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España y América.

Más arriba hemos presentado el proceso de unión de las provincias españolas con el resto de la Orden, culminado en 1904. La situación de las Escuelas Pías españolas era excelente; se estaban consolidando las diversas fundaciones. Pasados momentos críticos anteriores, y ayudados sin duda por la figura jurídica de la Vicaría General, las cuatro provincias avanzaban a un paso semejante, y se esforzaban por respetar la observancia religiosa y la “vida común” quizás con más empeño y con menos problemas que en otras provincias de la Orden. Además se estaba produciendo un claro afianzamiento de la presencia de las Escuelas Pías en América, tanto en Cuba como en Chile y Argentina.

El Catálogo de 1899 nos ofrece los siguientes datos:

Provincia Casas Padres juniores Herm. novicios Al. Int. Al. vig. Al ext.


Cataluña 20 201 97 74 33 326 657 4411


Aragón 13 115 62 42 29 274 704 3036


Castilla 14 180 75 51 35 998 816 4910


Valencia 6 63 32 32 11 283 320 1597


América 6 (36) (9) (19) 232 55 811


Generalidad 6 35 85 44 31 258 182 1001


64 594 351 243 139 2371 2734 15766


Vemos, pues, que hay un total de 1327 religiosos. Los datos que nos ofrece el Catálogo de 1903 no son muy diferentes[Notas 1]:

Provincia Casas Padres juniores Herm. novicios Al. Int. Al. vig. Al ext.


Cataluña 21 243 84 96 44 411 2035 3944


Aragón *19 192 61 66 12 600 859 3401


Castilla 15 218 73 58 39 652 911 4079


Valencia 6 83 26 36 10 169 241 2659


61 736 244 256 106 1832 4006 14083


Los religiosos son ahora 1342. La diferencia más importante entre los dos cuadros es la desaparición de la Generalidad española, que comenzó a desmontarse a partir de la muerte del P. Vicario General Francisco Baroja en 1897. No se fundan casas nuevas en Espala en este corto periodo. Las casas de Chile y Argentina, formando una viceprovincia nueva, pasaron a la provincia de Aragón, como también las de Irache y Estella; la de Sevilla, a Castilla. Los religiosos que integraban la Generalidad pasaron a las provincias de origen geográfico.

Es en la Viceprovincia de Argentina y Chile donde se producen algunos cambios durante estos años. En primer lugar, se abandonó el colegio de Copiapó en Chile, que se había fundado en 1888. Se trataba en realidad de un colegio diocesano que se había confiado a los escolapios, y que nunca tuvo muchos alumnos. Al terminar el curso de 1901 los superiores decidieron abandonarlo. Se aducía la escasez de alumnos, las dificultades económicas, la necesidad de los religiosos en otra fundación (Pontevedra, en Argentina). La población, que les había acogido y tratado con mucho cariño, lamentaba mucho su marcha. Pero el Obispo de la Serena encontró rápidamente otra congregación religiosa que se hizo cargo de los edificios abandonados por los escolapios: los religiosos del Verbo Divino, de origen holandés-alemán. El 19 de enero de 1902 los últimos escolapios abandonaron definitivamente la ciudad.

El colegio de Pontevedra, pequeño pueblo a 50 km. de Buenos Aires, se fundó efectivamente en 1902. Un sacerdote. D. Natalio Márquez, había dejado sus propiedades a la diócesis solicitando que con ellas se estableciera un colegio dirigido por religiosos en su pueblo. Era un colegio pequeño, de carácter agrario. El primer año tenía 8 alumnos internos y 50 externos. Nunca llegaron a los 200, hasta que en 1973 se cerró definitivamente.

Una fundación más efímera aún fue la del colegio de San Juan Evangelista. Se trataba de un complejo perteneciente a la diócesis de Santiago de Chile, en el que además de la parroquia había una gran vivienda o convento para sacerdotes jubilados. Los escolapios establecieron un contrato con el obispo por el cual ellos se hacían cargo del cuidado de los sacerdotes mayores, a cambio de ocuparse de la parroquia y de la posibilidad de abrir una escuela en el convento. Era un plan complicado, que no agradó a los sacerdotes diocesanos. Comenzó el curso con unos 150 niños. En 1905 el nuevo Superior General, Adolfo Brattina, visitó la casa, y no le gustó lo que vio, por lo que fácilmente se puso de acuerdo para retirar de allí a los escolapios en 1906. Curiosamente, el Colegio Hispano Americano de Santiago se edificó luego en el terreno parroquial de S. Juan Evangelista. Más curioso aún, en 2015 el Arzobispo de Santiago ha vuelto a confiar la parroquia y sus dependencias a los PP. Escolapios de Chile.

