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Contenido

Diario 1. 1922-23

Del Libro de Registros

28 octubre 1922

Se intima a los religiosos de la Provincia de Nápoles Tito Bianchini, Giuseppe C. Caponio y Francesco Cibarelli a anular el documento civil hecho en el tribunal de Nápoles para devolver al P. Provincial Oreste Sacchi la procura de los bienes de la Prov. de Nápoles bajo amenaza de las penas indicadas en los cánones y en virtud de Santa Obediencia.

4 enero 1923

El H. O. Raffaele Pace, en virtud de santa obediencia, sale para su provincia de Nápoles.

10 enero 1923

Se intima la suspensión a divinis y se da el primer aviso para la expulsión a los hermanos de la Prov. de Nápoles Tito Bianchini, Giuseppe C. Caponio y Francesco Cibarelli, a cada uno, por contumacia al responder a la intimación que se les dio el 28 de octubre del año pasado.

Visita Apostólica.

El 5 de marzo de 1923 se informó a los Prepósitos Provinciales de toda la Orden que la S. Sede había nombrado Visitador Apostólico para nuestra Orden al Rmo. e Ilmo. D. Luca Ermenegildo Pasetto, Obispo titular de Gera, de la Orden de los PP. Menores Capuchinos, que con Pío X había sido Predicador Apostólico (Padre Luca de Padova).

8 mayo 1923

El Rmo. P. Tomás Viñas, Prepósito General informó con una Circular al Vicario General de España y a los Prepósitos Provinciales que había dimitido de su cargo y la S. Sede había aceptado su dimisión.

De las Actas de la Curia General

Sesión 106, 26 de febrero de 1923, en la cual el Procurador General leyó la carta de la S. Congregación de Religiosos, que dice lo siguiente:

Roma, 8 de febrero de 1923 N. 398/23

Rmo. Padre. Me apresuro a dar a conocer a V.P. que el Santo Padre, en la audiencia concedida el 6 del corriente mes al Emmo. Cardenal Prefecto de esta Congregación, se ha dignado nombrar Visitador Apostólico de toda la Orden a Mons. Luca Ermengildo Pasetto, Capuchino, Obispo de Gera. Lo cual comunico a Vuestra Paternidad para conocimiento suyo y de su Curia General.

Créame… Mauro Serafini, Secretario. Al Rmo. P. Procurador General de las Escuelas Pías’.

La carta había llegado al Procurador General el 24 de febrero. En nombre de la Curia General, el Procurado escribió a la S. Congregación que “la Curia se pone a disposición del Sr. Visitador”.

En esa sesión estuvieron presentes el P. General Tomás Viñas y los PP. Asistentes Salvatore Addeo, Marcelino Ilarri, Francesco Tiboni y José Rapp, y el Procurador General Everardo Boschi.

El 4 de marzo en San Pantaleo, en la Capilla de la Aparición, el Sr. Visitador tomó posesión de su cargo, y leyó el Decreto de su nombramiento como Visitador de a Orden. Pocas palabras del Sr. Visitador, que dejaron en todos los presentes una santa impresión. Estaban presentes en la ceremonia el P. General, los 4 Asistentes Addeo, Ilarri, Tiboni y Rapp, el Proc. Gen. P. Boschi, el Procurador de España P. Pascual Juan y los hermanos operarios Casimiro, Norberto y Raffaele.

Sesión 110. 1 de mayo de 1923. Al final de la sesión el R.P. Asistente General por Italia, Francesco Tiboni, en nombre del Visitador Apostólico, declaró que “era voluntad de la Sagrada Congregación de Religiosos que el P. General, sus Asistentes y Procurador renunciaran a sus cargos”. Después de discutir la oportunidad de esta medida, todos los PP. unánimemente renunciaron a su cargo respectivo, tanto el General como los Asistentes. Decidieron escribir una carta al P. Visitador Apostólico, firmada por todos, que decía: “Nosotros infrascritos, Prepósito y Asistentes Generales de la Orden de las Escuelas Pías, presentamos a V.E. Rma. la dimisión de nuestros respectivos cargos, deseando que esta acción sirva para el bien de la Orden a la que tenemos el honor de pertenecer. Roma, 1 de mayo de 1923. Devotísimos en Cristo, Tomás Viñas de S. Luis, Prepósito General; Salvatore Addeo, Asistente General; Francesco Tiboni, Asistente General; Marcelino Ilarri, Asistente General; José Rapp, Asistente General”.

El 9 de mayo se leyó por el Rmo. Visitador Apostólico el decreto de fecha 3 de mayo que decía:

“S.S. el Papa Pío XI, había aceptado la renuncia del Rmo. P. General y los Asistentes Generales, así como la del Procurador General y había dispuesto: que la autoridad del Prepósito General pasase al Visitador Apostólico, a quien se le asignaba el P. Giuseppe Del Buono como Vicario General; que se designaba al P. Boschi Procurador General provisional para gestionar los asuntos ante la Santa Sede; que el Visitador Apostólico, con el consejo del Vicario General, presentaría los nombres de cuatro religiosos idóneos de para que la misma S. Congregación los nombrara Asistentes Generales; que todos continuasen en esos cargos hasta que la misma S. Congregación considerase oportuno el proceder a la convocatoria de un Capítulo General para hacer los nombramientos de acuerdo con las Constituciones”.

8 de mayo de 1923.

El Preposito General P. Viñas informó al Vicario General de España y a los Prepósitos Provinciales que había presentado el 1 de mayo su dimisión al cargo, y había sido aceptada.

La circular de la dimisión del P. General me llegó a Chiavari la mañana del 9 de mayo, miércoles, vigilia de la Ascensión. Como Provincial, debí darla a conocer inmediatamente a todas las casas de la Provincia, en las cuales produjo una gran impresión y un gran dolor, pues el P. Viñas era muy querido en la Provincia de Liguria.

Viernes 11 de mayo.

Me encontraba en mi segunda hora de clase, explicando a mis alumnos de 4º de Gimnasio la Égloga IV de Virgilio. El primer correo me traía dos cartas del Sr. Visitador. La primera me venía dirigida como P. Provincial de Liguria, y decía así:

“Roma, 9 de mayo de 1923. M.R.P. Provincial.

Le remito el Decreto adjunto con el cual, después de aceptar las dimisiones del P. General, los Asistentes Generales y el procurador General de las Escuelas Pías, se provee al gobierno provisional de la Orden. Se ruega a V.P. lo comunique a todas las casas de su Provincia, para que todos sus religiosos sean informados.

Reciba mientras tantos la expresión de mi profunda estima, con la cual me profeso…”

La segunda carta que recibí esa mañana del 11 de mayo decía lo siguiente:

“Roma, 10 de mayo de 1923. Rmo. P. Vicario General.

Al presentarle mis ms vivas felicitaciones por el alto oficio que la confianza del Santo Padre se ha dignado benignamente encomendarle, le ruego que venga inmediatamente a Roma y se establezca provisionalmente en la casa de S. Pantaleo.

Para conocimiento suyo, le adjunto el decreto que ya ha sido comunicado a todas las Provincias de la Orden de las Escuelas Pías.

Reciba la expresión de mi profunda estima con la que me profeso… L. Ermenegildo Pasetto.”

S. Congregación de Religiosos. DECRETO

Habiendo S.S. el Papa Pío XI aceptado la renuncia espontáneamente ofrecida del Rmo. P. Prepósito General y de sus Asistentes Generales, además de la del P. Procurador General de la Orden de los Clérigos Regulares, en manos del Rmo. Visitador Apostólico, su Santidad, en audiencia del 3 de mayo de 1923, se ha dignado disponer para el gobierno de la misma:

1.La autoridad del Rmo. Prepósito General pase al Visitador Apostólico Rmo. Ermenegilo Pasetto, Obispo T. de Gerra, al cual se le asigna el R. P. Giuseppe del Buono como Vicario General.
2.Se designa al R. P. Boschi, previsionalmente, para gestionar los asuntos ante la Santa Sede, como Procurador General.
3.El Rmo. Visitador Apostólico, tras oír el consejo del Vicario General, proponga a esta S. Congregación los nombres de cuatro religiosos idóneos según las Constituciones para el cargo de Asistentes Generales, para que esta S. Congregación pueda nombrarlos.
4.Permanecerán todos en los cargos citados hasta que la misma S. Congregación juzgue oportuno que se debe proceder a la convocatoria de un Capítulo General para hacer las elecciones según indican las Constituciones.

A pesar de todo lo que vaya en contra. En Roma, Secretaría de la S. Congregación de Religiosos, 3 de mayo de 1923. C. Cardenal Laurenti, Prefecto.

No diré mi impresión, o más bien aturdimiento; hasta tal punto me parecía imposible que yo hubiera sido nombrado para el supremo cargo de la Orden, y en un momento extremamente delicado y difícil por la renuncia del P. Viñas y por la presencia de un Visitador Apostólico.

Domingo 13 de mayo

Antes de dar una respuesta al Sr. Visitador, fui a ver a mi tío el P. Luigi Del Buono a Cornigliano Ligure, quien me animó a actuar de acuerdo con la Santa Obediencia por amor a la Orden, pues el Señor me ayudaría en el difícil cargo. “Acuérdate, me dijo aquel santo viejo, que cerca de S. Pantaleo tienes la tumba de tu patrón S. Felipe Neri”.

Y así, obtenido (el permiso) del Ayuntamiento de Chiavari, del que en aquel momento era Alcalde el Com. Hon. Arata, la noche del 15 de mayo salía hacia Roma con el tren de las 21.

No diré lo que me dolió dejar Chiavari, después de vivir allí puede decirse que durante 33 años. En Chiavari yo estudié el Liceo, de Chiavari fui a la R. Univ. de Génova, en Chiavari enseñé durante 26 años en el Liceo reconocido, del cual fui además Director durante 20 años, como había sido 16 años Rector del Colegio. Billete de tren para Roma: 73,50 L. (2ª clase, con reducción).

Miércoles 16 de mayo

A las 6 ½ llego a Roma. A la soledad y al abandono de S. Pantaleo.

“P. Vicario, escoja la habitación que quiera”.

No era fácil elegir: todas estaban sucias y sin preparar.

A las 7 ½ celebro la misa en el altar de S. Pantaleo, en el que me encomiendo al S. Patrón de la iglesia, a S. José de Calasanz, a los Santos de las Escuelas, a mi S. patrón, a las almas santas del Purgatorio.

En S. Pantaleo estaban el P. Tiboni, que era Rector; el P. Addeo, Asist. General dimitido; el P. Boschi, Proc. Gen.; el P. Rapp, Asistente General de Austria, y los hermanos operarios Casimiro (Cat.), Norberto (Ara.) y Luigi (Roma). El P. General, con el P. Ilarri y el H. Raffaele estaba en Vía Monserrato 152, piso V, en el palazzo de la Condesa Margherita Luparini.

A las 10, acompañado del P. Everardo Boschi, he ido a hacer la primera visita al Sr. visitador apostólico en Vía Sardegna nº 40.

S.E. me ha acogido con gran bondad y cortesía, y desde el primer encuentro le he quedado muy agradecido y me ha caído muy bien.

Después de alejar al P. Boschi, he quedado a solas con Monseñor, el cual a mis ruegos de librarme de este cargo, para el que me consideraba completamente inadecuado, me invitó a aceptarlo, diciéndome que lo haría muy bien, pues estaba obedeciendo. Me habló de la necesidad de ir de acuerdo en todo, y me añadió que por lo demás él se quedaría uno o dos meses conmigo y luego me dejaría libre para gobernar la Orden.

Tras mencionar de pasada los nombres de los Asistentes Generales, hablamos de la Postulación, que se encontraba en un estado de total abandono, pues el P. Tiboni, un religioso santo y docto, se ocupaba de ella poco o nada. Era necesario proveer a la misma cuanto antes, pues ese era el deseo del Prefecto de Ritos Cardenal Vico y del Secretario de la Congregación, Mons. Verde.

Al despedirme, acompañándome hasta la puerta, me dijo que por la tarde, hacia las 16 h., vendría a buscarme a S. Pantaleo para presentarme al Prefecto de Religiosos, Cardenal Laurenti, al palacio de la Cancillería. Hecha la presentación, el Sr, Visitador quiso retirarse, dejándome a solas con el Cardenal Prefecto.

Tras las acostumbradas expresiones de respeto y de agradecimiento por el honor que me había hecho con el nombramiento del 3 de mayo, con lágrimas en los ojos imploré a S. Em. que me librara de tanto peso y de un cargo tan difícil, para el que no estaba preparado ni tenía las dotes requeridas.

S. Em. me escuchó con mucha bondad y luego comenzó a animarme a la obediencia, que obra milagros en todo, y a aceptar la voluntad de Dios, que se había manifestado a través de la expresa voluntad del Papa.

Luego me pregunto: “¿Ama Usted a su Orden?” “Sí –respondí -, Eminencia; amo mucho a mi Orden que me ha dado todo, el alimento del espíritu y el del cuerpo…” “Pues bien – continuó con gran bondad el Eminentísimo-, si usted ama de verdad a su Orden, acepte el cargo impuesto por la obediencia, y con su obediencia procurará un gran bien a la Orden tan benemérita de las Escuelas Pías. Recuerde, Rev. Padre, que la Orden de las Escuelas Pías es una Orden rebelde a las directrices de la S. Sede, y que en este momento las Escuelas Pías están separadas de la Santa Sede. Le corresponde a usted la santa tarea de unirlas y de mostrar todo el obsequio filial para con la Sede Apostólica. Obedezca, le ruego, al Visitador Apostólico; le obedezca filialmente en todo, incluso en aquellas cosas que según su propio juicio le parezcan poco útiles para el bien de la Orden. Por lo demás, Mons. Pasetto es prudente y sabio, y hará bien a las Escuelas Pías. Sígale, y quiérale. Por lo demás, la S. Sede ha actuado con gran respeto a su Orden, al imponerle no un Visitador cualquiera, sino nombrando a un religioso, adornado con la dignidad episcopal, y que ya antes había sido Predicador Apostólico.

Y ahora pida audiencia al S. Padre, para presentarle sus respetos y su perfecta obediencia, y apara agradecerle el insigne hecho de haberle nombrado Vicario General. Pero no diga nada más al S. Padre, y no haga como el P. Viñas, su predecesor, del cual el S. Padre dijo que había ido a asaltarle”.

Después de hablarme así, me abrazó como un padre amoroso abraza a su hijo predilecto.

Salí de mi primera conversación con el Card. Laurenti confuso por las graves expresiones con respecto a la Orden (rebelde y separada de la Iglesia), pero confortado por las palabras y la bondad del Prefecto de los Religiosos.

Después de la visita al Cardenal Laurenti, el Sr. Visitador me ha preguntado si había visto ya al P. Viñas, y al responderle que no, porque no había tenido tiempo, S.E. quiso acompañarme personalmente a ver al P. General, añadiendo: “Usted no conoce al P. Viñas, que es capaz de cualquier desaire, que en este momento sería muy grave, siendo usted su Superior”. Al decirle yo que eso no era posible; Monseñor añadió: “Usted no lo conoce, pero yo le he conocido en estos dos meses de visita”.

El Rmo. P. Viñas estaba en casa, y vivía en Vía Monserrato en el número 152, piso 5º. Nos ha recibido cortésmente, pero con mucha frialdad. El P. Viñas me ha preguntado por los Padres de la provincia ligur, y particularmente por los religiosos de Chiavari, que conocía bien, pues había estado de huésped durante las vacaciones de verano de 1915 durante más de un mes. Después de un breve coloquio, hemos quedado en que mañana, jueves, 17 de mayo, a las 9 el P. General me hará la transmisión del cargo.

Después de la visita al P. Viñas he acompañado al Sr. Visitador a su casa en Vía Sardegna, 40.

A las 18 he tenido una segunda charla con el Sr. Visitador, quien me ha indicado que era intención de la S. Congregación de Religiosos encomendar la Provincia de Liguria a la dirección del P. Luigi Del Buono. También me ha indicado que era urgente nombrar nuevos PP. Asistentes, los cuales a su juicio, o mejor, por sugerencia del P. Boschi podrían ser los PP. Antonio Mirats, Vicario General de España; Cornelio Szinger, Provincial de Hungría; Giovanni Giovannozzi. Por la Provincia Romana no sabía quién escoger, y no encontraba una persona digna del cargo. En general el Sr. Visitador muestra poca estima por nuestros Padres de la Provincia Romana.

