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=CRÓNICA DEL COLEGIO KANIN-PALFFIANO DE LAS ESCUELAS PÍAS EN EL REINO DE HUNGRÍA, DIÓCESIS DE ESZTERGOM, CONDADO DE NITRA, SEÑORÍO DE BOJNICE.=
 
=CRÓNICA DEL COLEGIO KANIN-PALFFIANO DE LAS ESCUELAS PÍAS EN EL REINO DE HUNGRÍA, DIÓCESIS DE ESZTERGOM, CONDADO DE NITRA, SEÑORÍO DE BOJNICE.=

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CRÓNICA DEL COLEGIO KANIN-PALFFIANO DE LAS ESCUELAS PÍAS EN EL REINO DE HUNGRÍA, DIÓCESIS DE ESZTERGOM, CONDADO DE NITRA, SEÑORÍO DE BOJNICE.

Es propio de la naturaleza de la virtud el que, aunque avance con mucho esfuerzo, nada tiene que ver con ella el sexo, pues se puede ver en la mujer tanto como en el hombre.

Por ello se ven cada día heroínas de gran ánimo que culminan grandes acciones por amor a los premios del cielo, con admiración de todos los cristianos, que siguen e imitan las acciones dignas de culto de los héroes ilustres. Tal fue la Excelentísima Princesa e Ilustrísima Condesa Francisca de Kanin Belassy, viuda del Excelentísimo Conde Pablo Palffi de Erdeöd, Palatino del Reino de Hungría, que con un ánimo superior al de las mujeres, combatiendo por la gloria al par que los héroes, llevó a cabo obras piadosas siguiendo la ilustre línea de su estirpe, y realizó insignemente grandes hazañas. Pues ella durante el estado de su viudez llevaba la vida de una monja, semejante a la mujer fuerte, muy asidua en las oraciones y en la meditación de las cosas santas, pasaba la mayor parte de las mañanas de cada día fervientemente de rodillas sobre el suelo, principalmente en la santa capilla de Loreto de los Agustinos Descalzos de Viena, con una conciencia tan delicada que ni siquiera permitía que se dijera una palabra ociosa ante ella sin reprenderla. A su mesa añadía la frugalidad, para que sus comidas recomendaran la abstinencia religiosa. Ajena a la pompa secular y al embellecimiento del cuerpo, se contentaba con un vestido simple y honesto, mientras procuraba el adorno en las cualidades del alma, y en la decoración de las iglesias. Con lo que promovía de manera egregia el culto divino y el bien del prójimo, tanto con su celo como con sus obras y fuerzas.

Cuando toda Hungría temía al Marte otomano, y lo había jurado como enemigo el soldado cristiano imperial Leopoldo I Augusto, la misma impertérrita heroína, agitada por muy loables estímulos de emulación, se preparaba para la guerra, pero contra la herejía. Por lo que al asumir el condado en el año de Cristo 1660, desde Viena se trasladó a Hungría, y se instaló en Bojnice. Mientras tanto en el reino el ánimo de los herejes promovía diversos y tristes tumultos, con los cuales fue afligido el reino más tarde, encendiendo pocos años más tarde la terrible llama de la rebelión, que abrasó muchas regiones nobilísimas y extinguió la luz de la vida de muchos mortales, pero ya trataremos de esto en el año 1670.

La fortísima princesa, que estaba dispuesta a ir a luchar contra mil enemigos, en medio de los peligros, yendo generosamente a la muerte por Dios, en primer lugar en Hungría expulsó de todo su señorío de Bojnice a los pseudo ministros luteranos, sufriendo graves molestias, siendo molestada con piedras por las alborotadas mujeres de los herejes y casi apedreada, después de expulsar de Prievidza al pseudo obispo Tarnocio, y de hacer salir de todos sus pueblos y aldeas a los predicadores y rectores luteranos de las escuelas, así como a los demás servidores de las iglesias, devolvió las iglesias al uso católico, y a sus legítimos dueños. Trajo a las parroquias sacerdotes ortodoxos, y especialmente entre ellos a los padres de la Compañía de Jesús, para llevar con todas sus fuerzas al pueblo que le estaba sujeto a la fe católica, este ejemplo de mujeres gobernantes, honra de la heroínas, norma de las viudas poderosas. Para que la reforma avanzara más fácilmente, y para que esta obra quedara como digna de meditación para los siglos, decidió hacer una fundación de religiosos en su señorío, cuya principal vocación fuese el bien del prójimo y la formación piadosa de la juventud. Pues estaba sapientísimamente persuadida de que no había una manera más fácil y más feliz de propagar la verdad católica, pues si desde su tierna edad la juventud es apartada de los errores de sus mayores, pronto será formada en los rudimentos de la verdadera fe y de las virtudes. Por ello invitó a los Padres de la Compañía de Jesús a hacerse cargo de una fundación en su señorío citado de Bojnice. Pero ellos no estaban satisfechos con el capital que ella destinaba para la fundación, y querían más, así que, para no perder más tiempo en llevar a cabo su objetivo, la piadosa princesa dirigió su atención a las Escuelas Pías. Entonces llamó al Prepósito Provincial de Germania de Nikolsburg a Viena, y le expuso su intención. Pero como el señorío de Bojnice se encontraba cerca de los turcos, que habían conquistado nuevas fortalezas, y se consideraba que la frontera era un territorio peligroso, y también esta parte, puso no pocas dificultades. Pero no perdió el ánimo la generosa heroína, y escribió una carta a las Escuelas Pías de Polonia, invitándoles a asumir y propugnar esta santa y gloriosa obra. Era entonces Propósito Provincial de Polonia el P. Wenceslao [Opatowski] del Santísimo Sacramento, quien considerando que no debía desperdiciar esta fundación, pues por ella contaba promocionar nuestro instituto en el reino de Hungría, y viendo en ella una buena oportunidad para trabajar por el bien del prójimo, se puso en camino.

[1666]

Así, pues, al principio del año 1666 el P. Wenceslao del Santísimo Sacramento salió de Polonia, y al llegar a Viena, fue a visitar a la Excma. Dña. Francisca viuda de Palffi. Ella misma acogió amablemente al huésped, y le ofreció que para la fundación en Hungría eligiera Bojnice, Prievidza o Teutoprona, según su gusto. El P. Provincial se detuvo en Bojnice, y entre los pueblos ofrecidos se quedó con Prievidza, y en ella eligió un terreno que estaba no lejos de una explanasa, a occidente y en el camino que va hacia la fortaleza de Bojnice, en el lugar en que actualmente se encuentra nuestro colegio, aunque allí se le habían ofrecidos otros terrenos, y concretamente la iglesia de Santa María fuera del pueblo, situada en un montículo a oriente, en lugar lejano después de la plaza del mercado que se encuentra al este, además de un amplio espacio en la explanada del norte, mirando desde la iglesia parroquial hacia la fortaleza de Bojnice. Tras explorar P. Provincial el espacio elegido, y de mandar dibujar a Antonio Biberelli, italiano, arquitecto palffiano, la planta del colegio que mostramos en la página de enfrente, volvió a Viena a ver a la Ilma. Sra. Fundadora, y allí los dos aprobaron los planos, y los firmaron; según ellos se construyó el colegio actual.

Vuelto de Bojnice a Viena el P. Provincial, y después de haber tratado suficientemente con la Excma. Sra. Fundadora, estableció con ella el contrato que sigue:

“Para gloria de Dios Omnipotente e incremento de la Santa Madre Iglesia, con ocasión de fundar un colegio para los Reverendos Padres y Religiosos Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías en la ciudad de Prievidza, perteneciente a la fortaleza de Bojnice, en el condado y diócesis de Nitra, habiéndose hecho un contrato entre la Excma. Sra. Condesa Francisca Kanin de Belaffy etc. y el Muy Rvdo. P. Wenceslao del Smo. Sacramento, Provincial de la Provincia de Polonia de su Orden, se concluyó lo que sigue.
*La anteriormente citada Sra. Condesa hace una fundación en el citado colegio para doce personas de esa Orden, y para cada uno de ellos promete dar cien florines anuales, y además, para la conservación del templo, sacristía y fábrica del colegio, otros cien. Además, para celebrar perpetuamente una misa diaria por las almas del purgatorio, otros cien. Además, que en aquellos días en los que en la iglesia no se use el color negro, la oración colecta y la conmemoración se haga por ellos. Además, para leña para el fuego y otras cosas necesarias para el colegio, otros cien. En total, pues, entregará como fundación perpetua mil quinientos florines anuales. Los recibirán directamente de las manos de la Condesa hasta que se encuentre un lugar seguro e idóneo en el que se pueda colocar un capital que produzca los mil quinientos florines anuales para el colegio, de manera perpetua, infalible y sin defecto, lo cual se intentará hacer lo más pronto posible.
*Ella construirá a costa suya para los religiosos un colegio, templo y escuelas para instruir a la juventud según su propio instituto, moderados y medianos, según el modelo o plano dibujado por el arquitecto, y aprobado por la misma Sra. Condesa y dicho Muy Rvdo. P. Provincial. Y además ella proveerá de todo el mobiliario necesario para doce religiosos.
*Ofrecerá los ornamentos para la iglesia y la misa en cinco colores, los usados por la Iglesia, así como las vestiduras, cálices, misales, ciborio, custodia y otros objetos requeridos para los altares y el culto divino.
*En el caso de que dicho colegio, o una parte del mismo, fuera dañado a causa de la guerra o de los daños del cielo, la Sra. Condesa lo restaurará a su costa. A tal fin se establecerá una disposición con los medios que los herederos deberán emplear para cubrir esos gastos. Si el incendio se originara en el mismo colegio, en tal caso se buscaría la ayuda de otros patrones para reedificar el colegio.
*Para crear la biblioteca, ya les asignó algunos libros y autores necesarios para las exigencias de estos tiempos, los cuales en el futuro podrán aumentarse con la debida diligencia.
La fundación comenzará a correr en el momento en que se abran las escuelas. Mientras tanto, si el P. Provincial envía algunos padres, recibirán una provisión correcta, comida y ropa de la fortaleza de Bojnice.
Declaro expresamente que esta fundación mía sólo servirá al colegio de Prievidza, y que no podrá ser aplicada o transferida a otro colegio, a no ser que a causa de las continuas incursiones de los turcos, o de la guerra turca no pudieran permanecer aquí de ningún modo. En tal caso el Ilustrísimo Sr. Obispo de Viena los enviaría a otro pueblo o ciudad de Hungría, entro no católicos, en un lugar conveniente para su ministerio, en el que pudieran obtener el mismo fruto; si se ocupan en ello, sigan disfrutando de mi fundación. Ni no quisieran o no se preocuparan de aceptarlo, entonces el mismo Sr. obispo de Viena en lo sucesivo podrá dedicar la citada fundación mía a otros usos piadosos de los que venga el mismo culto a Dios. Le obligo a hacer de este modo, y sepa que tendrá que dar cuenta de ello ante el tribunal divino.
Si ocurriera que yo falleciese antes de que esta fundación mía estuviera establecida y consolidada (dígnese Dios clemente impedirlo), mis herederos, antes de dividir mi fortuna tomarán 25.000 florines y los dedicarán a esta fundación, y estará obligados a invertirlos en ella, y además fabricar el colegio, con los requisitos especificados más arriba.
El Rvdo. P. Provincial, en nombre del Rvmo. P. General y de toda la Orden aceptó la fundación indicada, y se obligó a los puntos siguientes:
1.A celebrar una misa diaria, perpetuamente, por la Ilma. Sra. Fundadora de aquella casa.
2.A celebrar igualmente otra misa diaria por las almas del purgatorio, según el modo señalado más arriba.
3.A educar los jóvenes en la piedad, el temor de Dios y las buenas costumbres; a instruirlos en las letras y artes liberales, desde el alfabeto hasta la retórica, en la escritura, aritmética, y voluntariamente en la música.
Por lo demás la Sra. Fundadora se encomienda a la piedad de ellos, de modo que igual que hacen en otras fundaciones, también en esta satisfagan su vocación y la voluntad de Dios.
Y para confirmar todo ello, firmamos el documento presente con nuestra propia mano y mandamos poner nuestro sello habitual. En Viena, a 17 de febrero de 1666. Francisca Palffi. (f) Wenceslao del Santísimo Sacramento, Provincial de Polonia de las E. P. (f)”

Una vez hecho esto, el P. Provincial volvió de Viena a Polonia, para enviar gente destinada a la fundación de Prievidza en Hungría, y envió información al P. General sobre sus gestiones, el cual pronto envió desde Génova el permiso para aceptar esta nueva fundación, con la carta siguiente:

“Cosme de Jesús María, Prepósito General de la Orden de las Escuelas Pías,
A ti, P. Wenceslao del Stmo. Sacramento en el Reino de Polonia,
Saludos en Cristo Jesús, que es la verdadera salvación.
Para mayor provecho de Nuestra Congregación en el Reino de Polonia, y para mayor gloria de Dios y utilidad del prójimo.
Nos has informado en una carta que la Ilma. Sra. Condesa Palffi, palatina del reino de Hungría, guiada por el Espíritu Santo, desea construir a su costo un colegio de nuestra Congregación de los Pobres de la madre de Dios de las Escuelas Pías en el pueblo de Prievidza, en el señorío de Bojnice, en el condado de Nitra y diócesis de Esztergom, y entregar un capital para que produzca para siempre rentas con las que sustentar a los padres, construido como se suele por ahí, y entregado a nosotros, que lo conservaremos como propio, de modo que en él, construido y equipado, al menos doce religiosos que asignaremos llevarán a cabo el ministerio de las Escuelas Pías tal como se expresa, y con la carga perpetua de celebrar una misa diaria por la Sra. Condesa Fundadora y todo lo demás que se cita en dicho relato.
A tenor de las presentes, con el consejo y voto de nuestros asistentes generales, mientras llevamos a cabo la visita general a Génova, te autorizamos y te damos el permiso para que firmes con nuestra autoridad el instrumento hecho para la erección del colegio citado. Te advertimos que lo aceptes según la forma y las fuerzas de nuestro instituto, pues declaramos que es nulo e inválido si de algún modo es perjudicial para la Congregación.
Lo que decretamos lo firmamos con nuestra mano para darle más fuerza, y le ponemos el sello de nuestra Congregación.
En Génova, en nuestra casa del S. Ángel Custodio, a 27 de marzo de 1666.
Cosme de Jesús María, Prepósito General. Arcángel de la M. de Dios, Secretario. Reg. fol. 13”





Mientras tanto salieron de Rzeszów en Polonia para ir a la nueva fundación de Prievidza el P. Pablo [Frankovics] de la Natividad de la B.V.M., croata-eslavo, hombre de singular modestia, piedad y doctrina, antiguo Rector de Rzeszów, y el clérigo profeso Francisco [Hanak] de S. Wenceslao, moravo, y el 19 de febrero llegaron a Viena. Fueron amablemente recibidos por la Excma. Sra. Fundadora, y después tuvieron una audiencia con el augusto Leopoldo I, y la bendición del Nuncio Apostólico el Cardenal Pignatelli, que después se convirtió en el Sumo Pontífice Inocencio XII. Luego salieron a Stompham, y desde allí hacia otras posesiones de la Palffi en Hungría, y luego continuaron viaje hacia Bojnice con el Generoso Señor Miguel Wollmuth, racionero de Bojnice. Llegaron allí el 6 de marzo, y los acogió con todos los honores en la fortaleza el Generoso Señor D. Juan Medianski, que entonces era administrador de los bienes de Bójnice, y luego fue protonotario del Reino. De acérrimo luterano se había convertido en ferviente católico, y asegurando el éxito a los nuestros en la promoción de la santa fe, se alegró de recibirlos como huéspedes encomendados por su Excelentísima Señora y los acomodó en las habitaciones asignadas. También fue un gran favorecedor de las Escuelas Pías, tanto antes como después, el Generoso Señor Juan Sigray, administrador de los bienes de la Excma. Sra. Fundadora, un hombre de gran autoridad, el cual nos ayudó mucho en nuestra invitación a esa fundación, en la preparación del contrato y en la organización de la construcción con el citado Sr. Medianski.

Más tarde, el 18 de marzo, fueron a Opatowicz, una ciudad próxima, donde encontraron al Excelso Príncipe Jorge Szelepcheny , arzobispo de Esztergom, príncipe famosísimo, que cuando estudiaba en Roma había sido hijo espiritual de nuestro Venerable Padre Fundador, y luego fue nuestro fundador de San Jorge. El cual, después de ser saludado con la debida devoción por los citados religiosos nuestros, no sólo dio generosamente el permiso para aceptar la fundación de Prievidza, que le habían pedido los nuestros (la cual confirmó y ratificó después por escrito, con carta del 28 de febrero de 1678), sino que además les dio la aprobación como confesores, reservándose para sí la facultad de absolver de la herejía y otros casos ordinarios reservados, y para administrar los sacramentos, con la exhortación apostólica a trabajar en cosas honrosas y útiles, para gloria de Dios y a promover el culto de la Santa Virgen, bajo cuyo nombre militamos, en este reino mariano. Luego les despidió, prometiéndoles con insistencia su protección y sus favores paternos.

Como todas las cosas nacen de poco, y tienen humildes comienzos, el único maestro, a saber, el H. Francisco de S. Wenceslao, tan pronto como estuvieron instalados, comenzó a hacer escuela en la fortaleza, y pronto tuvo más de una docena de alumnos, de los cuales la mayor parte eran hijos de los oficiales, principalmente del racionero y del administrador, y de otros. Luego llegaron otros tres religiosos nuestros, concretamente el P. Mateo de S. Francisco, germano, de Varsovia, el 15 de julio; el H. Agustín de S. Alberto, clérigo profeso eslavo, de Podolín, el 6 de agosto, con el P. Provincial Wenceslao del Stmo. Sacramento, y finalmente el P. Francisco de S. Jorge, moravo, desde Rzeszów, el 2 de noviembre.

La Excma. Sra. Fundadora mientras tanto dio la orden al Sr. Provisor de Bojnice de que, según el plano aprobado, deberían comenzar a cavarse los cimientos en el terreno comprado con el dinero de Su Excelencia. Por lo cual el Sr. Provisor Juan Medianski, de acuerdo con lo que había indicado en P. Provincial, en el primer huerto comprado por la Señora Fundadora a Lucas Hlavasz, ciudadano de Prievidza, una vez cortados los árboles y limpio, diseñó el 12 de agosto el lugar para la construcción, y dos días después trazó los cimientos según el plano que había hecho el arquitecto Antonio Biberelli, siendo juez de Prievidza Juan Germani, y luego compró otros huertos más a Jorge Letavai y a otros ciudadanos de Preividza para huerto nuestro, sin que nadie se opusiera. Y así el 25 de agosto, después de decir las letanías y la Oración del Espíritu Santo, en presencia de los ilustrísimos Sres. Condes Juan Antonio y Juan Carlos Palffi de Erdöe, hijos de la Excma. Sra. Fundadora, se pusieron los primeros cimientos. Luego se puso la primera piedra de la iglesia, en la que se incluyeron reliquias de los vestidos de S. Felipe Neri, S. Francisco de Sales y Sta. Catalina de Bolonia. Tenía también una inscripción: “Para mayor alabanza y gloria de la Santísima y Una Trinidad, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, y para honor de los santos nombres de Jesús, María, José y de todas las jerarquías y santos de Dios, se fundaron este templo y este colegio de Prievidza para los PP. Religiosos de las Escuelas Pías, y para que por medio de ellos se propague la fe católica. En el día 18 de septiembre de 1666. En ese tiempo la fortaleza y los bienes de Bojnice pertenecían a la familia Palffi por derecho hereditario”.

Después de esto la Sra. Fundadora compró y acomodó en la plaza de Prievidza la casa huivaltiana, a la cual los nuestros se mudaron desde Bojnice el 9 de octubre, y después de erigir una capilla en la casa señalada, el 20 de octubre recibieron el permiso del Ordinario del lugar para celebrar misa en el altar, aunque el catecismo y los sermones los tenían en la iglesia parroquial. Después de terminar las vacaciones de otoño, como la fortaleza asignó a los nuestros un local público próximo, el 8 de noviembre comenzaron allí las clases, concretamente de sintaxis, gramática, principios, ambas de pequeños, aritmética y escuela de escribir. Los maestros eran el P. Matías de S. Francisco, el P. Francisco de S. Jorge, el H. Francisco de S. Wenceslao y el H. Wenceslao de la Stma. Trinidad, que habían llegado recientemente de Rzeszów. Se abrieron también los oratorios de estudiantes, y se pidió a Roma el breve apostólico para crear una cofradía mariana con el nombre de la Asunción de la B.V.M. Por lo demás la fortaleza de Bojnice suministró abundantemente lo necesario para comida y vestido de los religiosos, y también ayuda abundante para ayudar a los estudiantes pobres.

AÑO 1667

Mientras la Excma. Dña. Francisca Kanin de Belaffy, viuda de Palffi y Palatina de Hungría, se dedicaba de este modo a la gloria de Dios, movida por santa emulación la Ilma. Sra. Condesa Ana María Szechy animó a su marido el Príncipe Francisco Wesseleny, Palatino del Reino de Hungría, a fundar también unas Escuelas Pías. Para ello invitó al P. Wenceslao del Stmo. Sacramento, Provincial de Polonia, y le expuso sus intenciones, y de momento obtuvo para la fortaleza palatina de Muranyi dos sacerdotes, el P. Juan de la Sta. Cruz, silesio, y el P. Simón del Seráfico S. Francisco, moravo. Pronto se asignó a los nuestros la capilla de la fortaleza, y se les entregaron abundantemente todas las cosas necesarias hasta el año 1672, en que se acomodaría para las Escuelas Pías una fundación en Olszovia. Pero lo cierto es que el citado Señor Palatino antes de que se concluyera la fundación, perdió la vida, siendo sospechoso de rebelión contra su Rey el Emperador Leopoldo I, y como se descubrió que su señora esposa tenía relación con los rebeldes, fue llevada detenida a Viena después que el ejército imperial se apoderase de la fortaleza de Muranyi, y con ella de todos sus bienes, que pasaron al fisco real, por lo que no pudo seguir adelante esta fundación, principalmente porque por inadvertencia de los nuestros se dejó de lado un punto del testamento del palatino en el que se legaban 15.000 florines para aquella fundación.

En este año el P. General nombró el primer Rector para la casa de Prievidza, el P. Pablo de la Natividad de la B.V.M., y luego se celebró el primer capítulo local en Prievidza, en el que se eligió como vocal para el Capítulo Provincial que se celebraría en Podolín en el mes de noviembre al P. Francisco de de S. Jorge. Mientras tanto los gozosos principios de Prievidza fueron manchados por el H. Agustín de S. Alberto, clérigo profeso eslavo, que el 20 de agosto, habiendo sido destinado a Germania, tomó otro camino, y fue errando por su cuenta por el condado Arvense, y haciéndose pasar por sacerdote, luego fue llevado a Podolín, y sufrió no pocas penas por su temeridad y sacrilegios. Al final de su vida, habiendo suspendido de toda promoción a las órdenes sagradas para siempre, fue con mucha humildad y arrepentimiento a Varsovia, y durante varios años hizo los trabajos de portero y hortelano como en continua penitencia, hasta que partió de esta vida en el año 1679.

AÑO 1668

No hay nada señalado que anotar en este año. Llegó a esta casa, enviado por el P. Provincial desde Rzeszów, el fidelísimo P. Nicolás [Hausenka] de la Concepción de la B.V.M., insigne siervo de Dios, del cual se dirán muchas cosas en su momento.

AÑO 1669

Los turcos habían tomado nuevas fortalezas, y como tenían deseos de extender su dominio, los nuestros de Prievidza tenían mucho miedo, y durante todo el año 1684 estuvieron muy frecuentemente afligidos, y fue raro que estuvieran sin peligro. Pero la Divina Providencia los libró entonces, y más tarde, del yugo de los turcos.

