de la provincia romana. Luego llegarían otros padres de Cataluña, como Jorge Gaza, Víctor Forteza, Francisco Boronat, Amador Martínez y Francisco Palá. También el P. Mario Vizcaíno pertenecía a Cataluña cuando llegó en 1964, pero pronto se incardinaría a la viceprovincia de Estados Unidos. De Castilla vendrían Benjamín Cobos, Óscar Alonso y Rafael Fernández. El resto de escolapios que, como profesores o con otros cometidos, han pasado por Fort Lauderdale hasta completar el número de 31, pertenecían a la demarcación de Estados Unidos. La comunidad ha variado en el número de sus componentes, desde un mínimo de 4 religiosos hasta un máximo de 8, en los cursos 1964-68 (cuando la escuela completó los 4 cursos de secundaria).

La escuela estaba aún en obras cuando las clases comenzaron el 5 de septiembre de 1961. Una comunidad de religiosas, dirigida por la Hermana Marie Corradine, se hizo cargo de las chicas, mientras los escolapios (que llegaron unos días más tarde) se hacían cargo de los muchachos. Un sacerdote diocesano, el P. Dennehy, era el director general de la obra. Los 170 chicos y chicas que comenzaron sus estudios allí integraban los dos primeros cursos de Secundaria. Eran alumnos que provenían en su mayor parte de parroquias católicas de los alrededores. La escolaridad era de 15 dólares al mes, pero con la intención de que “ningún alumno se quedara fuera de la escuela por no poder pagar”. Un costo bastante inferior al de las escuelas de Buffalo o Devon, que gestionaban por aquellas fechas los escolapios del norte.

Los primeros meses de clase fueron realmente duros. Las obras seguían mientras los alumnos estaban en clase. No existían paredes separando las clases, faltaba mobiliario, material escolar, organización... Con la buena voluntad de las religiosas y los religiosos y el apoyo del obispo las cosas se fueron arreglando y todo el cuerpo escolar fue experimentando satisfacción tras satisfacción a medida que nuevos niveles de confort se iban alcanzando.

La situación de esta comunidad también era un tanto incómoda. La mayor parte de los religiosos pertenecían a la provincia de Cataluña, pero Cataluña no tenía ningún plan con respecto a ellos. El P. Tomek consulta con el P. Trenchs, Provincial de Cataluña, quien le responde que la provincia no puede hacerse cargo de aquella fundación, entre otras cosas porque los escolapios catalanes que han ido a Miami no hablan inglés aún.[Notas 2] Algunos de estos padres son enviados a Devon a estudiar la lengua. Además, en aquellas fechas muchos cubanos pensaban que la situación de Cuba era provisional y que “irían a pasar Navidad a Cuba”. De haber sido así, probablemente todos los padres catalanes que trabajaban en Fort Lauderdale habrían regresado a Cuba. La viceprovincia del norte también tenía sus dificultades con el personal y no podía enviar más gente a Florida. Cuando el P. Mirowski regresó a Derby en 1965, fue enviado el P. Naumowicz para sustituirle, pero eso fue todo. En California, mientras tanto, procuraban consolidar sus dos comunidades y no tenían posibilidad de enviar religiosos hacia el este. Más bien deseaban que algunos de allí fueran a reforzar las casas de los Ángeles. Así que el P. Tomek decidió poner la comunidad bajo su directa jurisdicción.

La relación entre los mismos escolapios no es fácil. El P. Fiori escribe a finales de 1963 al P. Tomek que hay tensión en la comunidad[Notas 3]. Se trabaja bien, pero los catalanes no están con Mirowski. Es muy débil, no hace nada por crear ambiente. Ha enviado sin consultar 800 $ para pagar el viaje a dos polacos ya mayores que vendrán aquí, sin hablar inglés… Haría falta una visita, del rector de Devon o de Irányi. El P. Tomek agradece su información, y le pide que haga el papel de conciliador entre ellos.

Una preocupación de los escolapios de Fort Lauderdale era conseguir un contrato con la diócesis. El P. Tomek dice que la cosa no es urgente; pensarán en el contrato más adelante, cuando tengan experiencia. Otra preocupación era conseguir el permiso para constituir una comunidad religiosa, que tardó más tiempo en llegar, pues para la diócesis era más interesante tratar con individuos aislados que con una comunidad reconocida como tal. Pero llegó también la erección canónica, el 31 de mayo de 1962. El último deseo de los escolapios nunca fue conseguido: aspiraban a que el obispo les confiara una parroquia, como fuente de ingresos.

Precisamente la existencia de esta comunidad con su status especial, fue una de las razones para que el P. General Tomek decidiera, poco antes del fin de su generalato, constituir la Delegación General de Estados Unidos, de la que hemos hablado más arriba.

Como dijimos antes, muchos exalumnos emigrados cubanos escriben al P. General para que el P. Modesto Galofré sea enviado a los Estados Unidos para atenderles. Y él está deseando ir, en parte porque no le gustan las innovaciones de su provincia (había sido nombrado rector del colegio de Sarriá), y en parte porque el clima frío de España le sentaba mal a su salud. Y, efectivamente, en los primeros meses de 1965. El 6 de abril escribe al P. Tomek[Notas 4]. Le cuenta que está en la parroquia de S. Juan Bosco de Miami, donde hay 15000 cubanos. Está organizando los exalumnos de Miami y Nueva York. Aunque jurídicamente pertenece a la comunidad de Fort Lauderdale, tiene permiso para moverse libremente entre varias ciudades del país donde los cubanos son más numerosos. A partir de entonces informa regularmente al P. Tomek sobre sus actividades. El 10 de mayo escribe una circular de la “Federación escolapia de Cuba en el exilio”. A los exalumnos. Invita a la Misa Escolapia. (Más de 150 los registrados en Miami)[Notas 5]. El 23 de mayo se reúne en Miami la familia escolapia en el exilio. Son más de 700. Luego irá a hacer lo mismo a Nueva York[Notas 6]. Informa el 27 de agosto que en Nueva York ha celebrado la fiesta de Calasanz con 40 exalumnos[Notas 7].

