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Impulso de lo Calasancio
La celebración de los Centenarios de Calasanz en 1948 fue una buena ocasión para promover todo lo calasancio en este primer mandato del P. Tomek como General. Y aquí hemos de mencionar varios escolapios que sobresalieron especialmente.
El P. Calasanz Bau (1904-1967), de la Provincia de Valencia, pasó los primeros años de su vida ejerciendo el ministerio escolapio en varios colegios de su Provincia. Ya hemos tratado sobre él más arriba. Añadiremos algunas informaciones. En 1947 era rector de Valencia, cuando surgieron algunas desavenencias con su Provincial. Es enviado a la fundación de la Casa de Escritores de Madrid. Y comienza entonces su extraordinaria carrera como historiador. De él escribe el P. C. Vilá en DENES II: “Como historiador y hagiógrafo, desplegó una actividad extraordinaria, suscitó problemas e inquietudes y, aunque demostró capacidad de polémica y espíritu crítico no despreciable, careció de la paciencia que exige la investigación histórica, recurriendo a suposiciones e hipótesis, con frecuencia contradictorias. Con todo, su aportación global ha sido meritoria, fecunda y positiva en lo referente a la vida y obra de San José de Calasanz. En toda ella demuestra su amor al Santo y a la Orden. Brilló, además, por su palabra fácil y arrolladora en los pulpitos. Igual fluencia de palabra y transparencia de pensamiento aparece en sus escritos”. En septiembre de 1948 se desplaza a San Pantaleo, donde en unos cuantos meses prepara su Biografía Crítica de S. José de Calasanz (Madrid, CBE, 1949). En junio de 1949 son nombrados censores de la obra los PP. V. Caballero y J. Iráizoz, que la aprueban. El P. Caballero, en concreto, escribe al P. Tomek diciendo que, aunque revela algunas cosas escandalosas (¡que Calasanz era hijo de un herrero!; el asunto de los hermanos operarios), es fiel a la verdad. Merece aprobación[Notas 1]. En julio de ese año el P. Bau regresa a Madrid, para ocuparse de la edición de su obra. Hay dudas sobre el número de ejemplares a imprimir. Al final se deciden por 2000, pero en la práctica solo se pueden hacer 1300: no había papel para más, y el papel era un bien escaso en aquellos tiempos. La edición ha costado 80.000 pesetas; venderán cada ejemplar por 100 pts. hacia dentro, y por 140 hacia fuera. Y el P. Bau se encarga personalmente de la promoción y venta en los colegios escolapios. En diciembre de 1949, por ejemplo, pide permiso para ir a promocionar su obra en las Casas Centrales: es el mejor regalo de Navidad que los juniores pueden ofrecer a sus padres[Notas 2]. El P. Tomek le pide 100 ejemplares para Roma, que él ira distribuyendo como regalo a diversas personalidades.
Pero con esto no acaba la investigación calasancia del P. Bau. Se mueve luego por Aragón y Cataluña buscando nuevos documentos sobre la vida de Calasanz en España, que publicará más tarde. Con su fama de nuevo autor, en Cataluña le piden que escriba la Historia de la Provincia, con motivo del bicentenario de la misma (1951). El P. Bau acepta encantado el encargo, y pasa a residir en Barcelona durante varios meses. La Historia de Cataluña aparece, en efecto, en 1951. Hay algunas afirmaciones que no agradan a los escolapios catalanes, por juzgarlas inexactas. Sin embargo, en 1956 vuelven a encargarle que escriba la Historia de los Escolapios en Cuba, al celebrarse en 1957 el centenario de la fundación de Guanabacoa. Y a Cuba va el P. Bau, y redacta su obra que, de nuevo, no agrada a algunos escolapios de Cuba y de Cataluña. Pero el P. Tomek, bien aconsejado, le defiende siempre: corríjase lo que indiquen los censores, pero la obra debía ser publicada. La muerte le sorprendió cuando estaba en imprenta su obra de mayor tirada: una vida de San José de Calasanz a partir de su tesis doctoral.[Notas 3]
El P. Bau era licenciado en Historia, pero él quería (y el P. Tomek le animaba) obtener el doctorado. Después de cumplir otros requisitos académicos, prepara su tesis, que con el título Revisión de la vida de S. José de Calasanz es publicada en Salamanca en 1963, en un volumen especial de Analecta Calasanctiana. Después de esta publicación pasó el resto de su vida en Valencia, dando clases y haciendo alguna otra publicación.
