Feliu Utset, Jacint

Contenido

1 Procedencia
2 Cualidades
3 Fechas
4 Biografía
5 Obras
6 Bibliografía
7 Redactor(es)

Procedencia

Demarcación Cataluña

Cualidades

Matemático. Restaurador de las Escuelas Pías en España.

Fechas

Mataró 12-12-1787, Barcelona 25-3-1867

Biografía

Estudió primeras letras, caligrafía, cuentas, latín, retórica, poética y filosofía en el colegio de Mataró; aquí vistió el hábito escolapio el 2-8-1802, profesó el 26-12-1803 y estudió filosofía (escuela pública) y teología. Acabó su carrera en 1808. Durante la guerra permaneció en Mallorca (1808-1814), donde trabó amistad con Mariano Vallejo que trabajaba en el laboratorio de fuegos y balística del cuerpo de Artillería de la Academia Militar. Felíu aprendió matemáticas con Vallejo. Acabada la guerra, de la Academia pasó a los colegios escolapios de Gandía (1814) y Valencia (1817); Vallejo pidió a los superiores como ayudante a Felíu que le siguió hasta 1820. Después (1820-1825) enseña en San Antón de Barcelona matemáticas y filosofía a los estudiantes escolapios y aritmética y caligrafía a los niños. En Palma y Gandía había sido profesor de-Gramática, Lógica e Historia de España. Trasladada la Academia Militar a Segovia, Fernando VII le nombra el 17-2-1825 profesor de matemáticas de la misma. Permanece aquí hasta 1845, en que vuelve a S. Antón de Barcelona a sus clases con los jóvenes escolapios. Publica sus libros estando en Segovia y en 1839 recibe la Orden Americana de Isabel la Católica; en 1844, la Gran Cruz de Carlos III, e Isabel II costea la edición de sus Tablas de logaritmos y un tratado dedicado a la soberana. El 26-11-1845 Losada le nombra Provincial de Cataluña; pero al morir Losada, la Santa Sede nombra a Felíu Comisario Apostólico de la Orden (21-10-1846). Organizó los estudios de los seminaristas escolapios españoles (plan publicado en noviembre de 1848) intensificando mucho el estudio de las matemáticas junto a la filosofía y teología. Su plan de estudios adolece de falta de asignaturas auxiliares imprescindibles. Encontró un auxiliar perfecto para la implantación de su plan en Julián Alejandre. Duró hasta el plan Valle de 1866. En 1848 expidió carta de Hermandad a las MM. Escolapias, que mantuvieron con él frecuente correspondencia. Impulsó las primeras fundaciones escolapias en América (Cuba: Guanabacoa, 1857, Colegio y Escuela Normal del Magisterio, y Camagüey, 1858), que mantuvo con personal de las cuatro provincias españolas, y en España las de Olot, Reus, Caspe (todas en 1858), Granada (1860), Alcalá de Henares, Ubeda, Yecla (los tres en 1861) y clausuró El Colegio Reunido (Valencia 1847). Mandó hacer un catálogo (1847) de los escolapios españoles. Recabó de los colegios cien mil reales que donó a Pío IX en julio de 1860. En 1862 el Cardenal de Toledo fue nombrado Visitador de la Orden en España delegando a los obispos diocesanos; más que una visita canónica realizó una encuesta a sobre cerrado. Como consecuencia de la visita vino su sustitución (1864) en el Comisariado Apostólico, después de 18 años. Su mayor error como gobernante fue no haberse percatado del sentir de muchos escolapios que hicieron llegar a la Santa Sede escritos por lo prolongado de su mandato. Pero se debe quizá a su duración el haber podido restaurar la Orden en España. Otro de sus errores fue el haber sido demasiado exigente en la admisión de personal, cuando la restauración de 1845, dada la escasez del mismo después de largos años de clausurados los noviciados. Vivió sus últimos años en San Antón de Barcelona donde murió. Restauró la Orden, se preocupó por las vocaciones, reformó e intensificó los estudios de la carrera escolapia, fundó por primera vez en América, impulsó el nacimiento y expansión de la Congregación de Hijas de María Escolapias.