El Intento de Fundación en Nueva Orleáns

Ya hemos visto cómo el P. Tomek tenía un gran interés por la presencia de los escolapios en Estados Unidos. Apoyó todos los intentos de fundación y buscó voluntarios para que fueran a apoyar las fundaciones existentes, especialmente las del nordeste. También su Asistente y sucesor P. Laureano Suárez tenía una inclinación hacia los Estados Unidos. Por iniciativa del P. General o de su Asistente, el P. Agustín Turiel entró en contacto con el arzobispo de Nueva Orleans, John P. Cody (1962-65). Este prometió que ofrecería a los escolapios una fundación en su ciudad. En carta al P. General de fecha 3 de mayo de 1962, el P. Provincial de Castilla, Agustín Turiel, le dice que el arzobispo preparará alojamiento para cuatro padres. Los acogerán en diversas parroquias, para que aprendan inglés. Hay dos universidades para que los nuestros estudien para obtener título de enseñanza[Notas 8]. Le dice que parece que algunos religiosos tienen prejuicio en Castilla contra los Estados Unidos por ser un país “capitalista”. El P. Tomek defiende el país como parte del Reino de Dios. Debemos trabajar allí, es donde mejor está organizada la vida católica[Notas 9]. Pero el argumento tiene cierto peso, y quizás será decisivo en el fracaso del intento de fundación.

Cuando llegó la oferta del Arzobispo Cody, había ya dos religiosos castellanos en Estados Unidos: el P. Benjamín Cobos, que en 1961 había llegado a Buffalo y estaba dando clases en el colegio Calasanz (de 1964 a 1968 trabajaría en Fort Lauderdale), y el P. Alberto Fernández, que también había llegado en 1961 a Devon, y en 1963 se encontraba en Washington como ayudante del maestro de juniores. Con ellos contaría seguramente el P. Turiel para la futura fundación, pero necesitaba más gente. En junio de 1963 habló con el P. Rafael Fernández, que ya había estado doce años en Colombia, para constituirlo como cabeza del equipo que iba a enviar. El P. Rafael tenía 40 años de edad, era una persona madura. Junto a él partieron los padres Fernando Torija (29), Fermín Abella (34) y Antonio Román (28). Llegaron a la capital de la Luisiana el 16 de agosto de 1963. Fueron espléndidamente acogidos en el seminario, y unos días después distribuidos en cuatro parroquias. Dedicaron unos meses a estudiar inglés y luego se matricularon en Tulane University para obtener un título que les permitiera dar clases en Secundaria. El arzobispo les dijo que cuando hubiera un grupo de 6 o 7 escolapios con titulación, les encomendaría una escuela secundaria diocesana, como las que ya tenían los escolapios en California y en Florida. Y se pusieron a estudiar con interés. Pero eran demasiado jóvenes, o no tuvieron el acompañamiento necesario, y después de un año el P. Torija expresó su deseo de irse. No veía sentido a perder dos o tres años estudiando. Había otra cuestión de fondo: querían trabajar con niños pobres, y se daban cuenta de que se estaban preparando para trabajar con niños ricos en un país rico. Fue destinado a Devon, pero su insatisfacción era la misma que en Nueva Orleans, con el problema añadido de la dificultad en el lenguaje, así que a los pocos meses pidió ser enviado a Colombia y allí fue enviado. Pocos meses después el P. Abella siguió su ejemplo, por las mismas razones: fue a Devon, y luego a Colombia. Con el proyecto fracasado, los otros dos se retiraron igualmente. El P. Román a Devon (1965-68), donde obtuvo una cátedra de español en la Universidad Villanova y luego dejó la Orden. El P. Rafael Fernández pasó a Fort Lauderdale y estuvo allí hasta 1969. Luego regresó a su provincia.

El P. Alberto Fernández, uno de los estudiantes en Nueva Orleáns, nombrado rector de la incipiente comunidad, escribe al P. Tomek el 9 de marzo de 1965[Notas 10]. Le dice que el arzobispo habló de confiarles un colegio que se va a construir. Propone aceptar el colegio temporalmente; en caso contrario nunca será nuestro (como el de Los Ángeles o el de Fort Lauderdale). El arzobispo les paga los estudios porque espera que sirvamos luego como profesores suyos. Si queremos tener un colegio propio, hay que empezar de nuevo. De momento no conviene que hagamos vida de comunidad, pues esto aumentaría los gastos y disminuiría los ingresos; mejor cada uno en su parroquia. Nos vemos a menudo, dice.

En 1966 el P. Turiel envió otros tres juniores a formarse en Estados Unidos, quizás con la idea de intentar la fundación americana por segunda vez, quizás con el simple deseo de enviar los refuerzos que el P. Tomek andaba buscando para la viceprovincia: Óscar Alonso (que después de ordenarse siguió en la provincia), Eladio Sáinz, que después de ordenarse estuvo un tiempo trabajando en California y luego dejó la Orden, y Paulino López, que estuvo un curso en Washington, se ordenó sacerdote, trabajó en Buffalo y Los Ángeles y luego también dejó la Orden.

El proyecto fracasó por poco. Si los cuatro hubieran terminado sus estudios y se hubieran unido los otros dos escolapios que ya estaban enseñando, el arzobispo (o su sucesor, porque Mons. Cody fue trasladado en 1965 a Chicago, desde donde siguió invitando a los escolapios a ir a su diócesis), les habría confiado el colegio de secundaria. Pero los escolapios castellanos no se veían forzados, como los húngaros y polacos en Estados Unidos, a “triunfar o morir”, al tener una retirada posible.

Tokio

Tras la vivita canónica a Japón por parte del P. Laureano Suárez (aprovechando su viaje a Estados Unidos) en 1965, y a la vista de que cada vez era más difícil enviar misioneros de Vasconia, se indicó al P. Feliciano López que deberían abrir una casa de formación, y tratar de captar vocaciones nativas. El 24 de diciembre de 1965 el P. Feliciano escribe al P. General diciendo que han encontrado una casa en Tokio, que habían vacado unas religiosas, por 34 millones de yenes, un precio considerable[Notas 11]. El arzobispo de Tokio da permiso para abrir una comunidad. Discutirá con los dos rectores, a ver si pueden comprarlo. El P. Tomek responde el 21 de enero de 1966 diciendo que aprueban la compra, previa aprobación de la Congregación Provincial de Vasconia, y la Caja de la Orden les presta 11.000 $, y pedirán a la Santa Sede permiso para que puedan pedir un préstamo para completar el precio de compra. Mientras llegan las vocaciones, dice el P. Feliciano, admitirán universitarios a pensión. Como mucho, 16, con el P. Velasco.

El 31 de mayo de 1966 el P. General decreta, tras obtener los permisos necesarios, la erección de la casa de Tokio, como noviciado[Notas 12]. El P. Jesús Lacarra es enviado a Tokio, como procurador de vocaciones[Notas 13]. Se percibe, pues, un esfuerzo por la promoción vocacional en Japón, aunque sus frutos serán nulos, hasta la fecha.