Este año, alrededor del 1 de octubre falleció el Generoso D. Miguel Bory de Börsö, asesor de los archivos reales, en los baños de Bojnice, el cual había sido visitado y recibido consuelo espiritual de nuestros padres durante su última enfermedad, y dejó en su testamento a la casa de Prievidza un legado de dos mil florines renanos, para ser colocados a censo perpetuo, cosa que se pedía que fuera hecho por la Ilma. Dña. Ana María Szechy, palatina de Hungría. La citada señora asumió la carga, poniendo el dinero en bonos de Muranyi, cuyo original y copia auténtica, protocolados en el convento de Thurocz, se conservan en el archivo de la casa de Prievidza. Aunque es verdad que los bienes de la citada fueron confiscados, la Cámara Húngara hizo un decreto imponiendo que los provisores pagaran por aquellos bonos un censo de 120 florines anuales a la casa de Prievidza. La copia auténtica de la obligación de la Sra. Palatina suena así, al pie de la letra:

“Nos, el Convento de la Iglesia de Santa María Virgen de Thurocz, hacemos constar por las presentes, a todos los interesados lo siguiente.
Que el Muy Rvdo. P. Esteban de la Anunciación de la V. María, Rector del colegio de de los Clérigos Regulares Pobres de las Escuelas Pías de Prievidza, y su compañero el P. Nicolás de la Inm. Conc. de la B.V.M., de la misma Orden, se presentaron ante mí y presentaron y exhibieron una carta de pagaré de la Ilma. Condesa Dña. Ana María Szechy de Rimaszech, viuda del Excmo. Conde D. Francisco Wesseleny de Hadad, en otro tiempo Palatino perpetuo de Muranyi, del Reino de Hungría, etc., fechada en Bratislava el 6 de febrero de 1669, con el sello habitual de la misma Ilma. Sra. Y firmada por ella, en la cual se habla de un legado de dos mil florines con el usual interés anual, que en virtud de las disposiciones testamentarias de Egregio Miguel Bory de Börsö, se conceden a los Muy Rvdos. Padres de las Escuelas Pías residentes en este Reino de Hungría, concretamente en Prievidza, por medio de su heredera la citada Sra. Condesa Ana María Szechy, la cual nos pide con la debida instancia que primero protocolemos esa carta, y que luego se la enviemos lo más rápidamente posible por camino seguro, y para que nadie fuera contra ella, hagamos una copia auténtica con el sello auténtico de nuestra iglesia, y que dice lo siguiente: ‘Nos, la Condesa Ana María Szechy de Rimaszech, viuda del Excmo. Conde D. Francisco Wesseleny de Hadad en otro tiempo Palatino perpetuo de Muranyi, del Reino de Hungría, etc. En primer lugar a todos los que por cualquier relación (hermanos, hermanas, consanguíneos, amigos, próximos, legatarios y sucesores nuestros) afectase y tocase lo infrascrito, o pudiese tocar o afectar el asunto, ahora o en el futuro, queremos hace constar por las presentes, espontánea y libremente, después de haberlo reflexionado bien, y tener las necesarias deliberaciones, lo siguiente. Que después que el Generoso D. Miguel Bory de Börsö, en otro tiempo asesor jurado de los archivos jurídicos reales, con el que teníamos una cierta deuda pecuniaria, en vigor de cierta disposición en su testamento debíamos entregar de esa suma debida 2.000 florines húngaros, según el valor de Bratislava, a los Muy Rvdos. en Cristo Padres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, residentes en este reino de Hungría, concretamente en Prievidza, y la suma mencionada, los mencionados padres, con la anuencia y voluntad del Rvmo. en Cristo P. Wenceslao del Stmo. Sacramento, Provincial de los mismos, quisieron que durante nuestra vida quedara con nos y la tuviéramos al interés anual corriente. Nos, queriendo guardar el capital seguro con su interés, a petición de los citados Padres,
Nos obligamos, y obligamos a nuestros sucesores y legatarios, de uno y otro sexo, por las presentes, a pagar el citado interés anual, en dos plazos de sesenta florines húngaros, el primero por la fiesta de San Juan Bautista, y la otra mitad en la de S. Martín obispo y confesor, proviniendo de nuestros bienes, sin falta. El citado capital de 2.000 florines después de nuestra muerte será tomado de nuestros bienes de Muranyi, o de los bienes de cualquier otra propiedad nuestra, tanto muebles como inmuebles, antes de pagar a ningún otro acreedor (además de existir el piadoso legado, nos somos también sumamente afecta a esa Orden). Nuestros sucesores y legatarios deberán contarlo y pagarlo en buena moneda, aceptable en el reino, de una vez. Obligamos estrictamente por las presentes a nuestros sucesores y legatarios a hacerlo, para que por negligencia o descuido no caigan en la venganza de Dios, pues se trata de un legado piadoso, ordenado para el bien de las almas.
Para dar mayor firmeza y valor a las presentes, las firmamos con nuestra mano y ponemos nuestro sello, y mandamos que se entregue a los dichos padres, para que guarden el documento en el futuro.
En Bratislava, 6 de febrero de 1669.
Ana María Szechi (f)’
Nos también, ante la justa y digna petición del los Reverendos Padres Esteban, Rector, y Nicolás, su compañero, de las Escuelas Pías, inclinados a hacerles el favor, la misma carta pagaré , sin letras quitadas, ni tachadas, ni corregidas, sino carentes de todo defecto y sospecha, copiada al pie de la letra sin aumentar ni quitar, confirmamos que ha sido copiada en nuestro documento para seguridad futura de los citados padres, y le ponemos el sello auténtico de esta iglesia.
21 de mayo de 1675. Leída y corregida por el Notario jurado de este Convento, m.p.”

La carta de pagaré fue de nuevo inserta de el protocolo del Convento de de Thurocz el año 1680, el 23 de marzo, en presencia del P. Wenceslao de S. Lorenzo, y la copia auténtica fue de nuevo llevada a archivo del colegio de Prievidza de las Escuelas Pías.

AÑO 1670

Este año comenzó la clase de poesía en Prievidza, y fue nombrado para ella el P. Jorge de la Conversión de S. Pablo, eslavo, varón religioso y docto, y que en el siglo había sido un poeta laureado.

Se celebró el segundo Capítulo Local, y el P. Francisco de S. Jorge fue elegido vocal de la casa, el cual en el mes de agosto fue con el P. Pablo de la Natividad de la B.V.M. al Capítulo Provincial que se celebró en Podolín, bajo la presidencia del P. Carlos de Sta. María, Provincial de Germania y Visitador General.

El 28 de enero llegó a Prievidza desde Polonia el P. Estanislao de Jesús María, que volvió a Polonia después del 22 de marzo, en virtud de la Bula de Clemente X, pues no quiso emitir la profesión solemne y fue expulsado de la Orden. Creó en Gora un nuevo instituto piadoso de ermitaños, con el nombre de la Inmaculada Concepción de la B.V.M. en Polonia. En realidad no ha tenido muchos seguidores.

Esta llegada y salida suya de Prievidza fueron seguidas de las del P. Jacobo de la Lanza de Cristo, el cual vino de la provincia de Germania el 2 de abril, y se volvió allí el 17 de mayo. De nuevo fue enviado a Prievidza el 16 de julio, y otra vez se volvió a Germania el 17 de agosto. Como no estaba a gusto en ninguna parte, por la misma bula de Clemente X fue expulsado, y obtuvo un beneficio parroquial en Nikolsburg. Otros dos sacerdotes de la comunidad religiosa de Prievidza, uno el P. Mateo de S. Francisco y otro el P. Wenceslao de la Sta. Trinidad, como se negaron a hacer la profesión solemne, en vigor de la citada bula fueron expulsados de la Orden. El primero de ellos obtuvo primero una parroquia en Gaidlesen en el Señorío de Bojnice, y luego una canonjía en Nikolsburg. El segundo fue promovido a una parroquia en Bohemia. Cuando la Excma. Sra. Condesa se enteró, temiendo que algo grave estaba ocurriendo a nuestra Orden, mandó que se detuviera la construcción del colegio, hasta nueva orden. Pero cuando se le informó oportunamente de que no ocurría nada malo, sino que la Congregación de las Escuelas Pías había sido elevada a Orden religiosa, y que aquellos dos sacerdotes no habían querido hacer la profesión solemne, por lo que en virtud de la Bula de Clemente IX podían irse, y por la Bula de Clemente X debían ser expulsados. Muy alegre y consolada, mandó que se siguiera construyendo el edifico original inmediatamente.

AÑO 1671

El Rvmo. D. Alejo Turkowicz, Prepósito de Bojnice y cofrade nuestro, uno de los primeros bienhechores del colegio de Prievidza, pensando en los bienes espirituales de los nuestros, con los que le habíamos ayudado infatigablemente en las actividades parroquiales y con sermones, quiso mostrarnos la inclinación perenne de su afecto hacia las Escuelas Pías, e hizo una fundación a nombre de la casa de Prievidza. El 14 de agosto puso a rédito 450 florines, que producirían cada año 27 florines de interés. Con una condición: que cada semana se celebrara perpetuamente una misa por él. Sin embargo más tarde, el 12 de agosto de 1673, cambió la condición anterior, que está en vigor según el documento de cambio, y según la cual nuestros padres debían por supuesto seguir celebrando aquella misa semanal hasta su muerte, pero después de la misma (que tuvo lugar el 4 de junio de 1691) deberían celebrarse por aquella suma la cantidad de dos mil misas y un aniversario durante siete años. El capital sería colocado perpetuamente para producir un censo de 27 florines, que él mismo pagaba hasta el año 1675. Después de esa fecha el interés era pagado por la familia Boffan de Pravenectz, al cual entregó los 450 florines mediante una carta pagaré el citado Reverendísimo. Así dice su carta.

“En nombre de la Santísima y Una Trinidad, amén.
En el año 1671 de la Encarnación del Señor en la tierra, el 14 de agosto.
Yo, Juan Alejo Turkowicz, Prepósito de la capilla de S. Antonio de Bojnice. Para que conste a todos aquellos a quienes pueda interesar, declaro lo siguiente:
Después de pensarlo maduramente, considerando con ánimo perspicaz que entre los esfuerzos de humana consideración no hay nada más provechoso que cambiar lo transitorio por lo eterno, recordando el dicho del Sabio: ‘mira hacia el final en todas las cosas’, y que el reparador del género humano nos enseñó que atesoráramos tesoros en el cielo, donde la polilla y el orín los destruyen, y donde los ladrones no pueden destruirlos ni robarlos, de modo que cuando fallezcamos nos reciban en los tabernáculos eternos. Por ello, instruido por el Señor, y escuchando las enseñanzas del cielo, de los bienes que he recibido de Dios doy, entrego y asigno con mis manos durante mi vida a los Reverendos Padres de las Escuelas Pías de Prievidza 450 florines húngaros, en buena moneda de Kremnica, es decir, un florín vale cien denarios húngaros, o veinte grosos germanos, que serán impuestos a censo perpetuo, al 6% (según los decretos del reino apostólico de Hungría), lo que da anualmente una cantidad de 27 florines, de ellos 26 como limosna, que recibirán perpetuamente. Bajo el título del censo obligo en conciencia a los citados Reverendos Padres y a sus sucesores perpetuamente, con su consentimiento libre y espontáneo, a que ofrezcan una misa semanal, sin dejar ninguna, en cualquier día de la semana, a gloria de Dios tres veces Grande, y honor de la Inmaculada Virgen María Madre de Dios, de los Santos Juan Bautista, los apóstoles Pedro y Pablo, del Ángel Custodio y de todos los demás santos, para consuelo y salvación de mi alma. Por el florín que queda quiero que se ofrezca solemnemente una misa anual en la fiesta de la Asunción de la B. Virgen al cielo, para que me obtenga una feliz muerte, la cual después de mi muerte se cambiará al día del aniversario de mi muerte, eternamente cada año, según la obligación contraída por los citados Reverendos Padres y sus sucesores.
En fe de lo cual, para recuerdo y validez, firmo con mi propia mano y pongo mi sello en esta carta de don y fundación.
En Bojnice, el día y año de más arriba. El mismo de más arriba, Juan Alejo Turkowicz (f)”.

Expresada de este modo su intención, el P. Pablo de la Natividad de la B.V.M., Prepósito Provincial de las Escuelas Pías de Polonia y Hungría, firmó otro contrato con el Rvmo. D. Juan Alejo Turkowicz, el cual, después de ser aceptado por el Revmo., decía lo siguiente:

“Yo el infrascrito doy fe mediante esta carta autógrafa de que acepto el don o fundación de 450 florines renanos, en buena moneda, hecha por el Muy Rvdo. D. Juan Alejo Turkowicz, prepósito de Bojnice, y por esa donación o limosna obligo a mis padres de Prievidza a decir una misa semanal durante su vida, según su intención, mientras Dios quiera que siga con su gracia en esta vida, y hasta que termine su vida en la misma gracia. Después de su muerte, según una resolución posterior suya, o última voluntad, obligo a mis padres a que ofrezcan cuanto antes tantas misas por el sufragio de su alma, en días permitidos, y principalmente sufragios que ocurran en días de fallecimientos de los nuestros, hasta que se cubra completamente la suma indicada, contando por cada misa cinco grosos. Lo cual representa una cantidad de 1.800 misas. Para que se completen las 2.000 misas, como signo de gratitud, nuestros PP. de Prievidza celebrarán, después de terminar la serie de misas por el Rvmo. Sr., como se dice más arriba, otras doscientas misas, in días permitidos. Además, en consideración a otros beneficios recibidos del mismo bienhechor, los nuestros celebrarán durante siete años un aniversario solemne. En fe de lo cual firmo las presentes y les pongo mi sello.
En Prievidza, a 12 de agosto de 1673.
Pablo de la Natividad de la B.V.N., Prep. Provincial de las Escuelas Pías de Polonia y Hungría (f). José de la Madre de Dios, secretario (f)”.

Los documentos sobre la recepción y colocación de los 450 florines con un censo anual de 27 florines, guardados en nuestro archivo de Prievidza, donde están los originales, suenan de la siguiente manera:

“Yo, Miguel Boffany de Nagy Bossan y Pravenectz, con todas las cargas y gravámenes, ante mi esposa Sofía, hija del Egregio Saniel Bohus, ante Adán y Alejandro, y sus hijos e hijas, nacidos de mi esposa, tanto los ya nacidos con los que con la bendición de Dios puedan nacer, así como ante mis hermanos, hermanas y todos mis familiares de uno y otro sexo, a todos los lo infrascrito les toque y concierna, o pueda de algún modo tocar y concernir en el futuro, que estén en relación conmigo, que después de pensarlo bien y deliberarlo largamente, confieso y reconozco:
Que coaccionado a causa de ciertas necesidades urgentes e inevitables mías, tomé prestados y recibí del Muy Rvdo. D. Juan Alejo Turkowicz, prepósito de Bojnice, 450 florines húngaros o renanos, cada uno de los cuales equivalente a 100 denarios, o veinte grosos imperiales, en buena moneda crembniczense, corriente en el reino de Hungría y nueva, por la que pagaría un interés del 6% anual, con la esperanza cierta e indubitable de devolverla en el futuro, completamente y sin defecto. Prometiendo de buena fe, y asegurando al mismo Sr. Prepósito y sus legatarios en mi nombre de aquellos en cuyo nombre asumí la carga, que al cumplirse el plazo anual, sin dejar pasar más tiempo, obligatoriamente, sin dilación ni excusa, contaré y pagaré el interés, y mis sucesores y herederos deberán y estarán obligados a pagarlo. En el caso de que yo no quiera, no pueda, me descuide o no me preocupe de cargar con los deberes asumidos, o que mis sucesores y herederos no quieran, no puedan, se descuiden o no se preocupen de hacerlo, el citado Sr. Prepósito de Bojnice y sus legatarios, en virtud de las presentes, con autoridad propia o si les parece mejor por medio de un juez de nobles y otros asesores jurados del condado, podrán, previa evicción por parte del juez, poseer pacíficamente, usar, disfrutar, y también dividir, alquilar o vender de los bienes míos y de ellos, cualesquiera y en cualquier lugar, existentes dentro del ámbito del reino de Hungría lo necesario según su valor hasta cobrarse los 450 florines, más el interés anual señalado, y los gastos que podría originar el juicio. Tendrán facultad irrevocable de inhibición, repulsión, contradicción y cualesquier otros remedios señalados por los jueces y jurados de su tiempo para obtenerlo. Para dar fe y testimonio a todo lo cual y a cada uno de los puntos de estas obligaciones mías, lo firmo con mi mano y pongo mi sello habitual ante los infrascritos, y se lo di al citado más arriba D. Juan Alejo Turkowicz, Prepósito de Bojnice y sus legatarios, queriendo que tenga toda fuerza y vigor, como si se hubiera hecho en cualquier otro lugar.
En la prepositura de Bojnice, a 30 de noviembre de 1675.
El mismo de más arriba, Miguel Boffany (f)
Ante mí, Jorge Oroszlani (f);
Ante mí Miguel Wollmueth, Provisor de la fortaleza y de los bienes de Bojnice (f);
Ante mí Juan Magyani, Provisor de algunos bienes del Sr. Arad Bokai (f)
Ante mí Juzn Sziesz, perceptor de Bojnice (f)
Yo, Juan Alejo Turkowicz, Prepósito de Bojnice, lo inscribí como bienes para una fundación de la Casa de Prievidza de los Padres de las Escuelas Pías, ya en funcionamiento hace muchos años”.

En este año tuvo lugar el fallecimiento del P. Jorge de la Conversión de San Pablo, varón sumamente docto y religioso, eslavo de Pudmerice, en la diócesis de Esztergom, el cual después de haber trabajado magníficamente en la educación en las escuelas de Prievidza, principalmente poesía, fue enviado a Olas en Szepes a trabajar por el bien de las almas y la conversión de los herejes, y allí trabajó infatigablemente, y después de sufrir numerosas contrariedades, sufrió una enfermedad complicada, y al final, después de recibir los sacramentos de la Iglesia, se durmió plácidamente en el Señor a finales de noviembre, a la edad de 40 años y 6 en la Orden.

Cuando el P. Francisco [Hanak] de S. Wenceslao fue enviado de Prievidza a Podolín y de allí a Olas en Szepes, el 12 de octubre estaba presidiendo el funeral de un niño según el rito prescrito por la S. Madre Iglesia, y al llegar ante las escuelas, donde había preparado un altar con una imagen de la Santa Virgen, vestido con el sobrepelliz, la piadosa procesión fue dispersada por un grupo de herejes que les atacaron. El padre fue rodeado por una furiosa turba de mujeres luteranas armadas con bastones, horcas y piedras, y lo golpearon con piedra y barro, y casi lo mataron, al mismo tiempo que le insultaban y se burlaban de él, y al mismo tiempo los herejes daban bastonazos a la imagen citada y la manchaban con barro. Él, mientras tanto, estaba de rodillas, aguantando con toda humildad. El Rey Miguel I de Polonia y toda la república no dejaron en absoluto sin respuesta esta grave ofensa a un ministro de Dios y a una imagen de la Virgen, por lo que los luteranos debieron dejar en los 13 pueblos de Szepes los templos a las Escuelas Pías para uso católico, por orden del Rey.

Al final del año el P. Pablo de la Natividad de la B.V.M. [Frankowics], Rector de Prievidza, fue nombrado Provincial de Polonia y Hungría por medio de una carta del P. José de la Visitación, Prepósito General. Después de dejar a cargo de la casa de Prievidza al P. Francisco de S. Jorge, moravo, hombre tranquilo y ejemplar, con el título de vicerrector, salió hacia Podolín, para visitar la provincia.

AÑO 1672

Este año fue muy numeroso el alumnado en Prievidza, como no la ha habido desde el principio de esta fundación hasta el año 1695. Aunque como eran muy frecuentes las incursiones de los turcos en los pueblos vecinos, los nuestros no estaban libres de temor.

El día 9 de mayo, con gran dolor de las Escuelas Pías, falleció en Viena la Excelentísima Dña. Francisca de Kanin Belaffi, viuda de Palffi y Palatina del Reino de Hungría, y generosa fundadora del colegio Prievidza, digna de una vida más larga, si no la hubiera cambiado por otra mejor en el cielo, hacia la cual guardaremos eterna gratitud. Fue sepultada en Viena en la iglesia (no muy lejos de la puerta) de las religiosas de la Real Orden de Santa Clara, en cuya lápida sepulcral aparece la siguiente inscripción: “Ilma. y Excma. Concesa Francisca Palffi de Dehekeö, Palatina del Reino de Hungría, nacida Kanin de Belaffy, Lichtenberg y Gandegg, Señora de las fortalezas de Neulenpach, Baumgarten y Reipoltenbach, viuda del Ecmo. Conde Pablo Palffy de Erdeöd, Palatino del Reino de Hungría. Falleció el 9 de mayo de 1672”.

Todavía no se había terminado de construir el colegio, ni se había colocado en otro lugar la suma del capital fundacional de 25.000 florines, pues la Sra. Fundadora siempre andaba buscando un lugar seguro para imponerla, y mientras tanto mandaba que se pagara el censo anual desde la Fortaleza de Bojnice. Por lo que el Pablo de la Natividad de la B.V.M., Provincial de Polonia y Hungría, salió de Prievidza hacia Viena con su Asistente el P. Francisco de Jesús María para ver a los herederos de la Excma. Sra. Fundadora. Los herederos, concretamente los Ilmos. Condes Juan Antonio y Juan Carlos, y también la Condesa Teresa, Palffi de Erdeöd, siguiendo los pasos de su piadosísima madre, de los bienes maternos indivisos pagaron completamente al Conde Carlos Palffi los gastos de las obras que había mandado hacer hasta entonces a sus súbditos en la construcción del colegio, y añadieron la cantidad de 27.000 florines para terminar las obras. También extrajeron de esos bienes indivisos el capital de 25.000 florines que correspondía a nuestros padres de Prievidza, y la entregaron al citado Conde Juan Carlos Palffi, para que él entregara perpetuamente un censo de 1.500 florines anuales, primero de sus bienes de Neulempacen, y más tarde de Bojnice, y él los inscribió en una hipoteca, del modo que luego veremos.

Los herederos aprobaron la fundación materna sin cambiar nada, e hicieron un instrumento público sobre ello. El documento original de fundación, con fecha de 29 de agosto de 1672, y también una copia del protocolo del Cabildo de Bratislava donde fue registrado con fecha 25 de junio de 1673, y una copia original de fecha 28 de febrero de 1678, se conservan en el archivo de Prievidza. En ellos se aprueba la fundación original, por el Primado del Reino, según lo que sigue:

“Nos, Jorge Szelepcheny, Arzobispo de la iglesia metropolitana de Esztergom por la misericordia divina, Supremo y perpetuo Conde de la ciudad y su condado, Primado del Reino de Hungría, Legado nato, Sumo Canciller y Secretario del Sacratísimo Príncipe y Señor Leopoldo, Emperador siempre Augusto de Romanos por la gracia de Dios, Rey de Germania, Hungría, Bohemia, etc., Archiduque de Austria, Duque de Borgoña etc., Consejero privado y Lugarteniente para asuntos judiciales en el citado Reino de Hungría, etc.
Por las presentes hacemos constar a todos los interesados lo siguiente:
Que el religioso Padre en Cristo Miguel de la Visitación de la B.V.M., Provincial de las Escuelas Pías de Polonia y Hungría, nos mostró y presentó una carta contractual en forma de fundación, por la Generosa y Magnífica Sra. Condesa Kanin de Belaffy, viuda del Ilmo. Sr Conde Pablo Palffy de Erdeöd, Palatino del citado reino de Hungría, la cual movida por su celo ferviente hacia Dios y por piedad hacia la religión católica, en un antiguo convento de los religiosos Padres de la Orden del Carmelo que existía hace un siglo en la ciudad de Prievidza, y que había sido destruido por el furor de los herejes, erigió desde los cimientos en un terreno comprado, una iglesia, colegio y escuelas para los también citados religiosos Padres de la Orden de los Clérigos Regulares Pobres de las Escuelas Pías, que se dedican a educar sólidamente desde los tiernos años a los niños en la verdadera fe católica, en la piedad, buenas costumbres y virtudes, y en las letras y otras disciplinas de las artes liberales, e introdujo allí a los citados Padres Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, y que para el mantenimiento de dichos Padres destinó una suma de 25.000 florines de sus bienes propios, como había prometido.
Reunidas luego las dos partes, por un lado los Ilmos. Hijos herederos de la Sra. Fundadora, concretamente los Sres. Condes Juan y Carlos, y su hija la Condesa María Teresa Palffi, y por otro lado el P. Pablo de la Natividad de la B.V.M., Prepósito Provincial de dicha Orden, nos pidieron con la debida instancia que viendo todas y cada una de las partes del contrato que habían hecho, viendo que eran ratas, correctas y aceptables, les diéramos nuestro asenso y consenso con nuestra autoridad metropolitana primacial ordinaria. Esta carta contractual y fundacional dice lo siguiente:
‘En el nombre de Dios, amén. Para mayor gloria de Dios Omnipotente e incremento de la Santa Madre Iglesia hubo un acuerdo para fundar un colegio para los Rvdos. Padres y Religiosos Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías en la ciudad de Prievidza, que se encuentra en el condado de Nitra, del reino de Hungría, diócesis de Esztergom y Señorío de Bojnice, entre la Excma. Sra. Condesa Francisca Kanin de Belaffy, viuda palatina de Palffy, y el Muy Rvdo. P. Wenceslao del Stmo. Sacramento, Provincial de Polonia de su Orden, y se acordaron ciertos puntos o condiciones el 17 de febrero de 1666, cuya ratificación y aplicación y compleción de la fundación nos corresponde a nosotros, los infrascritos Juan Antonio, Juan Carlos y Teresa, respectivamente Condes y Condesa Palffi de Erdeöd, en cuanto hijos e hija, y herederos universales de la citada Excma. Señora nuestra madre, y la hacemos por el presente tratado. Puesto que nos corresponde a nosotros llevar a fin completamente las piadosas intenciones de nuestra madre, nosotros, los Condes y Condesa, hermanos y hermana, aceptamos, aprobamos consideramos válido y aceptamos en fuerza de las presentes, con el Muy Rvdo. P. Pablo de la Natividad de la B.V.M., Prepósito Provincial de Polonia y Hungría, con su Asistente el Rvdo. P. Francisco de Jesús María, el primer acuerdo, con el modo y medios consecuentes, para que se mantenga válido en el futuro de manera perpetua (conservando lo esencial, y no innovando lo que pudiera ir en perjuicio de los interesados), en nombre nuestro y de nuestros sucesores de la familia Palffi, y los que puedan nacer en ella, y queremos que se observe eternamente lo que sigue. Por parte de los herederos:
1.Puesto que nuestra recordada madre destinó para la erección y sustento del colegio de Prievidza de sus propios bienes 25.000 florines renanos, que producen un interés anual de 1500 florines, a saber: para sustento de 12 religiosos, 1.200 florines; y los otros 300 florines restantes para obras de conservación del tejado, para una lámpara perpetua ante el Santísimo Sacramento y para otras necesidades ordinarias, tanto del templo, como de la sacristía, nosotros, en cuanto herederos universales, también asumimos, aceptamos y en vigor de las presentes asumimos esa fundación o pensión, para pagarla pronta y precisamente cada año de los bienes maternos. Para asegurarla, y para asegurar tanto el capital de 25.000 florines renanos como el censo anual producido de 1.500 florines renanos, la asignamos al Ilmo. Sr. Conde Juan Carlos Palffi de Erdeöd, nuestro hermano carnal y uterino, a su señorío de Neolempace, situado y constituido en Austria, para que el citado hermano nuestro, y después de él sus sucesores y herederos, o poseedores y dueños de dicho señorío, paguen a dichos Padres de las Escuelas Pías un censo anual de 1.500 florines renanos, proveniente de los citados 25.000 florines renanos, sin tergiversación ni retraso, y la paguen cada año.
2.Prometemos y nos obligamos a comprar los paramentos eclesiásticos en los cinco colores que la Iglesia suele usar en el transcurso del año, junto con cálices y todas las cosas necesarias para cada altar del templo, para el sagrario, el coro, para el colegio y las escuelas, además de ornamentos litúrgicos para doce religiosos, y también los libros necesarios, como comentarios de autores para ser explicados en las escuelas, para los maestros, lectores, confesores y predicadores, de todo lo cual se da cuenta en el índice anejo.
3.Si por algún accidente fortuito la casa de los mismos, o el colegio de Prievidza ardiera o fuera devastado, bien por incursiones de los enemigos, bien por incendiarios o por algún daño del cielo (Dios nos libre de ello), para su restauración pedirán la ayuda caritativa tanto de los Ilmos. Sres. Herederos como de los fieles cristianos.
4.Puesto que los citados Padres están en la frontera con los turcos, si por desgracia el señorío de Bojnice cayera en manos de los turcos, de modo que el Señor Hereditario no pudiera recibir nada de él (quiera el Dios clemente librarnos de ello), si dichos padres se quedaran en el colegio para mantener la fe católica de aquellos cristianos, y seguir su vocación, se les suministrará la pensión ordinaria de los bienes inscritos.
5.Si por alguna iniquidad de los tiempos, o perturbaciones de las guerras, decidieran dichos Padres parcharse por algún tiempo o tiempos, por razones de seguridad, y volvieran dichos padres a las tareas ordinarias de su vocación cuando los tiempos fueran mejores, se les pagaría la pensión ordinaria e íntegra, la misma perpetua provisión ordinaria (permitiendo el enemigo que se les pagara en su residencia) para el sustento, restauración y reedificación del colegio, o para servir para el bien de las almas del Señorío, tanto étnicos como acatólicos.
6.La fundación durará (lo mismo se ha cambiado a otro Señorío, o en cualquier estado en que permanezca), durante todo el tiempo que dichos Padres permanezcan pacíficamente en Prievidza o Bojnice, y puedan trabajar en la viña del Señor. Pero no deben trasladar dicha fundación, a pesar de cualquier adversidad, sin previo permiso o mandato de su Rvdo. P. General, y sin conocimiento de los Ilmos. Sres. Herederos y del Ilmo. Sr. Arzobispo de Esztergom.
Todo ello, para mayor estabilidad y perpetuidad de dicha fundación, nuestro hermano el Sr. Conde Carlos lo mandó confirmar de la mejor manera posible tanto ante el Ilmo. Sr. Ordinario del lugar como en los archivos de la provincia.
Por parte de los Reverendos Padres, el Muy Rvdo. P. Pablo, en nombre de su Rvdmo. P. General y de toda su santa Orden, acepta las condiciones de la piadosa fundación, de acuerdo con los estatutos de Orden, y se obligó y obliga a respetar los puntos infrascritos.
1.Que enseñarán a los jóvenes en la fe católica, piedad, temor de Dios, buenas costumbres, y además en las letras y artes liberales, comenzando con el alfabeto hasta la retórica inclusive. Si se encontraran sujetos idóneos para ello, además enseñarán también escritura y aritmética.
2.Además de las actividades escolares citadas, según la vocación y profesión de los mismos, se obligan a celebrar cada día perpetuamente una misa por el alma de la Excma. Fundadora, y por la ilustre familia Palffi.
3.Como en realidad una carga perpetua de misas diarias es contraria a las Constituciones de dichos religiosos, proponen celebrar solemnemente cada año el aniversario de la muerte o del entierro, aplicando la misa todos los sacerdotes de aquel colegio por el alma de la Excelentísima Fundadora. Los demás días prometen ofrecer otra misa (suponiendo que no haya otras obligaciones, tanto públicas como domésticas) por las Almas del Purgatorio, según la idea o intención de la Excma. Sra. Fundadora, por mera caridad, a beneficio suyo. Lo cual los citados Padres cumplirán con toda su debida gratitud, generosa cortesía y santa observancia religiosa.
Que todas estas cosas discutidas, tratadas y acordadas, sirvan para mayor gloria de Dios, honor de la Siempre Virgen María, bien de la Santa Madre Iglesia Católica, recuerdo glorioso y eterno tanto ante Dios como ante los hombres de la Ilustrísima Casa Palffiana, descanso del alma de la Fundadora, y recompensa abundante en el cielo, y de mucha utilidad para el prójimo, principalmente para los súbditos del ínclito Señorío de Bojnice.
En fe de lo cual, y para validez eterna, nosotros, los citados condes hermanos y hermanas, herederos universales, corroboramos todo lo tratado de acuerdo con la otra parte, firmando con nuestra propia mano y poniendo el sello de nuestra familia.
En Viena, a 29 de agosto de 1672.
Conde Juan Palffi m.p.
María Teresa Straffin von Diutzundorff, Straffin Palffi m.p.
Conde Carlos Palffi m.p.
Pablo de la Natividad de la B.V.M., Prepósito Provincial, m.p.’
Queriendo también Nos, por nuestro cargo de Arzobispo metropolitano y Primado favorecer esta intención piadosa de la citada Sra. Condesa y de sus herederos, no sólo consideramos rato, grato y aceptable todo y cada una de las cosas contenidas en esta carta contractual, sino que con nuestra autoridad metropolitana, arzobispal y primacial, y como legado apostólico nato, al ejemplo de nuestros predecesores de feliz memoria en la sede de Esztergom, consideramos la presente fundación del colegio erigido en la ciudad de Prievidza con la iglesia y las escuelas como piadosa y santa, como loable es el ministerio de la Orden citada, y la aprobamos, ratificamos y confirmamos para siempre, mediante la fuerza y el testimonio de nuestra carta.
En nuestra curia de Bratislava, a 28 de febrero de 1678.
Jorge Szelepcheny, Arzobispo de Esztergom, m.p.”

