Rosario (AR) Colegio Cristo Rey

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Mapa de la demarcación
Cúpula del observatorio astronómico del colegio de Rosario

Datos

Demarcación Argentina

(1931- )

Antecedentes históricos.

Fundar en la ciudad de Rosario fue desde siempre una aspiración de las Escuelas Pías de Argentina; se trataba de la tercera ciudad del país y era un punto de intercomunicación entre la capital y Córdoba. Para cumplir este propósito, a fines del siglo pasado, el P. Vicario provincial, Antonio Mirats, mandó al P. Antonio Martínez Marín para que tratara la fundación proyectada. Sin embargo no se materializó el empeño hasta treinta años más tarde.

El contexto de la fundación está marcado en una crisis: crisis económica de 1929 en la que Hipólito Irigoyen hubo de ceder el mando al general Uriburu y se comenzó a sufrir la lucha solapada del movimiento revolucionario; crisis en la comunidad del colegio de Córdoba resuelta con la renuncia del P. Clavero al rectorado y enviado por los superiores (1930) a la ciudad de Rosario. Se hospedó en el convento de los PP. carmelitas y buscó una casa en condiciones para colegio. Habiéndola encontrado avisa al P. Vicario, Mozota, quien estando visitando las casas de Chile acude rápidamente y aceptó un inmueble de la c/ Buenos Aires, n. 1572 en condición de alquiler por 400 pesos mensuales. El P. Clavero fue ayudado tanto por las autoridades eclesiásticas, como civiles. Mons. Olaizola le ofreció la capellanía de las HH. franciscanas de la Inmaculada Concepción, cuya renta le serviría para mantenimiento. También encontró apoyo en los Sres. Alfredo Estrada y Dídimo Carranza, funcionarios de los ministerios de gobernación y fiscalía de Estado y tierras públicas, respectivamente, exalumnos del colegio de «Santo Tomás»; en el Sr. Sofanor Novillo Corvalán, del ministerio de educación y amigo personal.

Desarrollo histórico.

El 24-3-1931 se trasladó al futuro colegio a la espera de la nueva comunidad: PP. José Pardo y Patricio Estevan. El P. Clavero tomó posesión del rectorado el 31-4 de ese año. El día 13 habían comenzado las clases calladamente y con 15 alumnos; el 7 de junio, domingo, se bendijo e inauguró la capilla dedicada a «Cristo Rey». Los fundadores vivieron y trabajaron en gran pobreza; así se les reconoció; sus ingresos provenían de los servicios en la iglesia y de las limosnas, y éstas solían faltar con frecuencia. La matrícula de alumnos era escasa y quienes se matriculaban no siempre acababan el curso. Así en 1932 tan sólo había 46 alumnos. En febrero de 1933 renunció al rectorado el P. Clavero y se hizo cargo de la casa el P. Vicario, planteándose la posibilidad de abandonar la fundación. Pero desde abril de ese año tomó las riendas el P. Antonio Martínez Marín: compró una casa en la c/ Italia y comenzó a prepararla para aulas y aumentó el número de alumnos. Pero al año siguiente es llamado el P. Antonio a Roma para integrar la comisión revisora de las Constituciones. Ante la nueva situación los Superiores vuelven sobre la idea de cerrar el colegio, aunque la comunidad se opone. El nuevo rector, Pedro Martínez Heras, abrió la casa definitiva en la c/ Laprida, n. 1364, que era alquilada: el 13-2-1935 se trasladó el mobiliario y el colegio pudo ir saliendo de sus acuciantes necesidades y pruebas. En marzo habrá sesenta y cinco alumnos, que en los meses sucesivos llegarán a ochenta y uno, obteniendo un «felicísimo éxito» en los exámenes de fin de curso.