Añadió el Sr. Visitador: “Usted deberá volver a Chiavari para proveer a la dirección del gimnasio y de su clase hasta el final de este año escolar, y con este motivo hable y pida consejo a su venerado tío, que dicen es muy prudente y buen conocedor de la Orden, acerca de los nombres a presentar a la Congregación para formar la Curia General. Pero le recomiendo silencio con otras personas”.

Viendo la bondad, e incluso la manera verdaderamente paterna con que me trataba, me he atrevido a preguntar a Monseñor: “Pero ¿quién ha sugerido mi nombre a la S. Congregación para ser nombrado Vicario General? ¿Tal vez el Cardenal Mistrangelo?” Monseñor me ha preguntado: “¿Es usted amigo del Cardenal?” “Bueno –le he respondido- , el Cardenal no muestra mucha simpatía por el P. Luigi Del Buono, al cual se mostró contrario, especialmente en el último Capítulo de 1919 (Fiesole), pero al sobrino mostró siempre, y muestra aún, mayor simpatía, de la que le ha dado claras pruebas especialmente con motivo de su nombramiento como Provincial de Liguria”.

“No lo diga a nadie –repuso Monseñor-, pues si en Roma se llega a saber que usted es amigo del Cardenal, ya no sería persona grata a la Congregación, pues el Cardenal se ha ocupado demasiado de las Escuelas, en perjuicio de la Orden…”

En realidad el Cardenal no había tenido nada que ver con mi nombramiento, pues la dimisión del P. Viñas se había presentado en la sesión del 1 de mayo. La carta con la dimisión se presentó a la Congregación la mañana del 2, y en la audiencia del 3 de mayo el S. Padre hizo mi nombramiento. El cual fue propuesto por el mismo Visitador, quien había recibido buenos informes sobre mí especialmente del P. Boschi. Por lo demás, es sabido que el P. Viñas hablaba siempre del P. Giuseppe Bel Buono alabándolo mucho.

Jueves 17 de mayo

Después de una noche casi sin dormir, me he levantado de mi lecho a las 5. Las demasiadas impresiones del día anterior y el ruido nocturno de la Vía de la Cucagna me han impedido reposar.

Ocupo una de las habitaciones del llamado pasillo de los Asistentes, sucia y llena de pulgas. La cama dura es más adecuada para torturar que para reposar los miembros cansados.

¡Pobre casa de S. Pantaleo, pobre en todo el sentido de la palabra!

El Rector es el P. Francesco Tiboni, un santo varón en el pleno sentido de la palabra, pero incapaz, incluso por su pobre salud, de gobernar una casa. Mandan los hermanos operarios, y particularmente el H. Casimiro, que tiene todas las llaves, incluso la de la biblioteca, y sabe todo, las costumbres y las necesidades. Pero es bueno, muy cortés y caritativo. Está el P. ex Asistente Romano Salvatore Addeo, que en realidad no pertenece a esta comunidad, pero la provincia romana paga por él una pensión mensual. Los PP. Rapp, Asistente, y Boschi, Procurador, duermen en S. Pantaleo, pero van a comer con el P. General en Vía Monserrato. Están además los dos hermanos operarios Luigi, de la provincia romana y Norberto, de la provincia de Aragón. El primero es el cocinero de la comunidad; el segundo se ocupa de las habitaciones de los Padres. Otros servicios los hace un muchacho de unos 17 años que, según me dicen, quiere hacerse capuchino. Se come mal, y me parece que no lo suficiente. Ayer el P. Tiboni me hizo servir dos huevos por la mañana y por la noche, y al preguntarle me ha dicho que para mí la comida no era suficiente. ¡Pero si no es suficiente para mí, no puede serlo tampoco para los demás! El P. Addeo sigue un régimen especial. La casa, desgraciadamente, es muy pobre; vive con las pocas entradas y con los subsidios del P. General, que controla siempre la economía. Por lo demás, cada cual se las arregla como puede. El P. Boschi refunfuña que los hermanos operarios lo derrochan todo con sus amigos a escondidas. ¿Será cierto? Por otra parte, el mismo P. Boschi se compra salchichón, huevos, vino, que consume en la mesa común. En la cena sirven las sobras de la comida de Vía Monserrato. Oigo comentar que mientras en S. Pantaleo se está mal, en Vía Monserrato el P. General se trata bastante bien.

Es una situación dolorosa, a la que hay que poner remedio. Pero ¿cómo hacer?

Vida verdaderamente común, no existe. Cada cual se las tiene que arreglar con el lavado de la ropa, el barbero y, naturalmente, el vestuario. Recibe cada cual las intenciones de misas.

Es huésped de la comunidad un cierto Mons. De Stefani, que vive en buena relación con los Padres y se presta para todo. No sé qué pensión paga a la casa.

Para las prácticas piadosas he encontrado mucha regularidad. La meditación no se hace por la mañana, sino a mediodía. A las 8 de la tarde se recitan los salmos en honor de la Virgen María, y se hace un cuarto de hora de meditación. Después de cenar, las letanías de los santos. He encontrado en S. Pantaleo la hermosa costumbre de recitar cada tarde, al Ave María, el S. Rosario con la Visita al Sto. Sacramento, y la bendición con la píxide. Pero no viene mucha gente, pues no es un horario fijo, a causa del cambio continuo del Ave María, y luego la función se prolonga con otras oraciones.

También esta mañana he celebrado en el altar de San Pantaleo.

A las 9 el Sr. Visitador ha venido a S. Pantaleo y he ido con él a Vía Monserrato a ver al Rmo. P. General, que me ha entregado la Caja, el Archivo, etc. Durante la transmisión el Rmo. P. Viñas estaba muy ceñudo. Ha entregado al Visitador la llave de la caja de los depósitos, que Monseñor me ha entregado a mí.

Después de la entrega, el P. Viñas ha pedido al Sr. Visitador permiso para hablar, para presentar, en presencia del Visitador y del nuevo Vicario, su protesta formal. Y ha protestado contra el modo como ha sido inmerecidamente tratado por la S. Congregación, que le ha obligado a presentar la dimisión sin darle la posibilidad de defenderse, y ha protestado con mucha fuerza contra la conducta del P. Asistente Rapp y del Procurador P. Boschi, que le habían traicionado y con sus manejos había arruinado a la Orden. Y quería presentar su protesta ante el Visitador porque no convenía que los dos religiosos fueran conservados en el gobierno de la Orden, y si eso hubiera ocurrido, habría debido protestar altamente ante la Santa Sede…

El Sr. Visitador se mantuvo impasible durante la viva protesta del P. Viñas. Yo temblaba, y estaba asustado, pues temía que de un momento a otro el Padre, en su exasperación, pudiera decir palabras ofensivas con respecto al S. Padre y el Visitador Apostólico.

Como había sido nuestro huésped en Chiavari, yo sé que el P. Viñas a menudo es demasiado violento.

No veía el momento de salir de aquella entrevista. Y cuando hemos salido de la puerta, el Sr, Visitador me ha dicho: “Padre, ¿porque muestra tanto miedo al P. Viñas? No debe temerle; usted debe recordar que a partir de ahora es el Superior de la Orden, y el P. Viñas es un súbdito suyo, como los demás religiosos”. Le he respondido que no quería dar la impresión durante la entrevista de tener miedo, sino una gran lástima por el pobre Padre que, tal vez, había caído de su alta dignidad no por culpa suya, y que su estado actual me daba mucha compasión. “Eso no habría ocurrido, Padre, si hubiera obedecido a las órdenes de la Congregación, y hubiera comprendido las intenciones de la S. Sede. Con su gran ingenio, el P. Viñas no ha comprendido ni Roma, ni la posición de General…”

Al llegar al último rellano de las escaleras del edificio, el P. Visitador me ha preguntado de repente: “Cuando el P. Viñas se vaya de Roma, ¿vendrá usted a vivir aquí, en Vía Monserrato?” Y yo le he dicho: “Excelencia, se me lo permite, quisiera presentarle un ruego”. “Diga, diga, Padre”, repuso el Visitador. “Bien -he añadido-, si V.E. me lo permite, me quedaría en S. Pantaleo. Aquella es la casa de S. José de Calasanz. Es verdad que es pobre y está en mal estado, pero siempre será la casa en la que durante 36 años estuvo nuestro S. Fundador. Puedo decirle que en Italia ha causado maña impresión que el P. General, después de vender la Casa Generalicia de Vía Toscana 12 haya abandonado, después de apenas un año de estancia, la Casa de S. Lorenzino en Piazza Rusticani, para pasar con su Curia a este 5º piso de un edificio ciertamente señorial, pero que no corresponde a la dignidad de una Curia Generalicia. Además, la Comunidad de S. Pantaleo se encuentra en condiciones económicas miserables; la cocina deja mucho que desear, y será bueno tener una sola comunidad, y ahorrarnos el alquiler de este apartamento, que aunque no es elevado (4.400 liras al año), ciertamente representará un ahorro”.

El Sr. Visitador ha respondido: “Me alegro mucho de su decisión, que ciertamente dará mucho gusto a la S. Congregación, a la cual yo referiré todo. Puedo decirle que en Roma en conjunto no ha dado buena impresión que el P. General de una Orden tan ilustre se hubiera refugiado en un apartamento privado”.

El Sr. Visitador debía pasar por la Congregación y le he acompañado hasta la puerta de la Cancillería. Durante el breve trayecto, el Sr. Visitador me ha preguntado: “¿Por qué está usted tan triste y pensativo? Recuerde, Padre, que yo no soy el Visitador Pietrasanta, y que si hubiera de hacer el mínimo mal a las Escuelas Pías, preferiría irme”

He respondido al S. Excelencia: “No pensaba en ello; más bien reflexionaba en tantas cosas de nuestra Orden, y cómo me puede ocurrir a mí también lo que ha ocurrido al pobre P. Viñas”. “No le ocurrirá eso –ha añadido Monseñor- si usted me sigue y se muestra siempre obsequioso a las órdenes de la S. Congregación”…

A las 16 de la tarde he ido a visitar el colegio Nazareno. Acogida cordial por parte del Rector P. Farinacci y de los Padres, que se mostraron muy contentos con mi nombramiento. Se sabe que todos los Padres de la provincia de Roma están contra el P. Viñas.

A las 18 ½ he ido acompañado del P. Boschi al Vicariato, para visitar al Cardenal Vicario Basilio Pompili, Protector de la Orden. Larga e inútil espera, pues esta tarde el Cardenal ha ido a las vesticiones en un instituto de religiosas.

Viernes 18 de mayo.

He reposado un poco mejor, aunque mi sueño también ha estado muy agitado esta segunda noche por los ruidos de la Vía de la Cucagna. Es un tormento el paso de los autobuses con motor de explosión.

Bajando para celebrar la Santa Misa me he detenido un buen rato ante la querida imagen de la Virgen del Milagro en el primer rellano de la escalera. Me he encomendado a la Virgen para que me ayude en las presentes tristes circunstancias de la Orden. ¿No confortó ella a N.S. Padre, que tenía su habitación allí al lado, en sus penas, en sus profundas angustias y persecuciones?

Celebro la Santa Misa sobre la tumba venerada de N.S. Patriarca. ¡Qué emoción he sentido, qué sentimientos de confianza y de resignación han ocupado mi espíritu oprimido!

A las 10, acompañado del P. Boschi, he ido a visitar al Cardenal Vicario, Protector de la Orden. S. E. tenía aquella mañana pocas visitas, y nos ha recibido casi inmediatamente en su estudio. La imponente figura del Cardenal impone respeto y sumisión. Observa a sus visitantes con dos ojos escrutadores. Pero en su trato muestra bondad, o una cierta benevolencia.

He presentado mis respetos y mi obediencia al Purpurado, el cual casi sin las acostumbradas frases de agradecimiento y de conveniencia ha comenzado a hablar con palabras candentes contra las Escuelas Pías, el P. Viñas y el Cardenal Mistrangelo.

En las Escuelas Pías, especialmente en las de Roma, lamentó la falta de orden y de espíritu religioso, y tuvo palabras muy duras contra el Colegio Nazareno, y se puede decir que contra todos los Padres de las Escuelas Pías romanas.

Pero las palabras más ardientes fueron contra el P. Viñas, desobediente siempre a las órdenes de los Superiores, y que gobernó con el bastón. Señaló que él, en tantos años de Vicariato, nunca había suspendido a un sacerdote suyo. “Y, ¿sabe, Padre General, añadió, cuánto tiempo hace que no veo en mi presencia al Superior de las Escuelas Pías? … ¡Dos años! ¡Dos años, digo! ¡Y yo soy el Cardenal Protector de la Orden! ¡Menudo Protector estoy hecho! Y aquel buen hombre del Cardenal Mistrangelo que ha arruinado la Orden queriendo mezclarse siempre en sus asuntos. En el último Capítulo General me la ha pegado, y ha logrado con sus intrigas hacer elegir al P. Viñas, que no era deseado ni por el Papa, ni por los suyos…”

Y, cuando Dios quiso, el Eminentísimo puso fin a sus improperios, y levantándose para acompañarme, me dijo estas palabras textuales: “¡Bah, anímese, de todos modos no logrará hacer nada!”

Yo era ya consciente de mi propia nulidad, pero Su Eminencia en aquel momento fue muy cruel. Pero, como todos saben, en aquel momento estaba muy enojado contra el P. Viñas y contra el Cardenal Mistrangelo.

Cuando en el mes de enero anterior los dos Padres Tito Bianchini y Francesco Cibarelli habían venido a Roma desde Nápoles para acusar al P. General que les había suspendido a divinis porque no habían querido obedecer sus órdenes, se presentaron al Cardenal Pompili, se lamentaron ante S.E. y, apenas oyó de que se trataba, dio un fuerte puñetazo sobre la mesa y dijo: “¡Es la última que hace el P. Viñas!” Y escribió una carta a la S. Congregación de Religiosos, pidiendo que se pusiese fin de una vez por todas al gobierno de las Escuelas Pías… Y la Congregación puso en marcha la Visita Apostólica… ¡Y así las Escuelas Pías pueden estar agradecidas al Cardenal Protector el regalo que les hizo!

Llegado a la sala del Trono, hasta donde el Cardenal suele acompañar a sus visitantes, me he echado a llorar, pues las palabras del Cardenal, aunque no iban dirigidas a mí, golpeaban a nuestra Orden, por la cual mostraba en aquel momento tener tan poca estima.

Después del cardenal Vicario, acompañado siempre por el P. Boschi, fui presentado a S.E. Monseñor Giuseppe Pulica, Vicegerente de Roma, que se ha sorprendido de mi juventud[Notas 1], y ha añadido que ciertamente yo debía ser el General más joven de las Órdenes en Roma. He sido presentado también a Mons. Francesco Pascucci, Secretario del Vicariato y a Mons. Felice Bevilacqua.

Luego he pasado a la Congregación de Religiosos para presentar mis respetos a Mons. Abad Mauro Serafini, Secretario, que me ha acogido con mucha educación, pero un poco con la típica frialdad benedictina, que tal vez he exagerado en mi pensamiento, pues es voz común entre los nuestros de Roma que es contrario a los Escolapios.

Después del Sr. Abad Serafini he saludado al Vicesecretario Mons. Vincenzo La Puma, que me ha acogido con mayor expansión y yo diría cordialidad. Es siciliano. Entre otras cosas me ha dicho que no hiciera como el P. Viñas, que nunca había obedecido a las órdenes de la Congregación. No he entendido a qué se refería… ¡Qué triste está mi alma!

Por la tarde, después de comer, he ido a pasear con el P. Tiboni y con el P. Boschi, los cuales me han dicho que la Visita Apostólica era providencial para la Orden, pues el gobierno del P. Viñas no funcionaba.

Ciertamente no he entendido qué querían decirme con ello, pero la palabra “providencial” se me ha quedado fija en la cabeza. ¿Qué quiere Dios de mí para bien de la Orden?