Leopoldo I Augusto confirmó la carta de obligación del Ilmo. Sr. Conde Carlos Palffi acerca de los 25.000 florines con un diploma que existe en el Archivo de Prievidza, donde también se guarda una copia auténtica pública del mismo, y que dice lo siguiente:

“Nos, el Convento de la iglesia de la B.V.M. de Thurocz, a tenor de las presentes hacemos saber lo que sigue, para conocimiento de todos los interesados.
Que el religioso P. Wenceslao de S. Lorenzo, profeso de la Orden de los Clérigos Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, viniendo personalmente ante nuestra presencia, en nombre y representación del Muy Rvdo. P. Juan Martín de la Natividad del Señor, Rector del colegio de Prievidza de la citada Orden, nos presentó y exhibió una carta del Sacratísimo Príncipe Leopoldo siempre Augusto, Emperador de Romanos por la gracia de Dios, Rey de Germania, Hungría, Bohemia, etc., Archiduque de Austria, Duque de Borgoña etc., confirmando la fundación del citado colegio de Prievidza, fechado en Viena de Austria, el 16 de noviembre de 1672, ya hecha en el pasado, en pergamino real, escritas en parte en latín y en parte en alemán, con el gran sello secreto de la Majestad Sacratísima, pidiéndonos con la debida instancia, en nombre y en persona del citado Rvdo. Padre Juan Martín de la Madre de Dios, Rector del colegio de la citada Orden religiosa de Prievidza, que copiemos y transcribamos y pongamos el sello de nuestra iglesia a la copia, a causa de los peligros de los caminos, o ante cualquier eventualidad que se presentara si había que llevarla a algún sitio, para minimizar los peligros, y se conserven como están, como cautela ante posibles juicios futuros. La carta dice como sigue (parte en alemán manuscrito clásico, parte en latín):
‘Nos, Leopoldo (…) Emperador de Romanos; rey de Germania, Hungría, Bohemia, Dalmacia, Croacia, Eslavonia; Archiduque de Austria; duque de Borgoña (…); Conde de Tirol (…)
(…) el Conde Juan Carlos Palffi de Erdeöd (…) la Condesa Francisca Palffin para la fundación del colegio de Prievidza de los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, 25.000 florines (…)
1.Yo, el Conde Juan Carlos Palffi de Erdeöd etc. hago saber a todos y a cada uno que puedan estar interesados que acepté una suma de 25.000 florines renanos tomada de los bienes maternos indivisos y la acepté de mis coherederos voluntariamente y sin ser forzado para la fundación del Colegio de Prievidza de los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías creado por nuestra Excelentísima madre, para continuarla yo mismo. Por las presentes me obligo a hipotecar tanto por la citada suma de 25.000 florines renanos como por el interés anual de 1.500 florines anuales que deben darse a dichos Padres de las Escuelas Pías mi señorío de Neolempace, vulgarmente conocido como Neulempach, con todo lo que contiene, que me ha correspondido en la división a mí y a mis herederos, y que en el momento actual tiene un carga de 10.000 florines renanos solamente, sin censo anual, condicionado a la necesidad del monasterio franciscano de Lempace. Por lo demás no tiene ninguna carga extraordinaria, y está completamente libre y puro. Además prometo que se inscriba en el libro de registros Provincial la hipoteca citada, en razón de los 25.000 florines con el censo anual de 1.500, con este instrumento, en el libro de la provincia llamado (…), literalmente, confirmado con el sello de la oficina, además del sello del Sr. Wrispott, de modo que lo anote en sus protocolos, y envíe para mayor seguridad a dichos padres una carta inhibitoria de modo que nadie proceda en perjuicio de dicha fundación, ni pueda impedir su ejecución.
2.Prometo y me obligo, junto con mis sucesores, a terminar cuando antes la construcción del colegio, el templo y las escuelas por completo, con vigas dobles, con muros maestros levantados en toda su forma y altura, con todos los requisitos necesarios para su perfección. Y todo ello a costa mía y de mis coherederos, tomando y aceptando para ello la cantidad necesaria de la suma indivisa.
3.Prometo y me obligo a entregar anualmente al racionero de Bojnice el censo anual de 1.500 florines renanos, provenientes del capital de 25.000 florines renanos, inscrito y aceptado sobre mis bienes de Neolempace, para siempre, infaliblemente y sin defecto, sin ninguna tergiversación o retraso, anticipadamente , en dos plazos anuales, uno de verano y otro de invierno
En vigor de las presentes me obligo a mí mismo y obligo a todos mis futuros herederos, sucesores o poseedores o renteros del señorío de Neolempace, bajo mi honor y mi fe, a que observen perpetuamente de manera firme e inviolable este documento de fundación, y de ningún modo, bajo ninguna excusa, lo contravengan. En caso de contravención (que ojalá no sea el caso) los Padres tendrán su recurso ante el foro competente.
En fe de lo cual, y para darle valor perpetuo, yo infrascrito firmo con mi mano y pongo el sello de mi familia a esta carta de fundación.
En Viena, a 29 de agosto de 1672. Carlos, Conde Palffi m.p. (f)’
(…)
Leopoldo m.p. Juan Pablo Hoch m.p.’
Nos, inclinados favorablemente a las peticiones e instancias del citado religioso P. Wenceslao de S. Lorenzo, profeso de la Orden de los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, en nombre y representación del citado Muy Rvdo. P. Juan Martín de la Madre de Dios de la misma Orden, Rector del colegio de Prievidza, por las presentes copiamos literalmente la carta confirmatoria citada más arriba de la Sacratísima Majestad Imperial y Real, que no tiene nada quitado, tachado, cambiado, ni hay en ella ninguna parte sospechosa, palabra a palabra, sin ningún aumento ni disminución, tal como ha sido escrita y validada, y las entregamos al citado Rvdo. P. Juan Martín de la Madre de Dios de la Orden citada, para que tome las cautelas necesarias en el futuro, con el sello auténtico de nuestra iglesia.
El sábado antes del domingo séptimo de Pentecostés, de 1681.
Leída y corregida por el Notario Jurado de este convento m.p.”

Dicha carta obligatoria del Ilmo. Sr. Conde Juan Carlos Palffi fue luego inscrita en libro Provincial de Austria en el Índice Provincial de propiedades (¿?), y se añadió el protocolo con la inhibición, de modo que nadie pueda proceder en contra de dicha fundación en los bienes de Neulempace, los días 20 y 21 del año siguiente, 1673. En realidad esta hipoteca en el año 1687 fue trasladada a los bienes de Bojnice, con el permiso y confirmación real del augustísimo príncipe el Emperador Leopoldo I, como se dirá en su momento.

Una vez arreglados felizmente de este modo los negocios la fundación de Prievidza en el presente año 1672, y cobrado el anticipo del interés para el invierno de la fortaleza de Bojnice, el P. Provincial Pablo de la Natividad de la B.V.M. volvió a Polonia.

Durante este año 1672 se abrió el primer Estudio de Humanidades y Matemáticas para los nuestros en Prievidza, bajo el magisterio del P. Nicolás de la Inmaculada concepción de la B.V.M. Los estudiantes eran el H. Juan Martín de la Natividad del Señor, el H. Valeriano de la Inmaculada Concepción de la B.V.M., el H. Wolfgang de Sta. Isabel y el H. Benito de Sta. Catalina, que luego fue un varón doctísimo, profesor de teología durante muchos años en Varsovia, e insigne matemático.

AÑO 1673

Aunque hasta ahora amenazaban a los nuestros de Prievidza frecuentes peligros a causa de la vecindad de los turcos, de modo que a menudo se veían obligados a ocultarse, a veces en los bosques, a veces en la fortaleza de Bojnice, a veces de día, a veces de noche, sin embargo custodiados bajo la protección del Altísimo, no sufrieron ningún daño por parte de los bárbaros. Por otra parte recibieron también grandes consuelos, pues los nuestros con la gracia de Dios tenían muchos alumnos que se formaban en la verdad católica en las escuelas, y además, como daban muchas exhortaciones espirituales, catequesis, sermones y administraban muchos sacramentos, contaron muchos conversos a la fe católica, no sólo en Prievidza y en el Señorío de Bojnice, sino que también venían muchos de otros lugres, y ellos iban a llevar a Dios a los lugares vecinos. Principalmente el P. Nicolás de la Inmaculada concepción de la B.V.M. y el P. Francisco de S. Jorge, Rector, infatigables obreros que vertieron celosísimamente sus sudores en la viña del Señor, de modo que una vez regada produjera ramas con abundantes frutos para gloria de Dios.

Pero el Buen Dios quería dar otra misión a su siervo el P. Francisco de S. Jorge, Rector de Prievidza, moravo, al cual cuando aún vivíamos en la casa de la plaza de la ciudad, pues la estructura del colegio aún no estaba terminada, lo llamó de esta vida el 3 de marzo por la tarde, provisto piadosamente de todos los sacramentos y absuelto con el jubileo, y consumido por la tisis, con gran dolor de todos, porque reunía celo, virtud, singular mansedumbre en el amor. El hombre de Dios fue amado por los hombres en Germania, Polonia y Hungría, donde fue ejemplo de buen religioso, que había enseñado sucesivamente en todas las escuelas, y había sido un ministro celosísimo en la cura de almas, el primero de los nuestros en Prievidza. Falleció el Siervo de Dios, para mostrar de algún modo que hay que emigrar de la vida a la felicidad. Su cuerpo fue trasladado desde nuestra residencia hasta a capilla de la iglesia parroquial, con una gran asistencia de gente, que lo consideraban un padre amadísimo de todos, y era tenido por santo por los ciudadanos y por los neo conversos de la ciudad; con asistencia de los párrocos, con panegíricos, sermones y una solemnidad especial. Fue llevado y enterrado en la esquina del evangelio, y allí la piedad de los nuestros le ofreció dos series de gregorianas.

Una vez fallecido este óptimo padre, asumió el gobierno de la casa el sacerdote más anciano, el P. Juan de Sta. Apolonia, hasta que, enterado el P. Provincial, nombró superior provisional al P. Nicolás de la Inmaculada Concepción de la B.V.M.

En el presente año el Augustísimo Emperador Leopoldo I comenzó en serio la largamente meditada reforma del Reino de Hungría. Para ello constituyó sus comisarios en los condados del reino, depuso a los predicadores y pseudo ministros herejes, recuperó las iglesias que estaban bajo su autoridad, y procuró llamar al reino sacerdotes católicos e introducirlos en ellas. Como el clero secular no bastaba para proveer a las numerosas iglesias y parroquias, vinieron también religiosos invitados a ayudar en las misiones apostólicas. En este sentido hicieron una magnífica labor nuestros padres de Podolín, que se entregaron a la conversión de los herejes en Szepes, como lo contarán ellos en sus anales.

Así, pues, estaba la reforma en marcha, y para enviar predicadores a las ciudades de las montañas y consagrar sus templos a su culto católico original, llegó a Prievidza al P. Nicolás de la Inmaculada Concepción de la B.V.M., superior, una carta del Ilmo. Sr. Schultz, Administrador de las Ciudades de las Montañas, rogando que las Escuelas Pías para cumplir esta tarea apostólica, le enviaran a Banka Bystryca cinco sacerdotes. Lo mismo urgía al Ilmo. y Rvmo. Sr. Conde Leopoldo de Kollonitz, que era entonces obispo de Neustadt y presidente de la Cámara de Bratislava. En aquel tiempo el único sacerdote en nuestra residencia de Prievidza era el P. Nicolás, los demás era clérigos y un laico, por lo que el P. Provincial prometió que le enviaría los sujetos oportunos. Por lo que tras expresar el deseo de los príncipes al P. Pablo de la Natividad de la B.V.M. en Polonia, y dejar la residencia al cuidado del clérigo más antiguo, el H. Wolfgang de Sta. Isabel, tomando consigo otro hermano salió hacia Banska Bistryca. Poco después se dirigió hacia Brezno con el Ilmo. Sr. Conde Matías León Collalto, coronel del Regimiento de Croatas, que había sido designado para prestar asistencia militar con sus tropas a los Comisarios Imperiales, y allí, con la solemne asistencia de los comisarios de la Cámara de Banska Bistryca, después de expulsar a los predicadores luteranos, ocupa la parroquia y la iglesia, y después, por investidura arzobispal es instalado en ella el domingo 22 después de Pentecostés. Y esta fue la ocasión de tomar nuestra residencia de Brezno, de cuyo asunto se puede ver más en su crónica. No dejaremos de decir, sin embargo, que los nuestros en sus comienzos en Brezno, y luego más tarde, padecieron muchas persecuciones por parte de los herejes, como cuentan sus crónicas. Pues cuando el P. Nicolás llegó allí y fue instalado en la parroquia, los ciudadanos herejes prohibieron que se le vendiera pan ni nada para comer. Por lo cual solía ir a las aldeas vecinas a mendigarlo, y lo llevaba consigo a casa, con gran edificación de los herejes, los cuales viendo que este varón apostólico, golpeado por mil adversidades aceptadas por Dios no retrocedía ni un paso, sino que perseveraba admirablemente gracias a su celo en la persecución, más tarde comenzaron a apreciarlo mucho.

Mientras ocurrían estas cosas, el capítulo local de Prievidza para la elección de un vocal para el capítulo Provincial, que se celebraría en Rzeszów, fue pospuesto, pues no había allí ningún sacerdote. Más tarde el P. Pablo de la natividad de la B.V.M. envió cinco padres de Polonia, y nombró vicerrector de la casa al P. Esteban de la Anunciación de la B.V.M.

Mientras se iba llevando a cabo el santo ejercicio de la reforma, los rebeldes de la Hungría Superior, reforzados con una escoria de hombres y herejes, comenzaron a aumentar las fuerzas del jefe el Barón Petroczi, luterano, que luego siguieron avanzando y uniéndose a otros jefes, y finalmente se pusieron a las órdenes del Conde Emerico Tököly, luterano, quien ganó muchas victorias, asolando el reino de Hungría, y causando gravísimas calamidades, persiguiendo especialmente a la Iglesia de Dios; a causa de ellos sufrieron muchas aflicciones las Escuelas Pías, como las demás órdenes y todo el clero católico, como se dirá en su lugar.

AÑO 1674

Después de que las obras del colegio de Prievidza y las escuelas estuvieron más o menos habitables, aunque la parte inferior no estaba aún terminada, y en la iglesia quedaba aún mucho trabajo por hacer, llegó de Viena el Sr. Juan Muslay, prefecto de la corte y de los bienes del Ilmo. Sr. Conde Juan Carlos Palffi de Erdeöd, que en nombre del Ilmo. Sr. Fundador al que representaba, hizo el 14 de octubre la solemne introducción de los nuestros al colegio desde la casa huivaltiana en la que habían vivido hasta entonces, según la ceremonia que se describe a continuación.

Reunidos los Padres y Hermanos, a saber, el P. Pablo de la Natividad de la B.V.M., Prepósito Provincial; el P. Miguel de la Visitación de la B.V.M., asistente Provincial; el P. Esteban de la Anunciación de la B.V.M., que entonces era el superior, con tres sacerdotes, seis clérigos profesos, tres novicios clérigos y un novicio operario, 16 religiosos en total, en la nueva capilla del colegio, el citado Sr. Muslay, en nombre y representación de los Ilustrísimos Juan Antonio, Juan Carlos y Teresa, Condes y Condesa Palffi de Erdeöd, hijos e hija de la Excma. Sra. Fundadora nuestra Francisca Kanin de Belaffy, viuda palatina de Palffi, de piadosa memoria, se dijo un breve discurso en latín sobre la eximia piedad de la Excma. Sra. Fundadora; de su celo para promover y propagar la religión católica; de su gran generosidad para con las familias religiosas, conocida tanto en Austria como en Hungría; de su afecto hacia nuestra Orden de las Escuelas Pías, por medio de la cual quiso regar las plantitas recobradas de los herejes, conservarlas para que crecieran y produjeran mucho fruto, y con ese fin instituyó y fundó el colegio de Prievidza, con la iglesia y las escuelas, y las proveyó de todo lo necesario.

En nombre de los señores citados nos entregó las llaves y llevó a cabo la introducción y nos entregó la jurisdicción, en presencia del Muy Rvdo. D. Juan Alejo Turkowicz, prepósito de Bojnice y vicearchidiácono de Nitra, del Muy Rvdo. D. Jorge Czermak, párroco de Prievidza, de los Sres. Oficiales de la fortaleza de Bojnice, de todos los magistrados y de lo mejor de la comunidad de Prievidza. Después el P. Esteban de la Anunciación de la B.V.M., superior, dijo unas palabras de agradecimiento por la entrega de las llaves y la introducción, jurisdicción y cesión, en primer lugar a la Excelentísima Sra. Fundadora que reposaba en el Señor, y que merecía vivir con Cristo en los cielos y en la memoria de los hombres en la tierra, principalmente en la de aquellos que participan de sus beneficios, y cuya piedad, celo y mérito por su generosidad alabó. En segundo lugar, al Ilmo. Sr. Conde Juan Carlos Palffi por su preocupación singular y por su amor, pues había heredado de su piadosa difunta Excelentísima Señora Madre todo el afecto hacia las Escuelas Pías; también al Ilmo. Sr. Conde Juan Antonio Palffi y la Ilma. Sra. Condesa Teresa Sinczendorff, los hijos Palffi, pues facilitaron con su total asenso y no carecieron de generosidad para llevar a cabo una obra tan magnífica, y finalmente al prefecto Sr. Muslay, que no rehuyó sus esfuerzos como instrumento principal para llevar a fin tan rápidamente la deseada introducción. Además al Sr. Prepósito de Bojnice, que igual que celebró una misa solemne con procesión cuando se había puesto la primera piedra, y la consagró, también se había dignado asistir a la introducción. También a los Sres. Oficiales de la fortaleza de Bojnice por su incansable trabajo, cuidado, preocupación y fatiga en la construcción de los edificios. Y, para terminar, dio cordialísimas gracias a los magistrados y a la comunidad de Prievidza, porque de buena gana habían cedido el terreno, y nos habían admitido en su vecindad y compañía.

Una vez terminado esto, se tuvo la misa solemne del Espíritu Santo en la capilla, pues la iglesia no estaba terminada, cantada por el Rvmo. Sr. Prepósito de Bojnice, a quien le ayudaron sus ministros. A ella siguió un panegírico en latín en un aula, en alabanza de la ilustrísima Casa Palffiana, dicho por el P. Mateo de S. Pantaleón. Finalmente después de la comida se cantaron solemnemente las letanías lauretanas de la B.V.M. en la misma capilla, y después de dar gracias a Dios, cada cual volvió a su casa. Sin que nadie se opusiera, se dieron por terminadas todas las cosas.

AÑO 1675

El año anterior los nuestros habían comenzado los estudios de humanidades, en el presente el P. Mateo citado los continuó con nuestros clérigos juniores. También se abrió la retórica a estudiantes de fuera, que en la vivienda anterior no podía enseñarse a causa de la incomodidad del lugar.

En la fiesta de la Santísima Trinidad, después de bendecir el lugar, como la iglesia ya estaba terminada a falta de la bóveda, se celebró en ella una misa solemne. Después en el globo de la torrecilla que está sobre el presbiterio se pusieron reliquias de Sta. Úrsula Virgen y Mártir, una cruz española, ropa de Sta. Juana, cera santa y un escapulario bendito.

Al comienzo de septiembre se creó y se puso en marcha por primera vez aquí el Estudio de filosofía para los nuestros, a cargo del P. Esteban de la Anunciación, Rector, y del P. Joaquín de la Natividad de la B.V.M., profesor. Los estudiantes eran 14 juniores nuestros, de los cuales fueron luego insignes profesor de filosofía y teología en Polonia y en Hungría el P. Benito de Sta. Catalina V. y M., el P. Gabriel del Ángel Custodio, el P. Feliciano de la Asunción de la B.V.M., y el P. Andrés de la Conversión de S. Pablo, los cuales ya aquí dejaron concebir una feliz esperanza por su ingenio, que luego justificaron de manera egregia.

Este año Prievidza dio a la viña de Brezno el excelente agricultor P. Valeriano de la Inmaculada Concepción de la B.V.M., que allí y en las aldeas y parroquias vecinas trabajó infatigablemente por la gloria de Dios, sufriendo muchos males y molestias. Ahora, en el año 1695, gobierna la casa de Prievidza como Rector y maestro de novicios, varón ejemplar y muy religioso, insigne obrero siempre en Hungría, infatigable a la hora de decir sermones y exhortaciones espirituales y de escuchar confesiones. Ejemplos de su vida integérrima son sus genuflexiones de día y de noche, conocidas de todos, incluso de los de fuera; su devoción singular hacia el Santísimo Sacramento y el culto a la Santa Virgen; sus vigilias y su fervor en las oraciones y en las mortificaciones.

AÑO 1676

El 28 de abril se terminó la bóveda de la iglesia, y se cantaron las letanías lauretanas y el himno Te Deum, en solemne acción de gracias. Se terminó también el revestimiento de las paredes con yeso. Cubierto el techo con tejas, se terminó toda la construcción, excepto algunas ventanas en el piso superior y algunas en las habitaciones del piso inferior.

Este año el P. Nicolás de la Inm. Conc. de la B.V.M., que volvió de Brezno a Prievidza, volvió a las tareas escolares, a las que dedicó la mayor parte de su vida religiosa con gran celo y dedicación, además de dedicarse de buena gana al bien del prójimo, escuchando confesiones y diciendo sermones.

Se tuvo en Prievidza el Capítulo Local, en el cual se eligió como vocal al P. Francisco de S. Wenceslao, superior de Brezno, quien junto con el P. Esteban de la Anunciación de la B.V.M., Rector, en agosto fue a Podolín para el Capítulo Provincial. Fueron acompañados, con permiso del Padre Provincial, el P. Joaquín de la Natividad de la B.V.M., profesor de filosofía, y los hermanos Lucas de S. Edmundo, Gabriel del Ángel Custodio, Feliciano de la Asunción de la B.V.M. y Carlos de S. Andrés. Los dos primeros defendieron públicamente en el Capítulo Provincial de Podolín las Tesis de Lógica y los Ocho Libros de Física. Los dos últimos defendieron las mismas tesis en la ciudad de Brezno, y luego volvieron con el P. Rector y el P. profesor a Prievidza para continuar con sus estudios de filosofía.

