GinerMaestro/Cap21/06

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21.06. No era posible atender a tantos

He aquí la enumeración de las fundaciones rechazadas desde el año 1624 hasta 1646, en que la Orden queda reducida a Congregación sin votos con la prohibición de fundar nuevas casas y admitir novicios. Creemos, no obstante, que la lista es incompleta y que podría alargarse con otras referencias, pero es suficiente para comprender la entereza de este hombre -y su Congregación-, que sabe medir sus fuerzas disponibles, limitando sus compromisos y renunciando prudentemente a una expansión rápida y desmesurada, que hubiera reducido a ruinas su obra. Por otra parte, esa incompleta enumeración de peticiones comprueba el hecho de que tantas ciudades y pueblos deseaban implantar un sistema de enseñanza y educación del que sin duda carecían. Por tanto, las Escuelas Pías eran una auténtica novedad. Mas era imposible atender a todos.

De 1624 sólo nos consta la petición de los síndicos de Lanciano (Abruzos), no atendida.<ref group='Notas'>Ib., p.1924-1926. </ref> En 1625 piden fundación los priores de Cori (Lazio) y para Borzonasca (Liguria) el Dux de Génova, Jacobo Lomellini.<ref group='Notas'>Cf. EC, p.73, 2247, 2248; c.3876; EHI, p.815, 1729. </ref> En 1628, los síndicos de Saluzzo (Piamonte).<ref group='Notas'>Cf. EHI, p. 1477, 1303, n. 1; CCP, p.129. </ref> En 1629 se pide para Cúneo (Piamonte) y Biella (Piamonte); el Cardenal Mauricio de Saboya pide para Rocca di Baldi (Piamonte) y Turín (Piamonte); el Conde de Acerra, Alfonso de Cárdenas, para Acerra (Nápoles) y para Ragusa (Sicilia) sus propios jurados.<ref group='Notas'>Cf. EHI, p. 1184, 377, 848, 715, 860, 893, 916, 1843, 1844, 2109, 2112, 2218; c.1734, 1838 </ref>

En 1631 piden fundación los síndicos de Montella (Nápoles), los de Téramo (Abruzos) y los de Alba (Piamonte).<ref group='Notas'>Cf. EHI, p.1467-1474; EC, p.1473; EEC, p. 252, 1571, 743, 806, 1451, 1550, 1582, 607; c.2027, 2044, 2032, 2029, 2034; CCP, p. 194-198, 190. </ref> En 1632 piden para Cutigliano (Toscana) el párroco y el pueblo; para Castel S. Pietro (Romaña), un particular; para Colle de Val d'Elsa (Toscana), el obispo local y la ciudad; para Città Sant’Angelo (Abruzos), los jurados; para Gaeta (Nápoles), el Marqués de Belmonte, Carlos Tapia; para Loano (Liguria), Juan Andrea Doria Landi, Príncipe de Amalfi; para Fara Sabina (Lazio), sus priores; para Cherasco (Piamonte) y Manta (Piamonte), el Card. Mauricio de Saboya; para Fuscaldo (Calabria), el Marqués Francisco Spinelli; para Cittá ducale (Lazio), el obispo local; y para Nardó (Pulla) el suyo.<ref group='Notas'>Cf. EEC, p.374-375; EHI, p.416, 614, 797 y 793, n.6. </ref>