Saint Papoul

El P. Tomek tenía un gran interés, compartido por la provincia de Cataluña, por establecer una fundación en Francia. Tras el fiasco de Narbona (1951-56) las esperanzas se centraron en Saint Papoul, en la misma diócesis de Carcasonne. El hombre que se esfuerza por muchos años en sacar adelante la fundación es el P. Darío Rumeu. Tiene que luchar contra muchas dificultades: un antiguo caserón en un pueblo pequeño, unas ayudas estatales poco seguras por ocuparse de muchachos especiales, aislamiento con respecto a la provincia… El P. Tomek escribe al P. Rumeu, cuando este le pide ayuda, que siempre han visto tres problemas en Saint Papoul: el económico, el jurídico y el de personal. Los dos primeros no son tan graves; intenta ayudar, con poco éxito, a resolver el tercero.

El 6 de octubre el P. Provincial Trenchs escribe al P. Tomek diciendo que en St. Papoul van mal las cosas[Notas 14]. Hay que abandonarlo: no se ha hecho antes porque el P. General quería mantener una presencia en Francia. El P. Tomek le responde que no es deseable que abandonemos Francia. Esperemos que venga el hombre providencial que encuentre una fundación mejor.[Notas 15]

El P. Rumeu escribe con frecuencia al P. General, proponiendo todo tipo de planes para salvar la fundación, desde acoger un grupo de postulantes españoles hasta poner una granja de pollos con fines lucrativos, pasando por establecer un pequeño juniorato, desde donde los jóvenes irían a estudiar al seminario de Toulouse. El P. General le escribe el 19 de julio de 1965 que ha pensado la posibilidad de poner la casa bajo el P. General. Pero para que la casa sobreviva hace falta que renuncie él a la administración económica, y la deje por completo en manos del ecónomo. Si no, cuando termine mi generalato en 1967, esa casa desaparecerá.[Notas 16]

En 1966 las cosas se complican, como escribe el P. Provincial Llenas al P. Tomek[Notas 17]. Robos de los muchachos, inmoralidades… Amenazan con cerrarles la casa. Incapacidad del P. Darío para dirigir la casa. Este vuelve a la provincia en 1966, y se hace un último esfuerzo con otros dos escolapios para mantenerla, cosa que logran hasta 1976 en que la casa se abandona definitivamente.

La Coruña

El proyecto tal vez más ambicioso durante este periodo por parte de la provincia de Castilla fue el Colegio de La Coruña. Que es una gran realidad, aunque sin llegar a completar el proyecto original, por falta de medios económicos.

Los escolapios de Castilla querían extender su presencia en Galicia en los años 50 del pasado siglo, pues, tras cerrar la casa de Celanova solo quedaba en la región la de Monforte de Lemos. El P. Provincial Agustín Turiel encargó al P. Esteban Morillo, rector de Monforte, que buscara las mejores oportunidades para abrir un nuevo colegio, y él encontró la mejor opción en La Coruña, como indica en la carta que transcribimos, escrita por el P. Morillo al P. Tomek el 27 de septiembre de 1974[Notas 18]:

“Amadísimo P. en el Señor:

Cum magno gaudio, comunico a V.P. Rma. que ya tenemos “Colegio Calasanz” en la ciudad de La Coruña. Muy pequeño y humilde en sus comienzos. Vamos a empezar con dos clases de Primera Enseñanza por este año[Notas 19]. Pero ya suena el nombre del Santo Padre y de la Escuela Pía por toda la ciudad. Mañana comienzan las obras de adaptación del local alquilado y espero que hacía el 8 o 10 de octubre estarán funcionando las clases.

Quiera el Señor que el curso próximo podamos estar ya en nuestra propia casa. Disponemos de 70.000 metros cuadrados para instalar allí un gran colegio. Ha costado casi cuatro años y no pocos sinsabores su consecución por tratarse de una región en que los terrenos están muy parcelados[Notas 20]. Componen el total 22 fincas. Todo ha sido posible gracias al aliento que he recibido en todo momento de los Padres Provinciales.

Han costado 1.700.000 pesetas que ha pagado el Colegio de Monforte. Hoy no sería posible la adquisición. De 26 pesetas metro cuadrado que nos ha costado a nosotros, se están poniendo ya hasta mil.

Abrir comunicar tan grata noticia a V.P. Rma. suplico una bendición especialísima para que el Señor y N.S.P. nos ayuden a salir adelante con nuestros propósitos, A.M.P.I.

De V.P. Rma. afmo. y h.h. en Jesús,

Esteban Morillo de los Sdos. CC.”

Zaragoza – Cristo Rey

El colegio Santo Tomás de Zaragoza poseía desde 1743 una torre o caserón con terrenos de cultivo en torno a las afueras de la ciudad, al norte. El edificio se reformó y en 1915 se convirtió en juniorato de la provincia de Aragón. En 1922 se convirtió provisionalmente en postulantado. Volvieron a él los postulantes (desde Barbastro) en 1953. En 1961 se piensa en construir un nuevo colegio, que sirva también de postulantado. El Capítulo Provincial de ese año aprueba la idea, El P. Teófilo, Provincial, pone la primera piedra el 20 de enero de 1963. Comienzan las obras y avanzan aprisa, de modo que en octubre de ese año los postulantes pueden ya trasladarse a él. El 29 de noviembre de 1965 el P. Teófilo escribe al P. Tomek que hay 183 postulantes, y como sobra espacio, se tienen 30 internos de primaria. Hay 130 alumnos externos en 3 clases; está constituido como patronato, así paga el Estado el salario a los maestros[Notas 21]. Más adelante, en 1975, se construye un nuevo pabellón, espectacular por su moderno diseño.

Valencia –Malvarrosa

Por parte de la Provincia de Valencia, la novedad en este periodo es el colegio de la Malvarrosa, junto a la playa. La Masía del Pilar, casa de formación de la provincia, resultaba un tanto alejada de la ciudad, y de difícil acceso, por lo que el gobierno provincial decidió deshacerse de ella y comprar en su lugar una finca y colegio privado: la Malvarrosa. El P. Jesús Gómez, Provincial, pide permiso al P. General para su compra en carta del 10 de junio de 1963, y se le concede[Notas 22]. El 7 de octubre de 1963 queda erigida canónicamente la Casa de la Malvarrosa. Una parte del terreno (en total, 36.000 m2) se destinó a un colegio nuevo, que comenzaría su actividad en 1976. El postulantado comenzó a funcionar en octubre de 1963. Como el colegio entonces solo tiene clases de primaria, los postulantes acuden a clase al Colegio Calasanz.