Más tarde, he visitado en el Colegio Pío Latino Americano, Vía Gioacchino Belli, a S.E. Mons. Luigi Giacomo Copello (oriundo de Lavagna en Liguria), Obispo auxiliar de Buenos Aires, para llevarle una carta del Obispo de Chiavari, Mons. Casabona. Mons. Copello me ha hablado muy positivamente de nuestros Padres de Buenos Aires.

Luego, hacia las 19, he ido a ver al Sr. Visitador Apostólico, con el que he tenido una tercera conversación.

Monseñor me ha expresado su satisfacción porque el P. Viñas hubiera hecho ya el paso de poderes e incluso me hubiera entregado las llaves de la caja fuerte. Me ha dado la impresión de que tenía poca confianza en el P. Viñas. Y ciertamente la actitud que tiene el P. General con respecto al Visitador Apostólico no es para ganar su simpatía. Desde el 4 de marzo, día en que S. E. tomó posesión en San Pantaleo, no le ha hecho aún una visita, y todo lo que ha gestionado en la Orden lo ha hecho sin decirle nada, como si no existiese. El Visitador Apostólico se ha quejado de esto a la S. Congregación, y como estaba obligado cada vez que necesitaba algo a ir a visitarle él a Vía Monserrato, la Congregación ha dicho al Sr. Visitador que tuviera paciencia y continuara yendo a visitar al P. General.

Ciertamente estos hechos no han contribuido a hacer simpático al P. Viñas ante la Congregación, y por ello se explica bien que se le hayan impuesto las dimisiones: o dimisiones, o deposición.

En este coloquio el Sr. Visitador se me ha quejado de la actitud del P. Viñas con respecto a la S. Visita, diciendo que el P. Viñas tenía mucho ingenio, que había hecho muchas cosas de mérito, pero a causa de su carácter había hecho muchas otras lamentables.

En el coloquio le he hecho notar las condiciones en que me encontraba en S. Pantaleo, en una casa que necesita orden y administración, y que yo necesitaba una persona que me ayudase al menos en la parte material y económica. Monseñor me pidió que, cuando fuera a Liguria para arreglar las cosas del Gimnasio durante mi ausencia, escogiese un buen religioso de mi confianza y lo trajese a Roma para ayudarme.

Sábado 19 de mayo de 1923. Vigilia de Pentecostés.

He celebrado la S. Misa en la tumba venerada de N.S. Patriarca. En las angustias de estos primeros días de mi cargo en Roma, son estos los momentos más felices, llenos de consuelo espiritual, en los que olvido las angustias y dolores de la vida.

A las diez me han presentado al Arquitecto Profesor Com. Giovanni Battista Milani, profesor en el Politécnico de S. Pietro in Vincoli. Tiene su estudio en Vía Balbo 121.

Comprada la Casa de S. Pantaleo para la Orden el 12 de abril de 1923, en la parte que era propiedad del Municipio Romano, excepto las dos salas que están a la derecha de la entrada, que estaban ocupadas por la Sociedad de los Excombatientes de las Batallas Patrias, el P. General Viñas confió la restauración del viejo y arruinado edificio al Ingeniero Milani, que había sido recomendado por los Comendadores Romolo Vannicelli y Giulio Amori, que nos habían ayudado mucho en la compra de S. Pantaleo.

El Arquitecto Milani ha presentado ya a la Curia General un proyecto de restauración en líneas generales, pero no lo ha completado en detalle, ni ha presentado un presupuesto.

Ya ha comenzado a trabajar, pero no en la verdadera restauración del edificio, sino en la preparación de las habitaciones del noviciado encima de la iglesia para los religiosos cuando comience la verdadera restauración, y en la limpieza y restauración de los locales debajo de la iglesia, que el P. Boschi ha obtenido del P. General para prepararlos para su Círculo Militar “San Sebastián”.

El Arquitecto Milani me ha causado la impresión de ser un caballero y una persona muy seria. Me ha prometido que me pondría al corriente del proyecto que estaba preparando.

Acompañado del P. Boschi, he visitado en la Secretaría de Estado del Vaticano a los Monseñores Riccardo Bartoloni, criatura del Cardenal Mistrangelo, y Giuseppe Cesarini.

Me acompaña a cada lugar y me presenta a todos con ese parloteo toscano que tanto agrada al oído de la gente. Lástima que sea un neurasténico, que un día lo ve todo claro y sonriente, para ver las mismas cosas por la tarde del mismo día oscuras y sin posibilidad de arreglo. En general es un pesimista y ve la catástrofe de nuestra Orden. Siempre opuesto al P. General Viñas, ciertamente en muchas y continuas ocasiones. Habla mal del P. General, y el P. General habla muy mal del P. Boschi, al que ha llamado el nuevo Mario de la Orden.

Por la tarde, a las 18, el P. Boschi me ha llevado a ver al Rmo. P. Stefano Ignudi de los menores Conventuales, director del Juniorato Internacional de la Orden en Vía S. Teodoro n. 141 F. Es su confesor. El P. Ignudi es un ligur, de Génova mismo, muy culto y estudioso apasionado de Dante, que sucedió a Poletti en la cátedra de Dante creada en Roma por León XIII. Es muy piadoso y humilde. Lo he elegido como director espiritual.

20 de mayo de 1923. Domingo de Pentecostés

A las 6 ½ celebro a S. Misa en el altar mayor.

A las 8 ½ voy a Vía Monserrato y tengo la primera conversación a solas con el Rmo. P. Viñas.

La larga conversación con el pobre Padre, que al verme se echó a llorar, me ha conmovido profundamente, y no puedo recordarla al detalle.

El P. Viñas ha vertido muchas lágrimas en mi presencia, conociendo bien la veneración y afecto que siento por él, como por lo demás sienten todos los religiosos de Liguria. Durante la larga estancia que hizo en Chiavari en otoño de 1915, pude conocer bien las hermosas prendas intelectuales de nuestro P. General, y también sus defectos. Al P. Viñas le ha faltado un amigo que en su momento y lugar le supiera decir la palabra fuerte y persuasiva que le hubiera permitido evitar muchas actuaciones que han ocasionado reproches al P. General y desgracias a nuestra Orden.

Pero, por desgracia, esa es la suerte que nos toca a nosotros, pobres Superiores, a los que nadie dice la verdad de las cosas o de nuestros errores; pocos nos ayudan y la mayoría se mantienen alejados de nosotros, teniendo casi temor del Superior.

Entre otras cosas, en este coloquio íntimo el pobre P. Viñas me ha dicho cosas muy amargas de los PP. Boschi y Rapp, que le han traicionado y le han hecho mucho daño. “Que vaya, que vaya –me ha dicho- el P. Boschi a Toscana, y no será recibido en ninguna casa nuestra de la Orden, porque es verdaderamente el nuevo P. Mario de la Orden”…

Se ha lamentado de la S. Sede, que no le han comprendido, porque él era y se sentía verdaderamente romano en el espíritu, en el corazón, de lo que había dado muchas pruebas en sus composiciones métricas y en sus obras. Me ha contado su visita al S. Padre Benedicto XV después del Capítulo de 1919 (llamó simple al General), y con más detalle la que hizo al actual pontífice Pío XI después de la intimación de la S. Visita a la Orden, el cual no le quiso escuchar.

No puedo recordar lo que dijo contra los PP. Bianchini, Caponio y Cibarelli y de sus quejas contra él ante la Congregación de Religiosos y el Cardenal Protector. “Ellos son la causa de la Visita Apostólica y de mi caída”. Pero deben ser castigados severamente…

“Me voy de Roma, expulsado como un perro, pero volveré para el Capítulo General para defenderme…”

El pobre Padre no ha dicho siempre cosas justas, como cuando me ha dado a entender que habría deseado que yo no hubiera aceptado el cargo, y que todos hubiesen hecho obstrucción a las recomendaciones de la Congregación, un verdadero bloque de oposición a la Santa Sede, para que toda la Orden mostrase su desaprobación a lo que se había cometido contra él.

¡Ciertamente el Padre en su dolor no raciona, pues no ve a qué daño expondría a la Orden, que se convertiría verdaderamente en una Orden rebelde!

Y lo que me ha causado una impresión más dolorosa en el coloquio y me ha dolido en lo más profundo del corazón es cuando me ha dicho: “¡Pero Usted se enterará de ello, y verá cómo le acogerán, especialmente en España y en Hungría!...” “No me duele por mi persona –le he respondido-, sino por nuestra Orden, pues yo no he sido elegido por los religiosos, sino que he sido llamado a este cargo directamente por el S. Padre. Si los religiosos hacen cualquier acto de rebeldía contra mí, lo harán contra la Santa Sede, y la Orden pagará las consecuencias”.

Después del coloquio el P. Viñas me ha invitado a ir con él a S. Pedro. En el altar de la Cátedra pontificaba el Cardenal Arcipreste Merry del Val.

Hemos rezado juntos en la Confesión. Luego el P. General me ha llevado al altar de Sto. Tomás Apóstol, en el crucero de los SS. Simón y Judas, y hemos rezado juntos en aquel altar. Y luego el Padre me ha rogado que venga alguna vez al altar de su santo patrón y rezar por él…

El P. Viñas me ha invitado a comer con él mañana, 2ª fiesta de Pentecostés, en Vía Monserrato. He aceptado de buena gana.

21 de mayo de 1923. Lunes de Pentecostés

He celebrado en el altar del Santo Patriarca.

A las 9 ½ he ido a ver al P. General y he tenido una segunda conversación muy importante para mí con respecto a la Orden.

Me ha hablado de S. Pantaleo y de la compra que se hizo el 12 de abril de los corrientes al Ayuntamiento de Roma. La compra había sido aconsejada al P. General por medio del P. Procurador Boschi por el mismo Sumo Pontífice Benedicto XV. Verdaderamente al principio el P. General no estaba muy convencido de hacer un buen negocio, por las condiciones verdaderamente miserables en que se encuentra en este momento el edificio de S. Pantaleo, hecho una ruina en el pleno sentido de la palabra. Pero ahora se alegra, pues todos han aprobado su decisión y espera que la restauración, confiada al Ingeniero Arq. G. B. Milani, lo que es una garantía, quedará bien, pues Milani ha hecho en Roma otras restauraciones de edificios antiguos. He hecho notar al P. General que no ha dio una óptima decisión poner la compra a nombre de dos Padres romanos (los PP. Pusino y Bianchi-Cagliesi), pues se podría pensar que se reconocía que S. Pantaleo no pertenece al P. General, sino a la Provincia Romana. Hubiera sido oportuno que uno de los propietarios fuese un religioso de otra provincia, para mantener la idea de que verdaderamente S. Pantaleo pertenece al General, es decir, a toda la Orden. El P. General, al oír mi observación, me ha dicho que verdaderamente había perdido la cabeza, pero que no se debía temer nada, siendo los dos religiosos propietarios buenos religiosos y devotos a la Prepositura General.

Pero me parece que el P. General exagera en cuanto a las finalidades de S. Pantaleo, pues en la Casa Madre de la Orden, que por otra parte no es un gran edificio, debe tener su residencia la Curia General y el juniorato italiano. Y además se deben abrir escuelas primarias, con un seminternado e incluso una doposcuola.

Me ha hablado luego de la Provincia Romana, de la cual me ha indicado no solo la pobreza numérica en individuos, sino también la falta en ellos de cualquier tipo de piedad, disciplina y observancia religiosa. Los Padres de Roma están en este momento en grave conflicto con el P. General por la venta desastrosa de la Casa General de Vía Toscana 12. Incluso me ha dicho que algunos Padres no saludan al P. General cuando lo encuentran por la calle. Ciertamente son miserias que no honran a esta provincia nuestra.

De la Provincia de Nápoles, naturalmente el padre General habla amargamente. Acusa a los Padres de Nápoles, los PP. Bianchini, Caponio y Cibarelli, de haber provocado la Visita Apostólica. Aquí lamenta que, con su declaración, haya sido el mismo P. General quien ha salido peor librado, y no ellos. Recordando la traición del P. Bianchini, a quien él consideraba un amigo fidelísimo, el P. General se ha conmovido hasta las lágrimas, y dice que no quedará tranquilo hasta que sean castigados los tres religiosos que han causado tanto daño a la Orden.

El P. General continúa hablando de Hungría. Es la provincia que le resulta más querida, porque es obsequiosa con el P. General, y declara que desearía que todas las provincias fueran como la provincia húngara.

Asegura que Bohemia no dará ningún fastidio al Superior, pues es una provincia que muere por falta de individuos y de energía. Y el P. Viñas tampoco tiene mucha esperanza en Austria, donde los Padres no tienen ninguna escuela. Hay algunos Padres jóvenes, que se han formado en España, pero teme que terminarán como los demás.

Ha interrumpido toda relación con la Provincia de Polonia, pues aquel cabeza vacía de P. Borrell, que es su Superior, hace lo que le da la gana, y no obedece nunca.

A las 12 y media he comido con el P. General. Están con nosotros en la mesa los PP. Ilarri, Boschi y Rapp. El P. General no dirige la palabra nunca a los PP. Boschi y Rapp. He intentado mantener viva la conversación, y hemos hablado de Liguria, y especialmente de Chiavari. Pero en aquel ambiente yo no estaba a gusto, y solo deseaba irme. Cuando estoy a solas con el P. Viñas es muy amable y afectuoso, pero en presencia de los otros está ceñudo y no habla.

Por la tarde he ido a la Tip. Vaticana, y he visitado al Com. Pasquale Scotti, al que había conocido en el obispado de Chiavari, huésped de Mons. Casabona. Es genovés y de gran bondad. En mi próxima vuelta a Chiavari, que será el miércoles por la tarde -23 de los corrientes- llevaré conmigo la Revista Diocesana de Chiavari para el mes de junio.

Martes 22 de mayo de 1923. Tercer día de Pentecostés.

A las 9 voy a Vía Monserrato. El P. Ilarri, Asistente y Secretario del P. General, comienza a entregarme todo, y me da preciosas explicaciones sobre la administración del P. General.

Las Misas y caridad que tiene con nuestra Prepositura la Curia General de los PP. Capuchinos de Vía Boncompagni. Es una gran caridad que nos hacen, pues de otro modo, ¿de dónde podría el P. General recibir tantas limosnas de misas como necesita? Pero, desgraciadamente, las limosnas de misas comienzan a escasear.

A las 10 tengo una tercera charla con el P. Viñas, que me habla del Padre Pietrobono y de su exclaustración no querida por el P. General, para la que puso el veto. Pero el P. Pietrobono estaba protegido por el Cardenal Vicario Pompili, por recomendación, según parece, del mismo Papa Benedicto XV. La voluntad del P. Viñas, que tenía toda la razón, no fue tenida en cuenta, e incluso le tachan de desobediente. ¡Pobres Superiores!

Luego el P. Viñas se me ha quejado del Visitador, que quisiera la supresión del Vicariato General de España, y que la Provincia Romana deje de tener su Asistente. Defiendo las ideas del Visitador, que apruebo plenamente. Con el Vicario de España tenemos dos Superiores Generales en una Orden que apenas llega a los 3000 religiosos. Es una separación perjudicial para la Orden.

En cuanto a la Provincia Romana, ya no se ve la necesidad de que tenga un Asistente. Se podía entender en otro tiempo, cuando tenía gran importancia, con un gran número de casas, que llegaban hasta Ancona y Dalmacia.

El P. Viñas habla del respeto y la veneración debidos a la Provincia Madre, pero verdaderamente ella no ha sido para el P. Viñas una madre, sino una madrastra. Pero en este momento el Padre, que por desgracia siempre ha hablado demasiado mal de la P. Romana, siente la pasión contra la Visita Apostólica, que, en mi opinión, da un buen consejo.

Por la tarde la Empresa Orlandi presenta al P. General la primera cuenta de gastos de la restauración de S. Pantaleo, entregada por el mismo Sr. Enrico Orlandi. Son 18.632 L, que se toman de la Caja Generalicia.

Las obras hechas no son aún por la restauración de S. Pantaleo, sino encargadas por el P. Boschi para preparar un local para el Círculo Militar “S. Sebastián” en el sótano bajo la iglesia. En este momento el Círculo Militar se encuentra en el aula de la antigua escuela primaria llamada la 1ª de primaria, que tiene un pequeño nicho con la imagen de la S. Virgen entre las dos ventanas que dan al vicolo de la Cucagna.