Más solidez tuvo en cambio la segunda fundación escolapia en Córdoba (Argentina): el colegio Escuelas Pías. Los escolapios del Colegio Santo Tomás de Córdoba empezaron a atender unas escuelas nuevas que se abrieron en el curso 1903 en lo que sería luego colegio Escuelas Pías, distante dos kilómetros y medio del de Santo Tomás. El 3 de enero de 1904 se colocó la primera piedra del nuevo edificio. De este modo se consolidaba la presencia escolapia en Córdoba y en Argentina.

La visita del P. Mistrangelo a España debió servirle, entre otras cosas, para pedir ayuda personal al P. Vicario General para no pocos lugares en que era necesaria. La primera petición que le hizo fue de dos sacerdotes y dos hermanos para Italia. El P. Llanas respondió generosamente, enviándole su propio secretario, el P. Melitón Rueda y el PP. Tomás Viñas, y los HH. Ramón Molina y Francisco de Carlos[Notas 2]. Quienes no encontraron por parte de algunos religiosos una actitud todo lo acogedora que podría esperarse, como podemos ver en una carta que el P. Bertolotti, Asistente General, escribe al P. Mistrangelo[Notas 3]:

Ayer hacia las 14 llegaron felizmente los Padres de España, que fueron bien acogidos por el P. Provincial y por esta comunidad, y debo decirle que la impresión que me causaron fue óptima. Pero no le escondo que la posición tanto del P. Provincial[Notas 4] como mía es bastante difícil y crítica para conseguir que sean bien vistos y considerados por los nuestros, y no como forasteros. Aquí en Roma, por razón no de los individuos, sino de la nacionalidad, los españoles no gozan de simpatía, y se está en guardia y se teme mucho que vengan para gobernar. De hecho, los dos que están en S. Pantaleo no son muy bien vistos, y principalmente el P. Homs, que tiene un adversario fuerte también en el H. Gaetano, famoso por su lengua suelta. Esto no sería igual en otras provincias, y de hecho en Liguria tuvimos un Provincial español, que fue el P. Escriu[Notas 5], al que siempre consideramos ligur.

Un tema conflictivo en aquellas circunstancias y en la Provincia Romana era si los españoles debían participar o no en el Capítulo que iba a celebrarse aquel año. Pues pertenecían a la Vicaría General española, que no estaba jurídicamente unida a las Escuelas Pías de Italia. Por fin la Congregación General decidió que los españoles que estaban en San Pantaleo debían ser considerados miembros de aquella casa, y por tanto con los mismos derechos que los demás. Participaron, y la consecuencia es que el P. Calasanz Homs, de la Provincia de Cataluña, fue elegido en la terna de los provinciables, y como los otros dos religiosos, romanos, no quisieron aceptar el provincialato, fue él el nombrado Provincial, cargo que, muy a su pesar, ejerció de 1901 a 1904.

Los españoles no eran bien vistos por que en general eran más exigentes en la observancia que los demás religiosos. Un junior romano, Benedetto Pinelli, escribe una carta a sus padres quejándose de la dominación española en Roma: controlan a los juniores, no les dejan hablar en la mesa, les obligan a ponerse cilicio un día a la semana… pero pronto su dominación va a terminar, con el próximo Capítulo, Por desgracia (o por suerte) para él, la dominación acabo mucho antes: interceptaron la carta, y lo expulsaron por rebelde[Notas 6]. Los padres polacos de Cracovia, que conocen cómo funcionan las cosas en Liguria, pues algunos se han formado allí, critican la manera española de dirigir el internado del P. Borrell (les hacía levantar a las 5 de la mañana), y piden que allí se siga el estilo italiano[Notas 7]. Los ejercicios espirituales (10 días) a la manera española les parecen demasiado largos: en Liguria el día de empezar ya contaba[Notas 8]. El P. Mistrangelo aconseja al P. Borrell que les haga alguna concesión, porque lo mejor es enemigo de lo bueno[Notas 9]. Piden un sistema de disposición de dinero personal a la manera de Liguria, y no según la “vida común” que impone el P. Cuixart[Notas 10]. El P. Cuixart cede en parte: en lugar de 40 coronas mensuales para vestuario, les concede a regañadientes 12[Notas 11].