Ruta de Camogli

El P. Mario Mereu (1906-1990), de la provincia de Liguria, era un hombre de mucha energía, y de un gran amor por los viajes marinos. Había sido capellán militar durante la II Guerra Mundial, y destacó por sus dotes organizativas. Fue rector del Colegio de Cornigliano de 1946 a 1952. Consiguió luego permiso varias veces para ser capellán en barcos que hacían largas travesías a partir de Génova. En este ambiente tuvo la oportunidad de conocer y entusiasmar a varios armadores con la fundación de un internado en el que se prepararían profesionalmente los muchachos que luego formarían las tripulaciones de los barcos mercantes. Y así nació en 1957 el internado Marconi en Ruta de Camogli, una localidad cercana a Génova. Sus miembros iban a estudiar al vecino Instituto “Eugenio Barsanti”. El P. Mereu tuvo que esforzarse mucho para conseguir las subvenciones (de los armadores y del Estado) que permitieran seguir funcionando el internado, que él dirigió durante 24 años, hasta su retiro en 1981. La provincia de Liguria abandonó la obra cuando se retiró el P. Mereu.

Milán

Los escolapios de Liguria siempre desearon tener una fundación en Milán, cosa que lograron con el Colegio Calchi-Taeggi en los años 1759-1815. El 15 de febrero de 1962 el P. Provincial Mario Pastore escribe al P. General que está en tratos con la diócesis de Milán para obtener una parroquia.[Notas 23] Se establece un acuerdo con el Arzobispo Montini, y el 21 de abril comunica que se ha aceptado la parroquia, aún por construir. Montini concedió a los escolapios construir una iglesia, una casa y una obra educativa en la zona de San Siro. Es el mismo Cardenal quien bendice la primera piedra e, 9 de septiembre de 1962. El año siguiente es elegido Papa, y será su sucesor el Cardenal Colombo quien bendiga la iglesia el 26 de mayo de 1965.

Milán Internado Girola

El mismo año en que se puso la primera piedra de la parroquia, los escolapios aceptaron otra obra educativa: la administración del Internado Carlo Girola para los huérfanos de las provincias lombardas. Para ello tuvieron que firmar otro acuerdo con la diócesis, que se había hecho cargo de la herencia del Dr. Carlo Girola para su fundación. En un principio los escolapios querían negociar directamente con la fundación Girola, pero el arzobispo se puso en medio. El P. Provincial Pastore escribe al P. General que no pueden aceptar las condiciones que les ofrece la curia diocesana[Notas 24]. Sugiere al P. Tomek directamente que hable con el arzobispo. El P: Tomek le responde que le parece comenzar con el acuerdo firmado, y más adelante revisar las condiciones, si se estima conveniente. Los escolapios de Liguria dejaron el internado en 1979.

Villafranca Tirrena

Lo mismo que los escolapios de Liguria esperaban obtener vocaciones sardas con la fundación de Sanluri, los escolapios napolitanos pensaron en obtener vocaciones sicilianas fundando un postulantado en Villafranca Tirrena, una localidad cercana a Mesina. En un primer momento los escolapios aceptaron una casa que les había ofrecido un sacerdote, D. José Sardo, en Rometta Montagna, también cerca de Mesina. A primeros de octubre llegaron los dos primeros escolapios a hacerse cargo de la fundación. Pero surgieron dificultades con el sacerdote (que quería emplear a los escolapios en la parroquia), y decidieron retirarse. El Arzobispo de Mesina, Francesco Fasola, se enteró del asunto, y les ayudó a encontrar una residencia provisional, hasta que en 1965 la provincia de Nápoles compró una casa modesta con una parcela de terreno en Villafranca Tirrena, junto al mar, y allí siguieron su postulantado una veintena de muchachos de la zona. La casa se erigió canónicamente en noviembre de 1965.

San Juan de Puerto Rico

Los escolapios habían llegado a la isla de Puerto Rico en 1956. Después de ocuparse un tiempo de la parroquia de Salinas, pasaron a ejercer su ministerio a la Universidad Católica de Ponce, donde se ocupaban, además de dar clases, de una residencia de estudiantes universitarios. Además de visitar al obispo de Ponce, el P. Francisco Encuentra visitó también al arzobispo de San Juan, que también estaba dispuesto a acoger a los escolapios. Pero de momento la oferta de Ponce parecía más segura. No había personal para atender a las dos ofertas.

El P. Luis Gracia es enviado a puerto Rico, y va a estudiar a la universidad de San Juan. Y a partir de 1962 será el gran promotor de una nueva fundación en la capital de la isla. Y el P. José Mateo, superior de Ponce, está de acuerdo con la idea[Notas 25]. El problema es que el Provincial de Aragón no envía más gente. El P. Tomek le responde el 16 de noviembre de 1962 diciendo que ha hablado con el Provincial, que prometió enviar más gente a Puerto Rico. Está convencido de que vale más hacer fundaciones allí que otras nuevas en España. En marzo de 1963 el P. Gracia propone la apertura de un colegio en San Juan, no solo una parroquia[Notas 26]. Las familias han pedido este colegio. El P. Tomek le responde que está a favor de la expansión, pero la falta de vocaciones y las secularizaciones hacen la cosa difícil.

El 22 de junio de 1965 el P. Luis escribe al P. General la siguiente carta, desde San Juan[Notas 27]:

“Rvdmo. P. Prepósito General:

Le adjunto copia que remito al P. Provincial de la oferta que el Señor Arzobispo hace a la provincia de Aragón de una nueva demarcación parroquial en el área metropolitana de San Juan.

Como le explico al P. Provincial, la nueva parroquia está inmejorablemente situada. Por su situación, será poco fácil y muy caro conseguir el solar necesario para la fundación. En ella habrá que comenzar a trabajar desde una casita alquilada y celebrando la santa misa en casas particulares, como venían haciendo los Padres de San Antonio hasta ahora.

No hay colegios en los alrededores. Es una zona de 3000 a 4000 familias, y siguen construyéndose urbanizaciones al sur. Tiene unos dos kilómetros de la Avenida 65 de Infantería por el norte, que es una de las más importantes. En fin, que todo aconseja no demorar la aceptación de la misma para después discutir el contrato, que creo habrá de ser muy simple: 1º el Sr. Arzobispo concede la nueva parroquia de los Padres Escolapios en las condiciones que el Derecho establece para los religiosos exentos, y 2º los Padres Escolapios se comprometen a proveer la parroquia del número suficiente de sacerdotes que requiera su atención.

