GinerMaestro/Cap08/11

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08.11. Sort, Tirvia y Cardós

Muy satisfecho debió quedar Mons. Capilla de la tarea apostólica de Calasanz como Visitador General del Oficialato de Tremp, pues antes de terminar el año de su nombramiento (28 de junio de 1589) le encomendó la visita de otros tres oficialatos vecinos, tanto a él como a Pedro Gervás de las Eras. Sin querer aminorar los méritos de este Compañero de Calasanz, lo cierto es que hasta hoy no han aparecido testimonios documentales que nos cercioren de que tomó parte efectivamente en la visita a alguno de los oficialatos de los que era visitador, junto con Calasanz. Y, al menos por los decretos de nombramiento, no hay distinción alguna de poderes e incumbencias entre ambos.

Quizá la intención de Capilla fue apoyar y reforzar la designación del todavía joven Calasanz, sin experiencia directa de tareas pastorales, con el nombramiento ‘in solidum’ de Gervás de las Eras, cuya personalidad era conocida y estimada no sólo en la diócesis de Urgel, sino en el Consejo Supremo de Aragón y por el mismo Felipe II, precisamente por su celo en mejorar la situación cultural y religiosa de las comarcas pirenaicas, mediante la fundación de colegios de religiosos. Forzosamente hemos de ocuparnos de este tema luego.

Estos proyectos fundacionales, en efecto, eran fruto de sus andanzas por toda aquella franja pirenaica 'desde el Condado de Cerdania hasta Sobrarbe, que son como veinte leguas de tierra en largo y otras tantas en ancho… —escribía Felipe II— y que por haber andado mucho en aquellos montes y tener noticia del modo de vivir de sus moradores…' conocía bien sus males y proponía remedios. Y esto se escribía ya en 1581.<ref group='Notas'>Cf. M. JIMÉNEZ CATALÁN-J. SINUÉS Y URBIOLA, ‘Historia de la Real y Pontificia Universidad de Zaragoza’, III, p.36.</ref> Por tanto, aunque ahora no volviera personalmente a visitar aquellas tierras, era, sin duda, un experto en todo lo que a ellas se refería, y por ende un consejero y maestro para Calasanz.

Con fecha, pues, del 5 de mayo de 1590 firmaba en Sanahuja el Obispo Capilla el nombramiento de visitadores de los Oficialatos de Tremp —de nuevo—, Sort, Tirvia y Cardós, para Gervás de las Eras y José Calasanz. Sin olvidar que en estos decretos se suele usar una fraseología protocolaria que no puede aducirse como definición objetiva de los designados para cargos oficiales, quizá algunas veces sean sinceras y merecidas alabanzas. Y así lo creemos en este caso, por lo que a Calasanz se refiere. Escribe, en efecto, el Obispo en latín, que traducimos:

Habiendo obtenido en el Señor una especial confianza en la fe, legalidad, probidad de ánimo, capacidad, idoneidad y pericia en llevar a cabo este oficio de visitadores, que habéis desempeñado vosotros, los mencionados Gervás de las Eras y José Calasanz, y esperando que realizaréis fiel y solícitamente lo que os encomendemos y que os comportaréis en todo ello de tal manera que por vuestra laudable actuación se reforme el estado de nuestra diócesis de Urgel, adquiriendo por tanto justicia e incremento; por consiguiente, atendiendo a lo dicho y a otras razones que a ello nos mueven justamente, a vosotros los dichos Gervás de las Eras y José Calasanz y a cada uno de vosotros indistintamente (‘in solidum’) os hacemos, creamos, constituimos, ordenamos y deputamos nuestros procuradores, visitadores y reformadores, dándoos y concediéndoos a los dos y a cada uno de vosotros plena y omnímoda potestad de visitar libre y totalmente todas y cada una de las iglesias y lugares sagrados, situados en cualquier parte de los oficialatos de Tremp, Sort, Tirvia y Cardós de esta nuestra diócesis de Urgel y las personas sobre las que nos compete el oficio de visita en dichos oficialatos, cuantas veces fuere necesario...'.

Y sigue pormenorizando los plenos poderes de juzgar, excomulgar, suspender y lanzar entredichos, imponer multas y otras penas, encarcelar, condenar o absolver a los reos, controlar y legalizar testamentos, legados y obras pías, etc. Y añade: 'procurad comportaros de modo que no se encuentre en vosotros nada que pueda de alguna manera ofender a los ojos de su divina majestad y que os vuelva ante ella a vosotros o a nosotros culpables, sino más bien plácidos y aceptables…'.<ref group='Notas'>Cf. P. PUJOL I TUBAU, ‘Ob. Comp’., p.336-337, doc. XII.</ref>

Los nuevos oficialatos de Sort, Tirvia y Cardós abarcaban toda la cuenca del alto Noguera Pallaresa, con los valles de sus afluentes de cabecera, que llegaban por el norte hasta la frontera francesa y por el este hasta la de Andorra. Hoy comprende prácticamente el mismo territorio de los arciprestazgos de Sort y Tirvia, pues el de Cardós va incluido en el último, y suman entre los dos 45 parroquias, más o menos las mismas que entonces. Son valles bellísimos, con el paisaje típicamente pirenaico, con iglesias románicas antiquísimas de torres cuadradas y robustas. Pero sobrecoge el pensar que por estos vericuetos escabrosos llegara a lomos de mula el visitador José Calasanz. En 1931 recorrió algunas de estas parroquias el historiador P. Picanyol buscando documentos y tradiciones, pero no encontró nada.<ref group='Notas'>'Consultis enim primo parochis singulis circa possibiles traditiones seu legendas ad Calasanctium spectantes, nullum potuit reperiri vestigium circa praesentiam aut Visitationem nostri Sancti' (L. PICANYOL, ‘Memoriae S. Josephi Cal…’, p.109-110).</ref> Las guerras de los siglos XVII y XVIII devastaron la Cataluña superior y los archivos parroquiales fueron expoliados y quemados, de modo que si algo queda no va más allá del 1700.<ref group='Notas'>Incluso de lo poco que quedaba en el archivo de Cardós 'documenta antiqua Cremata probabiliter sunt a sene parocho qui demens quasi effectus visus est fere quotidie igni tradens veteres libros ac documenta paroecialia' (ib.).</ref>

Notas