23 de Mayo de 1923. Miércoles

Cumplo 50 años. “¡Los que vivimos bendecimos al Señor!”

Celebro la S. Misa en el altar de la tumba venerada de N.S. Patriarca.

A las 10 ½ voy con el P. Boschi al Colegio Leoniano (Vía Pompeo Magno, 25) para la visita llamada “de calor” al nuevo Cardenal G.B. Nasalli-Rocca, Arzobispo de Bolonia.

Me encuentro con el Sr. Natale Barbagli, que fue huésped de la Casa de Chiavari durante su Visita Apostólica a la Diócesis de Chiavari, y con D. Guglielmo Paolini, que durante dos años, en tiempos de la guerra, ayudó al P. Ministro en el Colegio de Chiavari cuidando de los internos.

A las 11 ¾ hacemos la visita de calor al nuevo Cardenal Fr. Luigi Sincero en el Palacio de la Cancillería.

En la escalera encuentro a Sus Excelencias Mons. Giovani Gamberoni, Arz. de Vercelli y antes Obispo de Chiavari, y Mons. Cesare Boccoleri, Obispo de Terni, originario de Rapallo, muy amigo de las Escuelas Pías.

A las 20.25, salida hacia Chiavari.

24 de mayo de 1923. Jueves

Llego a Chiavari en punto, a las cinco y media.

¡Qué conmoción siento al volver a mi querido Colegio de Chiavari, y a mi gimnasio después de ocho días de vida romana, tan distinta de la serena y tranquila vida de Chiavari!

25 de mayo de 1923. Viernes

He ido hoy a Cornigliano para tener Congregación Provincial, y entregar el cargo al primer Asistente, P. Luigi Del Buono, que Roma quiere que sea el Vicario Provincial.

He encontrado al principio a mi tío muy reacio a aceptar el cargo, cosa que no me sorprende mucho, conociendo la oposición a él de los religiosos más jóvenes de la Provincia, que hablan de reforma. A ellos mi tío les parece no demasiado activo y, a causa de la edad, dispuesto a un movimiento que lleve a la vida común en la Provincia.

Teniendo yo necesidad de un Padre en Roma, para ayudarme especialmente en la parte económica y como secretario, he hablado del Padre Maja, Rector de Finalborgo. Dificultad de mi tío para concedérmelo, y solo se ha rendido cuando le he hecho notar la situación un poco difícil en la que se encuentra el P. Maja en Finalborgo, especialmente por la oposición oculta e incluso abierta que le hace el P. Arata.

Para suplirme hasta el final del año escolar he pedido al P. Boggiano, Superior o mejor Custodio de la vieja casa de Génova, que da además algunas clases en Cornigliano en el gimnasio superior, donde le pueden suplir fácilmente. El P. Boggiano ha respondido inmediatamente que sí, con rapidez admirable, y el domingo (27 de mayo) ira a Chiavari.

En la Congregación Provincial celebrada hoy en Cornigliano se ha hablado, entre otras cosas, de la cuestión de la Cantina Social de Ovada, de las pretensiones del Sr. Baralis apoyadas por Don Salvi.

Por la tarde, visita a los Sordomudos de Génova.

26 de mayo de 1923, sábado

Por la mañana visito a Mons. Casabona, Obispo de Chiavari, que me acoge con la cordialidad que siempre me ha mostrado, tan afectuoso. Quiere que el día de Corpus Christi vaya a comer con él, con el P. Anziano.

A las 18, confesiones de internos.

27 de mayo de 1923. Domingo de la S. Trinidad.

Celebro a las 7 la S. Misa en el oratorio del internado. S. Comunión.

A las 12, ágape fraterno en los aprendices con el P. Anziano.

Por la tarde llega a Chiavari el P. Boggiano para suplirme en la clase IV del gimnasio.

28 de mayo. Lunes

Pido al Ayuntamiento de Chiavari permiso hasta el final de las clases (23 de junio) y propongo como suplente, a cargo de las Escuelas Pías, al R.P. Boggiano. Para suplirme como director del gimnasio propongo al Padre Carrara. Informarán al Real Inspector.

29 de mayo de 1923, martes

Nada de nuevo.

30 de mayo de 1923, miércoles

A las 18, confesiones de internos para la Fiesta del Corpus Christi.

31 de mayo de 1923. Jueves, Corpus Christi

A las 6 ½ celebro la S. misa en la capilla de los internos. Comunión General.

Los internos han querido ofrecerme la limosna de la misa (100 L). ¡Qué buenos son, y cuánto les quiero!

¡Hay clase! Se hace clase porque el Gobierno no reconoce aun la fiesta del Corpus Christi, recuperada con el nuevo Código de D.C.

¡La hermosa procesión del Corpus Christi en Chiavari! ¡Dulces impresiones y queridos recuerdos!

A mediodía, comida en el Obispado con el Sr. Obispo, con su venerable madre y el P. Anziano. ¡Cuántas afectuosas atenciones tiene conmigo el Sr. Obispo, y qué preciosos consejos! “En su cargo le denunciarán muchas cosas; sea lento para creerlas y no se crea más de la tercera parte…”

A las 20 h 20 salgo hacia Roma.

1 de junio. Viernes

Llego a Roma a las 6 ½, y a las 8 celebro la S. Misa en el sepulcro de N. S. Patriarca.

Después de la S. Misa voy a Vía Monserrato a visitar al P. Viñas, que por la tarde se irá a España, pasando y deteniéndose en Liguria. Los días pasados fue a Florencia, para despedirse del Cardenal y de nuestros Padres de Florencia. Todos le han acogido muy bien, compadeciéndole y execrando al P. Boschi. Piensa que el P. Boschi no podrá volver a Toscana[Notas 2].

Se lamenta de Roma, que no ha sabido comprender que tiene verdaderamente un espíritu romano, y ha sabido cantar bien las glorias de la Ciudad Eterna.

La presencia y las palabras del pobre P. General me impresionan mucho, y me conmueven.

A mediodía, ágape en S. Pantaleo en honor del Rmo. P. Viñas, que se sienta en el primer puesto, habiéndolo querido yo así. Comen conmigo y el P. General los PP. Addeo, Ilarri, Rapp, Boschi, Tiboni y los HH. Casimiro, Norberto y Raffaele. Cocina el H. Luigi. Durante la comida la conversación es serena, con sentimientos fraternos.

A las 17 h 25 parte para Liguria el Rmo. P. Viñas. Le han acompañado conmigo a la estación (Termini) los PP. Ilarri, Boschi, Tiboni, dos Padres del Corazón Inmaculado de María (españoles), un Menor Observante (español). El P. Viñas se conmueve, y se despide de todos conteniendo las lágrimas. Ha vivido en Roma durante casi 23 años. Ningún Padre romano ha venido a la estación a despedir al P. General, ni creo que le hayan ido a visitar para despedirse de él.

En la estación de Termini he encontrado un paisano y compañero de escuela, el P. Pastorino, de la Compañía de Jesús.

De vuelta de la estación paso por Vía Sardegna para saludar al Sr. Visitador e informarle de mi vuelta a Roma. Me aconseja que piense en los nombres para la Congregación General.

Comienzan en S. Pantaleo las misas predicadas del S. Corazón. Predica un sacerdote de la Misión. El mes de junio es una antigua institución en nuestra iglesia de S. Pantaleo, a cargo de un comité, del que desde tiempos antiguos forman parte las familias Pisoni, Langeli…

2 de junio de 1923. Sábado

A las 8 tengo una conversación con el P. José Rapp, al que ruego que siga en Roma. Pero el desea y pide insistentemente (por motivos de salud) volver a su Viena, creyendo poder disfrutar de los privilegios de ex Asistente General. Recibo una muy pobre impresión del P. Rapp, pues me parece que el P. Rapp es uno de esos religiosos que se aman a sí mismos, que buscan su comodidad y no se preocupan por la Orden.

De 10 a 12 el P. Ilarri continúa dándome informaciones sobre la Administración de la Generalidad.

El P. Ilarri está de acuerdo en que el P. Viñas se ha equivocado en muchas cosas. Cuando le he dicho que era necesario imponerse incluso al P. General por el bien de la Orden, el P. Ilarri me responde que no era fácil hacer observaciones y persuadir al P. Viñas, pues tenía un carácter demasiado fuerte y tenaz.

Sin embargo en Roma, e incluso por parte del Card. Pompili, dan la culpa de muchas cosas al mismo Ilarri, que tenía un ascendente, no siempre deseable, sobre el P. Viñas.

A las 17 ½, conferencia con el Rmo. Visit. Apost. en Vía Sardegna:

1.Se pide el cierre del colegio de Toro en la Provincia de Castilla, diócesis de Zamora. Tiene 1ª y 2ª enseñanza.
2.P. Rapp. El Sr. Visitador cree que será oportuno dejar volver a su provincia al P. Rapp. No es un buen elemento, y en Roma puede ser peligroso.
3.Nueva Curia General. El Sr. Visitador quisiera que fueran llamados a Roma como Asistentes el Vicario General de España (P. Antonio Mirats), el Provincial de Hungría (Cornelio Szinger) y el P. Giovnni Giovannozzi de la provincia de Toscana. No sabe a quién proponer de la prov. romana, de donde él preferiría no proponer a nadie.

Esta mañana a las 9 he ido a visitar con el P. Boschi a Mons. Camillo Caccia-Dominioni, Maestro de Cámara de S.S. para pedir una audiencia privada con el S. Padre.

3 de junio de 1923. Domingo del Estatuto

A las 6 ½ celebro la S. Misa en el altar de N. S. Patriarca.

A las 10 ½ me recibe el Card. Laurenti (2ª visita), Prefecto de los Religiosos, que me acoge con mucho afecto. Entrego a S. E. una carta de Mons. Casabona, Obispo de Chiavari. El cual me elogia ante S.E. ciertamente. Lo que ha escrito el Obispo es una recomendación cuyos sutiles efectos experimento en esta visita.

Durante ella me pide noticias del Padre Viñas, lamentando que al salir hacia España no fuera a visitarle, sino que tan solo le envió una nota de despedida. Le habría recibido bien, pues admiraba mucho su ingenio. Quizás por su temperamento no era la persona más adecuada para un cargo tan delicado como el de Superior General.

Pasando a otras cuestiones, el Cardenal me recomienda un programa mínimo. Es deseo de la Santa Sede que se introduzca en la Orden la vida común, pero no siendo una cosa fácil de llevar a cabo, recomienda que al menos haya una casa de observancia en cada Provincia.

Tiene una imagen poco buena de la Provincia de Roma y de la de Nápoles, en la cual el escaso número es un obstáculo también para la disciplina y la observancia regular. Recomienda empezar por S. Pantaleo, e introducir en ella la disciplina y la observancia regular. “El Santo Padre –dice el Eminentísimo- ve Roma y un poco Italia”.

De la Provincia de Hungría tiene a idea de que en ella no hay ninguna observancia. Son religiosos que viven juntos como seglares.

Hablando de España, dice que le dan más miedo las Escuelas Pías de España que las de Italia.

Por la tarde voy a la procesión del Corpus Christi con el P. Boschi, a Santa María la Mayor. Hay un gran entusiasmo por parte de la gente, que me sorprende. Son, se puede decir, las primeras procesiones en Roma después de tantos años de anticlericalismo. El Fascismo ha traído otra mentalidad, que hace exultar a todos los buenos.

4 de junio de 1923, lunes

A las 7 celebro la S. Misa en el altar de N. S. Patriarca.

A las 10 voy con el P. Boschi a la Secretaría de Estado y me presenta a Mons. Giuseppe Pizzardo, que tiene palabras llenas de benevolencia y afecto hacia las Escuelas Pías, especialmente par con mi tío, el P. Luigi Del Buono, de quien fue alumno durante dos años en el colegio de Savona.

Paso luego al Santo Oficio, donde el P. Boschi me presenta al Padre Ludovico Ferretti O.P., al cual he recordado que he aprendido los principios del Arte en sus publicaciones, que él hizo después de enseñar Arte en el Seminario Arz. de Florencia por invitación del Arzobispo Mistrangelo. El P. Ferretti ha agradecido el recuerdo, y luego hemos hablado de Arte y de Fr. Girolamo Savonarola. El P. Ferretti está muy en desacuerdo con el juicio desfavorable que Pastor da de Savonarola. “Es una lemán –dice-, y no tiene el verdadero sentido histórico”.

A las 17 voy con el P. Rapp a ver al Rmo. Mons. Visitador, al que entrega su billete de despedida.

Después de la visita del P. Rapp, tengo un coloquio con el Sr. Visitador, con el cual hablo del proyecto de restauración de S. Pantaleo, lamentando que el Ing. Milani no haya dado, junto con las líneas generales del trabajo, un presupuesto de gastos. El P. Viñas se prometía muchas cosas con la restauración de la Casa Madre de la Orden, pero no todas son fáciles de poner por obra, y especialmente la reapertura de la Escuela primaria de S. Pantaleo (cerrada en 1873), tanto más cuanto que el P. Viñas la quería de pago para el mantenimiento de los Religiosos. Entonces ¿dónde va a parar la institución de la escuela de S. José de Calasanz, popular y gratuita?... Monseñor es de la opinión que hay que proceder en todo con mucha cautela. Aconseja que se llame al Ing. Milani y se le exija un plan claro de las obras y el presupuesto. Por desgracia, el dinero que la Curia General tiene depositado en el Vaticano es poco, y hay que evitar hacer deudas. La pérdida de la casa gen. de Vía Toscana debe estar siempre presente en nuestro pensamiento, a este respecto.

A las 19 me visita en S. Pantaleo Mons. Carlo Grosso, Administrador del Santo Oficio. Es un conocido de Chiavari, cuando él era párroco de Bacezzo. Su hermano el Canónigo Giacomo Grosso está en Chiavari, es ecónomo del seminario, y un amigo sincero de las Escuelas Pías.

Recibo con mucho gusto al amigo de Chiavari, hablando con él con confianza fraterna. Monseñor lamenta la Visita Apostólica a nuestra Orden, y la elección de la persona. “Mons. Pasetto –dice- es bueno, pero es demasiado lento e indeciso, y yo le conozco de la Congregación de Ritos, a la cual pertenezco también yo. Me temo que será una Visita que no terminará nunca… ¡Oh, verdaderamente no eran los Escolapios los que merecían la Visita Apostólica, sino más bien los Capuchinos, pues los Escolapios dan poca faena al Santo Oficio…!”

No comparto la opinión pesimista sobre Mons. Pasetto de Mons. Grosso, pues a mí me ha causado la impresión de que nos quiere bien, y me ha prometido que después de un mes o dos de asistencia me dejará libre en el gobierno de la Orden.

5 de junio de 1923. Martes

A las 6 ½ celebro en la tumba venerada de N.S. Patriarca. En estos primeros días de esta vida mía tan diversa de la de Chiavari, aunque materialmente más fatigosa, ¡qué consuelo espiritual siento al celebrar en su tumba! Nuestro S. Patriarca ha sufrido tanto, y es el santo protector de los atribulados.

Verdaderamente el Profesor no ha presentado al P. Viñas un proyecto detallado en todas sus partes, ni ha presentado un presupuesto. El Profesor quiere llevar la cocina y el comedor a la planta baja levantándolo; conservar el actual refectorio como salón para reuniones; llevar las escuelas al tercer piso (?!) encima del P. General; los apartamentos de los religiosos, al último piso. Indico al Profesor que muchas cosas deberán modificarse, y que hay que preocuparse de los gastos, pues la Caja Genera sólo dispone de la suma de 550 mil liras depositadas en el Vaticano. Superar esa cantidad significaría precipitar al P. General en deudas con todas las consecuencias que se puedan imaginar. El Profesor ha quedado muy sorprendido al conocer la suma de la que podía disponer. Se le había ofrecido un proyecto sin hablar de los gastos que costaría. He aconsejado al Ingeniero suprimir el claustro que ha proyectado para la planta baja, al que él da mucha importancia.

Pero de esto y de otros cambios se hablará con toda comodidad.

A las 11 voy al Vaticano con el P. Ilarri, que me presenta en la Caja Pontificia, donde está depositado el dinero de la Curia por orden de la Santa Sede, dinero proveniente de la infausta venta de Vía Toscana.