Perdone, Padre General, si, con la presente, atropello un poco las vías canónicas. Hace meses que estoy aquí y todavía la provincia no tiene nada en San Juan, sino dos estudiantes listos para regresar a Ponce en cuanto concluyan en la Universidad.

Bendiga, impulse, apremie y encomienda el intento de San Juan.

Humildemente en el Señor”.

La parroquia de San Juan de Puerto Rico, creada por el Arzobispo el 2 de febrero de 1966, fue confiada a los escolapios en la misma fecha. El 21 de septiembre del mismo año se erigió la comunidad religiosa. Además de la construcción física de la iglesia y la casa parroquial, le quedaba aún otra batalla al P. Luis Gracia: conseguir la fundación de un colegio escolapio en el mismo San Juan. Y entonces fue también innovador y soñador: quiere asociar a las Escolapias a la fundación. El 30 de enero de 1967 escribe al P. General, enviándole copia de la carta que ha enviado a Madre Pilar de Mingo, General de las Escolapias, proponiéndole la colaboración en S. Juan. De nuevo atropella los procedimientos, tomando él la iniciativa, sin ser más que el Rector de la comunidad parroquial. Cuenta para ello, dice, con el apoyo de la asociación de exalumnos cubanos que el P. Modesto Galofré ha fundado también en Puerto Rico. Termina su carta al P. Tomek diciéndole: “Padre General, le agradeceremos patrocine una vez más esta iniciativa para que la FUNDACIÓN CALASANZ de San Juan llegue a ser oportunamente una bella realidad escolapia”.

Reproducimos la carta dirigida a M. Pilar de Mingo el 30 de enero de 1967. Merece ser conocida por lo inusual de la iniciativa[Notas 28].

“Rvdma. Madre General:

El Padre Modesto Galofré me ha hecho una visita en estos días. Vino a formar la ‘Unión Familia Escolapia Cubana’ aquí en San Juan. Ha sido un éxito el entusiasmo y cariño que ha encontrado en los antiguos alumnos de aquella isla que residen ahora en Puerto Rico.

Y para nosotros su visita ha servido para informarnos del funcionamiento del noviciado y triple comunidad escolapia femenina en California.

Madre, tenemos un proyecto que llamamos FUNDACIÓN CALASANZ en el que las Madres Escolapias desempeñarán un papel muy importante. De momento no contamos aún con el solar por diversos inconvenientes. Disponemos de los fondos necesarios para iniciar su adquisición y lo estamos buscando.

Entretanto, se nos ha ofrecido una ex escuela pública que necesita reparaciones, pues lleva ya tres años vacía, pero que alquilada daría buen servicio como escuela elemental durante dos o tres años. Este comienzo colmaría los deseos de muchos feligreses de tener su colegio escolapio, y crearía ambiente cada vez más propicio para el resto de la FUNDACIÓN.

Los reglamentos de enseñanza en Puerto Rico exigen grados académicos de diploma o bachillerato y ciudadanía norteamericana en un 50 % del personal docente. Por eso me he referido antes a California y a las buenas noticias que nos ha dado el Padre Galofré. Cinco Escolapias con algún otro personal puertorriqueño tendrían trabajo en agosto de este año en nuestro colegio, primera etapa de la FUNDACIÓN CALASANZ.

Madre General, estamos por imprimir el programa de fiestas patronales. De su respuesta alentadora depende que podamos lanzar la idea y consignas conducentes al alquiler del referido edificio y a las mejoras de sus instalaciones para habilitarlo como residencia de las Madres y colegio con su pequeña cafetería y demás servicios.

Las posibilidades futuras de las Madres Escolapias aquí son grandes y bellas, sobre todo con alumnas universitarias, sea en Ponce o en San Juan, con residencia propia. Esta con el tiempo sería una fuente de vocaciones, cosa que no sucede con nosotros ni con otra alguna congregación de varones.

De esta consulta que le hago envío copia al Padre Provincial de Aragón y al Rvdmo. Padre General. Por lo demás, el permiso para la FUNDACIÓN CALASANZ está ya concedido y estimulado con entusiasmo por el Padre Laureano Suárez desde que nos hizo la Visita General.

Que San José de Calasanz guíe su corazón a decidirse favorablemente. Le adjunto folleto de nuestra campaña de fundación, que produjo en tres meses 35000 $. En él verá algo de nuestro proyecto total.

Quedo a la espera de carta suya afectísimo, affmo. en el Santo Padre

Padre Luis Gracia Sch.P., Párroco y Superior”

El proyecto FUNDACIÓN CALASANZ no llegó a completarse tal como lo había soñado el P. Luis Gracia. Pero sí logró un acuerdo con las Escolapias el 10 de agosto de 1968, y que se abriera en esas fechas, en locales provisionales, el colegio, en colaboración con una comunidad de religiosas. Se trataba de un colegio mixto (¡ya no era General el P. Tomek, opuesto siempre a ese tipo de innovaciones!). Más adelante se compraron unos terrenos y en agosto de 1972 se inauguró el nuevo colegio. En 1976 se inauguró también la iglesia parroquial nueva.

Senegal

En el sexenio anterior hemos hablado ya del comienzo de la fundación en Senegal. La provincia de Cataluña apoya decididamente la fundación misionera, y va enviando el personal necesario. Desde Italia, concretamente el P. Mereu desde Ruta di Camogli, le apoya también, con envío de donativos en dinero y ornamentos litúrgicos, tan necesarios en la misión.

El 7 de julio de 1964 el P. Serraíma escribe al P. Tomek informándole sobre la misión. Tras año y medio de preparación, sirviendo en Ziguinchor, el Obispo ya le ha informado sobre la misión que les va a confiar. Envía un detallado mapa de la misma, junto a la carta que transcribimos[Notas 29]:

“Venerado Padre: anteayer el Sr. Obispo me comunicó la misión que nos tenía reservada, y al mismo tiempo lo dijo después a los demás, con ocasión de los Ejercicios Espirituales que acabo de hacer con un grupo de sacerdotes diocesanos y religiosos.

Es la ‘Mission d’OUSSOUYE’ (Región de la Casamance). Le adjunto un mapa calcado del mapa oficial, y nuestra misión es el espacio enmarcado por la línea verde. Detrás del mapa encontrará unos datos útiles sobre el país y la misión.

Es una misión grande, situada en la extremidad del país y de la diócesis, quedando así separada de las otras misiones de padres franceses. Es una misión muy interesante también, pues hay muchos paganos, 16.000, y los musulmanes todavía no han entrado aquí masivamente; cuando ellos entran en alguna parte no hay nada que hacer luego, pues sus conversiones son prácticamente imposibles. Razón de más para trabajar seriamente entre estos paganos numerosos que nos han confiado.