El 2 de mayo llegó a Prievidza enviado desde la provincia de Germania el P. Tomás de S. Anselmo [Sperat], moravo, que fue destinado luego a Brezno, y allí sufrió mucho a manos de los herejes, siendo golpeado y herido por ellos, e inválido desde entonces, poco después entregó su vida a Dios, como se dirá en su lugar.

De la misma provincia, pero de Horn, después de las vacaciones volvió después de cursar de manera excelente las ciencias filosóficas y teológicas el P. Juan de Jesús María, que había sido enviado con el H. Juan Martín de la Madre de Dios a estudiar a costa de la casa de Prievidza. Luego se dedicó con gran alivio y comodidad a enseñarlas en la casa de Prievidza el P. Juan de Jesús María, donde le esperaban para enseñar las dos cuando volvió, y allí y en Varsovia fue un eximio profesor de filosofía y teología durante muchos años, con gran honra de la Orden. Los dos habían sido enviados de Prievidza a Horn el 8 de noviembre de 1672. Cuando se encontraban en la frontera en Hungría y Moravia, cerca de Rosenko, cayeron en manos de ladrones herejes, por quienes fueron cruelmente tratados y heridos los pobres viandantes religiosos. Al H. Juan de Jesús María le rompieron la mano; al H. Juan Martín le hirieron en la cabeza. Los despojaron, y dejándolos medio muertos se fueron.

AÑO 1677

Como después de las vacaciones del año precedente al curso de filosofía se añadió la teología moral, enseñada por el P. Juan de Jesús María, se consiguió mucho fruto en ambas por parte de nuestra juventud estudiantil. Después que el P. Miguel de la Visitación de la B.V.M. fue elegido nuevo Provincial para Polonia y Hungría y volviese del Capítulo General con el P. Alberto de Sta. Teresa, terminada la visita se tuvo en la iglesia unas Disputas Públicas de las tesis impresas de toda la filosofía, con las cuales se dio felizmente fin en el mes de julio al curso de filosofía, por lo cual el P. Provincial se llevó algunos hermanos consigo a Podolín, y a otros los envió a Brezno, donde nombró profesor para los estudios de letras humanas de los religiosos juniores al P. Mateo de S. Pantaleón. Pero fue una salida infeliz, pues los jóvenes, dejados fuera de la disciplina establecida, cayeron en malas costumbres, y el más miserable de ellos fue el H. Miguel de la Ascensión del Sr., de quien se hablará en su lugar, y de quien hablan mucho los Anales de Brezno.

Durante este año, después de once años de trabajo, se terminaron las obras del colegio de Prievidza, y se decía que se habían gastado más de 60.000 florines para terminarlo.

AÑO 1678

Con el nuevo profesor el P. Juan de Jesús María , comenzó en Prievidza el nuevo curso de filosofía, siendo Rector de la casa del P. Esteban de la Anunciación de la B.V.M. [Kinzel]. Nuestros estudiantes venían en parte de Hungría y en parte de Polonia. Destacó en este curso el H. Bartolomé de la Purificación de la B.V.M., buen siervo de Dios, que promovido más tarde al sacerdocio, enseñó luego en Polonia en diversos lugares filosofía y teología con gran prestigio.

Tuvo lugar este año la indecente huida de los hermanos clérigos profesos Emerico de la Asunción de la B.V.M., Miguel de la Ascensión del Señor, Carlos de S. Andrés y Ambrosio de la Inm. Conc. de la B.V.M., los cuales después de que sin saberlo nosotros se hubieran escapado algunas noches a la ciudad de Prievidza, y hubieran ido tomando mala confianza, el 19 de abril después de dar la señal nocturna de silencio, después de robar 23 florines de la habitación del P. vicerrector Joaquín de la Natividad de la B.V.M., y de colgar una escalera de la ventana de la escuela y bajar por ella, se escaparon de casa por la noche. De ellos sólo el H. Miguel (se les había unido un quinto) se quitó el habito, y hacía de criado y conductor de los otros. Al día siguiente se conoció su fuga, pues no aparecieron a la oración de la mañana. Inmediatamente salió en su seguimiento el P. Rector Esteban de la Anunciación de la B.V.M. con el P. Juan de Jesús María, y se enteró de que se habían detenido en Bielic, pueblo del H. Ambrosio. Acelerando, los alcanzó en Szambokrettini, un pueblo distante de Prievidza tres millas largas. Tres, que se habían escondido en una casita, se entregaron espontáneamente al P. Rector cuando llegó. Sólo el H. Cristóbal con Emerico trató de huir, y al ser atrapado en la plaza del mismo pueblo, se defendió contumazmente, y apuntaba al P. Rector una pistola que llevaba cada vez que lo iban a coger. Al final el noble D. Jorge Szambroketti, antiguo luterano que se había convertido a la fe católica, vino en ayuda del P. Rector y lo capturó, y lo llevaron con los otros cuatro. Inmediatamente fueron llevados cautivos. El 29 de abril, después de ser absueltos de la excomunión en el oratorio y recibieron el castigo previsto por el derecho canónico.

Amenazaban tantos peligros par parte de los rebeldes y de los turcos que los nuestros se vieron obligados no sólo a guardar los bienes de la iglesia y de la casa en las fortalezas de Bojnice y Kesellekeö, sino también a refugiarse y ponerse a salvo ellos mismos allí.

Más tarde, cuando el 19 de agosto el P. Miguel de la Visitación de la B.V.M., Provincial, que había venido para hacer la visita y después de terminarla había ido a Viena con el P. Esteban, Rector, al volver y entrar en Prievidza, viendo que se acercaban numerosas tropas de rebeldes, con ayuda de franceses, turcos y polacos, se fue a refugiar a la fortaleza de Bojnice.

El 26 de septiembre se produjo un violentísimo ataque de los rebeldes, guiados por el Duque Emerico Tököly, luterano, con los apoyos citados, reclutados en Polonia por obra del embajador del rey de Francia, el Marqués de Betunie, y mandados por el francés Esteban Boham. Invadieron el señorío de Bojnice y durante dos días la devastaron con incendios y una vergonzosa y cruelísima despoblación, en buena parte para castigar Tököly la gran devastación de la ciudad calvinista de Debrezen, que estaba gobernada por los turcos y era refugio de toda mezcla de rebeldes, poco antes por obra del Ilmo. D. Juan Carlos Palffy y el general Strasoldo con el ejército imperial. Las mujeres, sin distinción de edad, fueron desnudadas y violadas por los militares; los niños fueron entregados a las manos enemigas de los escitas; los hombres fueron desnudados y severísimamente torturados, burlados, quemados, tostados, retorcidos, golpeados, despojados de todo. Las casas, iglesias y altares fueron saqueados. Prievidza, Teutoprona, Bresanio, Redeszorio, Gaidelio y muchos otros lugares fueron incendiados. Prievidza fue especialmente incendiada, pues no quedó una casa incólume. La iglesia parroquial, con la torre y el tejado, los bancos, las cátedras y altares, el órgano y las campanas, fue quemada por dentro y por fuera. Algunos ciudadanos con sus hijos murieron sofocados por el humo. Todos que cayeron en manos de los crueles enemigos fueron tratados monstruosamente, desnudados, maltratados, excepto aquellos que habían huido a los bosques vecinos o a Bojnice. Nuestros padres habían buscado refugio en Bojnice y Kesselekeó, dejando dos hermanos profesos, uno el clérigo Wolfgang de Sta. Isabel y otro el operario Simón de S. Pedro, que se quedaron para guardar el colegio, hasta que los bandidos irrumpieron en el colegio después de romper las puertas, y aunque estaban escondidos bajo el tejado y en la torre de la iglesia, por la amenaza a un estudiante que habían capturado, se entregaron a los malvados invasores, y fueron desnudados, golpeados, aplastados, tirados, y casi muertos, pero sobrevivieron con la protección de algunos soldados polacos, que los llevaron al campamento enemigo, siendo objeto de burla yd e risa de todos. Al P. Wolfgang lo medio vistieron con birrete y sotana, y al otro le pusieron una capa, con lo cual movieron a compasión a algunos. Durante los dos días sonaba sin cesar la campana de nuestra iglesia, y en el colegio había estrépito, fragor, furor e intentos de incendio (el H. Wolfgang había apagado un inicio de incendio bajo el tejado, antes de ser capturado), pero sólo se quemó la parte occidental, donde estaba el pajar, junto con el tejado de la torre y estructuras de madera. Las imágenes de la casa religiosa fueron destrozadas, sometidas a burla, eliminadas. Los altares de la iglesia y del oratorio fueron rotos y destrozados. Los paños litúrgicos, aparte de las casullas y otras cosas que fueron llevadas a Bojnice, fueron sometidos a burla e irrisión por parte de los herejes, robados y despedazados. El tabernáculo fue roto; los candelabros fueron destrozados; las imágenes mutiladas y pisoteadas; las mesas del comedor, volcadas; los cuadros de la capilla fueron destrozados; las ventanas de la casa y de las escuelas fueron arrancadas; los hornos y las puertas fueron golpeados y arrancados. Dejaron un lúgubre espectáculo.

Mientras tanto nuestros dos religiosos cautivos, los HH. Wolfggang y Simón, fueron tratados bien por el jefe de los franceses Boham y por los polacos, e incluso lograron con ruegos y humilde paciencia que muchos niños y otros no combatientes de uno y otro sexo que habían sido capturados por los rebeldes en la ciudad los llevaran consigo, acompañados por muchos polacos, al colegio. Fue con ellos un buen número de polacos, que expulsaron a los impíos bandidos e incendiarios, que se quedaron haciendo la guardia en el colegio con los dos nuestros y una multitud, protegiéndolos contra furores de los escitas, los calvinistas y luteranos, hasta que todo el ejército enemigo se marchó.

No mucho tiempo después se logró la venganza contra los enemigos de Dios y de la Patria. Pues además de que en el tiempo de la devastación citada fueron perseguidos y atemorizados por los terrores de la noche, y apenas pudieron reunir en sus campamentos a caballo, casi exánimes, al mismo tiempo que en la fortaleza de Bojnice durante el tiempo del incendio de Prievidza el Rvmo. D. Juan alejo Turkowicz, con ayuda del P. Esteban, Rector, y el P. Valeriano de la Inm. Concep. de la B.V.M. ofrecía el sacramento de la Eucaristía, el Excmo. D. Juan Carlos, Conde de Palffi, volando con los generales Würben y Denewald y el ejército imperial desde Hungría Superior, atacó a los rebeldes con sus tropas auxiliares hacia la Santa Cruz, y les infligió una derrota con muchas bajas, y los puso en fuga con sus dos jefes Tököly y Boham, y los persiguió durante bastante tiempo. Poco después expulsó a los rebeldes de Cremniz y de otras ciudades de las montañas.

Los nuestros de Brezno también padecieron grandes aflicciones, pues encontrándose en una zona densamente poblada de herejes, apenas pudieron encontrar un lugar donde esconderse. Sin embargo algunos luteranos, movidos a misericordia, los metieron en algunos escondites de sus casas, y disfrazados a veces de campesinos y a veces de pastores los conservaros sin daño. Ellos mismos lo contarán en su crónica.

Como consecuencia de la tristísima devastación sufrida, como no se pudieron preparar habitaciones al invierno siguiente para los habitantes de Prievidza, a petición del Excmo. Sr. Conde Juan Carlos Palffi el P. Esteban, Rector del lugar, con el conocimiento de los superiores, les permitió que vivieran en la parte norte del colegio y en las escuelas, después que esta parte se separara de las habitaciones de los nuestros con vigas y tablones. Por lo demás el P. Miguel, Provincial, ordenó que el curso de filosofía que había comenzado se trasladara provisionalmente a Podolín.

AÑO 1679

Prievidza recibió de nuevo el curso de filosofía de Podolín, que el P. Juan de Jesús María termino felizmente al llegar las vacaciones otoñales.

El domingo 11 de septiembre fue consagrada nuestra iglesia por el Excmo. Sr. Conde Fernando Palffi, obispo de Eger, y se le asignó como aniversario de la dedicación el tercer domingo de septiembre, según dice la siguiente carta testimonial:

“Nos, Fernando Palffi de Erdeöd, barón libre perpetuo de Dehekeö y Señor hereditario de Stompha y Vereskeö, Obispo de Eger, Prepósito de Jaszovian supremo y perpetuo Conde del Condado de Heves y los dos Zolnok, Consejero de la S. C. Real Majestad.
A todos y cada uno de los que recibirán la presente noticia, les saludamos en el Señor.
Por las presentes queremos hacer saber a todos a quienes concierna:
Que después que el Excmo. y Rvmo. D. Jorge Szelepcheny, arzobispo de la iglesia metropolitana de Esztergom por la misericordia divina, Conde supremo y perpetuo del lugar y su condado, Primado de Hungría, Embajador nato, Sumo Canciller y Secretario, Consejero secreto de la S.C. Real Majestad y Lugarteniente suyo en el Reino de Hungría, nos concedió mediante una carta la potestad para consagrar y dedicar legítimamente al nombre de Dios y de sus santos a petición de los interesados la iglesia con los altares de la Orden de los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías del colegio de Prievidza, antes fundado y dotado para doce personas, con todas las cosas necesarias, tanto para la iglesia como para casa y las escuelas, por la Excelentísima y Magnífica Dña. Francisca de Kanin Belaffi, viuda del Excmo. e Ilmo. Conde D. Pablo Palffi de Erdeöd etc., palatino del Reino de Hungría, y después de ella por sus herederos, y principalmente por el Ilmo. Conde D. Juan Carlos Palffi de Erdeöd, barón libre y perpetuo de Dehekeö, señor hereditario de Stompha y Verskeö, Señor de Bojnice, Rust, Pamgarten, Nuevo y Antiguo Lenpach, Camarero de la S.C. Real Majestad, Coronel de la legión de la Orden de Caballeros.
En consecuencia damos fe por las presentes de que hemos consagrado y dedicado con solemne rito y pompa la iglesia del colegio de Prievidza de los citados religiosos, Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, en honor de la Santísima y Una Trinidad, y de la Asunción de la Santa Virgen al cielo, con los tres altares construidos en ella, de los cuales el mayor está dedicado en alabanza y honor de la Santísima y Una Trinidad, y de Santa María Virgen, en el cual hay reliquias de los santos Adeodomo obispo y mártir, de Feliciano mártir, y Semidia virgen y mártir. El altar menor del lado del evangelio, es decir en la parte oriental, está consagrado en honor de la Santa Cruz, con reliquias de los santos Aniceto y Felicísimo, mártires, y de Sta. Severina virgen y mártir. El otro altar menor, del lado de la epístola o parte occidental, está dedicado en honor de S. José esposo de la Santísima Virgen, con reliquias de los santos Julián y Plácido, mártires, y de Sinesia, virgen y mártir. El día del aniversario de su consagración de acuerdo con el precepto de la Iglesia se celebrará una misa solemne, y será el tercer domingo de septiembre. Concedemos cuarenta días de indulgencias a todos los que visiten la iglesia citada desde las primeras vísperas hasta la puesta del sol del día siguiente.
En fe de todo lo cual, firmamos con nuestra mano y ponemos nuestro sello en este documento nuestro testimonial, con todas las garantías jurídicas, sobre la consagración de la iglesia o templo de los citados Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías del colegio de Prievidza y de los tres altares citados construidos en ella.
En la fortaleza de Bojnice, el día siguiente a la dedicación y consagración de la citada iglesia, es decir el 12 de septiembre de 1679.
Conde Fernando Palffi, obispo de Eger, m.p.”

El original de esta carta testimonial se encuentra en el archivo de la casa.

28 de octubre. Se durmió en el Señor en Brezno el fidelísimo hermano operario Simón de S. Pedro, hombre de eximia caridad, después de haber sido severamente maltratado por los herejes. La muerte fue causada por hidropesía. Este año la peste afligió no poco Hungría, así como también Austria, Polonia y otras partes de Europa. Sin embargo Dios libró de esta epidemia a Prievidza.

AÑO 1680

En el presente año tuvieron lugar muchas incursiones de los rebeldes, por lo que nuestros padres vivieron la mayor parte del tiempo en Bojnice, a donde trasladaron las clases, hasta la de sintaxis inclusive, pues son podían subsistir en Prievidza. De estas calamidades se originó una desgracia doméstica, pues el 19 de abril fueron reducidos a custodia religiosa los clérigos profesos HH. Miguel de la Ascensión del Señor y Ladislao de S. José, que sin permiso del P. Esteban, Rector, habían salido, y luego huido, con ocasión de las incursiones de los rebeldes.

Cuando se celebraban las fiestas en Prievidza el 10 de agosto en honor de S. Lorenzo, irrumpieron los rebeldes mezclados con los turcos en número de unos 500, y se dedicaron al saqueo, y mataron a algunos hombres, por lo que una gran cantidad de gente de uno y otro sexo y muchos nobles fueron a refugiarse al colegio, junto con 22 soldados imperiales de Kremnica, donde habían quedado para custodiar la casa los hermanos clérigos Wenceslao de S. Lorenzo y Gregorio de la Anunciación de la B.V.M. Llegaron los rebeldes al colegio, y con terribles amenazas pedían que se rindieran, sin condiciones. Animados por los nuestros los soldados se defendieron con gran valor. Después de muchos disparos por una parte y la otra, el enemigo se vio obligado a retirarse hacia la zona de Hungría inferior, llevándose consigo los estandartes y los nobles que habían capturado en la plaza. Y así con la gracia de Dios se salvaron junto con nuestros dos hermanos los de fuera. Sin embargo falleció uno de los soldados, que se alejó del colegio con esperanza de capturar a alguno, pero fue rodeado por muchos rebeldes y perdió la vida.

AÑO 1681

En el año presente los nuestros se vieron obligados a refugiarse muy a menudo en Bojnice, e incluso dar clase allí, pues los rebeldes mezclados con los turcos iban aumentando en fuerza.

El P. Esteban de la Anunciación de la B.V.M. terminó su rectorado en Prievidza, después de sufrir no pocas tribulaciones, como hemos visto más arriba. Le sucedió como superior el P. Juan Martín de la Madre de Dios, que había sido superior en Brezno, mientras que el P. Valeriano de la Inm. Conc. de la B.V.M. fue destinado a Brezno como superior. Estos cambios fueron hechos por el P. Alberto de Sta. Teresa, prepósito Provincial de Polonia y Hungría, hombre tenido como santo por la gente, y ciertamente religiosísimo.

El domingo antes de la fiesta de Sta. María Magdalena los rebeldes hicieron una incursión por la noche, y escalando los muros ocuparon Brezno. Mataron a la mayor parte de los germanos del cuartel, capturaron al comandante junto con el P. Esteban de la Anunciación de la B.V.M., el P. Tomás de S. Anselmo y el Hno. Clérigo Wolfgang de Sta. Isabel, y los trataron cruelmente. El P. Tomás fue inhumanamente golpeado con las espadas, y herido además de enfermo, le traspasan el muslo con una espada, y mientras casi expiraba, le volvieron a golpear terriblemente, y lo abandonaron los herejes. Volviendo en sí y recuperando las fuerzas, volvió con dificultad a nuestra residencia, de donde el P. Provincial le mandó que fuera a Prievidza. Entre terribles dolores en la pierna, que renovaban las sacudidas del carro, lleno de gozo llegó a la casa de los Franciscanos de la Observancia de Kremnica, y allí falleció el 12 de septiembre, y fue sepultado.

El P. Esteban y el H. Wolfgang, después de sufrir muchos insultos y golpes, cuando los rebeldes se fueron de Brezno se los llevaron consigo cautivos y atados. El H. Wolfgang fue tratado como burro de carga por el camino, llevando paquetes y tocino, y le encargaron que hiciera fuego y asara la carne para las tropas. En un bosque se libró de sus cruelísimas manos, y volvió sano con la ayuda de Dios en medio de gran angustia a la residencia de Brezno, totalmente despoblada y vacía. Mientras tanto dirigieron toda su furia contra el P. Esteban, lo llevaron preso al campamento de Tököly y lo tuvieron atado durante muchos días, detenido, torturado cruelmente, hasta el punto que le salía sangre de las manos y de los dedos bajo las uñas, casi muerto por los golpes de bastón de tres robustos herejes que le golpeaban las plantas de los pies hasta arrancarle la piel. Tratado de manera tan bárbara y tiránica, llegó a oídos de Tököly que iba a morir, y fue liberado por intercesión de unos polacos. Pero de esto se habla más en las crónicas de Brezno.

El P. Valeriano era el superior de Brezno, y había ido a causa de negocios de su casa a las elecciones de Sompron. Cuando regresaba, al enterarse en Prievidza de la cruel tragedia, se vistió de campesino, se puso un cinto y unas abarcas de pastor, poniéndose una rústica capucha, con inminente peligro de su vida, con la ayuda de Dios llegó sano y salvo a Brezno, donde encontró a los dos religiosos citados, uno el P. Tomás, el otro el H. Wolfgang, heridos y enfermos, y sin embargo contentos de haber sufrido insultos y golpes por Cristo. Más detalles en los Anales de aquella casa.

Ese año se trasladaron los huesos del P. Francisco de S. Jorge, antiguo Rector de Prievidza, desde la iglesia parroquial hasta el sepulcro de los nuestros, con gran afluencia de público.

AÑO 1682

El P. Valeriano, superior de Brezno, había recibido la ayuda del P. Wenceslao de S. Lorenzo de Prievidza, pero tuvo que salir de allí a causa de los herejes. Pues como Tököly recibió el refuerzo de muchos turcos con sus tropas, el P. Valeriano, tras depositar en la fortaleza de Murany los libros y otros objetos de valor que no habían sido robados el año anterior por los enemigos, después de dejar al P. Wenceslao, se vio obligado a retirarse a Prievidza con los demás. Poco después el P. Wenceslao tuvo que irse a Banska Bystrica, donde conservó la fe católica entre los temerosos fieles, pues los PP. de la Compañía de Jesús habían huido. Ocupada Banska Bystrica por los rebeldes, amenazado de muerte por los vigilantes militares que le buscaban diligentemente, ocultándose ahora en escondrijos de la casa, luego en el tejado y en las canales, como ya no podía seguir allí, se disfrazó con ropas de campesino, y así los enemigos no pudieron descubrirlo, y vino a Prievidza, y fue recibido allí con gran alegría por los nuestros el 20 de diciembre.

El P. Rector de Prievidza, viendo que no podía continuar con los suyos en el colegio, a causa del peligro de los rebeldes, se dirigió a la fortaleza de Bojnice con los suyos, y con nuestro ajuar eclesial, doméstico y escolar. Ese año se tuvieron las clases en la ciudad, y a veces en casa del Señor.

Como aumentaban día a día las incursiones de los rebeldes, el P. Valeriano de la Inm. Conc. de la B.V.M., superior de Brezno, como habían quedado pocos con él, llevando consigo al P. Andrés de la Conversión de S. Pablo y los bienes preciosos de la iglesia se fueron al campamento imperial de Oslava, del Excmo. Sr. Conde fundador, D. Juan Carlos Palffi, general en jefe de los vigilantes, y desde allí a Moravia, y envió al H. Gregorio de la Anunciación de la B.V.M. con otros a Polonia, y él mismo se quedó con el H. Wolfgang de Sta. Isabel; más tarde llegó el P. Wenceslao.

Así, pues, el colegio quedó desierto, aunque los nuestros de Bojnice iban a menudo y a escondidas a dar vuelta. Continuamente ocurrían males mayores, pues los rebeldes volvían a él cada día, forzaban las puertas y se reunían en él abiertamente. Esto ocurría a menudo, por lo que los nuestros tenían que esconderse a menudo en las chimeneas y en otros escondrijos. En todas partes se corría peligro, y Prievidza a veces estaba habitada por su gente, que se escondían a veces en los bosques y a veces en Bojnice.

Ocurrió en Bojnice y Prievidza que Tököly envió 800 hombres, parte a caballo y parte a pie, al señorío de Bojnice. El ejército imperial se encontraba a cinco millas de distancia, y tenían el campamento ocupado en otras cosas. Así que aprovechando la oportunidad, el 29 de septiembre, desde la roca que está encima de la prepositura, entrando ocultamente por la ventana, facilitando el acceso a los demás, irrumpieron violentamente en la ciudad, y masacraron a los pocos y mayormente enfermos soldados germanos que vieron, saquearon la ciudad y, aunque incendiaron la iglesia, no se atrevieron a atacar la fortaleza. Desde lejos vio el incendio el ejército imperial, y el General Caprara, sospechando lo que estaba ocurriendo, envió inmediatamente al Sr. Heisler con 800 jinetes, algunos de la caballería pesada germana, y y algunos de la caballería ligera croata contra los atacantes. Heisler partió inmediatamente en medio de las tinieblas de la noche, y encontró a los rebeldes por la mañana ante nuestro colegio; los atacó, los puso en fuga, los persiguió, mató a muchos y les arrebató los estandartes, de modo que de los 800 enviados por Tököly apenas volvieron unos pocos, mensajeros del desastre.

Este año no se celebró el Capítulo de Prievidza, a causa del peligro inminente.

AÑO 1683

La fuerza de Tököly y el furor de los rebeldes herejes nos privaban de toda esperanza de volver a Brezno. Casi todos los lugares, excepto las fortalezas y castillos más fuertes que estaban defendidos por tropas imperiales se habían abandonado, y los sacerdotes católicos habían sido expulsados o asesinados, y habían vuelto los pseudo ministros y predicadores. El P. Juan Martín de la Natividad del Señor, Rector de Prievidza, se quedó en Bojnice con el H. Wolfgang de Sta. Isabel y el P. Wenceslao de S. Lorenzo, y daban clases a los pocos niños que, dadas las circunstancias, iban a clase.

Cuando los turcos comenzaron a sitiar Viena, el ejército rebelde tököliano ocupó la fortaleza y todo el señorío de Bojnice. Los nuestros pronto empezaron a sufrir burlas, se reían de ellos y muchas veces los golpearon casi hasta matarlos. Especialmente sufría el colegio de Prievidza, pues los rebeldes le causaban enormes daños en los bancos, las mesas, las puertas, las ventanas, los hornos, la capilla y la iglesia. A veces el P. Rector, a veces el P. Wenceslao y a veces el H. Wolfgang iban a escondidas a Prievidza para inspeccionar el colegio, y a menudo se tenían que esconder en las chimeneas o en otros lugares, y a veces encomendaban el cuidado a otros, como a nuestro fidelísimo y antiguo criado Jacobo Kulbowicz, de Pudmerice, que nos mostró su amor y fidelidad desde el comienzo de la fundación hasta el año 1695 en nuestros diversos ministerios.