Por la tarde, a las 17, voy a S. Gioacchino ai Prati a la reunión del Clero para el IV Congreso Eucarístico Diocesano. Discurso de Mons. Caron, arzobispo electo para Génova por Pío XI, “La Eucaristía y el Sacerdocio”.

Esta noche, a las 23, parte hacia Austria con el tren de Florencia-Bolonia, el Asistente General P. José Rapp.

6 de junio de 1923. Miércoles

Celebro la S. Misa a las 7 en el altar de N.S. Patriarca.

A las 10 voy con el P. Boschi a Sant’Apolllinare, donde están las escuelas de gimnasio y liceo de la S. Sede. Necesidad de escuelas primarias, y la que se abrirán en S. Pantaleo podría ser como un apéndice de la escuela Media de S. Apolinar. El P. Boschi es profesor de Religión en las clases 4ª y 5ª del gimnasio. Recibe 50 L al mes.

A las 12 y media, como con el P. Boschi en Vía Monserrato 152, invitado por el P. Ilarri.

A las 19 llega de Liguria el P. Serafino Maja.

A las 20 h 25 parte hacia España, pasando y deteniéndose en Liguria (donde quieren tanto al Padre, que fue durante años Maestro de Novicios) el P. Mareclino Ilarri. Le acompaño a la estación con el H. Norberto.

Hoy sale a mediodía de Génova, con el vapor “Pincio”, dirigido a Valencia, el Rmo. P Viñas.

7 de junio. Jueves

A las 6 ½ celebro la S. Misa en el altar de S. José de Calasanz.

Acompaño al P. Maja a S. Pedro y a Vía Monserrato.

A las 12, coloquio con el Com. Giulio Amori, con el que hablo del proyecto de restauración de S. Pantaleo, y del presupuesto de gastos. El Com. Amori se ha ocupado con el Com. Romolo del rescate de S. Pantaleo, y ha aconsejado al Ing. Prof. Milani para la restauración.

Por la tarde, a las 17 h., voy con el P. Maja a S. Pedro. Procesión de la Octava del Corpus Christi. S.E. Card. Merry del Val.

8 de junio. Viernes

A las 6 ½ celebro la S. Misa en la tumba de N.S. Patriarca.

Fiesta del S. Corazón en S. Pantaleo.

A las 11, Misa con Predicador. Súplica y Bendición Eucarística.

A las 10 voy a la Congregación, y he hablado con el Abad Serafini O.B., Secretario de los Religiosos. Hemos hablado de la nueva Curia, y especialmente de la dificultad del Asistente romano. También Mons. Serafini comparte la idea del Sr. Visitador.

He hablado también con Mons. Serafini de la restauración de S. Pantaleo y de la dificultad para establecer tantas obras en la casa como se indica en la Circular del Rmo. P. Viñas (12 de abril), y especialmente de las escuelas. Los locales de la planta baja no son adecuados higiénicamente, y establecer las clases en el 3er piso presenta otros graves inconvenientes para la tranquilidad de la Casa General. Dificultad para tener buenos maestros, pues la Provincias ciertamente no enviarían a S. Pantaleo a sus mejores maestros. Por desgracia, aún no se ha olvidado cómo funcionaba didáctica e incluso espiritualmente la escuela primaria de Vía Toscana, en la cual algunos de los niños (como cuentan en el Vicariato) no sabían ni siquiera el Ave María (?!). ¡Y eso que estaba presente allí el P. General! ¿Y si, por ventura, ocurriese algún hecho de inmoralidad justamente en la escuela de la Casa General? ¡Todo puede ocurrir entre hombres! He dicho a Mons. Serafini que para mí era suficiente con instalar en S. Pantaleo la Curia General y, si se puede, el juniorato.

Mons. Serafini ha aprobado, y comprendido mis observaciones y temores, y me ha respondido textualmente: “¿Qué quiere, Sr. Vicario?... Han llenado toda Roma con las obras que se harán en S. Pantaleo, como si quisieran hacer un nuevo Colegio Romano. Tiene Ud. toda la razón, siga su camino y sin decir sus intenciones, haga lo que le parezca mejor en el Señor por el bien de la Orden. Pero no hable de ello, que todos querrían echarle encima la cruz…”

Por la tarde voy a ver al P. Ignudi a S. Teodoro para la confesión semanal. La conversación con el venerado P. Conventual es un verdadero consuelo para el alma.

A las 18 ½ voy a ver al Visitador Apostólico. Me ha preguntado sobre las rentas de S. Pantaleo, porque de la Santa Sede le han encargado que se entere de lo que posee la Curia General para el subsidio que el Santo Padre Pío XI (en homenaje al deseo expresado por su predecesor Benedicto XV) quiere dar para la compra de S. Pantaleo. Al oír que, exceptuado el dinero depositado en el Vaticano para la restauración, que debe ser empleado para la restauración de S. Pantaleo, la Curia General tenía en títulos nominales 120 mil liras, de las cuales la mitad en títulos húngaros, de las que no se recibe ningún interés, y la renta anual de la Curia General superaba en poco las dos mil liras, a las cuales hay que añadir las 6 mil liras anuales que el Gobierno da al P. General, Monseñor exclama: “¡Todos sabían que los Escolapios son pobres, pues ese es el nombre de la Orden: Pobres de la Madre de Dios, pero no creía que estuvieran en una situación desesperada! No puedo tener en cuenta una renta tan exigua, de la que dispone la Curia; diré que no tienen nada, y no creo decir una mentira…”

He informado al Sr. Visitador de las conversaciones tenidas ese mismo día con Mons. Serafini con respecto a la restauración de S. Pantaleo y a la distribución de las obras. Monseñor comparte las ideas de Mons. Serafini, y me ha autorizado a dar órdenes ene se sentido al Prof. Milani. La nueva Congregación nombrada por la Santa Sede tomará la decisión definitiva.

Hemos hablado otra vez sobre la composición de la nueva Congregación, del nombramiento de los Asistentes. Me he permitido decirle que, mientras aprobaba el nombramiento de los PP. Cornelio Szinger (Hungría) y Giovanni Giovannozzi (Italia), no me parecía oportuno el nombramiento del P. Antonio Mirats, actualmente Vicario General de España. En primer lugar, porque el P. Mirats, nombrado Asistente, descendía un grado, pues el Vicario General de España viene en orden inmediatamente después del P. General, antes que los Asistentes Generales. En segundo lugar, si el P. Mirats continúa en su cargo, su adversario el P. Viñas no podrá hacer nada, o poco, para mover España contra Roma. El P. Viñas, al irse de Roma, había dicho que volvería a Roma al Capítulo General para presentar su defensa. Naturalmente, intentará explicar a su manera a los Padres de España los últimos acontecimientos, por los que ha tenido que presentar su dimisión a la Santa Sede.

Esta segunda razón impresiona mucho al Visitador Apostólico, que estaba preocupado por lo que el P. Viñas podría hacer en España. Me recomienda que piense en otra persona, e incluso me dice que pida consejo a mi tío, del que sabe que es prudente y conoce bien la Orden. Pero me prohíbe hablar de ello con otros o escribir a España.

Con respecto al Asistente romano, propongo al Visitador el nombre del P. Bianchi-Cagliesi, Rector de Poli. Mi tío siempre me había hablado con mucha deferencia de este religioso. Pero el Visitador me dice que no vale nada, y que ni siquiera es capaz de poner en su sitio a los dos religiosos que tiene consigo en Poli (P. Angiuli y P. Cangelmi).

Durante esta charla el Visitador me ha hablado también de su Visita a Nápoles y del desarrollo del conflicto de los PP. Bianchini, Caponi y Cibarelli; de su desobediencia a las órdenes del P. General, de sus suspensión y de su recurso ante el Arzobispo Sezza, que les aconsejó que vinieran a Roma para recurrir ante el Cardenal Protector y el Cardenal Prefecto de los Religiosos, y mientras tanto escribió al Cardenal Pompili, lamentando la suspensión infligida por el P. General al P. Bianchini, al que todo el barrio tiene por santo.

Cuando fue a Nápoles, el Visitador no recibió una buena impresión de la actitud del P. Provincial Sacchi. En cambio los PP. Bianchini, Caponi y Cibarelli le acogieron bien, y se pusieron por completo en sus manos. “No serán sinceros –dijo Monseñor-, pero ciertamente son más astutos”.

El P. Bianchini incluso llegó a decirle que tenía en sus manos 12.000 liras de las que nadie sabía, y que quería entregar al Sr. Visitador, quien les dijo que las guardara para anotarlas luego regularmente en los libros de administración.

9 de junio de 1923. Sábado

A las 6 ½, S. Misa en la tumba de N.S. Patriarca.

A las 11.45 tengo audiencia privada con el Santo Padre. He sido introducido en la biblioteca privada de S.S. por Mons. Carlo Gonfaloniere, Camarero Participante. Tras hacer las tres genuflexiones rituales, estoy a los pies del S. Padre, sentado en su escribanía, quien me da la mano para que la bese mientras me ruega que me siente cerca de él, con la ritual expresión italiana “¡Acomódese, P. Del Buono!”

“¿Es usted romano?”, comienza preguntándome el Santo Padre.

“No, Santidad, no soy romano; soy oriundo de la ciudad de Savona, en la Riviera occidental”.

“Es cierto, es cierto; encontré Del Buonos en Savona cuando investigué en los archivos de aquella hermosa ciudad, pues fui dos veces a Savona con motivo de mis estudios”.

Observo que el S. Padre en la conversación no usa el “Nos” mayestático. Tras darle las gracias por haberme nombrado Vicario de las Escuelas Pías, y añadir que seguiría en todo las directrices de la Santa Sede para el bien de la Orden, siguiendo y cooperando en la obra del Sr. Visitador Apostólico, el S. Padre añadió que esperaba un buen resultado del trabajo del Visitador Apostólico Mons. Pasetto, que es un buen siervo de Dios, y del Eminentísimo Cardenal Prefecto de la Congregación de Religiosos. “¡Ánimo y confianza en Dios!”, me dice el S. Padre, del cual, al igual que de sus palabras, emana la bondad y la benevolencia de un verdadero Padre.

Dice que conocía bien a los PP. de las Escuelas Pías, maestros de escuela excelentes y apreciados, que él había encontrado en Polonia cuando fue Nuncio, y también en Hungría, durante sus viajes a aquel reino. Incluso añade que había estudiado matemáticas con un libro de los Escolapios A y C (¿?).

Me ha preguntado cuántos religiosos éramos, y le he respondido que unos 2050; se ha sorprendido mucho y me ha dicho que no creía que fuéramos un número tan importante. El S. Padre ha comentado que las Escuelas Pías eran florecientes, según había oído decir, por número y por escuelas, y así hemos hablado de las Escuelas Pías de Hungría, que, siendo florecientes por las instituciones y por los resultados en los estudios, no tenían el espíritu ni la observancia de las Escuelas Pías de España. “Los religiosos de Hungría tienen un temperamento muy diferente del nuestro, y es difícil poderlos reducir a nuestra manera de pensar y de actuar, y con ellos hay que obrar con mucho tacto. Pero ciertamente vendrán, pues tienen el sentimiento de Orden y de respeto a la autoridad establecida”

Se ha referido también a las escuelas Pías de Polonia, decaídas de su antiguo esplendor, y que al resurgir darán aún muchos signos de vitalidad.

Al preguntarme qué ocurría en la Orden, le he respondido que nos estábamos ocupando del nombramiento de la nueva Curia. El S. Padre, interrumpiéndome, me ha dicho: “De esto ya me informará el Cardenal Prefecto”.

Hemos llegado al momento de las bendiciones a la Orden, a los alumnos, a todas mis intenciones…

Después de besarle la mano, cuando iba a hacer la primera genuflexión ritual, el S. Padre me ha dicho que quería decirme algo. Y, de hecho, me ha preguntado: “¿Dónde está el P. Viñas?” al responderle que había vuelto, como ordenan las Constituciones, a su Provincia de Cataluña, el S. Padre ha añadido: “¡Me alegro de ello!”.

No diré las dulces impresiones incluso de consuelo espiritual que he experimentado y experimento tras la primera visita al Santo Padre. El camino de que debo recorrer me parece más fácil, y me anima a trabajar hasta el final por las Escuelas Pías la bendición que me ha dado con tanta bondad el Papa.

He estado unos veinte minutos con el Papa.

Por la tarde visito al P. Mariano Fernández en el colegio Español (Palacio Altemps).

Voy también con el P. Maja al Coliseo, y a Letrán.

10 de junio de 1923. Domingo

A las 7 celebro la S. Misa en la tumba de S. José de Calasanz.

En el silencio de mi pobre celda me pongo a escribir cartas…

Por la tarde voy a Prati di Castello con el P. Maja. Imponente procesión eucarística. El S. Sacramento es llevado por el Card. Leza. Bendición en el Palacio de Justicia.

¡Nuestra querida Juventud Católica!

A las 19 ½ tengo una conversación con el P. Provincial romano, P. Pusino. La cuestión de S. Pantaleo y la decisión de la S. Congregación, que da la posesión del dinero recibido por la venta de la Casa de Vía Toscana al P. General, con la condición de hacer otra casa según la idea del P. Mauro Ricci.

El Provincial está muy enfadado con el P. Viñas, al que acusa de haber arruinado a la Provincia Romana. Roma habría entregado para la Casa de Vía Toscana n. 12 al P. General 500 mil L (¿?)Por la venta de la Casa Gener. de Vía Toscana n. 12 el P. General recibió 577 mil L (dice el P. Pusino), que en marzo de 1918 debió depositar en el Vaticano con un interés del 4%, por orden de la Congregación.

11 de junio de 1923. Lunes

A las 6 ½ celebro la S. Misa en el altar de S. José de Calasanz.

¡En el silencio de mi habitación!

A las 10 tengo un segundo coloquio con el Provincial Romano que se lamenta del P. Pietro Cangelmi, que enseña en Poli, por las deudas que ha contraído y por los líos en que se ha metido ocupándose de la Cooperativa de Poli. Lamenta también que el P. D’Alesandro esté ocupado en la Provincia Toscana, precisamente en la enseñanza del gimnasio de Volterra, mientras la Provincia Romana tiene tanta necesidad de Padres. Muestra el deseo de que, si el P. D’Alessandro no puede dejar el gimnasio de Volterra, por tener el nombramiento en un gimnasio reconocido, que venga al menos a Roma un Padre de Toscana.

Parece también que personalmente el P. D’Alessandro no tenga ganas de volver a Roma, si ha dicho que se avergüenza de pertenecer a la provincia romana.

Hemos hablado con el P. Pusino del Colegio romano Nazareno, en el que el ecónomo don Moschetti hace de patrón y el prof. Don Di Fabio tiene en sus manos la voluntad del Rector P. Farinacci.

Por la tarde hago una visita de respeto con el P. Maja al Cardenal Scapinelli de Leguignis, y también para darle noticias de sus sobrinito Giovanni, interno en nuestro colegio de Chiavari, donde va a 5º de gimnasio. El Cardenal Scapinelli fue Nuncio en Viena y ha conocido las Escuelas Pías de Austria, Bohemia, Polonia y Hungría. Conoce también las condiciones del Colegio Nazareno, y lamenta que la Orden haya vendido, en condiciones tan miserables, la Casa Generalicia de Vía Toscana 12.

Después de la visita al Card. Scapinelli voy con el P. Maja de paseo a Villa Borghese y al Pincio.

12 de junio de 1923. Martes

A las 6 ½ celebro la S. Misa en el altar de S. José de Calasanz.

Escribo al P. Vicario General de España P. Antonio Mirats de los Dolores:

1.para felicitarle por su santo
2.para pedirle, en nombre del Vis. Ap., un Viceprocurador de España en Roma
3.para pedirle que deje en Roma, al menos hasta el Capítulo General que se celebrará en 1925, los dos hermanos operarios de España Rafael Mallol (Cataluña) y Norberto Remírez (Aragón).

Los dos hermanos Rafael y Norberto insisten en que quieren volver a España. Así se lo había recomendado (según dicen) el P. Ilarri, que al irse les dijo: “Venid también vosotros a España, que los italianos no quieren a los españoles, y los echan fuera”.