La semana que viene pensamos ya ir allá y reunirnos en Comunidad los tres que aquí estamos. Estará con nosotros un sacerdote africano para enseñarnos el país e introducirnos entre la gente. Luego, partirá.

¿Nuestro programa? La misión es grande y la región de Los ríos, al lado del mar, es distante de Oussouye y además bastante poblada: dos centros tienen 2000 habitantes cada uno. Nuestro centro de trabajo será Oussouye, pero sería conveniente tener lo que aquí llaman ‘una sucursal’ en Diembéring, es decir, una casita a la que un padre que pertenece a la Comunidad de Oussouye va a pasar tres o cuatro días de la semana para realizar su apostolado en la región, y los días restantes los pasa en la misión central para vivir la vida de Comunidad y recibir directivas del Superior, etc. Para hacer esto sería necesario que viniera otro padre para el curso próximo; un padre más significa 4000 paganos atendidos, con las posibilidades que supone… He escrito también en este sentido al P. Provincial, pero una palabra de V.P. será muy eficaz, una vez pasados estos días de ajetreo capitular.

Ni el Obispo ni yo olvidamos la promesa de V.P. de aumentar más nuestro número en tiempos venideros, y por ello es que una posibilidad sería de confiarnos también la misión de Melomp, que tiene siete mil cristianos y bastantes paganos, limitando con el rio Casamance, y entonces tendríamos toda una región escolapia. Esto para más adelante, pero lo que primero le he dicho sería muy conveniente ya para el curso próximo.

Cuestión económica. Tenemos la entrada de los estipendios de misas. Los derechos de estola son prácticamente nulos, pues la gente es muy pobre. El obispo concede a cada Misión una subvención según el dinero de que dispone. Habrá visto en las notas del mapa que tendremos en la Misión tres escuelas a nuestro cargo. Las clases las hacen maestros negros y los sueldos son a cargo del Obispado, que los envía cada mes al superior de la Misión. O sea, que ningún problema. Otras actividades, distribución de ayudas o limosnas, cada misión puede hacerlo si recibe ayuda de almas generosas de los países ricos. Los Padres de América me han mandado algún dinero y han prometido ayudarnos. El campo de caridad cristiana es inmenso, pero depende de las posibilidades. Y, si hubiera más dinero, la posibilidad de fundación de escuelas es inmensa y es el mejor medio para lograr conversiones. Las misiones que disponen de limosnas abren por su cuenta pequeñas escuelas que se añaden a las ‘oficiales’ con gastos pagados por el Obispo, que logra algún dinero del Estado. Veremos lo que con el tiempo se podrá hacer.

Pienso que V. P. estará de acuerdo en que en el momento oportuno hay que legalizar nuestra situación en lo que sea posible. Así se lo insinué al Sr. Obispo ayer en una conversación, en la que de momento pareció ponerse tal vez un poco en guardia, aunque - me dijo - es mejor poner las cosas claras desde el primer momento. V.P. sabrá bien lo que se pueda hacer, en fin, y dificultades que puedan surgir. Creo que se podría tratar de esto aprovechando la estancia en Roma de Mons. Dodds, con ocasión del Concilio. Yo espero las decisiones que V.P. con la ilusión de hacer lo mejor para la Iglesia y la Escuela Pía.

Hoy ha habido la final de los Ejercicios con una comida de hermandad presidida por el Obispo, y en público ha dicho lo contento que estaba de la venida a Ziguinchor de los Escolapios, y la posibilidad de venir otros más, así como ha alabado las conversaciones y buenas relaciones tenidas con V.P.

También más adelante tiene que preverse el hacer un contrato con el Obispo como lo tienen, por ejemplo, los Padres del Espíritu Santo, en que se especifican en rasgos generales a qué se obliga casa parte, así como otros detalles, como, por ejemplo, el Obispo se compromete a pagarles los viajes a Francia cada cinco años, ida y vuelta. En fin, es cosa de V.P. que sabrá mucho mejor que yo cuándo será el momento oportuno y qué hay que hacer.

Después de ese tiempo de espera, crea que estoy emocionado y muy contento de que se vea realizada la petición hecha en el Capítulo anterior. Y, aunque ahora habrá mucho trabajo - tan solo la diversidad de lenguas es ya una gran dificultad - vamos allá con gran ilusión y confianza en la ayuda de Dios, en la bendición de V. P. y en las oraciones de todos”.

En 1965 el P. Dionisio Cueva, Asistente General por las casas fueras de Europa, en su camino hacia Sudamérica visita Senegal. El 14 de agosto el P. Serraíma escribe al P. Tomek diciendo que están contentos con la visita del P. Cueva[Notas 30]. Visitó todo, le dice. Propusimos al obispo hacer un contrato con la Orden. Esperan la venida de Antonio Martínez. El obispo hará una casa en Diembéring, que será la segunda sede de la misión. Han recibido dinero de Los Ángeles e Italia, pero no de Cataluña. Aquí hay vocaciones. Habría que pedirle al obispo, con el tiempo, que nos deje tener un noviciado. La Congregación Provincial de Cataluña acepta el proyecto de convenio con el obispo de Ziguinchor. Quieren dejar abierta la posibilidad de reclutar vocaciones[Notas 31]. El obispo, en efecto, está de acuerdo con añadir esa frase, abriendo la posibilidad de acoger vocaciones. El 8 de diciembre de 1965 se erige canónicamente la casa de Oussouye, de la prov. de Cataluña en Senegal[Notas 32].

Surge entonces una novedad. El Obispo Dodds informa al P. General que ha sido trasladado a la recién creada diócesis de Saint Louis, en el norte del país[Notas 33]. Es su primer obispo. En un territorio de 75.000 Km cuadrados (casi todo desierto) solamente hay 4 sacerdotes, 12 religiosas, 3 puestos de misión, 2000 cristianos. Pide dos sacerdotes para la nueva diócesis. En Ziguinchor, la experiencia de colaboración con los escolapios ha sido feliz. Le responde el P. Tomek el 16 de agosto que está en tratos con tres sacerdotes italianos jóvenes y sus provinciales[Notas 34]. El 3 agosto el P. Felice Colombo escribe al P. Tomek diciendo que Franco Scarsella le ha invitado a ir con él a misiones[Notas 35]. Él está dispuesto a ir, pero apoyado por los superiores, con obediencia. Unos días más tarde le responde el P. Tomek que hay que ir lentamente para abrir una misión con italianos. Cuando llegue el momento, hablaré contigo y tu provincial. Por fin, llegan los dos primeros misioneros a Saint Louis, el P. Franco Scarsella, de la provincia romana, y el P. Darío Rumeu, quien no se encuentra a gusto en Cataluña después de salir de Saint Papoul. El segundo, por desgracia, no aguanta el ambiente senegalés. Nada más llegar se pone enfermo, y regresa a Barcelona. El Obispo Dodds escribe al P. Tomek el 3 de diciembre contando lo ocurrido[Notas 36]. Ha llevado a Scarsella a Rosso, en territorio de Mauritania perteneciente a su diócesis. Espera otros dos religiosos para fundar una misión escolapia, como en Oussouye.