Mientras tanto Tököly confió sus bienes al perversísimo hereje Miguel Hedvigio, y este estableció su residencia en la fortaleza de Bojnice. Trataba a los nuestros con desprecio, que nunca estaban seguros. A continuación les prohibió el uso de la capilla de la fortaleza y los envió a un lugar bajo su control Prievidza, donde corrían evidente peligro. No contento con esto (puesto que ya había expulsado a todos los sacerdotes católicos del señorío, excepto al Rvmo. Prepósito de Bojnice, que había redimido su casa con cien monedas de oro, y había introducido en su lugar a lo predicadores), hizo venir a los nuestros al refectorio del colegio el 16 de septiembre, después que el 12 del mismo mes, tras el victorioso ataque de los ejércitos católicos, los turcos habían sido derrotados, capturado su campamento y corrían huyendo, junto con las tropas rebeldes de Tököly, y después de hacer cantar a los niños una cantilena insultante, les dio 24 horas de plazo para irse bajo pena de muerte, y no contento, pues había recibido noticia de la derrota de los turcos y rebeldes, sin esperar al día siguiente por la noche les envió aviso con un soldado para que desde el templo y sin demora salieran hacia Polonia, entregándoles un salvoconducto que decía lo siguiente:

“Miguel Hedvigio, prefecto de todos los bienes del Excmo. Príncipe D. emerico Tököly en los condados de Nitra y Trenzin, Admito y reconozco que el religioso infrascrito Juan Martín de la Natividad del Señor, reverendo padre Rector de las Escuelas Pías del Claustro de Prievidza, ha residido aquí hasta ahora. Como el citado Sr. Príncipe no quiso recibir a ninguna persona de esa Orden en el Reino de Hungría, sino que graciosamente ordenó que abandonase el Reino, y al darle la orden el citado reverendo señor quiso aceptarla. Como es voluntad del citado Sr. príncipe que dicha persona pueda viajar sin ningún daño, impedimento ni molestia,
Por las presentes ruego amablemente a todos los que la lean que quieran dejarle pasar libremente por todas partes, y que bajo ningún pretexto se le impida o moleste, y que se ayude con caridad cristiana en sus necesidades. Recibirán por ello el gracioso afecto de su Excelencia los que así obren, mientras los contraventores serán severamente castigados. Después de leer las presentes, se devolverán al portador.
En la fortaleza de Bojnice, el 16 de septiembre de 1683.
El mismo que más arriba, Miguel Hedvigio (p.m.)”

Así, pues, el P. Rector con el P. Wenceslao y el H. Wofgang, desprovistos de todo auxilio humano, pobres, descalzos y ansiosos salieron por la noche del colegio, de Prievidza y del señorío de Bojnice, y a través de Thurocz, Liptovia y Szepes, en medio de atracadores y herejes, sin ninguna seguridad, emprendieron el camino, y tras muchos sufrimientos llegaron los tres a Podolín.

Pero Dios no nos dejó sin consuelo a nosotros y a los demás siervos suyos, y pasado poco tiempo volvieron al reino mariano. Pues habiendo sido derrotados en Viena los turcos el 12 de septiembre, y dispersos los rebeldes, como el ejército imperial estaba recuperando muchos lugares bajo su control, viendo hedvigio que en la fortaleza de Bojnice tenía poca seguridad, huyó a Kosice con los rebeldes, y los oficiales del Excmo. Sr. Conde Juan Carlos Palffi expulsaron a los rebeldes que habían quedado en Bojnice. Por lo tanto el P. Rector volvió a Prievidza desde Podolín por caminos fronterizos entre Polonia y Hungría, y tras expulsar a los maestros herejes del colegio y las escuelas, volvió a tomar posesión de los mismos.

En el tiempo de la dominación de Tököly, aunque no duró mucho, por obra del citado Hedvigio, como hemos dicho más arriba, inmediatamente ocuparon los templos y las parroquias del señorío los predicadores, menos la prepositura, que fue redimida con cine monedas de oro, y en Prievidza impuso un falso obispo luterano, llamado Tarnocio, por lo que mucha gente, principalmente en Prievidza, volvieron pervertidos a la anterior herejía luterana. Inmediatamente el Excmo. Sr. General Conde Juan Carlos Palffi ordenó severamente que se expulsaran a los predicadores y volvieran los sacerdotes católicos, y obligó a la gente del señorío a recibir la fe católica. Descuidó castigar la desobediencia de los súbditos, pero no por ello disminuyó el fervor de los oficiales de la fortaleza, en concreto el Rvmo. Sr. Alejo Turkowicz, prepósito de Bojnice y nuestro P. Rector Juan Martín de la Madre de Dios, que para satisfacer la orden alabadísima del Sr. Conde se dedicaron a reunir las ovejas dispersas en el ovil de la iglesia Católica. Tras expulsar al falso obispo de Prievidza, se encomendó el cuidado de la parroquia y de la iglesia al P. Rector, puesto que el Sr. párroco estaba ausente. Y como fue el P. Rector el primero que la ocupó, se convirtió en odioso para todos los herejes. Luego tantas veces como intentaba entrar en la iglesia era rechazado. Finalmente las mujeres herejes encendieron una gran hoguera en frente de ella, y la custodiaban armadas de palos y piedras, y le amenazaron con hacerle daño si volvía a intentar entrar, pues lo quemarían en la hoguera. Pero su perseverancia venció el furor de las mujeres y de los demás herejes. Una vez obtenida la iglesia, se hizo cargo plenamente de su gestión, hasta que volvió el Muy Rvdo. Párroco D. Jorge Czermak, que había sido exiliado a Kremnica, y se volvió a hacer cargo de la misma como antes.

Quedaban algunas iglesias por recuperar, principalmente en manos de teutopronenses y bresanienses, donde la gente se resistía obstinadamente, Llegó oportunamente el Excmo. General Heisler con poderosas fuerzas a caballo enviado a luchar contra los rebeldes en la Hungría superior, y pidió gentilmente hospedaje para su persona al P. Rector por un día y una noche en nuestro colegio. De muy buena gana accedió el P. Rector, y reverentemente acogió a tan gran huésped, y aprovechando la ocasión le habló de la pertinacia de los herejes, en especial de los teutopronenses y bresanienses, y le pidió ayuda militar. El Sr. General como celoso católico envió algunos escuadrones de caballería sin demora para expulsar a los falsos ministros que quedaban en el señorío, y se preocupó de que todas las iglesias se dedicaran al culto católico, y una vez terminada la tarea, se marcho con su tropa al condado de Thurocz.

De vez en cuando irrumpieron aún algunas bandas de rebeldes, y en una ocasión Petrocio con dos mil soldados, pero el P. Rector, volviendo a sus escondites de las chimeneas y otros lugares, evadió siempre las manos de los bárbaros.

En este año fallecieron tres famosísimos padres de Hungría relacionados con la casa de Prievidza, de méritos insignes: el P. Pablo, el P. Nicolás y el P. Esteban.

El P. Pablo de la Natividad de la B.V.M., croata, de Sakolce, diócesis de Esztergom, antiguo Rector de Prievidza, antiguo Provincial y antiguo Asistente General, era un hombre de grandes méritos entre nosotros, que brilló en muchas virtudes, como la observancia religiosa, que practicó y promovió; recibió y embelleció con tantos sujetos nuestra Orden que pudo extenderse en numerosas nuevas fundaciones en Polonia y Hungría. Cuando terminó su servicio como Asistente General en Roma regresó, y estaba en Viena en tiempo del sitio por los turcos. En la residencia de los Hermanos de la Misericordia, a la edad de 60 años, y 43 de vida religiosa, falleció el 18 de agosto de 1683, y sus restos fueron depositados en la iglesia de S. Esteban.

El P. Nicolás de la Inm. Conc. de la B.V.M., bohemo, de Litomysl, diócesis de Praga fue un varón de grandes virtudes, particularmente en el culto divino, la oración, que siempre hacía tanto en público como en privado de rodillas, y, erecto como una columna, elevando el rostro a lo alto, casi como si estuviera en éxtasis, perdidos los sentidos; en el amor a la Santa Virgen, en el amor por la pobreza religiosa; en la rapidez en obedecer exactamente; en su castidad virginal; en la paciencia, en el celo por ganar almas para Dios, siendo claro ejemplo de vida. Predicador ferventísimo, gran impugnador de los herejes, varón de celo apostólico y extremo defensor de la Orden. Experto en todo tipo de artes liberales y ciencias, honor de nuestra Orden, y en primer lugar de la casa de Prievidza, donde era infatigable enseñando a nuestros jóvenes y a los de fuera. En procurar el bien del prójimo, en la catequesis, en los sermones y promoviendo las cofradías marianas. Indiferente a los cambios, promociones y deposiciones. Siempre sometido a su superior y a su confesor. Para con los mayores era como el burrito de Cristo; siempre animoso en las tareas escolares, siempre dispuesto, nunca fatigado. Después de recibir los sacramentos, enfermó de una fiebre maligna en Radom de Polonia, a donde había ido a pie desde Prievidza por orden del P. Provincial a causa de las incursiones de los rebeldes, y allí terminó felizmente sus días el 10 de julio de 1683, a los 46 años de edad y 29 de vida religiosa.

El P. Esteban de la Anunciación de la B.V.M., germano de Szepes, de Lublow, diócesis de Cracovia, antiguo Rector de Prievidza, después de muchos sufrimientos, tras haber sido capturado por los rebeldes herejes en Brezno, haber sido inhumanamente atado, severamente golpeado, retorcido, roto, de haberle arrancado la piel de la planta de los pies al ser flagelado cruelmente tres veces, y haber sido liberado de la cruel cautividad tokoliana, estuvo siempre enfermo. Hombre de gran prudencia y destreza para actuar, fue llevado como director espiritual desde Podolín por el príncipe Jerónimo Lubomirski a la defensa de Viena; allí en el campamento enfermó de disentería, y después de haber rechazado a los turcos, falleció piadosamente y fue enterrado en Bratislava, en casa de los Franciscanos de la Observancia el 10 de octubre de 1683, a los 43 años de edad y 17 de religioso.

AÑO 1684

Después que a finales del año pasado el P. Wenceslao de S. Lorenzo se uniese desde Podolín al P. Rector de Prievidza Juan Martín de la Madre de Dios, empezaron a reunir a los jóvenes y a enseñar en las escuelas. Pero como quedaban muchos enemigos rebeldes escondiéndose por los montes y bosques, no cesaron de turbar la pacífica vivienda de los nuestros, por lo que los nuestros no sólo tenían que esconderse por la casa, sino que incluso a veces debían huir a la fortaleza de Bojnice. Hasta que el Excmo. Sr. General Juan Carlos, Conde Palffi, vino con el ejército hacia la parte de la Hungría superior, para atacar Kosice, Eperiesino y otros lugares, y oprimir a Tököly, que andaba dando vueltas (aunque luego fue al campamento imperial para atacar Buda, y envió en su lugar al General Schulz), y trajo la seguridad consigo. Al mismo tiempo cesaron los peligros que amenazaban al colegio a causa de la proximidad de los turcos. Cuando en el invierno cayeron las plazas citadas en manos del ejército imperial, bajo el gobierno del General Heisler, al terminar los sitios y salir huyendo los turcos, la vigilancia de nuestro ejército pudo disminuir.

Mientras tanto estaba ansioso el P. Provincial Francisco de Jesús María, pues no había recibido ninguna noticia de la casa de Prievidza hasta entonces, y el 9 de agosto envió desde Gora en Polonia al P. Andrés de la Conversión de S. Pablo (el cual había por lo tanto tuvo que interrumpir el curso de filosofía que había comenzado, después de terminar el de lógica con sus alumnos), con el cargo de Comisario Provincial. Llegó allí el 18 de septiembre, y después de reunir abundante información, escribió con todo ello al P. Provincial, quien ordenó inmediatamente que fueran de Podolín a Prievidza el P. Valeriano de la Inm. Conc. de la B.V.M., el P. Ladislao de S. José y el H. Ambrosio de la Inm. Conc. de la B.V.M. En cuanto al P. Wenceslao de S. Lorenzo había sido enviado por el P. Rector con el Mfgco. Sr. Segismundo Hollo, y con el Ilmo. Sr. General Juan Carlos Conde de Palffi, y desde allí con el ejército imperial con el Sr. General Schulz y el ejército imperial, y una vez terminada su tarea regresó a Podolín, y de allí volvió a Prievidza.

La patente de Comisario Provincial entregada al P. Andrés decía como sigue:

“Francisco de Jesús María, Prepósito Provincial de Polonia y Hungría de los C.R.P.M.D. de las Escuelas Pías,
A ti, P. Andrés de la Conversión de S. Pablo: salud en el Señor que es la auténtica salvación.
Como no sabemos nada acerca de la vida, la salud y el progreso de nuestros religiosos en la Provincia de Hungría, estamos muy preocupados por ellos, y tampoco sabemos anda acerca de las intenciones piadosas de nuestros fundadores en aquellos dos lugares, nuestras casas de Prievidza y de Brezno, máxime después de haber sufrido tantas calamidades fruto de la guerra, y tememos que les haya ocurrido algo malo.
Por eso, confiando en el Señor mucho en tu fe, tu rectitud y tu celo por la observancia religiosa, te nombramos con el cargo de Comisario nuestro. Añadimos los méritos de la santa obediencia, para que reúnas a los religiosos si están dispersos, para que veas las necesidades de las casas, para que pongas en lugar seguro todo el mobiliario que pudiera ser objeto de rapiña; para que promuevas la observancia regular de aquellos sujetos, según lo prescrito en nuestras Constituciones en el apartado de Visitas. Y que nos escribas a Nos cuanto antes todo lo que hagas y por qué razones. Desempeñarás por lo demás el cargo según lo indicado en nuestra carta, según la exigencia del bien común, y a nuestro beneplácito. Todas esas cosas las cumplirás, en la medida de lo posible en el Señor, con la mayor exactitud y honradez, no obstante los obstáculos que puedan aparecer, de modo que con ello merezcas la vida eterna.
Lo escribimos y entregamos en nuestro colegio Neojerosolimitano de Varsovia, el 9 de agosto de 1684.
Francisco de Jesús María, Provincial, m.p. (sello)

Memorial al P. Andrés para averiguar en Prievidza y en Brezno.

“¿Viven los nuestros en el colegio, y quiénes?
¿Cómo están constituidas la casa y la iglesia, y si carecen de algo?
¿De qué modo subsisten los nuestros? ¿Se les da alguna provisión, y cuánta?
¿Se hace lo suficiente para cumplir con todas las obligaciones?
¿Es posible volver a abrir las escuelas? ¿Están seguras?
Recuerde la contribución asignada en el Capítulo general de 1677 par la Beatificación de nuestro V. P. Fundador cada año, y quienes no la han pagado, dos áureos.
Recuerde también deben pagar el viático para el viaje al Capítulo General pasado, y que es de 52 sueldos imperiales.
También la contribución a la provincia que deben desde hace tres años.
Francisco de Jesús María, Provincial”.

Salió de casa el H. Miguel de la Ascensión del Señor a Nagy Tapol, para vivir con su familia, abandonando el colegio y la Orden, el cual ya antes, en el año 1681, había cumplido el año de castigo por su incorregibilidad a que había sido condenado con fecha 22 de junio de 1680 por nuestro P. General Carlos Juan de Jesús, a causa de sus fugas y graves excesos. Como no pudo ser reducido, se informó al P. Provincial, y luego al P. General, para que vieran qué hacer con esta persona incorregible. Qué se hizo con él, se cuenta luego en su lugar.

AÑO 1685

Cuando el P. Juan Martín de la Natividad del Señor, Rector de Prievidza, se tomó a mal la comisión Provincial del P. Andrés de la Conversión de S. Pablo. Cuando el P. Provincial se enteró de las querellas llamó a Cracovia al citado P. Rector, y nombrando en su lugar al P. Valeriano de la Inm. Conc. De la B.V.M., mediante una carta patente fechada el 23 de febrero, lo envió a descansar a Podolín. Y mientras se recuperaba ordenó al P. Valeriano que desempeñara su función como vicerrector. Esta deposición duró hasta agosto, y como mientras tanto debía celebrarse el Capítulo Provincial en Gora, el P. Valeriano, por orden del P. Provincial, celebró el capítulo local en Prievidza, en el cual el P. Andrés fue elegido vocal, y a principios de septiembre salieron los dos hacia Gora para el Capítulo. Vuelto de Podolín a Prievidza el P. Rector, fue confirmado de nuevo en su anterior cargo por una carta del P. General, con fecha 13 de agosto. Al ver que ya había terminado el capítulo local, salió hacia Gora con los dos padres citados, y se dedicó a tratar los asuntos de la casa, y reparar las ruinas que habían sobrevenido hasta entonces como consecuencia de las incursiones de los enemigos.

Antes de que el P. Rector saliese de Prievidza y fuese cesado de su cargo, envió al P. Andrés a pedir y reivindicar la Fundación de San Jorge, del Excmo. y Rvmo. Príncipe Jorge Szelepcheny , arzobispo de Esztergom, que había muerto en Letovice en Moravia el 11 de enero de 1685. Y como el P. Andrés trató el asunto con habilidad y destreza, se logró aquella fundación. Pero de ello se habla en la historia de la casa de San Jorge.

Fue enviado también desde Prievidza a Brezno el P. Wenceslao de S. Lorenzo, para reclamar aquella residencia. Pero aunque le apoyaban los documentos del Ilmo. Sr. Abel, presidente de la Excelsa Cámara Áulica y Supremo Comisario de Guerra, no logró nada por parte del senado y la gente, que no querían despedir a su predicador.

Este año llegó la paz tan deseada en Prievidza. Pues después que el ejército imperial tomase muchas fortalezas a los turcos en Hungría, el 19 de agosto tomó al asalto nuevas fortalezas, y como todos los turcos estaban muertos o cautivos, libró el señorío de Bojnice de las brutales incursiones de los enemigos.

AÑO 1686

El 12 de febrero salieron de Prievidza hacia Roma los PP. Francisco de Jesús María, Provincial, Miguel de la Visitación de la B.V.M. y Agustín de S. Juan Bautista, vocales, que iban al Capítulo General, en el que fue elegido General el P. Alejo de la Concepción. Volvieron a principios de julio, y anunciaron al P. Miguel como nuevo Provincial, el cual después de hacer la visita aquí, partió hacia Polonia con los otros dos padres.

El 24 de junio llegó una carta del Excmo. D. Juan Carlos Conde de Palffi, General de Caballería, fundador de Prievidza, en la cual pedía al P. Rector que le enviara como director espiritual de su corte al P. Lucas de S. Edmundo [Mösch], que debía acudir al campamento imperial que estaba sitiando Buda, que más tarde caería en su poder. El P. Rector lo envió, y al terminar aquel año la campaña militar en el mes de diciembre, con permiso del P. Provincial, fue como profesor de sus hijos los condes Nicolás José y Francisco José, a los que tuvo bajo su cuidado durante medio año más o menos en la fortaleza de Bojnice, y les enseñó filosofía, geometría y arquitectura militar.

En el mismo mes de septiembre fallecieron dos clérigos nuestros, que sufrían enfermedades diferentes. Uno fue el H. Felipe de la Visitación de la B.V.M., eslavo de Thurocz, diócesis de Esztergom, que murió de hidropesía el 19, a los 21 años de edad y 4 de vida religiosa. El otro fue el H. Lamberto de S. Francisco Javier, bohemo, de Litomysl, diócesis de Praga, que murió de tisis el día 26, a los 31 años de edad y 14 de vida religiosa.

Este año llegó desde Roma un decreto con fecha 23 de agosto por el cual se expulsaba de la orden como incorregible al H. Miguel de la Ascensión del Señor, en el siglo Miguel Gyuriss, también llamado Tapolczany, eslavo de Nagy Tapolczane, de la diócesis de Esztergom, a causa de sus delitos, quien antes de que pasara un año de incorregibilidad había huido de Prievidza en tiempo de las incursiones de los rebeldes. El hombre después trabajó como maestro, y vivió miserablemente, en medio de grandes miserias causadas principalmente porque fue infectado con una enfermedad abominable.

Ese mismo año entró en la cárcel de Prievidza el H. Ambrosio de la Inm. Conc. de la B.V.M., eslavo, de Bielic, diócesis de Esztergom, por incorregible, a causa de sus enormes crímenes, fugas, hurtos y otras cosas. Después escapó de la cárcel, pero lo atraparon de nuevo y lo encerraron con más seguridad. Con este hombre tuvo enormes problemas el colegio, pues armado de un cuchillo amenazaba darse muerte a sí mismo y a los que se acercaban a él para ponerlo bajo custodia, además de proferir blasfemias para que lo libraran, y gritando frases execrables amenazaba con quemar el colegio y a los religiosos, y otras muchas maldades, de modo que apenas podía ser controlado. De su última conversión y de su muerte se dirá más en su lugar.

AÑO 1687

En noviembre del año pasado había terminado el año por incorregible el H. Ambrosio, en el siglo Francisco Bolemani, alias Deszerini, y se recibió un decreto romano fechado el 22 de noviembre de 1686, por lo que en enero de este año, servatis servandis, fue expulsado de la Orden como incorregible, y de este modo nuestra pobre casa de Prievidza se libró de una gran calamidad.

Después de las vacaciones de otoño el P. Provincial Miguel de la Visitación de la B.V.M. instituyó en Prievidza un curso de filosofía, siendo profesor el P. Gabriel del Ángel Custodio, con todos los hermanos estudiantes de Polonia. De este curso salieron después dos profesores para la provincia de Polonia, uno el P. José de la Purificación de la B.V.M., y otro el P. Pablo de S. Pedro, después que fueron ordenados sacerdotes.

Se creía que por fin había llegado la tranquilidad al colegio de Prievidza, tan deseada por todos y tan humildemente suplicada a Dios, cuando surgió un nuevo problema por medio del P. Ladislao de S. José, en el siglo Juan Letavai, eslavo, de la diócesis de Esztergom. El miserable, sometido inmoderadamente a sus pasiones, después de la fuga que había perpetrado antes, como vimos más arriba, y los graves excesos cometidos y castigados en Podolín, Varsovia y otros lugares, nunca se enmendó de verdad. Así que, como cada vez iba a peor, y no había ninguna esperanza de que mejorase, después de haber recibido repetidos avisos paternos durante varios años, y luego haber recibido los remedios de los castigos y penas oportunas, sus superiores se vieron obligados a condenarlo al año de incorregibilidad, puesto que él mismo pedía esa sentencia, y no quería salir de la cárcel (a la que fue condenado a causa de sus faltas, pero el castigo, por lo frecuente, no le causaba ninguna impresión), y se pidió el decreto que llegó de Roma con fecha 18 de octubre de este año, y él lo aceptó. ¡Cuántas tribulaciones padeció la casa de Prievidza, cuántas molestias a causa de este hombre! Después de tantas fugas, el 20 de octubre de 1690, después de años de ruegos e interrupciones, tanto él como los nuestros fueron afligidos, pues quien había vivido una vida miserable en la casa paterna de Prievidza murió piadosamente. Dónde ocurrió, se dirá oportunamente.

AÑO 1688

El año anterior el Excmo. Conde D. Juan Carlos Palffi de Erdeöd, General de Caballería, había pedido como fundador al P. Rector de Prievidza, el P. Juan Martín de la Natividad del Señor, que permitiera que la suma de nuestro capital de 25.000 florines, que estaba hipotecada sobre sus bienes de Neulempacen a favor nuestro, pudiera pasarse sobre sus bienes de Bojnice, pues tenía problemas con un cierto acreedor suyo, que no le permitía hacer otra hipoteca semejantes obre sus bienes de Neulempacen, y deseaba que hiciéramos una renuncia a ese capital sobre aquel lugar, para registrarla en el Índice de propiedades austriacas. El P. Rector trató el asunto con el P. Provincial, que consintió a lo que pedía el fundador, pues los bienes de Bojnice constituían una hipoteca suficientemente sólida para el futuro. Le dio la autorización siguiente:

“Miguel de la Visitación de la B.V.M., Prepósito Provincial de los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías de Polonia y Hungría
A ti, P. Juan Martín de la Madre de Dios, Rector de nuestra casa de Prievidza, salud en el Señor.
Nos has expuesto que el Excmo. D. Carlos Palffi de Erdeöd, conde supremo y perpetuo de Dehekeö, Mariscal Supremo de Campo de la S.C.R.M., fundador nuestro, desea que, por motivos graves, la suma original de nuestra fundación de Prievidza, 25.000 florines renanos, que figura inscrita sobre los bienes de Neulenpacen de Austria Inferior, pase a inscribirse sobre sus bienes hereditarios de Bojnice, en el condado de Nitra en Hungría inferior. Y como este asunto grave requiere una grave y madura reflexión, y mucha prudencia en el obrar, a causa de los gastos ocasionados, hemos considerado que se puede condescender con el deseo del Fundador, y en vigor de las presentes, condescendemos.
Por lo tanto por las presentes le encargamos y damos total facultad a Vuestra Reverencia para que estudie prudente y diestramente cómo se lleva a cabo esa transacción, para que la inscripción no corra ningún peligro con el paso del tiempo. Cuanto antes Vuestra Reverencia tome el consejo suficiente de los peritos sobre las cláusulas que existen sobre esto, con toda la información necesaria, con conocimiento del Excmo. Fundador, para que pueda llevar adelante este asunto, estando seguro de haber pedido el permiso y aprobación de S.C.R. Majestad, de modo que se haga el traslado e inscripción desde los bienes anteriores, observando todo lo que hay que observar según derecho. Y añadiendo además que si (cosa que Dios no permita) los citados bienes de Bojnice a causa de una revolución fueran incautados, o no rindieran lo suficiente, según la intención de la Excelentísima Fundadora, se volvería a la primera inscripción, o a otros bienes, de modo que nosotros tengamos pleno acceso a la cantidad estipulada.
En fe de lo cual etc. En Prievidza, en nuestra casa de las Escuelas Pías, el 19 de agosto de 1687.
Miguel de la Visitación de la B.V.M., Provincial, m.p.
Registrado en el folio 5. Vicente de S. José, Asistente Provincial y secretario, m.p.”