En 1633, Año de las perturbaciones de los memoriales de Castiglia, además del interés especial por satisfacer las exigencias de Ancona y del cardenal Dietrichstein, se rechazaron las siguientes fundaciones: Montepulciano (Toscana), pedida por la Cofradía de S. Esteban; Brisighella (Romaña), pedida por el cardenal Agustín Galamini; las que pedía el célebre General de las fuerzas imperiales, Alberto de Wallenstein, para sus territorios de Bohemia y Silesia; para Belvedere Marittimo (Calabria) pedían sus síndicos; para S. Donato d'Orta (Nápoles), el cardenal Juan Bta. Pallotta; para Nicastro (Calabria), el obispo y cabildo; para Pistoia, la ciudad misma (Toscana); para Nocera (Nápoles), sus síndicos; para Matera (Nápoles), un señor particular; para Cortona (Toscana), la ciudad; para Praga, Lugano, Padua y Cesena no nos consta quiénes pedían; para Sant’Angelo in Vado (Marcas), el pueblo; para Anagni (Lazio); el noble Horacio Gaetani y el obispo; para Caltanisetta (Sicilia), el Virrey, junto con Palermo y Mesina, que se aceptaron; para Bolonia, el cardenal arzobispo Colonna.<ref group='Notas'>Cf. EC, p.463; EHI, p.6, 192, 913; EC, p.2520; EHI, p. 2201 </ref>

En 1634 pide para Gurk (Austria) el obispo propio y el cardenal Dietrichstein; para S. Cesáreo (Módena), el card. Alejandro Bichi; para Castroreale (Sicilia), los jurados; para Cotrone (Calabria), los síndicos; para Matelica (Marcas) no nos consta<ref group='Notas'>Cf. EHI, p.946, 962, 1419, 1423, 1551, 1771, 1793. </ref> . En 1635 piden fundación los pueblos de Monte Pagano (Nápoles), Agnone (Nápoles) y Ozieri (Cerdeña); para Brindis (Pulla), el obispo español y amigo de Calasanz, Juan Falces; para Sospello (Liguria), sus síndicos, y para Trevignano Romano (Lazio), sus priores.<ref group='Notas'>Cf. EC, p.2l66; EHI, p.983, 933. </ref> En 1636 piden fundación en Rapallo (Liguria) y Mondoví (Piamonte); en Marsciano (Umbria), sus priores; en Pescina (Abruzos), el obispo de Mársico y los síndicos; en Occimiano (Piamonte), los cónsules; en Rende (Calabria), los síndicos y el cabildo; en Castelnuovo di Garfagnana (Toscana), el pueblo mismo.<ref group='Notas'>Cf. EHI, p.237, 1064, 1466, 1708. </ref> En 1637 pide fundación para Spilamberto (Romaña) el marqués homónimo; para Eboli (Nápoles), la Duquesa Victoria Doria, y para Popoli (Abruzos) no nos consta.<ref group='Notas'>Cf. EHI, p.454, 1729,1581, 1926. </ref> En 1638 pide para Trani (Pulla) un Padre oratoriano; para Rotonda (Calabria), un caballero; para Moncalieri (Piamonte), sus síndicos, y para Polizzi (Sicilia), sus jurados.<ref group='Notas'>Cf. EC, p.1703, 1104, 1627; EHI, p.1156, 1567,1798; EEC, p.139, n.7. </ref> En 1639 pide para Acireale (Sicilia) el obispo de Catania; para Noia (Pulla), el arcipreste; para Novi (Nápoles), el obispo de Capaccio; para Sambuca (Sicilia), los jurados.<ref group='Notas'>Cf. EC. p.981; EHI. p.2081, 1275, 253, 376, 613: EEC. p.208. </ref>