Conozco un poco al P. Ilarri y me parece imposible que la pasión haya afectado tanto a su ánimo.

En cambio, el H. Casimiro Sala, encargado de la sacristía, no ha dicho nada, y cuando le he preguntado me ha dicho que quiere hacer en todo la voluntad de los Superiores. ¡Verdaderamente el H. Casimiro es un buen religioso!

Por la tarde paseo con el P. Maja por el Gianicolo.

13 de junio de 1923. Miércoles

A las 6 ½ celebro la S. Misa en la tumba venerada de S. José de Calasanz.

Por la mañana leo los libros de la Generalidad.

Viene a visitarme el Ab. Lazzaro Podestà de Chiavari, que celebra en S. Pantaleo.

Por la tarde voy con el P. Maja a la Basílica de S. Lorenzo al Verano, y venero a tumba de Pío IX, que fue alumno nuestro durante 6 años (de los 12 a los 18) en el Colegio de Volterra, y siempre quiso mucho a los Escolapios.

Visito en el cementerio de Verano la tumba de los Superiores Generales (P. Casanova, P. Ricci y P. Sánchez), en la capilla del Colegio Nazareno, en el Pincetto.

14 de junio de 1923. Jueves

S. Basilio, Obispo y Doctor.

A las 6 ½ celebro la S. Misa en la tumba de N.S. Patriarca.

A las 10 voy con el P. Maja a la Secretaría de Estado a ver a Mons. Riccardo Bartoloni.

Antes, bendición por los 25 años de sacerdocio de Don Antonio Cichero, rector de la iglesia de N.S. del Carmen en Prati di Mezzanejo.

Con Mons. Bartoloni hemos hablado del P. Viñas, de quien no tiene buena opinión como General, especialmente por su carácter impetuoso, que le impedía estudiar y ponderar las cosas. Por lo demás, también el Card. Mistrangelo, al desear y querer en el Capítulo General de 1919 la reelección del P. Viñas como General no juzgó bien, y todos en Roma, en las esferas eclesiásticas, le culpan por esta reelección. Por lo demás, la imposición de la Santa Visita a la Orden declara abiertamente la manera de pensar de Roma.

Mons. Bartoloni es un prelado que nos quiere conoce bien nuestro ambiente, pues en los primeros tiempos de su llegada a Roma desde Florencia fue nuestro huésped en San Pantaleo, de donde recuerda siempre la suciedad.

A las 11 voy con el P. Boschi al Vicariato a firmar en el Registro de felicitación a S. E. el Cardenal Protector (S. Basilio).

Por la tarde, paseo a S. Pablo (a las 16), y a las 18 a la iglesia de S. Bernardo en la Termas, para la toma de posesión del Cardenal Locatelli.

Me llega la noticia del robo en nuestra iglesia de S. Esteban en Poli.

15 de junio de 1923. Viernes.

A las 6 ½ celebro la S. Misa en la tumba de S. José de Calasanz.

A las 9 tengo una larga conversación, en presencia de los PP. Boschi y Maja, con el prof. Milani en relación con el proyecto de restauración de S. Pantaleo.

Estamos de acuerdo en que el comedor y la cocina quedarán como están ahora, y que las clases no podrán estar en el 3er piso. Si se abre la escuela, estará en los locales de las antiguas aulas. Considerando luego la escasez del depósito en el Vaticano, las obras procederán gradualmente, y serán pagadas a plazos a final de mes.

A las 10 ½ voy a ver al Card. Laurenti, Prefecto de los Religiosos.

El Cardenal me indica la conveniencia de que las cantidades de Vaticano se retiren no con la firma del Vicario General, sino de otra persona. Menciona a mi venerado tío de la provincia de Liguria, que volverá a tomar la dirección de la provincia, en la que ha dado tantas pruebas de buen gobierno, como ha oído decir.

En este coloquio hablamos por primera vez con Su Eminencia de la cuestión de S. Pantaleo, y del desacuerdo entre la Generalidad y la provincia Romana. Parece que el Cardenal tienda a dar algo de razón la provincia romana, por su mayor contribución en la construcción de la Casa Generalicia de Vía Toscana 12. Como no he profundizado todavía en el asunto, no he sabido responder adecuadamente al Cardenal, al que he dicho que haría todo lo posible para poner fin a una cuestión que, tal vez, había provocado la Visita Apostólica.

A las 12 recibo en San Pantaleo la visita de Mons. Giovanni Biasotti, que conoce nuestras provincias de Hungría y Rumania. Monseñor se ocupa también de arqueología (Roma, Vía Liberiana, 17).

Por la tarde voy a ver para la confesión semanal al Rmo. P. Ignudi a S. Teodoro, y luego voy a ver al Visitador inútilmente, pues ha partido hacia el Véneto.

Se vuelve a hablar del deseo de adquirir de la herencia Balestra las tiendas de la Vía de la Cucagna, lo cual daría la posibilidad de poner allí la entrada a S. Pantaleo, que ahora está en la Plaza de Massimi.

16 de junio de 1923. Sábado

A las 6 ½ celebro la S. Misa en el altar mayor.

A las 9 ½ voy con el P. Maja a la Caja del Vaticano. 498 L.

A las 10 ½ asisto con el P. Maja en la iglesia nacional de los españoles al funeral del Cardenal de Zaragoza[Notas 3].

Por la tarde, paseo arqueológico. Aventino, S. Saba. S. Gregorio en el Celio. SS. Juan y Pablo. Sta. María in Dominica. Sta. Cruz de Jerusalén. Plaza Vittorio Emmanuele. Viminale.

17 de junio de 1923. Domingo

A las 7 celebro la S. Misa en el altar mayor.

A las 10 me visita en San Pantaleo la familia Copello de Chiavari.

A las 11 con el P. Maja voy a visitar al Padre Casimiro Stella, Procurador General de los Agustinos Descalzos, en Corso Umberto I, nº 45. Es confesor de las Señoritas Balestra, que son las propietarias de las tiendas en la Vía de la Cucagna. Le rogamos se interese para facilitar de algún modo su compra por parte de los Escolapios.

Por la tarde, paseo a Villa Borghese.

A las 18 ½, conferencia del P. Ludovico Ferretti sobre Girolamo Savonarola.

Mons. di S. Clemente. Mons. Vincenzo Bianchi-Cagliesi.

18 de junio de 1923. Lunes

A las 6 ½ celebro la S. Misa en la tumba venerada de S. José de Calasanz.

A las 9 asisto con mucho deseo al Pontifical de rito Siro en la iglesia de Sta. María en Campo Marzio.

Visita a la iglesia de Sta. Dorotea en Trastevere, en la cual en el otoño de 1597 N.S. Padre abrió la primera escuela popular.

S. María en Trastevere. St. Cecilia.

Por la tarde voy a visitar a Mons. Stanislao Canori al que he conocido en Chiavari, huésped del Abate Podestá.

Voy a Sta. María en Campi Vespri para las segundas vísperas de S. Efrén y la bendición en rito siro.

S. Luis de los Franceses.

Escribo al Vicario General de España para agradecerle la caridad que hace a esta casa de S. Pantaleo dejando a los hermanos operarios Casimiro, Rafael y Norberto mientras hagan falta. ¡Deo gratias!

19 de junio de 1923. Martes.

A las 6 ½ celebro la S. Misa en el altar mayor.

Quiero conversar con el P. Casimiro Stella sobre las tiendas de la Vía de la Cucagna – propiedad Balestra- pero no le encuentro en el convento.

Voy a la iglesia de S. Ignacio junto al Colegio Romano.

Voy con el P. Maja al Convento Internacional de los Capuchinos, Vía Buoncompagni, 7. El P. Maja me presenta al P. Elligio de Fenne, Procurador, que es el Padre que nos pasa las limosnas de misas a la Generalidad. Conozco al P. Clemente de Tezzorio (ligur).

A Sta. María de los Ángeles y a S. Pietro in Vincoli.

Por la tarde, a los 17, voy a ver al Sr. Visitador Apostólico.

1.Niega su aprobación al nombramiento hecho por el P. Franc. J. Mestan, Provincial de Austria, del ex Asistente General José Rapp como Vicario Provincial. El P. Mestan aduce con motivo su caída y la rotura de un brazo. Le envío un telegrama, por orden del Visitador, con la negativa, diciendo que el P. Provincial puede elegir entre todos los religiosos de Austria a alguien para sustituirle en el cargo, exceptuado el P. Rapp, que, como Asistente, no ha dejado el mejor de los recuerdos.
2.El Sr. Visitador firma el Decreto nombrando al P. Luigi del Buono Vicario Provincial de Liguria, hasta el próximo Capítulo. Se nombra al P. G.B. Boggiano Asistente Provincial, para sustituirle.
3.Siendo ya necesario presentar los nombres de los nuevos PP. Asistentes. el Sr. Visitador conviene conmigo en que no es oportuno insistir en el nombre del P. Antonio Mirats, Vicario General, cuya presencia es necesaria en España. Propongo al Sr. Visitador elegir un nombre de la terna presentada por España en el Cap. de 1919 para representar aquellas provincias en la Curia General. En aquella terna, después del P. Marcelino Ilarri, que fue elegido en el Capítulo de Fiesole de 1919, estaba e nombre del P. Federico Vicente, de la Provincia de Aragón. el P. Vicente, al que ni yo ni el Visitador conocíamos como convendría para un nombramiento tan importante, fue elegido como Asistente por las provincias de España. El Sr. Visitador me informa de la protesta del Provincial romano contra la orden dada por el Visitador para que el Provincial romano dejara libre la habitación que ocupaba en San Pantaleo, que en lo sucesivo no deberá ser considerada la residencia oficial del Provincial romano. Hablo a Monseñor de la restauración de nuestro S. Pantaleo, y de los deseos expresados al prof. Milani en la conversación tenida con él el 15 de los corrientes, y de las gestiones para ver si es posible y conveniente para los gastos la compra de las tiendas en la Vía de la Cucagna.
4.Como Asistente por la Prov. Romana el Sr. Visitador propone al P. Giuseppe Nuvoloni, ligur, pero vestido en la Provincia romana. Parece que al Sr. Visitador, muy indeciso en la elección del Asistente de la Prov. Romana, el nombre le haya sido recomendado por el P. Clemente da Terzosi, ligur, Definidor General de los PP. Capuchinos. Por lo demás, el P. Nuvoloni ya había sido Asistente General con el P. Viñas, y, aunque pertenece a la Provincia romana, no tiene sentimientos romanos, y es un crítico despiadado de los romanos, y especialmente del colegio romano Nazareno, donde enseña desde hace muchos años (gimnasio inferior).

20 de junio de 1923. Miércoles.

A las 6 ½ celebro la S. Misa en la tumba de S. José de Calasanz.

A las 10, conversación con el Sr. Visitador en Vía Sardegna, nº 40.

1.Patente para el P. Luigi Del Buono, Vicario de Liguria, que envío en el día a Génova.
2.Mons. me entrega la carta para la Cong. de Religiosos en la que, de acuerdo con el Decreto del 3 de mayo del corriente año, se nombran a los siguientes Asistentes: P. Giuseppe Nuvoloni, Provincia Romana; P. Giovanni Giovannozzi, Provincias italianas; P. Cornelio Szinger, Prov. de Hungría (Europa Central); P. Federico Vicente (Provincias de España).

Por la tarde visito con el P. Maja el templo de la Diosa Matuta, el Campidoglio, y por primera vez la habitación de S. Luis Gonzaga, de S. Juan Berchmans y de S. Ignacio.

En el Gesù rezo junto al santo cuerpo del Beato Roberto Belarmino.

El P. Vicario General agradece al P. Provincial de Cataluña la carta de felicitación enviada en obsequio de su nombramiento.

21 de julio de 1923. Jueves

Fiesta de S. Luis Gonzaga. Onomástico de mi tío P. Luigi de la Presentación, al que envié ayer la felicitación, en nombre también de Monseñor.

Por la mañana, visita a nuestra casa de S. Lorenzino, en la que están nuestros Padres Francesco Bongo y Luigi Patrono. Voy al Santo Oficio a saludar a Mons. Grosso, y a la Tip. Vaticana ver al Com. Scotti, para preguntar si tienen alguna comisión para Chiavari.

Visito a las Hnas. de Sta. Marta en el Palacio Altemps (Colegio Español), y voy al Colegio Nazareno para felicitar al P. Pietrobono. Asisto a la Misa Pontifical en S. Ignacio por la fiesta de S. Luis G.

Por la tarde a las 18 solemne procesión con al traslado del Beato Belarmino del Gesù a S. Ignacio.

A las 20,25 salida hacia Chiavari. Me acompaña el Sr. Nino Copello, que ha venido a Roma para acompañar a sus parientes de América.

22 de junio. Viernes

Llego a Chiavari a las 5,30. A las 6 celebro la S. Misa en el altar del S. Corazón.

Durante el día estoy ocupado en el Gimnasio Cívico, debiendo preparar todo para los exámenes finales.

A las 11 visito al Sr. Obispo.

El P. Vicario General ha recibido una carta de felicitación del Provincial de Bohemia. El P. Vicario se lo agradece.

23 de junio. Sábado

Exámenes finales para las primeras 4 clases del Gimnasio.

24 de junio. Domingo. Natividad de S. Juan Bautista

A las 7 ½ celebro la Misa en nuestra iglesia. Primera comunión de Germano Daneri, hijo de Sr. Giovanni, amigo de las Escuelas Pía y benefactor de nuestra iglesia.

A mediodía voy con el P. Civalleri a comer a Casa Daneri.

25 de junio de 1923. Lunes

A las 9, examen final de la clase 5ª, en presencia del R. Comisario para la Licencia Prof. Enrico Durval, Catedrático de Filosofía del R. Liceo “A. D’Oria” de Génova.

26 de junio de 1923. Martes

Comienzan los exámenes de promoción y de admisión al gimnasio.

27 de junio. Miércoles

Exámenes de promoción y de admisión.

Carta del P. Mestan de las Escuelas Pías de Austria (Reforma).

El P. Vicario de España anuncia la dimisión del R.P. Juan Pascual de su cargo de Viceprocurador en Roma.

El R.P. Pedro Lütz de la Prov. de Austria pide la secularización.

28, 29, 30 de junio

Nada especial. Estoy ocupado todo el tiempo con los exámenes.

1 de julio de 1923. Domingo

A las 16 asisto en la Catedral de N.S. del Huerto a la ofrenda de flores hecha por los niños de Chiavari a la Virgen. Mons. Giov. Gamberoni.

2 de julio. Lunes

Fiesta de N.S. del Huerto.

A las 10 en la Catedral, Pontifical de Mons. Casabona y Homilía de Mons. Gamberoni, Arzobispo de Vercelli.

A mediodía participo en el ágape episcopal.

A las 19 ½ llega del Piamonte mi hermano Don Nicolò.

Paseo por las calles iluminadas de Chiavari.

3-7 de julio

(Nada anotado)

8 de julio de 1923. Domingo

Carta del Sr. Visitador Apostólico.

Telegrama del Vicario General de Frascati que me apremia a volver a Roma, pues quiere hablar conmigo S. E. el Card. Cagliero Giov., Obispo de Frascati.

A las 11.20 salida hacia Roma, a donde llego a las 19 h 30.

En el tren me encuentro con el Sr. Giovanni Mazzolini y con el P. Pietro Camperi, somasco.

9 de julio de 1923, Lunes

A las 6 ½ celebro la S. Misa en el sepulcro venerado de S. José de Calasanz.

Por la mañana voy a Frascati, donde soy recibido por el Cardenal Cagliero, presentado por el Vic. Gen. de la diócesis, Mons. de Angelis.

El Cardenal ofrece a los Escolapios el Seminario de Frascati con la obligación de las escuelas del gimnasio y la dirección espiritual e intelectual de los seminaristas.

Intento presentar dificultades, o al menos ganar tiempo, debiendo ponerme de acuerdo para todo con S.E. el Sr. Visitador, pero S.E. no admite razones y quiere que los escolapios acepten, sin más.

Hay que señalar las dificultades económicas para aceptar, pues, si entiendo bien, si los escolapios aceptan, no recibirían sino una pequeña compensación de 4 o 5 mil liras anuales.