Después de esto el P. Rector fue a Viena y se encargó de presentar la inhibición en el índice de propiedades de la provincia con la inscripción de nuestra suma de capital de 25.000 florines sobre los bienes de Neulempace. Luego cuando volvió el Excmo. D. Juan Carlos Palffi firmó la obligación sobre sus bienes de la fortaleza y la entregó la Excma. Sidonia Inés, Condesa de Palffi, nacida Princesa de Lichtenstein y Nikolsburg, esposa del citado Excmo. Su Imperial y Real Majestad ha confirmado esta obligación en el año presente, la cual fue registrada y protocolada en el convento de Thurocz, y se hizo copia auténtica que dice lo siguiente:

“Nos el convento de la Iglesia de Santa María Virgen de Thurocz.
Por las presentes hacemos constar a todos los interesados que los religiosos P. Gregorio de la Anunciación de la B.V.M. y el clérigo Atanasio de la Santísima Trinidad, de las Escuelas Pías, se presentaron personalmente ante nos, en nombre y representación del religioso P. Martín de la Natividad del Señor, Rector del colegio de Prievidza de los citados religiosos de las Escuelas Pías, y nos presentaron una carta benigna del santísimo príncipe y Sr. D. Leopoldo, Emperador de Romanos por la gracia de Dios, siempre Augusto; Rey de Germania, Hungría, Bohemia, Dalmacia, Croacia, Eslavonia etc.; Archiduque de Austria; Duque de Borgoña, Bravante, Estiria, Carintia, Carniola; Marqués de Moravia; Duque de Luxemburgo y de la Silesia Superior e Inferior, de Wirtemberg y Theka; Príncipe de Suevia; Conde de Habsburgo, de Tirol, Ferreti, Kiburg, Gorizia, etc., señor nuestro naturalmente clemente, que contenían en pergamino el consentimiento real con sus privilegios, acerca de una carta de cambio de obligaciones y compromisos, concerniendo los citados Padres de las Escuelas Pías del convento de Prievidza, escrita benignamente en la ciudad de Su Majestad, Viena de Austria, el 24 de febrero del año pasado 1688, siendo el año 30º del Reinado de su Majestad sobre los Romanos, el 33º de los húngaros y otros, el 32º de los bohemos, firmada por la mano de la citada Majestad, con el sello secreto usado como Rey de Hungría. Habiéndosenos pedido que se protocole la citada carta, y que se haga una copia de la citada carta favorable de privilegios, pues la necesitaban a causa de que es peligroso llevar consigo el original por los caminos, y por ello nos se atreven a sacarlo consigo, por lo que queremos hacer lo que nos piden los padres de las Escuelas Pías en beneficio propio y de sus sucesores, y copiamos y ponemos nuestro sello a la copia del documento original que dice como sigue:
NOS, LEOPOLDO, POR LA GRACIA DE DIOS Emperador de Romanos, siempre Augusto; Rey de Germania, Hungría, Bohemia, Dalmacia, Croacia, Eslavonia etc.; Archiduque de Austria; Duque de Borgoña, Bravante, Estiria, Carintia, Carniola; Marqués de Moravia; Duque de Luxemburgo y de la Silesia Superior e Inferior, de Wirtemberg y Theka; Príncipe de Suevia; Conde de Habsburgo, de Tirol, Ferreti, Kiburg, Gorizia, etc. por las presentes hacemos constar a todos los interesados.
Que se nos ha presentado en nombre de nuestro fiel, querido, respetable y magnífico Carlos Palffi, Conde perpetuo de Erdeöd, consiliario y camarlengo nuestro, Coronel del Regimiento de Caballería Acorazada una carta de cambio, también en nombre de su consorte, la Generosa y Magnífica Dña. Sidonia, nacida Liechtenstein, también con su acuerdo, con su voluntad y plenitud de poderes dado al mismo Conde, escrita en papel y contenida en una caja, en forma de librito, escrita en latín, aquí en Viena, el 4 de octubre de 1687, escrita y firmada por los citados Conde y Condesa, con el correspondiente sello, en la cual el Conde expone que por ciertos motivos, después de meditarlo suficientemente, que los religiosos Padres de las Escuelas Pías habían recibido de su madre la Generosa y Magnífica Condesa Francisca Palffy, nacida Condesa Khaninn de Belaffy, una fundación sobre sus bienes hereditarios de Bojnice, por una cantidad de 25.000 florines renanos, y que el citado Conde los inscribió como hipoteca sobre sus bienes de Neulenpace en Austria, y luego trasladó la hipoteca de la suma de 25.000 florines renanos sobre sus bienes de Bojnice, con la autorización del General de la Orden de las Escuelas Pías, y una vez hecho el cambio de la hipoteca, de acuerdo con los citados Padres, a tenor del documento que parece infrascrito, se suplica humildemente a Nuestra Majestad en nombre del citado Conde Carlos Palffi que aprobemos la anterior carta de cambio, de traslado y de inscripción, en todo y cada cosa que aparece escrito en ella, teniéndolas como válidas y con nuestros privilegios, copiada palabra a palabra, y que hagamos copiar, aprobar, corroborar y ratificar todo, de modo que los citados Padres puedan estar seguros y ciertos acerca de la Fundación mencionada para siempre, una vez esté confirmada con nuestro permiso real. La carta presentada dice lo siguiente:
YO INFRASCRITA HAGO SABER a todos y a cada uno que puedan estar interesados, que fue inscrita una suma de 25.000 florines renanos voluntaria y libremente para la fundación del Colegio de Prievidza de los religiosos Padres de las Escuelas Pías por el Excmo. Sr. Conde Carlos Palffi etc., mi marido legítimo, tomada de sus bienes maternos y de sus coherederos, contada, recibida y asegurada por un total de 25.000 florines renanos, que producen un censo anual de 1500 florines renanos provenientes de ella, para ser entregada eternamente a dichos religiosos Padres de las Escuelas Pías, sobre sus bienes de Neulenpace, con todo lo que hay allí y le pertenece por división hereditaria, libre de toda carga, el 29 de agosto del año 1672. Después de haberlo pensado maduramente, y por justos y graves motivos, con el acuerdo de los citados religiosos Padres de las Escuelas Pías, confieso que con el poder plenipotenciario del Excmo. Fundador de los citados padres, el cambio desde el citado señorío de Neulempace a nuestro señorío de Bojnice, que se encuentra en el condado de Nitra, en Hungría Inferior, sin ningún gravamen, con excepción de la posesión Tuscina, de la suma de un capital de 25.000 florines renanos, mediante una carta de inhibición que pedí y recibí de los citados Padres, y que fue inscrita a favor del Señorío de Neulempace, pasando la hipoteca a nuestro citado señorío de Bojnice, y a continuación me obligué plenamente a lo que sigue. Para que los citados Padres de las Escuelas Pías tengan seguro el citado capital y el censo anual correspondiente de manera perpetua (hasta que sean confirmados y asegurados por un certificado real, que el citado Excmo. Señor espera conseguir en la próxima dieta que se celebrará este año), de momento en nombre de su Excelencia, que firma debajo, me obligo por las presentes y lo inscribo sobre nuestro señorío de Bojnice, con todos los bienes que contiene, de manera libre, inmune y sin cargas. En segundo lugar prometo y me obligo a conseguir un documento de confirmación de la carta inhibitoria por medio de la ínclita Cancillería Húngara, o por medio del venerable cabildo si así lo prefieren los mismos Padres de las Escuelas Pías, de la carta que espero obtener en la próxima dieta, como más arriba se dice, para mayor seguridad de los mismos Padres de las Escuelas Pías, de modo que el fundador no pueda tocar nada de los bienes de Bojnice, ni pueda venderlos, o puedan serle tomados por un juicio competente. En tercer lugar prometo y me obligo a pagar el censo anual de 1500 florines renanos de la manera como se expresa en la obligación original, perpetuamente, sin ninguna tergiversación, falta ni retraso. Y si (Dios no lo quiera) antes de que esté hecho el citado instrumento de confirmación y la carta inhibitoria el Excmo. Sr. Fundador por desgracia falleciera, prometo y me obligo, yo misma y en nombre de nuestros herederos, y futuros sucesores, y poseedores de todos nuestros bienes, que procuraré por todos los medios obtener esos documentos, y bajo mi fe honrar y hacer honrar a mis sucesores la carta de fundación firme e inviolablemente, y no contravenirla de ningún modo ni bajo ninguna excusa. En caso de contravención, los citados Padres de las Escuelas Pías podrán recurrir a los tribunales competentes.
En fe de lo cual firmo con mi propia mano la presente y le pondo el sello.
En Viena, Austria, 4 de octubre de 1687.
Sidonia (…) Palffi (…), m.p. Consiento: Carlos, Conde Palffi, m.p.
Habiendo recibido la instancia del Conde Carlos Palffi, atendida por la Real benevolencia, y clementemente aceptada, aprobamos, ratificamos y corroboramos la carta de cambio, obligación y compromiso del Conde Carlos Palffi, presentadas en nombre suyo por su consorte, y ratificada por ambos, por la presente carta nuestra privilegiada, tras inscribirla palabra a palabra, sin disminución ni aumento, con todas las cláusulas y artículos que contienen, tal cual ha sido escrita de manera correcta y legítima, pues todos se apoyan en la verdad, y la confirmamos para que tengan valor para siempre para los citados Padres de las Escuelas Pías del Convento de Prievidza y sus sucesores. Sin embargo, para mayor certeza y seguridad de la citada Orden Santa, a la entrega verbal, resolución y obligación del citado Conde Carlos Palffi, en particular en lo referente a la hipoteca de su ciudad de Prievidza y sus posesiones en el citado señorío de Bojnice, inscrita por valor de 25.000 florines renanos sobre los bienes de la citada ciudad y sus posesiones, Nos proveemos nuestro real y benévolo consentimiento y permiso, mandando que ninguno de nuestros fieles se atreva a cambiar nada de la suma citada sobre la ciudad de Prievidza y sus posesiones, o inscriba a favor suyo o haga tomar nada de la hipoteca sobre la misma ciudad y posesiones, ni reclame dinero sobre ella, bajo ningún juicio ni pretensión.
Todo lo cual lo aprobamos, decidimos y mandamos, confirmamos, ordenamos y decretamos, salvo el derecho de los demás. Y para dar más fuerza ponemos nuestro sello que usamos para el Reino de Hungría.
Hecho por mano de nuestro querido y fiel Reverendo Pedro Korompay, obispo de Nitra, Conde supremo y perpetuo de aquel lugar y su condado, consejero nuestro, y Canciller de la Corte para Hungría, en nuestra ciudad de Austria, a 24 de febrero de 1688, 30º de nuestro reinado romano, 33º de Hungría y otros, 32º de Bohemia.
Leopoldo, m.p. Pedro Korompay, Obispo de Nitra, m.p. Juan Maholany, m.p.
También Nos, a petición de los citados P. Gregorio de la Anunciación de la B.V.M. y el Clérigo Atanasio de la Stma. Trinidad, religiosos de las Escuelas Pías, en nombre del citado Padre Martín de la Natividad del Señor, Rector del colegio de Prievidza de los Padres de las Escuelas Pías, favorablemente inclinados a la petición presentada a favor de su colegio, hacemos protocolar la citada carta privilegiada, sin quitar nada, sin tachar nada, sin defecto, sin que haya nada sospechoso en ella, tal como fue escrita, palabra a palabra, sin ninguna disminución ni aumento, y hacemos una copia para el citado religioso P. Martín de la Natividad del Señor, Rector, y para el colegio de Prievidza de los Padres de las Escuelas Pías, y sus sucesores, según su derecho, para que tomen las precauciones necesarias, y pongo el sello de nuestra iglesia sobre la copia auténtica, tal como indica la justicia. Restituimos el original a quienes nos lo han presentado.
El martes después del 20º domingo después de Pentecostés, de 1688.
Leída y corregida por el notario jurado del mismo convento, m.p.”

Tuvo lugar en este año la recuperación de la residencia de Brezno, que reivindicaban los herejes, tras expulsar a los predicadores, el 6 de junio, por el P. Andrés de la Conversión de S. Pablo, que tras salir hacia allí desde Prievidza, tras sufrir grandes molestias, confusiones y oprobios, ocupó el lugar con ayuda de la comisión real, como se cuenta con más detalle en los Anales de aquella casa.

Este año se celebró en Prievidza el capítulo Local, en el cual fue elegido vocal el P. Lucas de S. Edmundo, y salió con el P. Juan Martín de la Natividad del Señor, Rector, hacia Rzeszów para el Capítulo Provincial, y luego volvió aquí.

En lo que se refiere a las tribulaciones de la casa de Prievidza, el P. Ladislao de S. José, que vimos en el año anterior que fue encerrado en la cárcel como incorregible, se escapó el 6 de abril descolgándose del segundo piso del colegio, y fue a Viena, a refugiarse en el Nuncio Apostólico. Volvió de allí con una carta escrita por el Sr. Auditor al padre Rector, que entregó al P. Simón de Sta. Catalina de Siena, después de abrirla él, y que decía lo siguiente:

“Muy Rvdo. P. de toda mi consideración.
Vino ayer el P. Ladislao de S. José, presentando quejas de las que se creía víctima, y con las que quería presentar una apelación. Pero le persuadí de que aunque esperara justificar sus pretensiones, y conseguir lo pedido, sin embargo obraría mejor si con humildad religiosa, a ejemplo del hijo pródigo, volvía a su padre. Se mostró dispuesto a seguir este consejo. Por lo cual, confiando en el amor paterno de Vuestra Reverencia, se prosterna ante usted pidiendo perdón, y presenta esta carta. Ruego, pues, a Vuestra Reverencia que reciba benévolamente a dicho P. Ladislao y lo trate humanamente, y, suspendiendo el rigor de la justicia, escuche el propósito y resolución de dicho Padre, que promete vivir en adelante con tranquilidad y obediencia, de modo que nada malo ocurra, de modo que el asunto termine con satisfacción para todos. El Eminentísimo Nuncio no oye con gusto ni las quejas de los súbditos religiosos, ni la rigidez de los superiores. Debemos, pues, compadecernos de las enfermedades nuestras mutuamente, y no usar el rigor sino la mansedumbre, pues cuando uno pide voluntariamente perdón, dejando atrás la controversia, el Sr. Cardenal piensa que puede evitarse todo lo demás, y se puede esperar la enmienda voluntaria.
Confío pues en que Vuestra Reverencia actuará de tal modo con dicho P. Ladislao que yo pueda decir al Excmo. Sr. Cardenal Nuncio Apostólico que la cosa ha quedado resuelta por medio de la caridad regular.
Esperando ocasiones de servirle quedo al servicio de Vuestra Muy Rvda. Paternidad
Francisco Fucci, Auditor General. Viena, 20 de abril de 1688. m.p.
Dirección: al Muy Rvdo. P. Rector de las Escuelas Pías del colegio de Prievidza en Hungría. En mano”

Vuelto, y dispensado de la excomunión a causa de la fuga, pues no se había quitado el hábito, como no se le veía esperanza de enmienda, el 3 de mayo volvió a la cárcel. Después de enviar una carta retractándose, renunciando a sus pretensiones y admitiendo su detestable presunción y excesos, dando un gran consuelo a todos, el 1 de julio, hacia las 11 de la noche, rompiendo la clausura y con una cuerda hecha con un saco roto, se descolgó del segundo piso y apostató poniéndose ropa de seglar. Mientras vagaba con gran oprobio nuestro por los montes y aldeas vecinos, pidió la intercesión del Muy Rvdo. D. Francisco Zilka, prepósito de Nowak, de D. Ladislao Hunyadi, vizconde de Barsyeri, y de D. Francisco Maytheni de Nowak, y volvió a Prievidza con los Sres. Zilka y Maytheni el 13 de julio, prometiendo enmendarse. Se le dio crédito, principalmente porque envió una carta al Capítulo Provincial pidiendo perdón por su necedad, y rogando no le expulsaran de la Orden. Pero el consuelo de los nuestros no duró mucho, pues hacia la 1 de la tarde el 17 de septiembre fue a la letrina, y saltó desde el segundo piso al huerto, y como un loco se fue a la ciudad, y quitándose el hábito religioso, robó en casa de un amigo suyo un vestido seglar, apostatando, y se fue a Hungría Superior. Aunque el P. Simón de Sta. Catalina de Siena, vicerrector, hizo muchas diligencias, no pudo localizarlo allí. Pero al final los Padres de la Compañía lo entregaron a la fortaleza de Ungnar para ser custodiado, y de allí fue llevado a Kosice por el Ilmo. Sr. Obispo de Eger Jorge Fenesy, y de allí fue traído de nuevo a Prievidza el 27 de septiembre de 1689, por obra y al cuidado del P. Gregorio de la Anunciación del Señor y el Muy Rvdo. D. Juan Chilko, párroco de Fotpron, pues había sido capturado Fotpron en el condado de Thurocz. Absuelto de la excomunión el 29 de septiembre, fue metido de nuevo en la cárcel bajo mayor custodia, con gran aflicción de todos nosotros y del mismo encarcelado. De cuya expulsión, y como esperamos, emigración de esta miserable a una feliz vida, en su lugar se dirá.

En este año, el sucedió al P. Juan Martín de la Madre de Dios en su cargo de Rector de Prievidza el P. Lucas de S. Edmundo, tras la lectura por el P. Vicerrector de la carta patente escrita por el Prepósito General Alejo de la Concepción. Después de comer el P. Juan Martín dejó su rectorado y partió hacia San Jorge.

AÑO 1689

Tras la muerte del Sr. Párroco de Prievidza el 24 de enero, a instancia del P. Rector, el Excmo. Sr. Fundador concedió aquella parroquia a las Escuelas Pías, pero al enterarse los ciudadanos mostraron el antiguo privilegio en el Reino de Hungría de elegir a sus párrocos, y acudieron a reclamar contra nosotros al Excmo. Príncipe Jorge Szcheny, arzobispo de Esztergom. Como el P. Rector ciertamente no quería causar prejuicio a nadie, pronto se tranquilizó el asunto. Sin embargo la Excma. Sra. Consorte del Sr. Fundador, como señora de la tierra, usó su derecho y autoridad los años siguientes de modo que hizo instalar como párroco del lugar los que la fortaleza propuso, y no los que eligió la ciudad, en contra de los ciudadanos que alegaban sus derechos.

Más tarde el colegio de Prievidza ofreció al mismo Arzobispo un regalo de cumpleaños por la fiesta de S. Jorge el 24 de abril, el Segundo Curso a Su Excelencia, impreso en 300 ejemplares, expresado en estilo de elogio.

El 17 de julio el P. Gabriel del Ángel Custodio dio fin al Curso de Filosofía. Se imprimieron las tesis y se ofrecieron a personas ilustres, después que los clérigos que habían sido enviados de Polonia, todos ellos estudiantes, las hubieran defendido brillantemente en un solemne Disputa. Luego volvieron de nuevo a Polonia con el P. Profesor por orden del P. José de la Madre de Dios, Provincial. Quedó el H. Pablo de S. Pedro para enseñar retórica y poesía.

El mes anterior, concretamente el 18 de junio, como el cocinero había hecho un gran fuego, comenzó a arder la leña que había sido puesto a secar, y luego se encendió la chimenea de la cocina del colegio hacia las tres de la mañana, y al amanecer ardió con llamas enormes, sin mayores daños. Pero en Bojnice el 19 de mayo, fiesta de la Ascensión del Señor, se produjo un incendio en la parte media del edificio, que corresponde a la prepositura de la fortaleza.

Los días 1 y 3 de septiembre el Ilmo. y Rvmo. D. Blas Jaklin, obispo de Tinin y sufragáneo de Esztergom vino a la iglesia parroquial y a la nuestra, y confirmó a los juniores, a los hermanos, a los estudiantes y a la gente. El 3 de septiembre volvió a consagrar solemnemente los tres altares de nuestra iglesia que habían sido rotos y violados por los herejes en los año anteriores de la rebelión y las dos campanas de nuestra iglesia, la mayor en honro de la Stma. Trinidad y la menor en honor de S. José, padre nutricio del Señor. En el altar mayor de la Santísima Trinidad y la Asunción de María a los cielos puso reliquias de los santos mártires Modesto y Judas; en el altar menor de la Santa Cruz, en el lado del evangelio, reliquias de los santos mártires Pío y Modesto; en el otro altar menor del lado de la epístola, de San José, reliquias de los santos mártires Modesto y Jucunda.

El 16 de octubre recibieron la vestición los hermanos clérigos Cristiano de S. Bruno, Andrés de S. Felipe Neri, Ignacio de S. José y Carlos de S. Juan Bautista; ya había vestido el H. Matías de S. Juan Evangelista. Todos los vestidos habían sido encomendados por el P. Alejo de S. Onofre, Provincial de Germania. Después de que llegó el novicio H. Antonio del Seráfico S. Francisco, operario, comenzó el noviciado de Hungría, con el permiso dado por el P. Alejo de la Concepción, Prepósito General, el 13 de diciembre de 1687. Fue el primer maestro de novicios aquí en Prievidza el P. Simón de Sta. Catalina de Siena, vicerrector, religioso insigne y realmente ejemplar.

El mismo día, con la participación de los Rvdos. Padres Carmelitas Descalzos de Viena, y con la aprobación del ordinario del lugar, servatis servandis, fue introducida solemnemente en nuestra iglesia de Prievidza la Cofradía del Santo Escapulario, en la cual se inscribieron a continuación el mismo día el Rvmo. D. Juan Alejo Turkowicz, prepósito de Bojnice, y 96 personas ilustres y plebeyos de uno y otro sexo, y recibieron el escapulario, con no poco incremento de la religión católica.

Este año había en la escuela 230 estudiantes.

AÑO 1690

Al comienzo de esta año el Muy Ilustre D. Ladislao Hunyadi, Vizconde de Barsy, cofrade nuestro, entregó al P. Lucas de S. Bernardo, Rector de Prievidza, un capital de 400 florines renanos, a cambio de una misa semanal perpetua, que producen un censo anual de 24 florines, tras haber recibió nosotros el permiso por escrito del P. Provincial Miguel de la Visitación de la B.V.M., fechado en Rzeszów el 8 de julio de 1687. El P. Rector depositó el citado capital en la ciudad de Kremnica, y obtuvo por él una carta de obligación de pagaré, protocolada en el Convento de Thurocz, y que dice así:

“NOS, EL CONVENTO DE LA IGLESIA DE LA B.V.M. DE THUROCZ
Por las presentes queremos hacer constar a todos los que puedan estar interesados.
Que el religioso P. Wenceslao de S. Lorenzo, sacerdote profeso de las Escuelas Pías, presente personalmente ante Nos, en nombre y representación del también religioso P. Lucas de S. Edmundo, sacerdote profeso de las mismas Escuelas Pías, Rector del colegio de Prievidza, me mostró y presentó una carta de los Generosos, Egregios, Prudentes y Circunspectos Juez y Jurados de la ciudad libre, real, y primera entre las ciudades de las Montañas, Kremnica, que es una carta de obligación con ocasión de que por parte de los citados religiosos del colegio de Prievidza se depositó en la ciudad de Kremnica una cantidad de 400 florines renanos, el domingo después de Epifanía pasada, del año 1690, escrita en una carta de papel ordinario, con el sello de la ciudad citada y con la firma de la comunidad. Y nos pidieron con la debida instancia que, como el citado P. Rector necesitaba llevar consigo la carta, y hacerla llevar por los suyos, y no podía hacerlo, ni se atrevía, antes que estuviera protocolada en nuestro registro de documentos, querían hacer una copia auténtica, y que le pusiéramos nuestro sello, para poderla mostrar en el futuro, él y sus sucesores, con valor legal. La carta en cuestión dice lo siguiente:
NOS EL JUEZ Y LOS JURADOS de la ciudad libre, real y primera entre las Ciudades de las Montañas, Kremnica.
Por las presentes queremos hacer saber a todos los interesados
Que el Muy Ilustre y Generoso D. Ladislao Hunyadi Senior, Vizconde del ínclito Condado de Barsy, por medio del Mur Rvdo. Padre en Cristo Lucas de S. Edmundo, Rector del colegio de las Escuelas Pías de Prievidza, en el día de la fecha, ha depositado en la Caja de nuestra Ciudad la cantidad de 400 florines renanos, a título de fundación, con la finalidad de que ese dinero permanezca para siempre en manos de la ciudad. Nosotros y nuestros sucesores lo tendremos con el interés justo y legal del 6% anual, que nosotros entregaremos sin dilación al presente a al futuro padre Rector de las Escuelas Pías, o a quien él nos diga, el domingo segundo después de Epifanía. En el caso de que nosotros o nuestros sucesores no quisiéramos guardar más ese capital en nuestra ciudad, observando el necesario aviso de tres meses, la ciudad lo devolverá con el interés que corresponda al mencionado colegio sin ninguna dificultad, y se obliga a ello. En el caso de que nosotros, o nuestros sucesores, tal la advertencia legal citada, no quisiéramos o pudiésemos o descuidásemos pagar el interés, entonces el mencionado P. Rector o el mismo colegio de Prievidza podrían recurrir ante los tribunales para cobrarlo de nuestros bienes inmuebles, allí donde se encuentren, hasta ser completamente pagados y obtener plena satisfacción.
Ponemos nuestro sello usual de la ciudad para corroborar este documento.
En Kremnica, el domingo segundo después de Epifanía del año 1690.
Escrito por orden y con permiso del Gran Magistrado, por mí, Tobías Karasz, notario jurado de esa ciudad, m.p.
Nos, habiendo recibido la petición del citado religioso P. Wenceslao de S. Lorenzo, sacerdote profeso de las Escuelas Pías, en nombre y representación del también religioso P. Lucas de S. Edmundo, sacerdote profeso de las mismas Escuelas Pías y Rector del colegio de Prievidza, inclinados favorablemente a la petición presentada a favor de su colegio, hacemos protocolar la citada carta obligatoria de pagaré, sin quitar nada, sin tachar nada, sin defecto, sin que haya nada sospechoso en ella, tal como fue escrita, palabra a palabra, sin ninguna disminución ni aumento, y hacemos una copia para el citado religioso Rector actual del colegio de Prievidza, para él y sus sucesores, según su derecho, para que tomen las precauciones necesarias, y pongo el sello de nuestra iglesia sobre la copia auténtica, tal como indica la justicia. El lunes después del domingo noveno después de Pentecostés, de 1690.
Leída y corregida por el notario jurado de este convento”.

