Viña del Mar (CL) Intentos de fundación
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Datos
Demarcación Chile
(1936; 1956-1957; 1969-1970)
Historia
Existía en la ciudad un colegio parroquial denominado «José Regis Segundo Cortés»; el párroco y el patronato que regía la fundación se pusieron en contacto con el Vicario, P. Eusebio Ilzarbe, presentándole una oferta. Poco tiempo atrás se había cerrado en Santiago la casa «Talleres», por lo cual se veía aquí una buena oportunidad para abrir otra comunidad; pero la mayor parte de los religiosos no creyeron en el proyecto. Ante nuevas instancias se presentó por parte de los escolapios una contraoferta. Pero no se siguió adelante por diferencias económicas, por escasez de religiosos y debido a la dificultad que las comunidades pequeñas tienen en la observancia regular. Todo esto ocurrió en 1936.
En 1956, don Félix Ruiz de Escudero Beitia, párroco de San Antonio, entró en contacto con el P. Constantino Garísoain en los últimos días de marzo; le enseña la obra que realiza: un colegio para ciegos, un policlínico, la «ciudad del niño» y un colegio parroquial con más de 500 alumnos; necesitando religiosos que lo regentasen, ofrece la obra a los escolapios. Todos cuantos conocieron el proyecto lo aprobaron y lo recomendaron ante el P. Provincial, a quien también escribió el obispo de Valparaíso, Rafael Lira Infante. El Provincial, Félix Leorza, que acababa de rechazar las fundaciones de Chillan y Buin, dejó correr la propuesta de Viña, aunque delegó poderes en el rector del Hispanoamericano, P. Jesús Martínez; de ese modo, si por una parte se agilizaban los trámites, por otra se guardaban las espaldas en las cuestiones oscuras y demasiado comprometedoras. Así, pues, el día 12 de mayo llegaban a Viña los primeros escolapios, PP. Roberto Díaz e Ignacio Morras. Pero lo único que había sido claramente estipulado era el sueldo: 40.000 pesos al mes. La escuela parroquial llevaba el nombre de «Fundación doña Teresa Brown de Areitio», señora que había regalado el solar y donado una cantidad para el mantenimiento; se trataba, pues, de una fundación dependiente del obispado y su administrador era el señor Escudero. Esta estructura hacía que se fueran retrasando las negociaciones sobre las muchas promesas formuladas en un primer momento; y al no llegar a escrito alguno faltaba apoyo jurídico para la fundación. El tiempo pasó, casi un año, a pesar de las muchas cartas remitidas por el P. Martínez al párroco, por lo que a primeros de marzo de 1957 los religiosos fundadores se volvieron a Santiago. El patronato o su consejo de administración no aceptaba el planteamiento y las propuestas formuladas por los escolapios.
En el año 1965 hubo rumores de que la colonia española de la ciudad solicitaba un colegio de los escolapios; el P. Vicario fue obligado a visitar la ciudad el día 3 de agosto y a tratar el asunto con don Doroteo Tejero, presidente del círculo español, y don Mario González, presidente de la colonia asturiana; pero después de todas las conversaciones no se pasó del «rumor». En 1969, la moderna abadía benedictina se ponía a la venta por falta de monjes y por dificultades internas. El edificio fue transformado en colegio; la iglesia en parroquia. Se tenía interés por parte de los propietarios en ofrecer ambas obras a los escolapios. Estos fueron a visitarlas y las vieron con buenas condiciones, aunque con alguna que otra pequeña dificultad. Pero los cambios políticos de 1970 hicieron irrealizable el proyecto.
Bibliografía
- MAEZTU, F.: Historia de las Escuelas Pías en Chile. Santiago de Chile. Manuscrito, Santiago de Chile, s.f. III, pp. 310-321.
Redactor(es)
- Fermín Maeztu, en 1990, artículo original del DENES I