Posteriormente se compraron dos inmuebles cercanos, nn. 1352, 1354, que, adecentados, sirvieron en 1941 como hipoteca de garantía para un préstamo con el que adquirir la propiedad de la casa alquilada, que venía funcionando como colegio. Este iba tomando identidad y desde 1938 había abierto las aulas de secundaria; cada año una, hasta completar el ciclo nacional de cinco años en 1943. Al mismo tiempo era necesario he .u* que el inmueble fuera funcional, para lo que se compraron las casas colindantes, hasta conseguir la propiedad de todo el solar. En la década de los cincuenta se realizaron las obras de remodelación interna para aprovechar mejor el colegio y se adquirieron cerca de seis hectáreas en Fisherton, para esparcimiento de alumnos y sus familias. Como el número de alumnos aumentaba (en 1953 ya eran 240 en primaria y 149 en secundaria: 34 internos y 45 mediopensionistas), a partir de 1959 se continuó impulsando la organización de Fisherton, se comenzó la construcción del nuevo colegio derribando previamente el antiguo (8-8-1960) aunque con serias dificultades económicas.

En 1965 se aumenta la actividad académica: se da cabida a estudios comerciales; al año siguiente se ceden las aulas para la Universidad católica, facultad de letras y periodismo, en los turnos nocturnos. A los cincuenta años de su fundación se puede decir que se culminaron las obras y llegaron a su apogeo: 1270 alumnos. De ellos, 94€ de primaria, 170 de comercio, 160 de secundaria. En 1949 el Estado comenzó a dar su primera subvención consistente en 3.900 pesos; hoy el aporte es del 60% para secundaria y, por parte de la provincia de Santa Fe, el 100% para la primaria.

Actividades educativas, el observatorio astronómico.

Al crecimiento material del colegio le acompañó el correspondiente trabajo escolapio. El número de religiosos osciló en torno a los cinco, salvo en la década de 1965-1975, que llegó a ser entre ocho y nueve. De los informes de las Visitas canónicas se desprende el buen ambiente y espíritu que reinaba. La actividad pastoral de la comunidad se llevó a cabo en colaboración con la catedral y con otras parroquias, junto con las tareas propias del colegio. A partir de 1968 publicó la revista «Albores Calasancios». Funcionó el «Concetus musicus» bajo la dirección del maestro Miguel Ángel Constanzo, que aportó notablemente a la formación artística de los alumnos. Diversas asociaciones han colaborado estrechamente con los religiosos en la labor didáctica y religiosa de la formación de niños y jóvenes. En orden cronológico se cuenta: en junio de 1948 el «Centro de exalumnos», asociación todavía activa y que organiza cuanto se cree oportuno en favor de los alumnos y su orientación profesional; la «Unión de madres», con dedicación diaria y horario fijo organizando actividades para los alumnos y otros actos del instituto.

Entre lo que merece destacarse es el observatorio astronómico. Un grupo de exalumnos colaboran con el P. Rogelio Pizzi en la realización de programas culturales de astronomía para los alumnos de secundaria. En 1960 se armó el primer telescopio, que fue perfeccionado en los años siguientes, hasta que en 1981 se construyó una pequeña cúpula móvil para las observaciones nocturnas y se instaló un aparato cuatro veces mayor, adaptado para fotografiar objetos celestes.

La finca de Fisherton se ha ido acomodando paulatinamente para los fines que se ideó. Consta de varios campos de deportes, con instalación de luz eléctrica para competiciones nocturnas, piscinas de natación -olímpica y de niños- quincho para grupos familiares, canchas polideportivas y capilla dedicada a la Virgen María. Fue costosa la consecución de fondos.

La asociación de madres cooperó con rifas y juegos. Últimamente la asociación de alumnos ha aportado con el fin de mejorar las instalaciones.

Superiores

Persona Año
Ángel Clavero 1931
Antonio Martínez 1933
Pedro Martínez 1935
José M. Panillo 1940
Patricio Estevan 1944
Clemente Sáenz 1950
Eduardo García 1959
Moisés Rubio 1965
Clemente Sáenz 1968
Moisés Rubio 1971
Eusebio Alegre 1974
Héctor Torres 1980
Moisés Rubio 1982

Bibliografía

  • Testimonio de Rosario (1931-1956) ms en Archivo Argentina

Redactor(es)

  • Pedro Formai, en 1990, artículo original del DENES I