En la década de los 40: en 1640 pide fundación el pueblo de Roccasecca (Nápoles) y el de S. Marcelo Pistoiese (Toscana); el Duque Jorge Ossolinski pide para Leoburg y Klimontov (Polonia); D. Juan de Salamanca, Capellán Mayor del Reino de Nápoles, pide para Altamura (Pulla), y la Marquesa de Campi, Mª. Paladini, pide para Schinzan (Pulla); para Roccamonfina (Nápoles), el pueblo, y para Bolonia, un señor particular.<ref group='Notas'>Cf. Ec, p.1719, 2136-2138, 2453; EEC, p.242; EHI, p. 1816-1818, 1576. </ref> En 1641 pidió fundación la ciudad de Como (Lombardía); para Solofra (Nápoles) la pidió la Duquesa de Gravina, Dorotea Orsini, y los síndicos locales; para Vercelli (Piamonte), el obispo del lugar; para Gubbio (Umbria), el delegado de la ciudad; para Bevagna (Umbria), los cónsules; para Motta d’Affermo (Sicilia), Gregorio Castelli, Conde de Gagliano, y para Walladish (Moravia), Ana Proskova, Condesa de Mezritz.<ref group='Notas'>Cf. EC, p.1242, 1507-1508, 2180, 688-690, 943, 1442. </ref> En 1642 pidieron fundación los pueblos de S. Pietro in Galatina (Pulla) y Andorno (Piamonte); el obispo de Vercelli para Villanova d'Asti (Piamonte); el obispo.de Avignon y Nuncio en Polonia; Mario Filonardi, para Avignon (Francia); para Rossano (Calabria), sus síndicos, y para Camaiore (Toscana), un señor local.<ref group='Notas'>Cf. EC, p.449, 1049, 1631; EHI, p.2154. </ref> En 1643 piden las ciudades de Mazzara (Sicilia), Alghero (Cerdeña) y San Remo (Liguria); para Cava dei Tirreni (Nápoles), sus síndicos; para Porchia (Marcas), unos particulares bienhechores y para Jászó (Hungría), el arzobispo de Eger<ref group='Notas'>Cf. EHI, p.1883 y 1886. </ref> En 1644, un capellán del Emperador pidió fundación en Feldkirchen (Suiza); un señor particular, para Taormina (Sicilia); el Conde Ferando Kurz, para Horn (Austria); y la Duquesa de Terranova, para Caccamo (Sicilia).<ref group='Notas'>Cf. EHl, p.792, 1241, 1642, 314, 1670 y 1704. Más información sobre estas y otras fundaciones no realizadas desde 1619 hasta 1646 puede verse en AGEP, Hist.Bibl., n.129. </ref> . la Marquesa de Quirra y Nules quería una fundación en Valencia (España), y el obispo y cabildo de Bosa (Cerdeña), en dicha ciudad.<ref group='Notas'>EEC, p.137. En sus principios la Cornpañía de Jesús tuvo también problemas similares al abrir sus colegios al público. La expansión de los mismos fue también vertiginosa y no daban abasto a las peticiones de fundación por su falta de sujetos, idóneos para la enseñanza. El P, General, Claudio Acquaviva (1581-1615), en trece años solamente, rechazó 150 propuestas: Cf. L, Gil FERNANDEZ, ‘Panorama social del humanismo español (1500-1800) (Madrid 1981), p.357-358; R, GARCÍA-VILLOSLADA, ‘Manual de Historia de la Compañía de Jes~s’ (Madrid 1954), p.239-240, 275-279. </ref> Finalmente, en 1646 querían Escuelas Pías las ciudades de Foligno (Umbria), Sessa (Nápoles) y Pésaro (Marcas); para Aversa (Nápoles) la pedía el cabildo; para Finale (Liguria), los cónsules, y para Conversano (Pulla), un bienhechor.<ref group='Notas'>Cf. ‘Respuesta al Memorial de Inconvenientes’: PosCas, p.835. </ref>

Tantas peticiones podían ser motivo de satisfacción y aun de vanagloria, pero también de preocupación y de 'tentación diabólica' como escribía Casani -siempre tan pesimista-al P. Fundador, desde Nikolsburg, el 20 de septiembre de 1640, a raíz de la demanda proveniente de Bolonia: “El saber que no tenemos hombres y los que tenemos son como Dios sabe, me hace temer mucho que tantas demandas sean obra del maligno”.<ref group='Notas'>Cf. G.-SÁNTHA, ‘350 anni a condita domo S. Pannleonis’; EphCal 9-10 (1962) 274. La estadística de 1637 puede dar una idea de la correlación entre casas y religiosos, aunque el número de ambos había crecido (Cf. PosCas, p.933). </ref>

En contraste con esta larguísima lista de 115 fundaciones no aceptadas resulta muy corto el número de las que se realizaron, y no precisamente las mejores por su prestigio y sus ventajas. Incluso en la selección de lugares se aceptaron y mantuvieron con cariño y predilección algunas casas pequeñas, en pueblos míseros y casi desconocidos, ricos sin embargo en vocaciones escolapias y al servicio de los niños pobres, que cultural, y económicamente abundan más en las aldeas y pueblos que en las ciudades. Y la predilección por ellos era consciente, como hemos tenido ocasión de ver.

