GinerMaestro/Cap19/10
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19.10. En defensa del nombre de las Escuelas Pías
Cuando en el mes de agosto de 1616 se fundaban en Bolonia las escuelas gratuitas y se las llamaba Escuelas Pías, 'semejantes a las de Roma', hacía ya catorce años al menos que estas últimas habían sido reconocidas como Congregación, aunque secular y sin votos. En marzo de 1617 nacían también en Florencia otras Escuelas Pías, por obra de Fiammelli, como las de Bolonia. Dada la antigua amistad y colaboración entre Fiammelli y Calasanz, puede suponerse que el primero comunicara al segundo ambas fundaciones, satisfecho incluso por seguir la iniciativa del amigo. En todo caso, no puede dudarse de que al ser recibido en Narni el cardenal Ludovisi en octubre de 1619 por el P. José de Calasanz hablarían de las Escuelas Pías de Bolonia, aprobadas oficialmente por el cardenal, y de las de Roma, elevadas ya a Congregación de votos simples.
No hay indicio alguno de que Calasanz protestara por la 'usurpación' del nombre de Escuelas Pías por parte de Fiammelli ni en Bolonia ni en Florencia. Más bien, los hechos demuestran que ambos “fundadores” mantuvieron la vieja amistad y mutuo aprecio, siendo recibido el florentino en las Escuelas Pías de Roma y los escolapios en Ias florentinas.
En septiembre de 1629 se entera Calasanz de que hay unos sacerdotes que han abierto escuelas cerca de Nápoles, llamándolas Escuelas Pías, y se lamenta de ello diciendo al P. Cherubini: 'yo procuraré aquí obtener un Breve sobre el modo de prohibir tal título'.[Notas 1] En cartas posteriores vuelve sobre el tema, concretando que tales escuelas han sido abiertas en ‘Averse’, en ‘Nocera dei Pagani’ y en ‘Sant`Agata de'Goti’. Y precisa: “pienso obtener un Breve, no que les impida hacer aquello sino que cambien el nombre de Escuelas Pías por otro”.[Notas 2] Y en esa misma carta notifica que en Florencia, además de las escuelas pías de Fiammelli, “los PP. Jesuitas tienen a algunos curas seculares y el título de Escuelas Pías”.
Pasa, sin embargo, casi un año sin que se vuelva a tratar el asunto, mientras se va afianzando la cesión de las escuelas de Fiammelli a los escolapios. Y es muy probable que por deferencia al amigo no pidiera Calasanz el anunciado breve apostólico hasta que la cesión en trámites no fuera un hecho consumado. El 30 de abril de 1630 firmó Fiammelli el acta notarial; el 22 de mayo se hacían cargo de sus escuelas los escolapios, y el 7 de agosto firmaba Urbano VIII el breve, solicitado por Calasanz, en el que decía: 'a tenor de las presentes, impedimos y prohibimos a cualesquiera, sea cual fuere su autoridad, que erijan escuelas con la denominación de Escuelas Pías, o las ya erigidas las llamen ‘Pías’.[Notas 3]
La prohibición era absoluta, sin excepción alguna expresa. Sin embargo, las Escuelas Pías de Bolonia mantuvieron el nombre imperturbablemente hasta 1864, en que lo perdieron, aunque desde 1860 se habían ya convertido en escuelas elementales del nuevo Estado italiano.[Notas 4]