Y hay que hacer notar también que el seminario de Frascati tuvo ya a los Josefinos de Murialdo, que no pudieron continuar.

A mediodía me he detenido a comer en nuestras Escuelas Pías de Frascati, donde reside el Provincial romano P. Pusino. Conozco así a Mons. Angelo Caselli-Gaeta de la Secretaría de Estado, que desde abril último es huésped, por motivos de salud, de nuestros Padres de Frascati.

Por la tarde, a las 17, tengo una larga conversación con el Sr. Visitador Apostólico.

Liguria. España. La nueva Congregación General: P. Vicente (España); P. Giovannozzi (Italia). P. Nuvoloni (Roma); P. Szinger (Hungría). P. Serafino Maja, Procurador General.

Hago observaciones con respecto al P. Serafino Maja, no vayan a decir que todo está en manos de los ligures. Respuesta de Monseñor: “¿Acaso le han pedido de la S. Congregación que apruebe al P. Maja como Procurador General?” “No”. “Por lo tanto, obedezca también en esto, y recuerde que es mejor que usted tenga en la Curia un amigo que no alguien que le haga daño…”

Las cosas de España. P. Cangelmi. P. Oreste Sacchi. Sociedad Anónima de Génova (Hon. Boggiano).

10 de julio de 1923. Martes

A las 6 ½, como de costumbre, celebro la S. Misa en la tumba de S. José de Calasanz.

Voy a S. Pedro del Vaticano. Monumento a la S.M. de Pío X por el escultor ( )

La Señora condesa ( ) visita al P. V. General en S. Pantaleo. Legado de 5 mil L para la celebración anual de S. Misas.

Escribe al P. Vicario General el P. José Teixidor de Cataluña, expresando su vivo deseo de volver a Roma y retomar su puesto de Penitenciario Menor en la Basílica Vaticana, afirmando que podría asumirlo tras haber recobrado la salud.

Escribiendo inmediatamente al P. Viñas, pues es deseo mío recobrar nuestro puesto de Penitenciario Menor en San Pedro, que está vacío. Y este vacío ciertamente no es un honor para la Orden.

S.E. Mons Andrea Cassulo[Notas 4], Delegado Apostólico de Egipto y Arabia visita San Pantaleo.

En nombre del Sr. Visitador Apostólico respondo con un telegrama al P. Mestan que no se aprueba el nombramiento que ha hecho del P. José Rapp, ex Asistente General, como Vicario Provincial. Parece que el P. Mestan ha caído y se ha roto un brazo.

El Visitador Apostólico envía otra nota a la S. Congregación de Religiosos para completar la Curia General con los nombres del Procurador General y del Vice-procurador de España.

A las 20 h 25, salgo hacia Chiavari para los exámenes de Licencia Gimnasial en aquel instituto, del que soy Director.

11 de julio de 1923. Miércoles

Llego a Chiavari a las 6, 25.

12 de julio. Jueves

Exámenes de Licencia Gimnasial, con el R. Comisario para la Licencia Prof. Enrico Durval, Catedrático de Filosofía del R. Liceo “A. D’Oria” de Génova.

13-18 de julio

(Nada)

19 de julio. Jueves

“La Sagrada Congregación de Religiosos, por el rescrito de fecha 19 de julio, para completar la Curia General de la Orden nombra y constituye:

1.Asistente General por la Provincia Romana: P. Giuseppe Nuvoloni de S. Felipe Neri.
2.Asistente General por las Provincias de España: P. Federico Vicente de la V. del Carmen.
3.Asistente General por las Provincias de Europa Central: P. Cornelio Szinger de Sta. Ana.
4.Asistente General por las Provincias de Italia: P. Giovanni Giovannozzi de la Asunción.
5.Procurador General: P. Serafino Maja de la S. Cruz.

6.Procurador para asuntos de España: P. Antonio Guinart de la Inmaculada Concepción, con la obligación de residir en Roma, en San Pantaleo.

El nombramiento de los cuatro PP. Asistentes, del Procurador General y del Procurador para asuntos de España había sido presentado por el Rmo. Visitador Apostólico, tras escuchar los consejos del Vicario General, según la intención del decreto del 3 de mayo de 1923”.

20-21 de julio

(Nada)

22 de julio. Domingo

“El Rmo. Visitador Apostólico informa al Vicario de España y a cada Provincial de la Orden sobre la nueva Curia General:

P. Vicente (España, Aragón), 75 años. Vestición: 21 de noviembre de 1863.

P. Nuvoloni (Roma), 70 años. Vestición: 18 de noviembre de 1969.

P. Giovannozzi (Toscana), 63 años. Vestición: 26 de abril de 1876.

P. Szinger (Hungría), 60 años. Vestición: 27 de agosto de 1881.

Vicario General: P. G. Del Buono, 50 años. Vestición: 17 de junio de 1888”.

23 de julio de 1923. Lunes

Por la tarde visito a S.E. el Cardenal Mistrangelo, que está en S. Margarita, huésped del Com. Chierichetto en el Palacio Centurione.

He encontrado al Cardenal preparándose para ir, por mar, a Camogli. Tras unas pocas palabras de saludo, me invita a volver al día siguiente, para almorzar con él. Y volví al día siguiente, y a las 9 ya estaba en el Palacio Centurione.

24 de julio de 1923. Martes

El Cardenal me acogido con la gentileza y gracia que son verdaderamente una particular prerrogativa suya. Se ha alegrado de mi nombramiento como Vicario General, diciéndome: “Por suerte le han nombrado a usted; en la desgracia que nos ha tocado con la Visita Apostólica, su nombramiento es un gran bien, pues usted hará muchas cosas buenas, ya que no le faltan la piedad, la inteligencia y el amor a la Orden. También el P. Viñas, que le quiere tanto, se ha alegrado mucho de que le hayan elegido a usted y no a otro. Y a ese P. Boschi, que tanto mal ha hecho a su General, dígale que no venga más a verme, porque lo pondré en la puerta. ¡Ingrato y malvado… ha arruinado a su General, o mejor, a su Orden…!”

Me he quedado, porque ese era el deseo del Cardenal, y del Com. Chierichetto, a comer, y después he vuelto inmediatamente a Chiavari para preparar mi vuelta a Roma, fijada para mañana, 25 de julio.

Terminados ya los exámenes, hechas las relaciones que pide el Reglamento, hecha la transmisión de la Dirección al Rector Carrara, que me había hecho la suplencia, me preparo a dejar definitivamente Chiavari por Roma, donde quiere el Señor que yo trabaje a partir de ahora.

En los días pasados he ido a Cornigliano para despedirme de mi tío y de la Congregación Provincial. Mi tío ha querido venir a Chiavari para despedirme. También ha venido la Chiavari mi querida familia Ghigliazza, que siempre ha querido tanto a los míos, y tanto nos quieren a mí y a mi hermano Niccolò.

Me he despedido de los profesores del gimnasio y del Liceo, y he hecho las visitas de cortesía al R. Subprefecto, al Alcalde de la Ciudad y al Sr. Obispo, que tiene una gran bondad conmigo.

Y dejo mi corazón con lo queridos Padres de Chiavari, que me han tratado con verdadero afecto fraterno.

25 de julio de 1923. Miércoles

A las 11 parto de Chiavari, y llego a Roma a las 19, 30.

26 de julio de 1923. Jueves

Fiesta de Santa Ana, patrona de la Cofradía creada por el mismo S. José de Calasanz en S. Pantaleo.

A las 10 canto la S. Misa.

Por la tarde voy a visitar al Sr. Visitador Apostólico, al que encuentro en cama a causa de una grave indisposición.

Al decirle que en Liguria han invitado a volver a la provincia al P. Ilarri, no se ha mostrado muy contento.

27 de julio. Viernes

Fiesta de S. Pantaleo, en a que se bendice el Agua (Gregorio XV).

El P. Tiboni canta la S. Misa a las 10, a la cual asiste la representación del Cabildo de S. Eustaquio. El Superior de S. Pantaleo ofrece a los canónigos asistentes el tradicional vaso de agua virgen bendecida. Por primera vez se da este año un vasito de vermut. Pero nuestro ceremoniero no está contento con la novedad…

Por la tarde el P. Vic. Gen. va a visitar al Sr. Visitador Ap., quien le lee una carta de protesta del Provincial Romano, en la cual quiere reivindicar las pretensiones de la provincia Romana sobre la casa de San Pantaleo.

Lee también al P. Vicario una carta del Provincial de Austria P. Mestan, y le encarga que redacte la respuesta.

Lee también al P. Vicario una carta del P. Vinciguerra para la clausura del aspirantado de Campi Salentina.

28 de julio de 1923. Sábado.

Con el Procurador Majá voy a agradecer a S. E. el Cardenal Vicario y Protector de la Orden por su apoyo y recomendación de la petición de las Escuelas Pías para que el S. Padre concediese el subsidio prometido por su predecesor Benedicto XV para la compra de S. Pantaleo. De la Caja del Vicariato (oficina IV) retiro la suma otorgada por el S. Padre para S. Pantaleo, 200.000 liras.

Verdaderamente los escolapios deben estar muy agradecidos al Card. Pompili y al Visitador Apostólico que se han interesado tanto por la oferta del Papa.

De la misma Caja del Vicariato retiro el cheque por la representación exterior del P. General correspondiente al 2ª trimestre (abril mayo y junio), o sea, 1530 liras.

Con fecha de hoy el Vicario General de España comunica al Procurador General que el Provincial de Castilla desea que se suspendan la petición a la Santa Sede de cerrar la Casa de Toro, pues parece que el Ayuntamiento de aquella ciudad quiere continuar pagando a las Escuelas Pías por el trabajo que hacen.

29 de julio. Domingo

El Sr. Visitador leyó de nuevo al P. Vicario el recurso del Provincial Romano sobre los pretendidos derechos de la provincia Romana a la Casa de S. Pantaleo. En el recurso al Sr. Visitador insiste y afirma que mucho mobiliario de S. Pantaleo pertenece a la Provincia Romana, porque viene de la Casa Generalicia de Vía Toscana, de la casa de Urbino (?!) y de la de Castel Fiorentino (?!)

El buen P. Pusino olvida con mucha ingenuidad el mobiliario que de S. Pantaleo fue a Vía Toscana en 1892, y finge no conocer en qué miserable condición se encuentra S. Pantaleo, casa paupérrima, en cuanto a mobiliario. ¡Qué miserables somos en todo, para daño de la Orden! ¡Verdaderamente nos merecíamos la Visita Apostólica!

30 de julio de 1923. Lunes

El Sr. Visitador Apostólico ha conversado con S. E. el Cardenal Prefecto de los Religiosos y con Mons. Cacazzi sobre la cuestión de S. Pantaleo entre la Provincia Romana y la Generalidad. Informa hoy al P. Vicario sobre el coloquio.

1.Mobiliario de S. Pantaleo.
2.Suma depositada en el Vaticano de la Generalidad. Autorización para retirarla (a plazos) dada al P. Maja, Procurador General.

P. Morbidi de Siena.

31 de julio de 1923. Martes

El Prof. Sac. Lorenzo Regattieri y su nueva publicación.

El P. Vicario escribe hoy una carta al P. Vicario Provincial de Liguria proponiéndole que invite al Visitador Apostólico a visitar la Provincia.

El P. Marcelino Ilarri envía un cheque de 5593,30 liras por mil misas, con el ruego de enviar también a Hungría.

1 de agosto de 1923. Miércoles

El P. Vicario General desea que el P. Massimelli venga de Liguria a Roma, a nuestra casa de S. Lorenzino (Plaza Rusticucci).

Se depositan en la cuenta corriente (al 2 ½ %) en el Banco comercial Italiano (Corso Umberto I) las 200.000 liras del Santo Padre.

2 de agosto de 1923. Jueves

El P. Domenico Mosetti del Colegio de la Abadía Fiesolana reedita Obras de P. Manni.

El Visitador Apostólico envía una carta al Provincial de Austria (P. Mestan) en la que le propone algunas normas para el mejor gobierno de esa Provincia.

3 de agosto de 1923. Viernes

Charla con el Sr. Visitador:

1.Carta al Provincial de Austria (proposiciones).
2.El colegio de Toro en la provincia de Castilla no se cierra.
3.P. Manuel Serra del colegio de Puebla en México.

El P. Vicario General agradece al Provincial de Hungría la carta de felicitación por su nombramiento.

4 de agosto de 1923. Sábado

El P. Vicario General declara por escrito al Sr. Secretario de los Religiosos que la suma depositada en el Vaticano debe servir para la restauración de S. Pantaleo, y que para retirarla, a plazos, el único encargado es el P. Procurador General Serafino Maja.

El S. Padre a mediodía recibe en audiencia a los Padres de la provincia Romana, que han terminado esta mañana los Ejercicios Espirituales en el colegio Nazareno. Los ejercicios (del 29 de julio al 4 de agosto) han sido dirigidos por el P. Francesco Tiboni.

El P. Vicario General se apunta para 20 copias de a nueva edición de Poesías del P. Giuseppe Manni.

5 de agosto de 1923. Domingo

El P. Vicario se dirige al P. Ermenegildo Pistelli, que está en Roma como Comisario para los Concursos en las Escuelas Medias, para encontrar la manera de hacer salir de San Pantaleo a los Excombatientes de las Batallas Patrias. El P. Pistelli le da una carta de presentación y de recomendación para el Hon. Caprino, que es Teniente Alcalde de Roma. Caprino es ex alumno de Pistelli.

El P. Provincial romano, P. Pusino, presenta al P. Vicario General la deliberación de la Congregación Provincial (3 de agosto) rechazando la oferta de Emmo. Cagliero, Obispo de Frascati.

Los PP. Cercignani, Gismondi, Sciarra y Cangelmi visitan al P. Vicario General.

6 de agosto de 1923. Lunes

El P. Vicario con el Procur. Maja son recibidos en audiencia privada por el S. Padre a las 14 h.

Estaba prevista para las 12, pero ha habido un gran retraso, y que esa mañana el embajador de Francia ha estado en audiencia durante más de dos horas.

La finalidad de la audiencia era agradecer al Santo Padre la generosa oferta de 200.000 liras entregadas por medio del Cardenal Vicario para las obras de restauración de S. Pantaleo.

7 de agosto de 1923. Martes

Llega a Roma, sin avisar y sin el permiso regular, de Polonia el P. José Floryan. Informa al P. Vicario sobre la situación de Polonia.

Por la tarde (a las 16 h) voy a ver al Visitador Apostólico:

1.Firma de las patentes para los PP. Carrara y Arata. El 1º es nombrado rector de Chiavari por la renuncia del P. Abbona, enfermo; el 2º es nombrado rector de Finalborgo, tras el nombramiento del P. Maja como Procurador General.
2.Casa de Vía Toscana, 12. No es la Provincia Romana, sino las Casas por separado las que han ayudado en la fundación de la Casa Generalicia.

El Sr. Visitador rehúsa recibir al P. Floryan, pues ha venido a Roma sin su permiso regular, y da la orden de que se vuelva inmediatamente. “Son nuestras Constituciones y la autoridad del P. Provincial las que permiten que los súbditos vayan a Roma”.

El P. Procurador va a visitar al Visitador apostólico por el caso del P. Floryan.

8 de agosto de 1923. Miércoles

El P. Vicario General informa a S.E. el Cardenal Cagliero que la Provincia Romana, por falta de personal y de medios, no puede aceptar la oferta hecha del Seminario de Frascati.

9 de agosto de 1923. Jueves

A las 10 el P. Floryan es recibido por el Visitador Apostólico.

El P. Lukács José, venido a Roma sin ningún aviso, antes de partir viene a saludar al P. Vicario General.

Erección de la Casa de Florencia (Resc. 1445/23), con todos los privilegios y gracias espirituales que gozan las demás casas de la Orden (9 agosto 1923).

10 de agosto de 1923. Viernes

Por la mañana muere en Turín el Card. Agostino Richelmi (n. en Turín el 29 de nov. de 1850). Era admirador y amigo de las Escuelas Pías, y había sido huésped de nuestro Colegio Cornigliano en Liguria.

Por la tarde, Mons. Antonio Giordani, Vicario Gen. de Camerino, pide que al menos dos Padres de nuestra Orden abran en Camerino un pensionado para estudiantes.