La carta fundacional del Muy Ilustre D. Ladislao Hunyadi Senior, Vizconde de Barsy, dice como sigue:

“En el nombre del Señor, amén.
Para mayor gloria de Dios Omnipotente y honor de la Santísima Virgen María concebida sin pecado; del Santísimo Patriarca José, padre nutricio de Nuestro Señor Jesucristo, Unigénito Hijo de Dios y Salvador nuestro, Autor de todo lo creado, patrono de toda la Orden de las Escuelas Pías; del Seráfico San Francisco; de S. Pablo primer ermitaño; y de todos los Santos que cantan incesantemente la gloria de Dios.
Yo infrascrito, considerando frecuentemente la inconstancia de la vida humana y su brevedad repleta de miserias, para conseguir la salvación de mi alma y de mi cuerpo perecedero, que no han sido redimidos con oro, plata o piedras preciosas, que son corruptibles, sino con la sangre de nuestro Señor Redentor, quiero hacer saber espontánea y libremente por las presentes, tras haberlo deliberado suficientemente dentro de mí, a mis herederos y sucesores, consanguíneos de uno y otro sexo, y a cualesquiera pudiera concernir el asunto, y la toma de dinero, lo que sigue.
Que al Rvdo. P. Miguel de la Visitación de la B.V.M., Prepósito Provincial del Reino de Hungría, y al Rvdo. P. Juan Martín de la Madre de Dios, Rector, y en consecuencia a los demás religiosos Padres y Clérigos Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, actuales y a sus sucesores, como un caritativo subsidio de su colegio que existe la ciudad de Prievidza, en el condado de Nitra, próximo a su fortaleza de Bojnice, privilegiado por el Excmo. Sr. General Conde Carlos Palffi de Erdeöd, señor hereditario de Bojnice y Vereskeö, Barón Libre de Stomffa y Dehekeö, y Nagy Lempach; consejero y camarero de su Imperial y Real Majestad; Coronel del Regimiento de Caballería pesada, les asigné, di y entregué 400 florines renanos, según el valor de Bratislava, valiendo cada florín 20 grosos germanos, o cien denarios húngaros, como los que se acuñan en Kremnica, aceptables en el Reino de Hungría, en moneda nueva, y de manera irretractable, y los conté y entregué al P. Lucas de S. Edmundo, actual Rector de ese colegio, con conocimiento del actual Rvdo. P. Provincial José de la Madre de Dios, bajo las siguientes condiciones.
Primero, la cantidad citada de 400 florines, entregada al P. Provincial y al Rector del mencionado colegio de Prievidza se invertirá íntegramente según los artículos y costumbres del Reino a un interés del 6% en un lugar seguro, concretamente en la Libre primera ciudad de las Montañas Kremnica, en el condado de Barsy, y allí los citados actuales P. Provincial y Rector u otros padres y los sucesores suyos procurarán que la citada ciudad les pague el 6% de interés anual. Si en el futuro la misma ciudad no quisiera guardar en ella la suma citada, la devolverán a los citados padres Provincial y Rector, o sus sucesores, y entonces los citados P. Provincial, Rector o los demás padres y sus sucesores podrán, con conocimiento de mis herederos, colocar, entregar y asignar esa suma con las suficientes garantías en la ciudad, pueblo o persona con suficientes posesiones de modo que cada año y sin intermisión les dé y entregue cada año en concepto de interés la cantidad de 24 florines a los padres actuales del colegio de Prievidza, o a sus sucesores.
Segundo, a cambio del interés proveniente del capital señalado más arriba, los citados religiosos de las Escuelas Pías del colegio de Prievidza actuales y sus sucesores se obligarán a celebrar cada semana del año una misa leída en honor de la Santa Virgen María, a mi intención, el sábado, o cualquier otro día de la semana si no puede ser ese, mientras viva por la gracia de Dios, por mí y mi difunta cónyuge Susana Appony. Y cuando yo siga el camino de toda carne, celebrarán la misma misa ininterrumpidamente por mí y por mi citada cónyuge, especialmente por el reposo de mi alma, la de mi consorte y de todos nuestros herederos y consanguíneos de uno y otro sexo que existan en primera línea.
Tercero, se considera justo señalar aquí la siguiente cautela. Si el citado colegio de Prievidza (Dios no lo quiera) fuera desolado por las calamidades de los tiempos y las guerras, que suelen agitar este reino desde sus orígenes, o por otras causas, y desapareciera su capital principal, o fuera trasladado a otra provincia o a otro reino del mundo, a pesar de la desolación declarada del citado colegio o de su capital principal de fundación, SI ESTE CAPITAL DE 400 FLORINES NO HA DESAPARECIDO A CAUSA DE LAS CALAMIDADES D ELOS TIEMPOS O DE LAS GUERRAS, podrá ser colocado en otro lugar, donde será diligentemente conservado, y a cambio del interés los padres de la fundación de Prievidza, bien aquí o en otro reino, o bien otros a cuyas manos haya ido a parar mi capital, estarán obligados a celebrar la misa, según se ha estipulado más arriba.
Cuarto. Para que los citados padres, los actuales religiosos del colegio y sus sucesores, estén seguros y confiados de disfrutar pacíficamente tanto del capital citado de 400 florines como del interés proveniente de ellos, según sus posibilidades, quiero que por parte de mis herederos y sucesores respeten y mantengan mi intención, y no la infrinjan ni violen en nada.
Para confirmar todo lo anterior lo firmo con mi mano, y pongo mi sello habitual.
En Fölffalu, 4 de enero de 1690.
Ladislao Hunyadi, Vizconde del Condado de Barsy m.p.
Yo, Lucas de S. Edmundo, Rector del colegio de Prievidza de las Escuelas Pías lo acepto en nombre del colegio. m.p.”

Como ya expuso antes el citado P. Rector al aceptar la fundación del mencionado D. Ladislao Hunyadi, como consta por parte de D. Andrés Hunyadi, notario jurado del condado de Barsy, en el caso de la suma de 400 florines desapareciera por otras causas que la incuria o negligencia de los padres de las escuelas Pías, o el interés anual de 24 florines no fuera pagado, o no lo recibieran los citados padres, sin culpa suya, en dicho caso los citados Padres de las Escuelas Pías no está obligados a celebrar la carga de la misa. Así lo dijo el mismo fundador citado D. Ladislao Hunyadi, consintiendo a esta razonable excepción, tal como se expresa en el punto tercero de la fundación más arriba, y quiso que se dijera expresamente, de modo que el P. Lucas de S. Edmundo, Rector de Prievidza y que ha escrito todo esto con su propia mano, y redactó esta crónica, aceptó la fundación bajo esa condición, y la firmó, y es testigo de lo que dice.

Este año tuvo lugar la piadosa muerte del fidelísimo obrero del colegio de Prievidza el P. Wolfgang de Sta. Isabel , sacerdote profeso, de Szepes, germano de Lublov, de la diócesis de Cracovia, matemático, pintor, constructor, perito en diversas artes, que fue capturado dos veces por los rebeldes y, como vimos más arriba, fue repetidamente golpeado, sometido a burlas, y padeció mucho, y fue expulsado de Prievidza y de Hungría por los rebeldes. A finales de marzo comenzó a sentirse mal, sufriendo de pinchazos en el corazón, y rogó que lo llevasen a los baños de Bojnice. Allí se puso peor, y fue llevado enfermo a la fortaleza de Bojnice. Después que le aplicasen gratis varios remedios, fueron para su obsequio y acompañamiento espiritual el P. Francisco de S. Wenceslao y el H. clérigo Valentín de S. José, y estando bien dispuesto, diciendo la encomienda del alma con el P. Francisco, al llegar a las palabras “ayudadles ángeles de Dios” entregó el espíritu a Dios, alrededor de las 10 de la noche del 4 de abril. Su cuerpo fue trasladado por oficiales de la fortaleza y una gran multitud de gente d Bojnice a Prievidza, por D. Juan Alejo Turkowicz, prepósito de Bojnice, donde se organizó una larga procesión de personas de uno y otro sexo. Terminado el funeral, su cuerpo fue depositado con abundantes lágrimas tanto de los nuestros como de los seglares en el sepulcro del colegio, con la presencia también de los párrocos vecinos. Falleció este amantísimo padre, y amado de todos, el día citado, a los 37 años de edad y 19 de vida religiosa. Fue un fidelísimo obrero del señor en la viña húngara, siempre dispuesto a trabajar por Dios y la Orden, infatigable en todo lo que hacía.

El 14 de abril las Escuelas Pías de Prievidza comenzaron a usar calcetines y zapatos, según lo mandaba el Breve Apostólico de Alejandro VIII, Pontífice Máximo.

El colegio de Prievidza acogió el 14 de junio al P. Juan Crisóstomo de S. Pablo, antiguo Rector de Florencia, que venía de Florencia por orden del P. General Alejo de la Concepción como Visitador General a la provincia de Polonia. Con él volvió de Roma el P. Benito de Sta. Catalina V.M. Permaneció allí el P. Visitador General hasta recibir nueva orden del P. General, y finalmente el 7 de agosto salió hacia Brezno, y de allí a Polonia.

Este año en el gimnasio de la escuela de Prievidza había 173 estudiantes.

El 20 de octubre, al terminar el año de incorregibilidad, que había interrumpido con varias fugas, según sentencia de expulsión dada en Roma el 30 de septiembre de 1690, el P. Ladislao de S. José, alias Juan Letavai, eslavo, de Prievidza, de la diócesis de Esztergom, fue expulsado de la Orden como incorregible, servatis servandis. Vivió luego miserable, vago, sin ningún beneficio, él que se las prometía felices en el mundo, sin honor, abyecto y desechado, suspendido del ejercicio ordinario, frecuentemente enfermo, pidiendo limosnas y ayudas en muchas partes, siendo una carga para sus amigos, hasta que al final de Prievidza volvió a la casa paterna, enfermo de una fiebre maligna, después de recibir todos los sacramentos, bien preparado para la última lucha por el P. Francisco de S. Wenceslao, haciendo penitencia y lamentando seriamente todas sus tonterías anteriores, partió de esta vida miserable el 31 de julio de 1691. Le precedió en 18 días Juan Bolemani, que había sido compañero suyo de excesos, y que fue llevado a una muerte terrible, como se cuenta en el año siguiente.

AÑO 1691

El 14 de febrero el Muy Rvdo. Juan Luis Robik, Canónigo de Szepes y plebano de Kremnica, después de ser hecho canónigo de Bratislava, cofrade nuestro, tras llamar al P. Rector de Prievidza estableció una fundación en el colegio de Prievidza por una misa semanal perpetua, para recibir la cual le concedió el permiso el P. Provincial, según la siguiente carta:

“José de la Madre de Dios, Prepósito Provincial de los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías de la Provincia de Polonia y Hungría
A ti, P. Lucas de S. Edmundo, Rector del colegio de Prievidza de Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías de nuestra Provincia de Hungría, salud en el Señor.
Como el Muy Ilustre y Rvmo. Juan Luis Robik, Canónigo de Szepes y párroco de Kremnica, encendido por el celo de la devoción, ha decidió fundar una misa de la B.V.M. semanal perpetua, poniendo un capital de 400 florines renanos para que den un censo anual al colegio de Prievidza de nuestro instituto, confiando mucho en tu fidelidad a nuestra Orden y tu mucho esfuerzo en el Señor, por el oficio que desempeñamos y en la medida en que nos compete a nuestra autoridad, te declaramos, creamos y constituimos nuestro plenipotenciario, con capacidad para aceptar, tratar y concluir de la mejor manera posible el asunto citado en cualquier foro. Damos por bueno y confirmado todo lo que hagas y ordenes al respecto por el bien de nuestro colegio de Prievidza. Pero te obligamos en conciencia a que no admitas nada que vaya en contra de leyes apostólicas o de nuestras Constituciones.
En fe de lo cual firmamos las presentes, y ponemos el sello de nuestro oficio para darle más fuerza. En nuestra casa de los SS. Primo y Feliciano de Varsovia, a 13 de diciembre de 1690.
José de la Madre de Dios, Provincial (m.p.). Domingo de Sto. Tomás de Aquino, por orden, m.p.
Reg. Fol. 27.”

Así que en presencia del citado P. Rector y del P. Jerónimo de S. Antonio de Padua, vicerrector de Prievidza, el citado Sr. Robik depositó en la ciudad de Kremnica 500 florines, y tras aceptar por ellos una carta obligatoria de pagaré original, la entregó en Kremnica al P. Rector, quien después la hizo protocolar en el convento de Thurocz, y mandó hacer una copia que dice como sigue:

“NOS, EL CONVENTO DE LA IGLESIA DE LA B.V.M. DE THUROCZ
Por las presentes queremos hacer constar a todos los que puedan estar interesados.
Que el religioso P. Gregorio de la Anunciación de la B.V.M, sacerdote profeso de las Escuelas Pías, superior de la residencia de Brezno, presente personalmente ante Nos, en nombre y representación del también religioso P. Valeriano de la Inm. Conc. de la B.V.M, sacerdote profeso de las mismas Escuelas Pías, Rector del colegio de Prievidza, y de los demás padres del mismo colegio, me mostró y presentó una carta de los Generosos, Egregios, Prudentes y Circunspectos Juez y Jurados de la ciudad libre, real, y primera entre las ciudades de las Montañas, Kremnica, que es una carta de obligación con ocasión de que una cantidad de 500 florines renanos contados y numerados fue depositada por parte del Muy Rvdo. Juan Luis Robik, Canónigo del venerable Cabildo Szepes y al mismo tiempo párroco de Kremnica, en la caja de la ciudad de Kremnica, a título de fundación, para que se entregue el interés legal a los citados Padres del colegio de Prievidza en la ciudad de Kremnica, el domingo después de Epifanía del año 1691. Está escrita la carta en papel ordinario, con el sello de la ciudad citada y con la firma de la comunidad. Y nos pidieron con la debida instancia que, como el citado P. Rector necesitaba llevar consigo la carta, y hacerla llevar por los suyos, y no podía hacerlo, ni se atrevía, antes que estuviera protocolada en nuestro registro de documentos, querían hacer una copia auténtica, y que le pusiéramos nuestro sello, para poderla mostrar en el futuro, él y sus sucesores del colegio de Prievidza, con valor legal. La carta en cuestión dice lo siguiente:
NOS EL JUEZ Y LOS JURADOS de la ciudad libre, real y primera entre las Ciudades de las Montañas, Kremnica, por las presentes reconocemos y queremos hacer saber a todos los interesados
Que el Muy Rvdo. D. Juan Luis Robik, Canónigo del venerable Cabildo Szepes y al mismo tiempo párroco de nuestra ciudad, movido por el celo de su propia salvación, en el día de la fecha ha depositado en la Caja de nuestra Ciudad la cantidad de 500 florines renanos (contando cada florín como 20 grosos), en 500 monedas imperiales, a título de fundación, en la caja de nuestra ciudad, con la finalidad de que ese dinero permanezca para siempre en manos de la ciudad. Nosotros y nuestros sucesores nos obligamos a pagar por esa suma el interés legal del 6% anual, (sin excusa, revocación, contradicción ni excepción que pudieran ocurrir por dificultades provenientes de plagas, guerras o pestes o carestía) cada año, de manera infalible, y entregar ese interés al colegio de Prievidza de los Rvdos. PP. de las Escuelas Pías, esto es, al padre Rector actual Lucas de S. Edmundo, y al futuro, o a quien él nos diga, inmediatamente el domingo segundo después de Epifanía. En el caso de que nosotros, o nuestros sucesores, previo el aviso legal, no quisiéramos o pudiésemos o descuidásemos pagar el interés, damos al citado colegio la autorización para que, por medio de la comisión del Sr. Vizconde, según sus asesores jurídicos y legales, puedan recurrir ante los tribunales para cobrarlo de nuestros bienes inmuebles, allí donde se encuentren, hasta ser completamente pagados y obtener plena satisfacción.
Sin embargo, a causa de los cambios de los tiempos y de los hombres, el citado fundador quiso que se incluyera lo siguiente: pudiera ocurrir que el capital y el interés, y por consiguiente la fundación, se perdiera a causa de graves peligros para los padres, por perturbaciones de la religión, por odio a la fe católico y por cualquier otra grave desgracia. Además, pudiera ocurrir que a causa de las guerras u otras persecuciones el mismo colegio cayera en ruinas y desolación, por lo cual los padres tuvieran que irse de allí para siempre, o difícilmente pudieran regresar. En cualquiera de esos dos casos, si los padres pidieran el capital, nosotros o nuestros sucesores se lo tendríamos que entregar en moneda contada, bajo la pena de ejecución expresada más arriba. Nos y nuestros sucesores nos obligamos firmemente a cumplirlo bajo tal pena de ejecución. Sin embargo, en el segundo caso expresado, si los padres de las Escuelas Pías por motivos propios quieren dejar en nuestra ciudad el capital con su interés y cargas, y cederlo con sus puntos y obligaciones, al convento de los Padres Franciscanos de Kremnica, y l cosa es aceptada por todos, de este modo quedaría satisfecha la voluntad del fundador.
Ponemos nuestro sello usual de la ciudad para corroborar este documento. Este documento original, con la firma del Muy Rvdo. Sr. Fundador lo entregamos y confiamos al citado colegio de Prievidza por medio de su Rector el P. Lucas de S. Edmundo. Otro documento, conforme en todo con este, lo damos al Sr. Fundador.
En Kremnica, el domingo segundo después de Epifanía del año 1691.
Escrito por orden y con permiso del Gran Magistrado, por mí, Daniel Frankfurter, jurado en lugar del vice-notario, m.p.
Juan Luis Robik, Canónigo del Ven. Cab. De Szepes, párroco de Kremnica, m.p.
Nos, habiendo recibido la petición del citado religioso P. Gregorio de la Anunciación de la B.V.M., sacerdote profeso de las Escuelas Pías, superior de la residencia de Brezno en nombre y representación del Rector y los religiosos del colegio de Prievidza de las Escuelas Pías, inclinados favorablemente a la petición presentada a favor de su colegio, hacemos protocolar la citada carta obligatoria de pagaré, sin quitar nada, sin tachar nada, sin defecto, sin que haya nada sospechoso en ella, tal como fue escrita, palabra a palabra, sin ninguna disminución ni aumento, y hacemos una copia para el citado religioso Rector actual del colegio de Prievidza, para él y demás padres citados, y para sus sucesores, según su derecho, para que tomen las precauciones necesarias, y pongo el sello de nuestra iglesia sobre la copia auténtica, tal como indica la justicia. El miércoles después del domingo Reminiscere (2º de Cuaresma) de 1693.
Leída y corregida por el notario jurado de este convento”.

El documento original de la fundación del Muy Rvdo. D. Juan Luis Robik se conserva en el archivo de la casa de Prievidza, que más tarde se hizo protocolar en el Venerable Cabildo de Bratislava, y se guardó una copia auténtica en el archivo citado, que dice lo siguiente:

“NOS, EL CABILDO DE LA IGLESIA DE BRATISLAVA
Hacemos saber por las presentes a quienes interese lo siguiente.
Que el Muy Rvdo. D. Juan Luis Robik, hermano y co-canónigo nuestro, y en otro tiempo párroco de Kremnica, se presentó ante nosotros y nos mostró un documento acerca de una fundación suya de 500 florines renanos, hecha e 14 de febrero de 1691 en Kremnica, escrito en papel real, escrito por él mismo, en aquel tiempo canónico de Szepes, atribuida a los padres Rectores del colegio de Prievidza de las Escuelas Pías, después de haberlo pensado bien, y confesó de viva voz que era auténtico, y decía lo siguiente:
EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO, AMÉN.
Para mayor gloria y honor de Dios, del Santísimo Cuerpo de Cristo y de la Santísima Virgen María concebida sin pecado; de mis santos patrones y patronas.
Yo Juan Luis Robik, Canónigo del Cabildo de Szepes y párroco de Kremnica, quiero hacer saber por las presentes, principalmente a los interesados, que considerando la inconstancia de las cosas mundanas, y de la vida humana y su fragilidad propia de la enfermedad, y recordando la enseñanza y advertencias de Cristo el Señor, que decía: ‘Vigilad, porque no sabéis el día ni l ahora’; y también: ‘estad preparados, porque no sabéis la hora. Vendrá el Hijo del hombre etc.’, y finalmente meditando cuidadosamente qué obra piadosa podría hacer para conseguir la salvación de mi alma durante una eternidad feliz, me vino a la mente que haría una gran obra se creara una fundación para que se celebrara una misa semanal. Por lo que me propuse llevar a cabo cuanto antes esta buena obra, puesto que la Divina Majestad se había dignado sugerírmela.
Por parte del Muy Rvdo. Sr. Fundador:
Por ello el 14 de febrero de 1691, en la ciudad libre, real, y primera entre las Ciudades de las Montañas, Kremnica, conté y entregué 500 florines (cada uno equivalente a 20 grosos) como capital que produzca un interés perpetuo con este fin: que ese interés de 30 florines renanos, o sea el 6% anual de la citada cantidad, se entregue infaliblemente el segundo domingo después de Epifanía al colegio de Prievidza de los Padres de las Escuelas Pías, pagado por la ciudad citada, y se entregue en mano al padre Rector actual del mismo, y al que exista en el futuro, o a quienes ellos deleguen, como dice claramente el contrato y la carta de obligación de la citad ciudad. Así, pues, es a Vds., venerables padres, a quienes cedo, asigno y lego el capital con el interés debido de cada año según el pacto expresado, y a vuestros sucesores, de manera perpetua. Y a cambio espero de ustedes y de sus sucesores que se sientan obligados en conciencia a celebrar siempre una misa semanal según se propone en la declaración adjunta:
Primero. A partir del día en que se entregue el capital, celebrarán una misa semanal en honor de Santa María Virgen, en cualquier día de la semana que no esté impedido.
Segundo. Si ocurre que cae alguna fiesta de la Virgen durante la semana, o su octava, si celebran a mi intención el día de la fiesta, o dentro de la octava, quedará totalmente satisfecho mi deseo.
Tercero. Si caen dos fiestas de la Virgen en la semana, con cualquiera de ellas que celebran a mi intención satisfacen mi condición. Se entiende que durante la Semana Santa, Pascua, Pentecostés y Epifanía, en las que están prohibidas las misas votivas, pueden trasladarla a otra semana.
Cuarto. Satisfarán también mi deseo si celebran la misa el día siguiente a las fiestas que caen dentro de la semana, concretamente: San Sebastián en enero; S. José y S. Joaquín en marzo; S. Antonio de Padua en junio; en julio, Sta. María Magdalena, Santiago apóstol; Sta. Ana, S. Ignacio de Loyola. En agosto, S. Lorenzo y la Degollación de S. Juan Bautista. En septiembre, el Santo Ángel Custodio. En octubre, el Seráfico S. Francisco. En noviembre, S. Emerico y Sta. Catalina Virgen y Mártir. Y, finalmente, en diciembre S. Francisco Javier, Sta. Bárbara y S. Juan Evangelista, o en su fiesta de mayo. También en las fiestas de la Exaltación de la Sta. Cruz y los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.
Quinto. Mi intención es que esa misa votiva de la Sta. Virgen María o de los santos citados, u otras, como se expresa en el punto tercero, se deben celebrar y ofrecer de la manera que sigue: que se ofrezca por mí, pecador, Juan Luis Robik, y mi estirpe mientras viva, y por mi feliz muerte, mientras viva. Después que el citado colegio sepa de manera segura que yo he muerto, quiero que se celebre la citada misa perpetua por mí y mis padres, hermanos, hermanas y familiares difuntos, y retengo el derecho a cambiar la intención, mientras viva.
Sexto. Finalmente no quiero que esa misa se celebre al mismo tiempo por otros, ni que se mezclen diversas intenciones, sino que se apliquen y celebren sólo una cada vez, como se ha dicho.
Concluyo con esta excepción. En el caso de que el censo o interés citado y el capital se perdieran sin ninguna negligencia ni culpa por parte del citado colegio (Dios no lo quiera), los padres del colegio citado no estarán obligados en lo sucesivo a satisfacer el contrato u obligación suya. Pero tal como lo exige la justicia y el contrato, los citados padres deben cuidar para que esta fundación y su capital no perezcan a causa de alguna maldad herética, u otra. Por lo tanto, si vieran acercarse algún peligro, deberían hacer todo lo posible por salvar el capital y transferirlo a otro lugar, y entonces la ciudad debería sacarlo y entregárselo.
Si a causa del ataque y persecución de los herejes, o por otros daños de las guerras, dicho colegio (Dios no lo quiera) quedase arruinado y desolado, de modo que los venerables Padres tuvieran que irse para siempre, en ese caso tomarán el dinero de la fundación y lo colocarán al mismo interés en otra parte, con las mismas condiciones y obligaciones, o bien los mismos padres Escolapios de Proievidza podrán dejar esta fundación felizmente al convento de los PP. Franciscanos de Kremnica si lo quisieran aceptar, observando el derecho de cesión y aceptación, hasta que no lo volvieran a pedir y recibir, especialmente si la ciudad citada se negara a entregar el capital, o no fuera capaz de hacerlo, y los padres escolapios no confiaran o no quisieran aplicar el derecho ejecutorio para recuperarlo.
Por parte de los padres religiosos:
Nos, el Rector y todos los padres del colegio de las Escuelas Pías Prievidza, con el consentimiento y permiso de nuestro P. Provincial José de la Madre de Dios, firmado en Varsovia el 13 de diciembre del año pasado 1690, estamos totalmente de acuerdo para aceptar la fundación del Muy Rvdo. D. Juan Luis Robik, Canónigo del Cabildo de Szepes y párroco de la ciudad libre, real, y primera entre las Ciudades de las Montañas, Kremnica, que ha impuesto en la misma ciudad la suma de 500 florines renanos a un interés perpetuo del 6%, lo que produce 30 florines renanos al año, a favor de nuestro colegio citado, con la carga y obligación de celebrar un sacrificio de la misa a su intención casa semana, perpetuamente, tal como se expresa más arriba en este documento de fundación, por nosotros y nuestros sucesores, según las condiciones indicadas más arriba. Por lo cual aceptamos firmemente la obligación, nosotros y nuestros sucesores, de celebrar fielmente una misa semanal en honor de la Santa Virgen María, u otra, según se prescribe en la declaración hecha por el citado fundador más arriba. Por otra parte cuidaremos que esta fundación no desaparezca ni por la malicia de los herejes, ni por nuestra negligencia y culpa. Estamos de acuerdo con todo lo que se dice en este documento fundacional.
También nosotros, para mayor fe de todo esto y para que conste para siempre, firmamos este documento, y ponemos nuestro sello.
En Kremnica, a 14 de febrero del años de la salvación de 1691.
Juan Luis Robik, Canónigo del Cabildo del venerable Cabildo de Szepes y párroco de la ciudad de Kremnica, m.p.
Lucas de S. Edmundo, Rector del colegio de Prievidza de las Escuelas Pías, m.p.
Jerónimo de S. Antonio de Padua, vicerrector y archivero del mismo colegio de Prievidza, m.p.
Habiéndonos mostrado la carta de fundación el citado D. Juan Luis Robik, nuestro hermano y co-canónigo, y el pagaré incluido, la hemos copiado y hemos puesto nuestro sello para autentificar la copia, como prudencia cautelar suya para el futuro, y le hemos entregado la copia.
Hecho el viernes después del segundo domingo después de Pentecostés, de 1693.
Leída en el Cabildo. L.S.”

