Última revisión de 10:56 25 ene 2020

Valoración de su generalato

No hay mucho que decir sobre un generalato cuya única finalidad era dejar pasar dos años hasta que tuviera lugar el siguiente Capítulo General, preparando en la medida de lo posible el terreno para la reunificación de las Escuelas Pías. El P. Brattina hizo viajes, como se lo habían ordenado, siguiendo los pasos de su predecesor Alfonso Mistrangelo, pero sin el aura y el carisma que él tenía. No tomó muchas decisiones importantes, y las que tomó, como el cierre de la Casa de la calle Lira de Santiago, sin contar con los superiores de España, o el proponer la presencia de los Asistentes Interprovinciales de España en el Capítulo General, o los tratos con Hungría, fueron criticadas. No fue muy acertado en las relaciones con los institutos de la Familia Calasancia. Le faltó decisión para ayudar al P. Borrell (aunque es posible que su Congregación tampoco le apoyar mucho en esto) …

Como aspecto positivo hemos de señalar su empeño en que la congregación funcionara normalmente, con todos los miembros (menos él) residiendo en Roma, y con reuniones semanales, aunque él estuvo presente en menos de la mitad de ellas.

Al final se logró el objetivo que habían marcado tres Papas (Pío IX, León XIII y Pío X) de reunir las Escuelas Pías, y por el que el P. Mistrangelo, a pesar de su cargo de Arzobispo de Florencia, se había esforzado y se siguió esforzando por conseguir como Visitador General (autoridad suprema) durante el generalato del P. Adolfo Brattina.

Notas