BerroAnotaciones/Tomo3/Libro2/Cap08
CAPÍTULO 8 Enfermedad de lepra Del P. Esteban de los Ángeles [1647]
Este pobre desgraciado del P. Esteban [Cherubini] de los Ángeles, todo lleno de rabia y veneno, porque no le resultaron bien sus planes en el Breve del Papa Inocencio X, para la reducción de nuestra Orden a Congregación de votos simples, dado que él se había puesto en el Breve como perpetuo Rector (de por vida) del Colegio Nazareno y administrador de aquellos bienes e ingresos; pero, en cambio, los Emmos. Cardenales revisores del Breve, y precisamente el Emmo. Cardenal Ginetti, arreglaros, sobre la minuta del Breve, el capítulo correspondiente, al ver que él había suprimido, además, la comunicación entre las casas, para no ser súbdito, como luego se supo, de N. V. P. José, Fundador, o del P. Pedro [Casani], su primer Asistente; pues uno de ellos dos debería ser nombrado General de la Congregación, dado que Su Santidad Inocencio X quería reducir nuestra Pobre Orden nuevamente al estado de cuando era Congregación, tal como había sido fundada por el Papa Paulo V, de feliz memoria. Y así se declaró, como se vio después en dicho Breve, y no en una Congregación tan deplorable y frustrada.
Por aquella rabia del P. Esteban, por verse aborrecido por toda la Corte de Roma, ser señalado con el dedo por todos, y llamado destructor de las Escuelas Pías, porque ni siquiera lo querían los Padres en San Pantaleón, y porque la mayor parte del tiempo tenía que andar solo por Roma, como un fracasado, se envenenó tanto, y se le corrompió la sangre de tal modo, que fue presa de una sarnaza tan grande, que ni con purgas o ungüentos pudo nunca curarse. Al contrario, cuantos más remedios tomaba, peor se ponía; así que la sarna se convirtió en lepra, y de las peores, que durante algunos meses se cebó en las partes resguardadas.
El Sr. Juan Mª Castellani, médico y anatomista insigne, decía con seguridad y públicamente a los nuestros que era lepra y de la mala, y castigo dado por S. D. M., por los disgustos causados a N. V. P. Fundador.
Durante este tiempo, el P. Esteban vivía en el Colegio Nazareno, súbdito del P. Camilo [Scassellatti] de San Jerónimo, elegido Rector de dicho Colegio por la Sagrada Rota Romana, solicitado a N. V. P. Fundador por los Ilmos. y Revmos. Sres. Auditores, para que les dijera quién podía gobernar aquel Colegio. Y N. V. Padre les concedió al P. Camilo.
Este Padre soportaba aquella carga y compañía de la mejor forma para no dar en alguna desesperación, y también porque se lo recomendaba N. V. P. Fundador y General, que siempre, como he dicho, deseó y procuró la salvación del P. Esteban de los Ángeles, a quien miraba, no como destructor de la Orden por él fundada con tanto esfuerzo suyo, y sudor de sangre, sino como copero de Dios, que le ofrecía el cáliz de la tribulación, para purgarlo y enaltecerlo.