El P. Scarsella da noticias al P. General sobre su estancia en la diócesis de Saint Louis. Le envía un plano de la misma, le describe sus características, parece entusiasmado[Notas 37]. Los 7 sacerdotes presentes en la diócesis son europeos: cuatro franceses, dos suizos y él. La inmensa mayoría de la población es musulmana. De sí mismo dice: “Mi actividad, en mi opinión utilísima, por el momento, es el estudio del francés y de la lengua toutcouleur, hablada en toda la Región del Río (Senegal), y que es indispensable saber. Además ejercito el ministerio sacerdotal aquí en Richard Toll y en Rosso (Mauritania). El Obispo desea mucho tener otro Padre para abrir Podor, donde ya hay una iglesia y últimamente ha comprado una casa de seis habitaciones cómodas, con todos los servicios.” Le responde el P. Tomek que habló en diciembre con el P. Pagnini, el cual por ahora no se ha decidido a ir a África, seguramente por influjo del P. Balducci.

Más adelante llegará a Senegal el P. Felice Colombo. Él y el P. Scarsella trabajarán durante unos años en la diócesis de Saint Louis, para pasar después a colaborar con los escolapios de Cataluña más al sur. Los dos colaborarán más adelante en la misión de Daloa en Costa de Marfil, fundada en los años 90 por la provincia de Liguria. En cuanto al P. Adelio Pagnini, pudo satisfacer su vocación misionera partiendo en 1992 a la fundación de Anzaldo en Bolivia, donde trabajó mientras tuvo fuerzas.

En cuanto a la misión al sur del país, el P. Serraíma informa al P. General el 21 de junio de 1966 que vinieron la Madre General de las escolapias y la Provincial de Cataluña, estudiando la posibilidad de una fundación[Notas 38]. Les propusieron Diembéring. El P. Provincial también vino de visita. Estableció la separación de Diembéring, como statio. Tienen postulantes. Han bautizado 80 catecúmenos en Pascua. Aún les quedan 25.000 paganos en la parroquia por convertir. El 25 de agosto vuelve a escribir el P. Serraíma, le dice que esperan refuerzos, y que están preparando ya la venida de las Escolapias. El 20 de noviembre comunica que ya llegaron 3 escolapias a Diembéring. Todos tienen mucho trabajo en las parroquias y escuelas[Notas 39]. Cuando el P. General invita a todas las provincias a que hagan las traducciones del Propio de la liturgia de las Escuelas Pías, el P. Serraíma es de los primeros en hacer los deberes, y el 31 de marzo de 1967 envía la traducción al diola, lengua de la Casamance, región sur de Senegal.

California

También California el Visitador P. Suárez impulsa la idea de crear una casa de formación. Concretamente, un noviciado. En 1964 los escolapios de California habían creado una asociación la Piarist League, un poco a la manera de exalumnos húngaros que en Nueva York habían ayudado tanto a los escolapios de la Delegación de Buffalo. En 1966 piden comprar al Cardenal McIntyre de Los Ángeles un terreno de 20 acres (menos de 10 Hectáreas) en Trabuco Canyon, cerca de Los Ángeles para construir allí el noviciado. El 4 de enero de 1967 tienen ya los documentos de compra. Para entonces se ha creado ya la Delegación de Estados Unidos, y la prioridad está en hacer un buen juniorato en Washington. Pasa el tiempo, se deshace la Delegación, y al final no se tiene ni el juniorato, ni el noviciado. Se vuelve a vender el terreno de Trabuco Canyon. La Liga Escolapia no consigue aportar el dinero prometido para construir el noviciado.

Ecuador

El 26 de noviembre de 1963, el P. Agustín Turiel, Provincial de Castilla, escribe al P. Tomek diciendo que en Ecuador ofrecen una fundación en Cañar[Notas 40]. Es un colegio de primaria ya construido, con atención a un santuario de S. Antonio. Dicen que hay muchas vocaciones. Le pide que hable con el obispo de Cuenca, que está en Roma con ocasión del Concilio. Le responde el P. Tomek diciendo que ha hablado con el Obispo, que irá a hablar con él en Madrid. Y, si le parece interesante, que vaya a ver personalmente. El P. Turiel le escribe desde Bogotá el 10 de febrero de 1964[Notas 41]. Es favorable a la fundación en Cañar. Hay muchas vocaciones. Es algo diferente de lo que tenemos en Castilla.

El P. Turiel selecciona un pequeño equipo de misioneros, los PP. Enrique Serra, Laudelino Quijada y el H. Herasio Fernández, y los envía a Cañar. El 18 de noviembre de 1964 el P. Enrique Serra escribe al P. General, dando noticias de su llegada[Notas 42]. Le dice lo siguiente:

“Desde el lunes día 16 nos encontramos en esta tierra ecuatoriana de Cañar, donde se nos hizo un gran recibimiento. En las pocas horas que llevamos aquí ya nos damos cuenta de la gran labor de carácter social y misional que se puede realizar y de los inconvenientes que podremos encontrar.

Reverendísimo Padre, esta pequeña comunidad escolapia le rinde por primera vez el homenaje de su obediencia y le pide su bendición.

En nombre del P. Laudelino Quijada y del H. Herasio Fernández, y del mío propio, reciba V.P. Rvdma. el humilde afecto de sus hijos en el Santo Padre. Enrique Serra Sch.P.”

En otra carta, de fecha 14 de enero de 1965, el P. Enrique envía alguna noticia más[Notas 43]. Le dice:

“Rvdmo. P. General.

Esta pequeña Comunidad Escolapia expresa a V.P. Rvdma. su más ferviente felicitación por la festividad de su onomástico. Los niños cañarenses elevarán sus oraciones al Señor, por primera vez en ese día 22 pidiendo por V.P. Que Dios le siga iluminando para mayor gloria de la Escuela Pía.