El P. Llanas, de hecho, pide que a los religiosos españoles en Roma se les permita seguir una serie de excepciones, o diferencias con respecto a las tradiciones escolapias italianas: 1º, que celebren siempre a intención del superior, dejándoles solo una misa libre al mes para sus obligaciones; 2º, que las casas donde moren atiendan a sus necesidades de vestir, correo, viajes, etc.; 3º que los religiosos que profesaron después de 1876 no tengan ningún peculio, y si tienen algo para sus gastos, lo guarde el superior o el Procurador general Español en Roma; 4º que los hermanos operarios sean tratados como los demás religiosos, en todo. Quiere que vivan la observancia regular, que, según le han dicho, tiene en Roma algunos fallos[Notas 12].

A pesar de todo, los españoles son muy solicitados en muchas partes. Además de los españoles llegados a Cracovia (los PP. Cuixart y Borrell, que sacarán adelante la casa y luego la Provincia), hemos visto el peso de los escolapios en San Pantaleo, capitaneados por el P. Homs, a quien se unirán luego los PP. Ferrándiz y Calasanz Alcantarilla; el P. Tomás Viñas, que vendrá como archivero y redactor de Ephemerides Calasanctianae, y terminará siendo General de la Orden. También está en Roma unos años el P. Melitón Rueda, como ayudante del P. Homs, y luego Secretario General. El P. Miguel Villalta, de Aragón, llega para ayudar al P. Viñas en el Archivo y con Ephemerides Calasanctianae, aunque enferma gravemente y tiene que regresar a España[Notas 13]. La Congregación General pide al P. Vicario General de España que envíe dos religiosos a Krems para resucitar la provincia de Austria[Notas 14]; el P. Marecelino Ilarri, de Aragón, llega a Finalborgo para sustituir al P. Tiboni como maestro de novicios en aquella casa, que acoge también novicios de otras provincias italianas.[Notas 15] El P. Gianinni, Provincial de Nápoles, dice al P. General que, para salvar el colegio calasancio de la ciudad, si pudiera darme como rector algún padre español enérgico y de pulso firme que, de acuerdo conmigo, guiase a puerto esta nave desvencijada, podría ser nuestro resurgir.[Notas 16] El P. Gandolfi, cuando está aún en Pompei, pide para esta casa la ayuda de un hermano, mejor si es español.[Notas 17] Para la misma casa de Pompei, también el P. Giannini pide repetidamente el envío de un padre español, que puede dirigir el hospicio o los talleres.[Notas 18] Más adelante pide un padre concreto de España, Luis Fabregá, que está dispuesto a venir.[Notas 19]

Notas

  1. RR 26.
  2. RG 251 o, 8 (17 noviembre 1900);11. (7 enero 1901).
  3. RG 250 e 1, 10. 17 enero 1901.
  4. Luigi Meddi, 1900-01.
  5. El P. José Escriu (1815-1978) siendo junior huyó a Liguria cuando en Espala se suprimieron las Órdenes religiosas en 1835, y ya siguió allí hasta su muerte. Fue Provincial de Liguria de 1872 a 1879; impulsó con decisión y acierto el resurgir de la provincia después de sufrir la supresión de las Órdenes Religiosas en Italia en 1866.
  6. RG 3, 441. 6 julio 1904.
  7. RP 57 6, 45. 15 septiembre 1904.
  8. RP 57 6, 43. Agosto 1904.
  9. RP 57 6, 46. Sin fecha.
  10. RP 57 6, 7. 4 marzo 1903. 10 (4 abril 1903).
  11. RP 57 6, 11. 7 abril 1903.
  12. RG 251 o, 24. 15 agosto 1901.
  13. RG 251 o, 19. 19 mayor 1901.
  14. RG 21, pág. 30-31. 27 diciembre 1902.
  15. RG 250 a 3, 96. 14 octubre 1903.
  16. RG 250 c 1, 32. 9 octubre 1901.
  17. RG 250 c 1, 51.
  18. RG 250 c 3, 14. 20 (12 agosto 1903). 36 (22 noviembre 1903).
  19. RG 250 c 4, 9. 21 febrero 1904.