Desde el nacimiento de la Congregación Paulina de las Escuelas Pías hasta principios de 1633, en que empiezan las perturbaciones del Clº. Castiglia, éstas fueron las casas establecidas: cuatro en Roma, a saber: San Pantaleón, Noviciado, Borgo y Colegio Nazareno; dos en Nápoles, o sea, los colegios de la Duquesca y de Porta Reale; una en Florencia, aunque las escuelas y la casa profesa estaban en edificios distintos, y una casa con escuelas en cada una de las poblaciones siguientes: Génova, Savona, Cárcare, Frascati, Narni, Moricone, Fanano, Nursia, Poli, Campi Salentina, Bisignano, San Salvador Mayor y Nikolsburg. Hubo también fundaciones muy efímeras que duraron sólo unos pocos años y fueron abandonadas por causas diversas. Tales fueron: Mentana y Magliano (1618-1621), aceptadas y mantenidas por deferencia al cardenal Giustiniani mientras viviera; Somma Vesuviana (1630-1631), que acabó destruida bajo la erupción del caprichoso volcán napolitano; el noviciado de Oregina-Génova, que pasó luego a la casa-colegio del interior de la ciudad (1624-1631). Total, 24 casas, de las que a principios de 1633 permanecían abiertas 20, entre las cuales el noviciado romano no tenía escuelas.

A ellas hay que añadir la residencia de Posílipo (Nápoles) para enfermos, convalecientes y ejercitantes ocasionales, aún no' establecida jurídicamente ni acomodada para su finalidad; la residencia de Cesena (Romaña) para los administradores de los bienes del Colegio Nazareno, heredados del cardenal Tonti, y las cuatro nuevas fundaciones de Cosenza (Calabria), Ancona (Marcas), Venecia y Strasnitz (Moravia), ya aceptadas, pero no constituidas, en las que había algún que otro religioso dirigiendo las obras de acomodación, en espera de ultimar los trámites fundacionales.

En 1632, según declaración de Calasanz, la Orden tenía ya más de 300 religiosos, sin contar novicios,<ref group='Notas'>El cálculo propuesto por Vilá (cf. PosCas., p.761-762) no parece aceptable, porque ni siquiera en 1637 llegaban a 150 los religiosos de todas las casas de Roma y Nápoles (7 casas y 133 relig.) (cf. PosCas, p.933) y porque los 150 religiosos restantes (eran 300 en 1632) los distribuye entre una serie de casas, de las cuales en 1632 habían sido ya cerradas Mentana, Magliano, Oregina y Somma Vesuviana, como hemos dicho, y Paverano se fundaría en 1676. </ref> de los cuales quizá un centenar o poco más pertenecían a las cuatro comunidades de Roma y a las dos de Nápoles.<ref group='Notas'>Cf. c.2015 y EHI, p.64, n.1. </ref> Por consiguiente, para todas las demás quedaban unos 200 religiosos. Destinando un par de ellos para cada una de las seis residencias o casas en vías de fundación, quedaban todavía unos 188 religiosos para distribuirlos entre las 14 casas restantes y sus escuelas, correspondiendo unos 13 a cada una por término medio.<ref group='Notas'>C.1955. Y las obras esperaba que durarían dos años (c.1974). </ref> ¿Era esto un agobio excesivo? ¿Había en realidad demasiadas casas para tal número de religiosos? ¿O más bien se había mantenido un moderado equilibrio, a pesar de las instancias de nuevas fundaciones? La respuesta más acertada la dio el atribulado Fundador diciendo que 'la infamia más grave que se haya hecho nunca contra la religión' consiste en afirmar “que aceptamos más casas de las que podemos atender”.

Notas