Otro historiador gigante de esta época en el P. Leodegario Picanyol (1896-1968). Todavía joven, fue llamado de Cataluña a Roma por el P. Del Buono en noviembre de 1924[Notas 4]. Su primer cargo fue de Postulador General. En aquellos momentos hay una causa entre el Vicario General Del Buono y la Provincia Romana. El P. Picanyol investiga en el Archivo de San Pantaleo y encuentra documentos probando que la casa es propiedad del P. General. Poco a poco el P. Picanyol se convierte en hombre de confianza del P. Del Buono, que le consulta sobre diversos asuntos de importancia para la Orden. Y lo mismo sucede con el Visitador, Mons. Pasetto, que le lleva como secretario suyo en la visita canónica a España de 1925.
- El 24 de agosto de 1925, escribe el P. Del Buono en su Diario: “El P. Picanyol comienza el traslado del archivo a la nueva sede. Se encuentra actualmente en la habitación encima de la sacristía”. El 2 de noviembre del mismo año escribe el P. Del Buono: “A las 10, importante conversación con el P. Picanyol (entre otras cosas): Reordenación del Archivo e ideas generales de clasificación. Los Capítulos Generales. Se conservan muchas cosas que tal vez se creían perdidas. Índice.” Y el 6 de noviembre escribe: “Ordenación de nuestro Archivo General en S. Pantaleo. ¡Cómo exulta el ánimo al contemplar finalmente, después de tantas aventuras, todo el material del Archivo, ordenado en las estanterías decorosas y cerradas con cristales! Las estanterías han costado 17 mil liras. Es un gasto importante, pero por fin el Archivo tiene una sede decorosa. Trabaja en la ordenación con entusiasmo el P. Leodegario Picanyol”. Es evidente que por esas fechas el P. Picanyol es ya, oficiosamente, Archivero General. En la lista de miembros de la comunidad, que el P. Del Buono anota cada año, a comienzos de 1926 el P. Picanyol sigue apareciendo como Postulador; no hay ningún Archivero oficial. Mientras tanto, el P. Picanyol realiza algunos estudios históricos sobre Calasanz y las Escuelas Pías, que muestra al P. Vicario. Del Buono escribe en su Diario el 22 de agosto de 1926: “El P. Vicario aprueba y alaba el propósito del P. Leod. Picanyol de escribir sobre nuestros colegios, religiosos y nuestras cosas de la Orden para la Revista Calasancia y en el Boletín de San Pompilio de Campi Salentina”.
El P. Picanyol seguía haciendo sus estudios, y el P. Del Buono admiraba sus conocimientos. Y así escribe en su diario el 10 de noviembre de 1926: “Importante conversación con el P. Picanyol sobre los acontecimientos de nuestra Orden en sus inicios, sobre la cuestión de los hermanos operarios, y como ya en 1633 los bien pensantes (P. Spinola, P. Castelli…) vieron que nuestra Orden se encaminaba hacia la disgregación, a la ruina. La destrucción, aunque dolorosa, decretada por Inocencio X, fue ciertamente un hecho providencial que salvó verdaderamente a la Orden, abriendo la puerta a los malos y a los que no tenían vocación…”
Por esas fechas, el P. Picanyol va a investigar al Archivo Vaticano (como luego irá a otros archivos italianos y del extranjero) para indagar sobre la historia de las Escuelas Pías en tiempos de Calasanz[Notas 5]. Y el 18 de noviembre de 1926 anota el P. Del Buono: “El P. Vicario recomienda la instancia del P. Leodegario Picanyol para ser admitido al Curso de Archiveros en el Vaticano para el curso 1926-1927. Hoy comienzan las clases”. Su futuro estaba ya marcado. En mayo de 1927 el P. Del Buono trata con el visitador Mons. Pasetto sobre la conveniencia de dejar al P. Picanyol en el archivo, y traer otro Postulador. El P. Picanyol, además, estaba haciendo los estudios de Derecho Canónico.