Agradeceríamos mucho a V.P. Rvdma. tuviera a bien mandarnos una fotografía dedicada suya.

Esta Fundación se va realizando, poco a poco, y venciendo las naturales dificultades que toda obra que comienza debe tener.

En nombre de esta comunidad, que se encomienda a sus oraciones, reciba V.P. Rvdma. la obediencia filial de sus hijos en el Santo Padre. Enrique Serra”.

No es muy explícito en sus cartas al P. General el P. Serra. El P. Turiel tiene más informaciones sobre la fundación de Cañar, que envía al P. Tomek por las mismas fechas[Notas 44]. Le escribe:

“El P. Serra está estudiando muy objetivamente la manera de llevar a cabo aquella fundación asegurando la base económica. A pesar de que el Sr. Arzobispo de Cuenca veía todo tan claro, hay que ir dando sensatamente los pasos necesarios. Fue una buena medida la de no comprometernos canónicamente hasta ver cómo se va desenvolviendo todo.

Disponen los Padres ya de un solar para edificación, concedido gratuitamente. Se verá si es el más conveniente, y en caso negativo no sería difícil canjearlo por otro más adecuado. Han recibido además un donativo de 150.000 sucres (unas 450 mil pesetas) que les ha entregado D. Rafael Ceballos, “benefactor” que compartió con Monseñor y el P. Provincial los vítores de nuestro recibimiento en Cañar. También les han regalado otro señor un jeep, cosa muy práctica en aquellas latitudes, y han tenido otros obsequios de menor cuantía.

Ellos dirigen el Colegio de Primera Enseñanza, ocupándose sobre todo de la educación religiosa, ya que no era diplomático prescindir de los maestros que hasta ahora han tenido a su cargo las clases. Tienen a su cargo además el Santuario de San Antonio, muy querido por la población, sobre todo a causa del Milagro Eucarístico verificado allí hace unos años. La ayuda en estipendio es buena por este motivo, y además el Sr. Arzobispo les ha liberado de la obligación de ingresar en la Curia los estipendios extraordinarios de binaciones.

El pueblo los quiere mucho. Tienen que andar con sumo cuidado de no herir los sentimientos políticos de unos y otros bandos, cumpliendo de paso muy bien lo que nuestras Constituciones mandan al efecto”.

El 18 de junio de 1966 el P. Serra escribe al P. General que les han ofrecido 20 Has. para el Instituto Agropecuario, que empezará a funcionar en octubre[Notas 45]. El 11 de enero de 1967 le dice que ya tienen 450 alumnos[Notas 46]. Le dice que sueña con ir a una misión que les ofrecen en la selva ecuatorial. El P. Tomek le pide que tenga paciencia, para ver qué decide la Provincia. Pero la Provincia considera que Cañar es ya una misión; no necesitan otra.

No faltan otras propuestas misioneras en este periodo. En 1962 el P. Turiel informa al P. Tomek que el Obispo de Zamboanga en Filipinas le había pedido una fundación en su diócesis[Notas 47]. El P. Tomek le responde que la fundación en Filipinas es muy deseable, pero por ahora no es posible. El P. Pedro J. Elola escribe desde Alcañiz en 1967 al P. General proponiendo una fundación en la India[Notas 48]. El P. Tomek le responde que para crear una misión hace falta una decisión del capítulo. Y hay que prepararse para ello. Mira a ver si encuentras otros como tú, le dice. Y, en efecto, hubo que esperar unos cuantos años más para que las fundaciones en Filipinas y en India se hicieran una realidad.

Notas

  1. Cf. C. VILÁ, Escolapios en California, p. 195
  2. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1668/1961.
  3. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1989/1963.
  4. AGSP Fondo Tomek, Prot. 576/1965.
  5. AGSP Fondo Tomek, Prot. 761/1965.
  6. AGSP Fondo Tomek, Prot. 808/1965.
  7. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1338/1965.
  8. AGSP Fondo Tomek, Prot. 755/1962.
  9. AGSP Fondo Tomek, Prot. 924/1962.
  10. AGSP Fondo Tomek, Prot. 420/1965.
  11. AGSP Fondo Tomek, Prot. 18/1966.
  12. AGSP Fondo Tomek, Prot. 746/1966.
  13. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1117/1966.
  14. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1837/1961.
  15. Ese hombre quizás providencial llegó en 1987, y desde entonces hay una presencia estable en la diócesis de Saint Denis, en la banlieue parisina.
  16. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1150/1965.
  17. AGSP Fondo Tomek, Prot. 241/1966.
  18. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1724/1964.
  19. El 24 de septiembre de 1964 comunica el P. Provincial Agustín Turiel que “En La Coruña ha alquilado el P. Esteban Morillo un piso bajo para tener dos clases, que habrá que adecentar gastando algún dinero. Ha matriculado ya algún alumno” (AGSP Fondo Tomek Prot. 1712/1964).
  20. Otra dificultad, como escribe el P. Provincial Agustín Turiel el 21 de enero de 1961, era que los jesuitas querían construir un colegio junto al nuestro. Pero el 4 de diciembre de 1961 el P. Turiel dice que habló con el provincial de los jesuitas en La Coruña, y este dijo que procurarían comprar terrenos en otro lugar de la ciudad.
  21. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1876/1965.
  22. AGSP Fondo Tomek, Prot. 881/1963.
  23. AGSP Fondo Tomek, Prot. 302/1962.
  24. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1743/1962.
  25. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1769/1962.
  26. AGSP Fondo Tomek, Prot. 452/1963.
  27. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1007/1965.
  28. AGSP Fondo Tomek, Prot. 213/1967.
  29. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1333/1964.
  30. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1266/1965.
  31. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1848/1965.
  32. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1854/1965.
  33. AGSP Fondo Tomek, Prot. 448/1966.
  34. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1091/1966.
  35. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1080/1966.
  36. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1809/1966.
  37. AGSP Fondo Tomek, Prot. 429/1967.
  38. AGSP Fondo Tomek, Prot. 858/1966.
  39. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1739/1966.
  40. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1807/1963.
  41. AGSP Fondo Tomek, Prot. 280/1964.
  42. AGSP Fondo Tomek, Prot. 2015/1964.
  43. Ibídem.
  44. AGSP Fondo Tomek, Prot. 151/1965.
  45. AGSP Fondo Tomek, Prot. 869/1966.
  46. AGSP Fondo Tomek, Prot. 86/1967.
  47. AGSP Fondo Tomek, Prot. 86 /1962.
  48. AGSP Fondo Tomek, Prot. 1110/1967.