11 de agosto de 1923. Sábado

Con el Resc. 3890/25 se concede al R.P. Pedro Lütz de la Prov. de Austria el indulto de secularización (el Arzobispo de Viena es su benévolo receptor).

A las 18, conferencia con el Sr. Visitador.

1.Polonia. El P. Giannini Fortunato. ¿Por qué está el P. Giannini en Polonia? Hechos de inmoralidad ocurridos cuando era Ministro en el colegio de Volterra. ¿Cuál es su situación en la Orden? El P. Vicario lo ignora. Hará investigaciones. Acusaciones de los Padres polacos contra el P. Giannini. El P. Floryan últimamente ha venido a Roma para que se aleje de Polonia al P. Giannini, y ha llevado al Visitador una petición a este fin firmada por el P. Provincial y sus 4 Asistentes. El Visitador está muy preocupado.
2.El P. Gius. Cal. Caponio (Nápoles)
3.El P. Domenico Galiero, y sus continuas presiones queriendo regresar a Roma de comunidad, de donde había sido alejado por el P. Viñas por motivos que ignoro. Dice que en el colegio de Bellavista sufre a causa de su salud, y que el aire y el clima de Roma son más adecuados para sus padecimientos. Dice que el Rmo. P. Viñas le había prometido que cuando hubiera adquirido San Pantaleo, le habría llamado a Roma…
4.Constituciones de la Orden. Presentadas en 1921 por el P. General Viñas para ser aprobadas por la S. Sede, están en manos de la S. Congregación. Parece que encuentran muchas dificultades para su aprobación, pues de alguna parte de la Orden y del mismo Procurador de la Orden han llegado a la S. Congregación observaciones muy serias y oposición. Parece que el Rmo. P. Viñas, que ha preparado un trabajo complejo, uniendo en un solo volumen las Constituciones propiamente dichas, los Actos Comunes y los Ritos, no ha tenido en cuenta las observaciones que le han hecho los PP. Provinciales y las Congregaciones Provinciales, que en 1919 y 1920 las habían revisado de oficio. Parece también que la S. Congregación no puede aprobar que el P. Viñas reconozca oficialmente al Vicario General de España, de modo que la Orden, que no cuenta con un número muy grande de religiosos, tenga de hecho dos superiores con dos Congregaciones Generales y dos Procuradores.

12 de agosto de 1923. Domingo

El P. Erm. Pistelli, de la Provincia de Toscana, está exclaustrado, pero ha caducado el tiempo prescrito por el rescrito de la S. Sede. Necesita renovarlo.

Por la tarde voy de paseo a Villa Doria-Pamphili en el Gianicolo con el P. Bosco y con el Círculo Militar “S. Sebastián”.

13 de agosto de 1923. Lunes

Por la tarde, a las 18 h, conferencia con el Sr. Visitador.

1.El P. Cornelio Szinger, Provincial de Hungría, ha escrito una carta aceptando venir a Roma como Asistente General. Satisfacción del Sr. Visitador.
2.Por decisión de la Congregación de Religiosos, la Provincia Romana debe tener la Curia separada de la General, en S. Lorenzino en Borgo, que el Sr. Visitador ha visitado y ha encontrado muy adecuada para ese fin.
3.¿Se puede aceptar la oferta de Camerino? Es muy recomendada por el Cardenal de Estado Pietro Gasparri, quien ha hecho saber que tiene mucho interés en la fundación de los Escolapios en Camerino. Pero ¿de dónde tomar los religiosos? El Visitador insiste para que Vicario los encuentra como sea, porque al Cardenal de Estado no se le puede decir que no. Varias propuestas, varios nombres…
4.Nápoles.

A las 21.45 el P. Floryan vuelve a Polonia sin haber obtenido lo que quería a toda costa, el alejamiento de Polonia del P. Giannini. El Sr. Visitador no es un hombre de precipitar las cosas, y el excesivo celo del P. Floryan le resulta sospechoso. Ya se sabe que los polacos ya no pueden o no quieren tolerar al P. Giannini, que informaba detalladamente al P. Viñas de los asuntos de la Provincia. Se comprende que, caído el P. Viñas, los PP. polacos quieren deshacerse del Padre que para ellos era un espía. Pero ¿el P. Giannini era un espía que denunciaba cosas verdaderas o falsas? Esto es lo que hay que averiguar.

Por lo demás, la conducta de los PP. polacos no debe ser muy observante, si el Rmo. P. Viñas al final de su generalato había roto con ellos todo tipo de relación, y especialmente con aquella pequeña cabeza que es el P. Borrell, actual Provincial de Polonia. También el Sr. Visitador me dice que los Capuchinos polacos tampoco van bien.

14 de agosto de 1923. Martes

Vigilia de la Asunción (ayuno y abstinencia)

El 14 de agosto el Rmo. Visitador Apostólico agradece al Provincial de Hungría P. Cornelio Szinger que haya aceptado la obediencia para el cargo de Asistente General en Roma, y confirma que se le pagarán todos los gastos del viaje y comida hasta Roma, a cargo de la Curia General.

Por la tarde, visita de las habitaciones de S. Estanislao de Kotska en el Quirinal (iglesia de S. Andrés).

15 de agosto de 1923. Miércoles. Fiesta de la Asunción de la V.M.

A las 10, conferencia con el Sr. Visitador Apostólico.

1.El Visitador ha respondido, complacido, al P. Cornelio Szinger.
2.La oferta de Camerino y el Card. Pietro Gasparri.
3.Vestición de 5 jóvenes en la Prov. de Liguria.
4.El P. Giannini de Cracovia y la carta del P. Viñas que aclara la situación del religioso y la recomendación de que sea llamado a Italia. Lo habría hecho él mismo, y lo deseaba, pero le ha faltado tiempo.
5.La Visita Apostólica: “No es el Visitador Apostólico quien ha hecho deponer al P. Viñas, sino más bien su actitud de oposición a la Visita y a la S. Congregación. No hay que olvidar – dice el Visitador – que la visita Apostólica debía ocuparse de los asuntos más importantes de la Orden. Pero el P. Viñas lo hacía todo sin tener en cuenta la presencia del Visitador”

El P. Vicario General agradece a Vicario Provincial de Rumania, P. Francisco Both, por la carta de saludo y felicitación enviada.

16 de agosto de 1923. Jueves

El Sr. Visitador firma la carta dirigida al P. Cornelio Szinger para que venga a Roma, y al P. Provincial de Liguria para la vestición de los 5 jóvenes.

El Visitador Apostólico informa al Provincial de Polonia que el clérigo de votos temporales Ladislao Berbeka había sido expulsado regularmente por la Congregación General (P. Viñas) el 17 de abril de este año 1923.

17 de agosto de 1923. Viernes

El P. Vicario General agradece a S.E. Mons. Ettore Franzi su benevolencia para con las Escuelas Pías, pero le dice que no puede aceptar la oferta hecha, tan recomendada incluso por S.E. el Card. Gasparri a causa de la escasez de religiosos para llevar a cabo una obra tan importante.

El P. Michele Morrone de Ardes visita al P. Vicario.

El Prof. Roberto Menesci, antes profesor de Filosofía en el R. Liceo de Chiavari, viene a S. Pantaleo. Es israelita, pero me tiene mucho afecto. “Hágame un gran regalo: ¡deme un abrazo!”

Gino (Luigi) Minighini, hijo de Dante y Ernesta Tagliarolo n. en S. Giorgio di Nogaro (Udine) el 21 de agosto de 1906. Quiere ser escolapio, y es enviado al postulantado de Finalborgo.

Comienza la novena de S. José de Calasanz a las 19. La predica el P. Ambrogio De Sanctis, de los Menores del convento de S. Bartolomé en la Isla.

Se canta el himno de S. José de C. “Sacrum venite suplices”, música del Maestro Marziano Perosi, hermano de Lorenzo.

Cantan los soldados del Círculo Militar “San Sebastián”.

18 de agosto. Sábado

Compilación de los Libros de Actas y de Protocolos.

19 de agosto. Domingo

El P. Pistelli refiere al P. Vicario sus gestiones en relación con S. Pantaleo (las dos aulas ocupadas junto a la portería por los Excombatientes de las Batallas Patrias) ante el Com. Hon. Antonello Caprino, Vice-Comisario del Ayuntamiento de Roma.

20 de agosto de 1923. Lunes.

A las 9 voy al sepulcro de Pío X y Benedicto XV.

Por la tarde, al sepulcro de Sta. Francisca Romana en Sta. María Nueva en el Foro Romano.

21 de agosto. Martes

Por la tarde, a las 17, el P. Vicario lleva una copia de las Constituciones de a orden al Sr. Visitador.

Coloquio con el Sr. Visitador.

1.P. Giovannozzi, es necesario que venga pronto a Roma.
2.El P. Sacchi de Nápoles y sus propuestas.
3.El P. Boschi y su vuelta a la provincia romana [sic. Debe ser Toscana]
4.Los Maestros de Novicios y de Juniores de la Provincia de Liguria. El Vicario Provincial quisiera cambiar a los PP. Campora y Casali por Padres de España. Ni yo ni el Visitador estamos de acuerdo con la idea de P. Luigi Del Buono.
5.Con el Visitador tengo una larga discusión sobre nuestras Constituciones y sobre la dificultad de dar un cuerpo de Reglas a Religiosos de la Enseñanza.

22 de agosto de 1923. Miércoles

Mons. Filippo Di Fara (de la Congr. de Ritos) visita al P. Vicario General para proponerle que acepte la nueva Parroquia de S. Benito fuera de la Puerta de S. Pablo, que tendrá aneja la Escuela Primaria Popular subsidiada por el S. Padre. La Escuela Primaria femenina está confiada a las Maestras Pías Filipinas.

A las 3 (¿?) el P. Vicario, acompañado del P. Maja, va al Capitolio y es recibido por el Com. Hon. Antonello Caprino, Vice Comisario del Ayuntamiento de Roma, y le confía el asunto de los Excombatientes de las Batallas Patrias, que tienen su sede en San Pantaleo. El deseo de los PP. Escolapios es que dejen libres los locales, que deberían ser comprados para ser restaurados. El Hon. Caprino promete ocuparse de ello, sin ocultar algunas dificultades, pues, según él dice, “tenemos que vérnoslas con una sociedad muy antipática”.

23 de agosto de 1923. Jueves

El Padre Vicario General recibe al P. Provincial de Toscana y al P. Giovannozzi, expresando el deseo del Sr. Visitador de que se cumpla el Decreto de la S. Congregación de Religiosos (19 de julio de 1922)

Pone muchas dificultades el P. Pessuti, Provincial de Toscana, para que el P. Giovannozzi venga a Roma, porque no sabe cómo sustituirlo en la predicación dominical a los escolares en S. Giovannino. Insiste en que no venga el P. Giovannozzi a causa de su edad y de sus molestias. También la hermana del Padre escribe en este sentido, y especialmente la sobrina, casada en Piccioni, escribe una carta al P. Vicario para que el P. Giovannozzi se quede en Florencia, especialmente por la asistencia espiritual a sus dos hijos jovencitos, cuyo padre no es mucho de iglesia.

Presionado por tantas cartas, hablando hoy con el Sr. Visitador me animo y le recomiendo que el P. Giovannozzi se quede en Florencia.

El Sr. Visitador me ha reprochado por la recomendación, que podía esperar de otros, pero no de mí. “Intento –dice- prepararle una buena Congregación, llamando a los hombres mejores para que la Orden reciba honor, ¡y usted no los quiere!” Al decirle yo que ciertamente lo quería, pero temía la venida del P. Giovannozzi porque es débil y enfermizo, Monseñor ha continuado: “El P. Giovannozzi venga a Roma, y obedezca al menos una vez en su vida. Es fácil nacer en Florencia, vivir en Florencia, y obedecer en Florencia. ¡Que venga y obedezca en Roma!”

Mortificado, no he añadido una palabra a las severas, pero justas, observaciones de Monseñor.

24 de agosto. Viernes

Cartilla a nombre de los PP. Del Buono y Maja en la Banca Comercial Italiana (Corso Umberto I). San Pantaleo – Postulación- Generalidad.

A las 10 ½ el Sr. Visitador viene a S. Pantaleo, e informa al P. Vicario sobre su charla con Mons. Serafini con respecto a la necesidad de que el P. Boschi regrese a su Provincia.

2º, el P. Sacchi y su proyecto de abrir la Escuela Media en Donnaregina.

3º, 500 L a cuenta al Sr. Visitador.

25 de agosto. Sábado

Al Sr. José Milá Terrades de Granollers del Vallés (Barcelona)

26 de agosto de 1923. Domingo

Notas sobre el Colegio de Chiavari enviadas al P. Ciballeri por medio del R. Prov. de Génova.

Vigilia de S. José de Calasanz (ayuno y abstinencia). Primeras vísperas a las 18, pontificadas por Mons. Erm. Pasetto, nuestro Visitador Apostólico.

27 de agosto de 1923. Lunes

Celebro la misa en la habitación de N.S.P.

A las 10 ½ Misa Pontifical por S.E. Mons. Ag. Zampini, Sacristán de S.S.

A las 12, ágape. Participan con los religiosos Mons. Zampini, el Sr. Visitador Apostólico, el P. Ambrogio De Sanctis y los ceremonieros.

El Conde Com. Enrico Pocci visita al P. Vicario. Es el Abogado de la Curia.

A las 18 ½, Rosario. Discurso del Can. Scavizzi, Párroco de S. Eustaquio. Bendición eucarística impartida por el Emmo. Card. Francisc Ehrle (Colegio Pío Americano).

Gran concurso de gente, como no se recordaba desde hace años.

28 de agosto de 1923. Martes

Chiavari: sesión de Consejo para ratificar la deliberación tomada de urgencia el 3 de agosto para conceder un año de excedencia al P. Vicario General.

El P. Procurador General Maja se va de vacaciones.

La Sra. Rosa Roca de Bueno Aires, visitando S. Pantaleo, promete ocuparse de la decoración de la Capilla de la Aparición.

A las 18 el P. Boschi va al Vicariato Apostólico, que le comunica que es deseo de la Congregación de Religiosos que vuelva a su Provincia.

Visita a S. Clemente y a la Iglesia de los 4 Santos Coronados del Celio.

29 de agosto. Miércoles

Mons. Barnabai del Vicariato.

Por la tarde, a Sta. Sabina (Aventino) y a Sta. Prassede.

30 de agosto. Jueves

El P. Boschi con Mons. Salvatore De Angelis (párroco de Santo Spirito in Sassia) parte al Congreso Eucarístico de Génova.

Mons. De Angelis será nuestro huésped en Cornigliano Ligure.

Libros de la habitación del P. General en Vía Monserrato.

Por la tarde, a Puente Milvio.

31 de agosto d 1923. Viernes

En la habitación del P. General en Vía Monserrato.

El P. Otto Schürmann escribe al P. Vicario General para clarificar su situación religiosa.

Se entregan al P. Provincial romano para Frascati dos pizarras grandes con sus soportes respectivos, la urna del Sepulcro con el ciborio grande y un diván.

Pro memoria.

9 de abril de 1923 (del P. Marcelino Ilarri)

Vaticano: 498.149,65 liras

Generalidad:

Títulos varios especialmente comerciales (nominales)

Liras: 66.000

Sur Austria: 3000 L.

Hungría (Estado): 22.600 L

Hungría (Municipio): 13.600 L

TOTAL: 105.200 L

Actual renta anual: 2652,50 L

(Austria-Hungría: 1506 L)

TOTAL: 4158 L

Notas

  1. En aquel momento tenía 50 años.
  2. Se equivocaba en esto el P. Viñas, confundiendo la realidad con sus deseos. El P. Boschi volvió a Florencia, donde continuó desarrollando (con éxito) la actividad pastoral (con jóvenes) que había estado haciendo antes de ser nombrado Procurador en 1919, mientras la vista se lo permitió. Falleció en Florencia en 1955. Pero, como veremos más adelante, no contaba con la simpatía de los religiosos.
  3. Juan Soldevila, asesinado por dos anarquistas el 4 de junio de 1923 en Zaragoza.
  4. Había sido secretario del Mons. Mistrangelo en Florencia; muy querido de los escolapios.