El 8 de junio de 1928 el P. Del Buono trata con Mons. Pasetto sobre nuevos nombramientos: el P. Picanyol será Procurador General, mientras el P. Grillo será el Postulador, y el P. Maja, antiguo Procurador, será Asistente General por Italia. El 30 de octubre de 1928, por primera vez el P. Del Buono da en su diario el título de Archivero General al P. Picanyol. Por esas fechas surge una seria complicación en la Provincia de Cataluña. Varios superiores (entre ellos el Provincial, Pantaleón Galdeano) son acusados de separatistas y obligados a dimitir. El Capitán General de Cataluña (estamos en tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera, 1923-1930), por medio del Nuncio en Madrid es capaz de ejercer suficiente presión en el Vaticano para que el P. Picanyol sea depuesto y desterrado: tiene que partir a Cuba. Se le supone inspirador del nombramiento de los superiores “catalanistas”. Al caer la dictadura, el P. Del Buono le hace regresar a Roma, para atender a las necesidades de la casa[Notas 6]. Se encarga del Archivo, y de la publicación de Ephemerides Calasanctianae, que habían dejado de publicarse en 1913. Sigue con sus investigaciones y publicaciones puntuales. En diciembre de 1932 publica en Roma el Brevis Conspectus Historicus-Statisticus Ordinis Scholarum Piarum, primera obra importante del autor, muy apreciada por quienes querían tener una primera idea sobre la historia y el presente de la Orden.
El P. Del Buono escribe en su diario el 3 de febrero de 1933: “El P. Asistente de España P. Garrido y el P. Picanyol, director de Ephemerides Calasanctianae y Archivero General, proponen al P. General la publicación semestral de Archivum Scholarum Piarum que debería contener los documentos de la Orden como los Capítulos Generales, los documentos históricos y la bibliografía calasancia[Notas 7]. Todas las Órdenes que se respetan tienen este estudio y los Escolapios a este respecto tienen mucho material. El P. General da su consenso elogiando la hermosa iniciativa, que ciertamente encontraría en todas las Provincias la plena aprobación como la han tenido las Ephemerides Calasanctianae”.
El P. Picanyol emprende la publicación de la Parva Bibliotheca Calasanctiana, con estudios particulares de temática escolapia.
No cabe duda de que el P. Picanyol gozaba de toda la confianza del P. Del Buono. Le encomienda diversas visitas y asuntos oficiales; en 1937 le nombra Presidente de los capítulos provinciales en las provincias de Bohemia, Austria, Polonia y Eslovaquia. En sus Diarios el P. Del Buono lo nombra unas 720 veces, lo cual pone de manifiesto la importancia que tenía para él. El 15 de marzo de 1940 el P. Picanyol presenta al P. General Del Buono la primera copia impresa de las Nuevas Constituciones, en la que él ha trabajado; era un quehacer pendiente desde el Capítulo General de 1919, en el que se había estrellado el P. Tomás Viñas. El P. Picanyol sigue en San Pantaleo con su cargo de Archivero General, visitando archivos y preparando publicaciones hasta el Capítulo General de 1947, en que es elegido General el P. Tomek.
El P. Picanyol sigue en San Pantaleo, con el cargo de Procurador General, además de Archivero, General, Director de Ephemerides… Es en esta época, y como parte de las celebraciones del Centenario, cuando el P. Picanyol propone al P. General la publicación de su obra más importante: el Epistolario Calasancio en 8-9 tomos. En una carta desde Barcelona al P. Tomek, fechada el 21 de diciembre de 1948, habla de la publicación del Epistolario Calasancio. Ha hablado con una editorial amiga que propone publicar todo el epistolario, 8 o 9 volúmenes, en el plazo de 6-7 años, comprometiéndose la Orden a quedarse 800 ejemplares, a precio de costo[Notas 8]. Le parecen muy buenas condiciones económicas, teniendo en cuenta que se ha de pagar entre toda la Orden, y propone que mejor que 800, se queden 1000 ejemplares, porque así servirá en el futuro[Notas 9]. Trabajo enorme, que sin duda venía preparando desde hacía años, transcribiendo los originales, copiando cartas de Calasanz en otros archivos, escribiendo las eruditas notas con que enriquece la publicación… El P. Tomek da el nihil obstat para que se imprima el Epistolario Calasancio el 3 de diciembre de 1949[Notas 10]. La obra aparecerá de 1950 a 1956, y se convertirá en publicación indispensable para cualquier estudioso de lo calasancio. Publica además otra obrita de gran utilidad, para quienes no tenían interés en leer todo el epistolario calasancio: el Florilegio calasancio, con frases selectas de las cartas de Calasanz, publicado en Roma en italiano en 1957, y en latín en 1958.
Por estas fechas se produce un lamentable incidente entre los dos historiadores. El P. Bau se queja de que Picanyol le denigra en diversas notas del Epistolario (famosa discusión sobre el número de alumnos de San Pantaleo: Bau, que conoce las 7 clases primitivas, y calcula que no cabían más de 100 alumnos por clase, dice que eran 700; Picanyol, basándose en textos del mismo Calasanz, dice que eran 1200; sobre el origen aragonés o catalán de Calasanz; sobre la fecha de nacimiento de Calasanz, que Bau fija en el 9 de agosto de 1558[Notas 11]). El conflicto venía preparándose desde el año 1957. El 3 de julio de ese año Bau envía un artículo para Revista Calasancia[Notas 12]. Pide que lo revise algún asistente. Corríjanlo o tírenlo si no les gusta. Se defiende contra las citas y acusaciones de Picanyol en los vol. 4º y 8º del Epistolario. Le parece legítimo defenderse. Le responde el 9 de julio el P. Julián Centelles. Dice que debe publicarse el artículo, pero ha de cambiar palabras insultantes contra Picanyol. Sin embargo, su editor, el P. César Aguilera, no censura (como le habían indicado) el texto de Bau, lo que produce ampollas en muchos religiosos, especialmente de Cataluña; incluso tratan el asunto en su Capítulo Provincial de 1958. El P. Picanyol, ni corto ni perezoso, responde con otro artículo no menos ofensivo en Ephemerides Calasanctianae, en el que incluso toca la integridad del P. General. Llegan numerosas quejas a Roma contra ambos artículos. El P. Vilá, director de Revista Calasancia renuncia a su cargo, y además deja Albelda, donde era Rector; el P. Picanyol pierde la confianza del P. Tomek y es devuelto a España. Tanto a Bau como a Picanyol se les prohíbe toda publicación durante el plazo de un año. Los Capítulos Provinciales de Aragón y de Valencia hacen una declaración de adhesión al P. Tomek, protestando por el artículo del P. Picanyol…
Era necesario encontrar otro Archivero General, y por suerte no estaba lejos. Era el P. György Sántha (1917-1975), húngaro. Tras enseñar un tiempo en su país, en noviembre de 1948 recibió obediencia para pasar, como profesor, al Calasanctianum de Roma. Y allí residió hasta que en 1955 el P. General le llamó a San Pantaleo, aunque seguía dando clases en Monte Mario. Al marchar de Roma el P. Picanyol en 1958, le sucedió en sus cargos: Archivero General, Director de Ephemerides. Además, ese mismo año había presentado su dimisión como Asistente General por Europa el también húngaro P. János Walter (1886-1972), cargo que había ejercido durante 30 años, desde 1928 (seguramente el asistentazgo más largo de nuestra historia). El P. Sántha fue Asistente General por Europa Central desde 1958 hasta 1973. En 1958 comenzó a organizar la Biblioteca Escolapia de San Pantaleo. De él dice el P. Vilá en DENESII: “Su mérito principal se cifra en la obra de investigación histórico-calasancia y escolapia, misión para la cual tenía innegable vocación y talento indiscutible. Desgraciadamente su corta vida (murió a los 58 años) no le permitió realizar una obra de síntesis sobre la historia de la Orden. Publicó en latín una larga serie de artículos. De grandísima importancia para la ulterior investigación calasancia y escolapia es la publicación por él realizada de las cartas dirigidas a Calasanz desde Europa Central, de España y de Italia. Dejó recopiladas unas 1500 cartas de contemporáneos del Santo. Creemos que Sántha intuyó y vio claro en muchos problemas, pero que acaso por su timidez no se atrevió a destruir tradiciones mal fundadas. Su obra, con todo, será recordada muchos siglos, pues ilumina no sólo las primeras páginas de la Orden escolapia y el segundo período de la vida de San José de Calasanz, sino que también arroja luz sobre muchas otras de la vida de la Iglesia en diversas partes de Europa.” Su obra principal, que mereció ser publicada en la BAC, fue San José de Calasanz. Su Obra. Escritos. (Madrid, BAC 1956). Hay que decir que la obra respondía a una petición de la BAC, que quería publicar sobre Calasanz y su obra. El P. Tomek eligió al P. Sántha para que la escribiera[Notas 13]. Se hizo una tirada importante, de 6.000 ejemplares, de los que la Orden se queda con 1.000 (sin derecho a venta), mientras al autor le pagaron 37.500 pts., una bonita cantidad en aquella época. Y ha sido reeditada más tarde[Notas 14]. Es, posiblemente, la obra que más ha contribuido para dar a conocer la pedagogía calasancia. El P. Tomek la repartió generosamente a quienes podía interesar, y recibió muchas alabanzas de todas partes. Entre las obras “menores” del P. Sántha están las biografías de los primeros 20 Padres Generales, que empezó a publicar, y que otros historiadores han continuado, y se van publicando en esta revista, Archivum.
En lengua italiana, el biógrafo de Calasanz más destacado de esta época es Francesco Giordano (1891-1966). Su obra, Il Calasanzio e l’origine della scuola popolare (Génova, 1960), adquirió una amplia difusión. Se trata más bien de una obra divulgativa, con magníficas fotografías, ideal para regalo a quien no conocía mucho a Calasanz. La obra, en realidad, la iban preparando al alimón los P. Giovanni Ausenda y Giordano, pero el primero, más ocupado, dejó que diera los últimos toques el segundo, y renunció a que su nombre apareciera como coautor[Notas 15]. Una vez publicado el libro, el P. Tomek escribe una circular a los Provinciales de Italia recomendándolo[Notas 16]. Él mismo envía algunos ejemplares a los junioratos de España, para que el Maestro los regale como premio a los juniores que se distingan más por su amor a lo calasancio.
Notas
- ↑ AGSP, Fondo Tomek, Prot. 1106/1949.
- ↑ AGSP, Fondo Tomek, Prot. 1660/1949.
- ↑ BAU, C. S. José de Calasanz. Publicaciones de Revista Calasancia, Salamanca, 1967. 420 páginas.
- ↑ AGSP, Diarios del P. Del Buono.
- ↑ AGSP, Diarios del P. Del Buono, 11 de noviembre de 1926.
- ↑ AGSP, Diarios del P. Del Buono, 5 de septiembre de 1931.
- ↑ Esta primera serie de ASP apareció en 1936, y consta de 15 volúmenes a razón de un volumen anual, hasta 1956, con el hueco de los años 1944-1949, todos dirigidos por el P. Picanyol. Como indica el P. C. Vilá en la presentación del nº 1 de la segunda serie (la actual), el nuevo Archivero General, P. G. Sántha no continuó su publicación. Fue, pues, el P. Claudio Vilá quien relanzó la publicación en 1977, con dos volúmenes anuales. El P. Vilá dirigió ASP hasta el nº 18 (1985), y luego fue el P. Osvaldo Tosti quien tomó el relevo, hasta el nº 46 (1999). Le sucede Goffredo Cianfrocca (nn. 47-53, 2000 a 2003). Sigue después el P. A. García Duran, del 54 al 78 (2015). En ese año le sucede el P. José P. Burgués.
- ↑ Efectivamente, los 9 primeros volúmenes se publicaron entre 1950-1956. El 10, preparado por el P. Vilá, en 1988. Y en el magazino de San Pantaleo aún quedan muchos ejemplares, para el futuro…
- ↑ AGSP, Fondo Tomek, Prot. 80/1949.
- ↑ AGSP, Fondo Tomek, Prot. 1623/1949.
- ↑ AGSP, Fondo Tomek, Prot. 1503/1955.
- ↑ AGSP, Fondo Tomek, Prot. 975/1957.
- ↑ AGSP, Fondo Tomek, Prot. 965/1952.
- ↑ En 1984, también en la BAC, pero con un título ligeramente diferente: San José de Calasanz. Obra pedagógica.
- ↑ AGSP, Fondo Tomek, Prot. 874/1959.
- ↑ AGSP, Fondo Tomek, Prot. 445/1960.