El 4 de junio de este año 1691 falleció en el Señor el Rvmo. D. Juan Alejo Turkowicz, prepósito de Bojnice, singular bienhechor del colegio de Prievidza, como hemos visto más arriba, al cual en su testamento condonó una deuda de casi cien imperiales, y legó cincuenta cuartales de trigo, cinco colmenas y doce escudillas grandes de estaño, cofrade nuestro. En su testamento y por disposición suya dejó un capital de mil florines renanos para los estudiantes pobres del gimnasio de Prievidza de las Escuelas Pías con estas palabras:

“Para la fundación a favor de los estudiantes pobres de la casa de Prievidza lego 1000 florines de manera perpetua, de modo que de los 1000 florines, al 6%, se obtengan 60 florines cada año para distribuir entre los estudiantes pobres que lo necesiten. Dicha suma se encuentra repartida de este modo: 500 imperiales están depositados al Magnífico Sr. Jorge Berenyi; se le añadirán como complemento 200 florines depositados al Sr. Juan Thurocy, ciudadano de Bojnice. También hay una cantidad de 47 florines y 50 denarios en poder de la viuda de Miguel Bossany en Pravenecz; todas esas deudas pagaderas suman un capital de 1000 florines, cuyo interés se distribuirá entre los citados. Si sobra algo del interés, se distribuirá en limosnas.”

Cuando los deudores citados devolvieron las sumas indicadas, se les devolvieron los pagarés, a saber: el Magnífico Sr. Jorge Bereny, y la Generosa viuda de Bossany, se reunió una suma de 797 florines y 50 denarios, con los intereses de dos florines y 50 denarios, el P. Rector tomó la suma total de 800 florines, y entregó los pagarés que se conservaban en el archivo de la casa, y la colocó en la ciudad de Kremnica a un interés anual. El Sr. Thurocy no pudo devolverla, así que se le tomó un campo como garantía, del cual se deben 12 florines anuales de interés, de modo que con los 48 que se reciben de los 800 florines del capital, dan un total de 60 florines anuales de interés. Se hizo protocolar el recibo en el convento de Thurocz, y se mandó hacer una copia, que se conserva en el archivo de la casa de Prievidza y que dice lo siguiente:

“NOS, EL CONVENTO DE LA IGLESIA DE LA B.V.M. DE THUROCZ
Por las presentes queremos hacer constar a todos los que puedan estar interesados.
Que el religioso P. Gregorio de la Anunciación de la B.V.M, sacerdote profeso de las Escuelas Pías, superior de la residencia de Brezno, presente personalmente ante Nos, en nombre y representación del también religioso P. Valeriano de la Inm. Conc. de la B.V.M, sacerdote profeso de las mismas Escuelas Pías, Rector del colegio de Prievidza, y de los demás padres del mismo colegio, me mostró y presentó una carta de los Generosos, Egregios, Prudentes y Circunspectos Juez y Jurados de la ciudad libre, real, y primera entre las ciudades de las Montañas, Kremnica, que es una carta de obligación con ocasión de que una cantidad de 800 florines renanos contados y numerados fue depositada por parte del Rvmo. Juan Alejo Turkowicz, Rector y capellán de S. Antonio Abad en la ciudad de Bojnice, a favor de los estudiantes pobres del Gimnasio de Prievidza de los PP. Escolapios, y fue contada y depositada por medio de religiosos Padres del Colegio citado de Prievidza en la caja de la ciudad citada de Kremnica a título de fundación, al interés justo y legal del 6%, por parte del citado colegio de Prievidza, carta hecha en la corte de la citada ciudad de Kremnica, el día 1 de diciembre del año próximo pasado de 1690. Está escrita la carta en papel ordinario, con el sello de la ciudad citada y con la firma de la comunidad. Y nos pidieron con la debida instancia que, como el citado P. Rector necesitaba llevar consigo la carta, y hacerla llevar por los suyos, y no podía hacerlo, ni se atrevía, antes que estuviera protocolada en nuestro registro de documentos, y luego querían hacer una copia auténtica, y que le pusiéramos nuestro sello, para poderla mostrar en el futuro, él y sus sucesores del colegio de Prievidza, con valor legal. La carta en cuestión dice lo siguiente:
NOS EL JUEZ Y LOS JURADOS de la ciudad libre, real y primera entre las Ciudades de las Montañas, Kremnica, por las presentes reconocemos y queremos hacer saber a todos los interesados
Que el Rvmo. D. Juan alejo Turkowicz, capellán Rector de A, Antonio Abad de la ciudad de Bojnice dejó una cantidad de dinero a favor de los estudiantes pobres del gimnasio de Prievidza de los Padres Escolapios, por medio de los citados padres, en primer lugar del P. Valeriano de la Concepción de la B.V.M. y de los demás padres del citado colegio, en la caja de esta ciudad, de 800 florines renanos, a título de fundación, con la finalidad de que ese dinero permanezca para siempre en manos de la ciudad. Nosotros y nuestros sucesores nos obligamos a pagar por esa suma el interés legal del 6% anual, el primer domingo de Adviento, poniéndolo en la mano del presente o futuro padre Rector de dicho colegio de Prievidza de las Escuelas Pías, sin excusa, revocación, contradicción ni excepción que pudieran ocurrir por dificultades provenientes de plagas, guerras o pestes o carestía. En el caso de que nosotros, o nuestros sucesores, previo el aviso legal de tres meses, no quisiéramos tener durante más tiempo en la ciudad ese capital, la ciudad devolvería la suma citada con los intereses, y el colegio citado deberá retirarla y estará obligado a ello. Además si nosotros, o nuestros sucesores, tras el aviso legal, no quisiéramos, no pudiésemos o descuidásemos pagar el interés, en tal caso el citado P. Rector, o el colegio de Prievidza, podrá recurrir ante los tribunales para cobrarlo de nuestros bienes inmuebles, allí donde se encuentren, hasta ser completamente pagados y obtener plena satisfacción.
Para dar fe, firmamos y ponemos nuestro sello usual de la ciudad para corroborar este documento. Este documento original lo entregamos y confiamos al citado colegio de Prievidza.
En la curia de la citada ciudad de Kremnica, el 1 de diciembre del año 1692.
Firma dando fe Jorge Branik, notario jurado de la misma, m.p.
Nos, habiendo recibido la petición del citado religioso P. Gregorio de la Anunciación de la B.V.M., sacerdote profeso de las Escuelas Pías, superior de la residencia de Brezno en nombre y representación del Rector y los religiosos del colegio de Prievidza de las Escuelas Pías, inclinados favorablemente a la petición presentada a favor de su colegio, hacemos protocolar la citada carta obligatoria de pagaré, sin quitar nada, sin tachar nada, sin defecto, sin que haya nada sospechoso en ella, tal como fue escrita, palabra a palabra, sin ninguna disminución ni aumento, y hacemos una copia para los padres citados del colegio de Prievidza, y para sus sucesores, según su derecho, para que tomen las precauciones necesarias, y ponemos el sello de nuestra iglesia sobre la copia auténtica, tal como indica la justicia. El miércoles después del domingo Reminiscere (2º de Cuaresma) de 1693.
Leída y corregida por el notario jurado de este convento”.

La carta original de obligación de D. Juan Thurocy por cien imperiales, y luego otros 50 florines, es decir, un total de doscientos florines, se conserva en el archivo del colegio de Prievidza, y dice como sigue:

“YO, JUAN THUROCZY, CIUDADANO DE LA CIUDAD DE BOJNICE.
Confieso y reconozco, después de haberlo meditado seriamente, y asumiendo todas las consecuencias, tanto ante mi consorte Ana maría Pittner, como ante mi hijo Gaspar y mis hijas Judit y María, nacidos de mi esposa, como ante los que puedan nacer con la gracia de Dios en el futuro, como ante mis hermanos y hermanas, y todos parientes y consanguíneos míos, de uno y otro sexo, y todas las demás personas a los que pudiera concernir del modo que sea el negocio siguiente:
Que yo, a causa de ciertas necesidades urgentes e inevitables, me vi obligado a pedir prestado al Rvmo. D. Juan alejo Turkowicz, prepósito de Bojnice, la cantidad de 150 florines húngaros o renanos, cada uno con un valor de cien denarios, o veinte grosos imperiales, en moneda buena y corriente en el reino de Hungría, con la esperanza de devolverle en el futuro indudablemente y sin falta la cantidad recibida. Prometí de buena fe y aseguré al mismo Sr. Prepósito y a sus legatarios o administradores que al acabar el año debía pagar esta obligación plenamente sin ningún atraso, dilación, excusa ni tergiversación, en la prepositura de Bojnice, o en lugar en que el acreedor indicase, y que mis sucesores y herederos están también obligados a ello.
Y en el caso de que yo no quisiera, no pudiera, descuidara o no me preocuparlo de hacerlo, y que mis sucesores no quisieran, no pudiesen, descuidasen o no se preocupasen de asumir mis deudas, el citado Sr. prepósito , o sus legatarios, o las personas a quien hubiera cedido la obligación, por sí mismo o por medio de un juez del reino, tendrán la facultad de tomar de mis bienes y propiedades, de acuerdo con los expertos, los remedios jurídicos justos para satisfacer la deuda. Mientras tanto pongo como garantía entre mis tierras arables en vigor del presente acto un campo en Ukrny Miach, con una extensión de nueve sapones de sembradura, que se encuentra entre los campos vecinos de Hnadlowsky al norte y la viuda Judit Danist, para que sea poseído, usado, tenido, arrendado a otros o vendido, en la medida en que yo no pudiera o mis herederos y sucesores no pudieran reponer la deuda asumida.
En fe y testimonio de lo cual firmo esta carta de obligación mía, y la confirmo poniendo mi sello habitual, y quiero entregarla al citado D. Juan Alejo Turkowicz, y a sus legatarios o cesionarios, queriendo que tengan valor en cualquier lugar.
En la prepositura de Bojnice, a 13 de febrero de 1690.
Juan Thurocz, m.p.
Ante mí, Miguel Wollmueth, m.p.
Además, el 13 de febrero de 1691, viéndome urgentemente necesitado de una suma de dinero, al mismo Acreedor citado más arriba le pedí prestados 50 florines en las mismas condiciones expresadas más arribas, esperando devolver con agradecimiento esta cantidad al acreedor para la fiesta de San Martín Obispo y Confesor. En fe de lo cual firmo lo que he escrito
Juan Thurocz, m.p.”

Después de la muerte del Rvmo. D. Juan Alejo Turkowicz, prepósito de Bojnice, tomó su sucesor el Rvmo. D. Juan Francisco Zilka el citado campo de sembradura para pagar cada año al colegio de Prievidza, o a los estudiantes pobres, la cantidad de 12 florines anuales como arrendamiento del citado campo, contando que aquel campo vale 200 florines, al 6% anual. Pero el año 1695 abandono el cultivo del mismo el Rvmo. Sr. Zilka, tras pagar por aquel año 12 florines. Después el campo de Turkowicz fue arrendando par cultivarlo y sembrarlo por el Sr. Matías Jarós, ciudadano de Prievidza, con la condición de que pagara 12 florines al colegio para ayuda de los estudiantes pobres.

Este año hervía Prievidza con el estudio de humanidades de los hermanos juniores, bajo el magisterio del P. Jerónimo de S. Antonio de Padua, vicerrector, insigne orador y poeta.

Se celebró también el capítulo local, en el cual el 17 de julio fue elegido vocal de la casa el P. Andrés de la Conversión de S. Pablo, superior de Brezno, que fue con el P. Lucas, Rector, a Varsovia al capítulo Provincial, presidido por el P. Juan Crisóstomo de S. Pablo, comisario y visitador general, y volvió el 24 de agosto.

Este año hubo en nuestro gimnasio de Prievidza 218 estudiantes.

Este año tuvo lugar el tremendo suplicio de Juan Francisco Bolemany, alias H. Ambrosio, que había sido expulsado como se dijo en su lugar, esperamos que para terror de aquellos que temerariamente abandonan su santa vocación y se dedican a las malas artes. Cuando fue expulsado de la Orden en Prievidza el 3 de enero de 1687 como incorregible, pues no se veía ninguna enmienda a sus enormes delitos, con cartas dimisorias falsas y robadas en Germania, volvió a Hungría fingiendo ser sacerdote, y llegando a Trnava se presentó al vicario general Sr. Chedo quien lo envió como párroco de San Juan de Hiba, en Liptov, y luego a Hibor. Pero dudando las Escuelas Pías de su sacerdocio, el P. Andrés de la Conversión de S. Pablo, superior de Brezno, lo denunció al Sr. Vicario Esteban Dolny, movido por el celo de las ánimas y para que no se multiplicaran los sacrilegios, y luego denunció la impostura a la sede episcopal de Esztergom. Al principio no creyeron al P. Andrés, hasta que demostró el fraude más allá de toda duda. Bolemany fue citado, pero no compareció, dando diversas excusas. Sin embargo, después de decir muchas calumnias contra nuestra Orden, con las que esperaba librarse, como más tarde confesó, fue obligado a comparecer en Trnava ante el Venerable Cabildo. Como allí no podía responder a las acusaciones y objeciones, se escapó de nuevo a su parroquia de Hiba, y allí durante la fiesta de la Inmaculada Concepción, con cuyo nombre se llamaba en otro tiempo, del año 1690, cuando iba a ser capturado por el Muy Rvdo. Lorenzo Yvak, párroco de Rosenberg y vice-archidiácono de Liptov, por orden del Rvmo. Sr. Vicario, se hirió con un cuchillo en el cuello, aunque la herida no era mortal. Acudió en su ayuda inmediatamente el Sr. Yvak, y le curó la herida, de la que manaba mucha sangre. Creyéndose morir el miserable, pidió confesarse para recobrar la gracia de Dios, y el mismo Rvd. Sr. Yvak le escuchó dos veces en confesión. Cuando recuperó las fuerzas fue llevado bajo custodia arzobispal primero al castillo de Rosenberg, y de allí, recuperado y encadenado, fue llevado a la fortaleza de Czeite, también arzobispal, y luego de allí fue llevado a Trnava, donde fue sometido a juicio, y fue convicto como impostor y sacrílego, fue degradado de las cuatro órdenes menores y remitido al magistrado seglar, y fue condenado a muerte fuera de la ciudad de Trnava, en el lugar del suplicio, junto a un parricida que había asesinado a su padre. Se preparó bien para ella, aceptando de buena gana el suplicio de la muerte, que había merecido por sus muchos delitos, arrepintiéndose de sus crímenes, aceptándola como penitencia por sus calumnias y otras maldades. Después de cortarle la mano derecha, fue decapitado por el verdugo, y después su cuerpo fue echado a las llamas el 13 de julio. Aprended a vivir rectamente, y no despreciéis a los dioses.

AÑO 1692

El P. Jerónimo de S. Antonio de Padua, vicerrector de Prievidza, enseña humanidades con gran provecho de nuestros hermanos juniores, a los cuales el P. Lucas, Rector, les enseña también matemáticas y ciencias, y luego comienzan a estudiar la filosofía.

El 26 de junio volvieron de Roma, del Capítulo General, el P. José de la Madre de Dios, ex Provincial, y el P. Vicente de S. José. Vocal polaco-húngaro. Al día siguiente, en presencia de la comunidad religiosa, abrieron un paquete con cartas de nuestro P. General, el P. Juan Francisco de S. Pedro. El día 30 se presenta y publica la patente por la cual se nombra al P. Lucas de S. Edmundo Comisario General de Hungría, y se le entregan otras cartas patentes, por las cuales Hungría queda separada de la Provincia de Polonia, y entregada provisionalmente al cuidado del P. Comisario General. Hecha la publicación, el P. ex Provincial partió con el P. Vicente hacia Brezno, y tras el abrazo el nuevo Comisario y los demás padres húngaros dieron rendidas gracias a los amantísimos padres polacos por la solicitud y cuidado paternos que habían tenido hasta entonces, y se encomendaron humildemente a su afecto.

Después de haber abierto todo el paquete de cartas, y cumplir los encargos del P. General, el Comisario renunció a su cargo de Rector el 3 de julio en manos del P. Valeriano de la Concepción de la B.V.M. ante los padres de la casa, y nombró allí mismo Rector de la casa de Prievidza al P. Valeriano. Su carta patente como Comisario general estaba fechada en Roma, el 16 de mayo de 1692.

El día 13 de septiembre al hacer la visita de la casa de Prievidza se hizo notar que Dios había hecho grandes cosas por medio nuestro por la exaltación de la S. Madre Iglesia. Pues cuando se aceptó esta fundación en 1666, en Prievidza y en el señorío de Bojnice estaban muy extendidos los herejes luteranos, y había muy pocos católicos, mientras que en el año presente la herejía había sido oprimida y expulsada, y en todas partes quedaban pocos herejes, y en Prievidza apenas ninguno, excepto un noble con su esposa, cuyos hijos ya se habían hecho católicos, que mostraba abiertamente su adhesión a la secta herética. Los que han venido a nuestra escuela y han sido formados y nutridos en la santa fe, y han ofrecido en obsequio su fe y la de los suyos a la Santa Madre Iglesia, son los católicos más fervientes.

El P. Comisario continuó este año dando clases de humanidades y matemáticas a los hermanos juniores en Prievidza, esperando al profesor de filosofía que ha pedido repetidas veces al P. General. Mientras tanto la Provincia de Germania echa una mano a la colonia húngara, enviando como ayuda para la enseñanza de la retórica y poesía al P. Lucas de Jesús María y al P. Lorenzo de S. Juan Bautista, y lo que ellos enseñaron en las escuelas de Prievidza, lo enseñan ahora en San Jorge.

Este año había 246 estudiantes en las escuelas de Prievidza.

AÑO 1693

El 8 de enero se estrena un altar nuevo de la Santa Cruz gracias a la generosidad de D. Juan Muslay, cofrade nuestro, y se pone una columna con una estatua de piedra con la Inmaculada Concepción de la B.V.M. ante la puerta del colegio, gracias a la generosidad de los bienhechores, conseguida por el P. Valeriano de la Inm. Conc. de la B.V.M., Rector, el 16 de mayo.

En abril y mayo hay abundantes inundaciones, tanto en Prievidza como en otros lugares. El 10 de mayo hubo una tormenta nocturna tremenda, y de memoria de hombres no se ha visto un diluvio igual. Consecuencia del diluvio fue la destrucción de los muros de huertos y campos. Como consecuencia de la violencia de las aguas el muro inferior de nuestro huerto se derrumbó en dos lugares. En verano llegaron densísimos enjambres de langostas, pero gracias a Dios fueron expulsadas, y causaron menos daños de los que se esperaban.

El 27 de julio llegó el P. Gabriel del S. Ángel Custodio, profesor de filosofía para nuestros juniores, que antes habías seguido estudios de humanidades, y después de las vacaciones de otoño comenzaron el curso de filosofía.

El mes de noviembre se convirtió a la fe católica la viuda noble Karaszi, de Prievidza, y a partir de entonces ya no quedó ningún hereje público, a no ser algunos huéspedes que venían de otras partes, y eran poco numerosos.

Los estudiantes de nuestro gimnasio este año fueron 223.

AÑO 1694

El P. Gabriel del S. Ángel Custodio continuó enseñando filosofía a los nuestros en Prievidza, además de algún que otro comentario de humanidades.

Ocurrió este año que el 1 de noviembre vino a Prievidza de San Jorge Juan Janota, de unos 17 años, con el P. Lorenzo de S. Juan Bautista, como huésped candidato nuestro, según la norma, hasta que pasara el escrutinio de la comunidad. El 5 de noviembre comenzó a aparecer afectado de una cierta tristeza, a quejarse de dolores de garganta y a languidecer. Se le dieron remedios, pero sin resultado. El adolescente comenzó a angustiarse y a inquietarse, mostrando una especie de alienación de la mente, llegando a rechazar el hábito religioso, que el sastre le estaba cosiendo, y pidiendo volver a San Jorge, donde continuaría sus estudios, abandonando su deseo de ingresar en nuestra Orden, a la cual amaba desde los años de su infancia. Nada servía para consolar al tristísimo joven, cuya angustia y tristeza extraordinaria aumentaba cada día, que fue seguida de vértigos, una enorme languidez y una abstinencia permanente de comida y bebida. Al final el 9 de noviembre el P. Valeriano de la Inm. Con. de la B.V.M., Rector y maestro de novicios, se dio cuenta de que había algún maleficio causado al joven por arte de brujería. Y su opinión quedó confirmada cuando aplicó al enfermo cera sagrada, y bañó su cabeza con agua en la que había puesto hierbas bendecidas. Pronto el joven estuvo más suave y más vigoroso, y después echó de la garganta una especie de masa negra coagulada, del tamaño de una pulgada, y se recuperó, abandonando totalmente su deseo de irse, y luego confesó muchas veces que no sabía cómo había podido caer en aquel estado de angustia y aflicción. Y dijo que, cuando salía de S. Jorge una mujer le había dado una cinta muy elegante, y comida y bebida, y desde entonces había sentido siempre cierta angustia y languidez. Luego se quitó el traje y las cintas seculares y se puso el hábito religioso, y siempre llevaba colgada al cuello cera sagrada con otras reliquias, con lo que se recuperó totalmente y fue recibido como idóneo para nuestro instituto el 21 de noviembre.

El 3 de noviembre falleció en Milán, en casa de los Visconti y en la víspera de su divino patrón el glorioso héroe y Excmo. Sr. Mariscal de Campo y Jefe Supremo del ejército imperial en Saboya, el Conde Juan Carlos Palffi, fundador de Prievidza, al cual este colegió dedicó la impresión de 300 ejemplares de sus funerales, “Castro Doloris”. El citado Sr. fundador había perdido en una batalla contra los franceses atacando Pignarola a su hijo segundogénito el conde Francisco José Palffi, el 4 de octubre del año anterior 1693, el día de la fiesta de su patrón, S. Francisco. El cuerpo del recordado Sr. Fundador fue enterrado en Milán, la ciudad de su santo patrón Carlos, con gran dolor de todo el ejército y un ritual suntuoso, estando presentes los duques de Saboya y Mantua, el gobernador real, muchos notables de Italia y Germania, generales, jefes militares y oficiales, y tras celebrarse las exequias fue enterrado en el tempo de Santa María Virgen.

El mes de noviembre resultó fatal para la famosísima familia palffiana, pues el 20 del mismo mes había fallecido también el padre del Excmo. D. Carlos, D. Pablo Palffi, palatino del reino de Hungría, y su hermana Teresa, que había colaborado en la fundación de Prievidza, como dijimos más arriba, y que falleció un 22 de noviembre. También el hermano de Carlos, el Conde Juan Antonio Palffi, cooperador en la fundación de Prievidza, como dijimos en su lugar, falleció el mismo año que Carlos, pero el día 26 de noviembre. Por lo tanto de esta línea palatina sólo quedó un heredero, el Ilmo. Sr. Conde Nicolás José Palffi de Erdeöd, fundador de Prievidza, que tomó como esposa a la Ilma. Condesa Juliana Homonay de Drugeth, dama de ilustre sangre, y ambos continuaron el patronazgo benévolo de las Escuelas Pías.

Este año hubo en las escuelas de Prievidza 182 estudiantes.

AÑO 1695

El 1 de enero nació el Conde José, hijo del Ilmo. Conde Nicolás José Palffi y de la Ilma. Condesa Juliana Homonay de Drugeth, siendo sus padrinos el Serenísimo José I, Rey de romanos y de húngaros, y la Serenísima Archiduquesa, hija mayor del Emperador Leopoldo I. Fue bautizado, y con gran dolor, falleció un mes más tarde.

En junio hubo un gélido viento boreal, que fue seguido de un intenso frío, de modo que no sólo en Prievidza, sino en todo el reino de Hungría y otras provincias sufrieron enormes daños los árboles, los cultivos y las viñas.

Continuaron en Prievidza los cursos de Humanidades, Matemáticas y Filosofía para los hermanos juniores. El día 8 de agosto el profesor P. Gabriel del Sto. Ángel Custodio dio fin al curso de filosofía, por medio de una solemne defensa de las tesis sobre toda la filosofía, que habían sido impresas y ofrecidas a las personalidades ilustres. Las tesis impresas estaban adornadas con unos grabados magníficos al principio, entre los cuales estaban el de S. José, padre nutricio del Señor y patrono de nuestra Orden; el de S. Juan Bautista, S. Juan Evangelista, S. Alberto, obispo y mártir, y San Jorge mártir.

En el mismo mes de agosto las Escuelas Pías de Hungría un panegírico impreso en 300 ejemplares, titulado “Escritos en la dote nupcial etc”, dedicado al Excmo. D. Carlos Leopoldo de Kollonitz, nombrado arzobispo de Esztergom. El opúsculo había sido compuesto en Prievidza.

En el año presente, por un decreto emanado en Roma el 6 de abril, Hungría se convierte en Viceprovincia y se une a la Provincia de Germania, y con la misma fecha se nombra al ex Comisario General P. Lucas de S. Edmundo Viceprovincial de Hungría. El 29 de agosto se publicaron en Prievidza el citado decreto y la carta patente de Viceprovincial, y sin oposición de nadie fueron inmediatamente aceptados.

El gimnasio de Prievidza tenía este año 179 estudiantes.

Después de las vacaciones de otoño (hasta que vuelva a empezar el curso de filosofía, o se instituya el de teología) comenzaron para los nuestros los estudios en Prievidza, según el orden siguiente:

1.Gramática, poesía y retórica, cada día.
2.Caligrafía o escritura, el sábado.
3.Aritmética, el miércoles y el sábado.
4.Matemáticas y elementos euclidianos comenzando el lunes y el miércoles, después de la Coronilla, y luego en sábados alternos después de las clases de la tarde.
5.Repetición de filosofía, en sábados alternos, corro y defensa.
6.Casos de Conciencia, el miércoles después de la escuela de la tarde, y además los lunes y martes en la mesa.
7.Lectura de controversia en la mesa el miércoles, y luego corro durante el recreo.
8.Historia eclesiástica de Baronio, alternando con intérpretes sagrados en la mesa los días de recreo y en los desayunos. Corro sobre los Santos Concilios alternando con la S. Escritura el martes en tiempo de recreo.
9.Corro de misterios de la fe el viernes durante el recreo.
10.Ceremonias eclesiásticas al principio de los meses, y lectura de Gavanti en la mesa el viernes.
11.Los días 3, 4 o 5 de cada mes, ejercicio académico público.
12.Cada sábado en la mesa, lectura espiritual, bien en latín, en alemán, en húngaro y en eslavo.
13.Ejercicio de húngaro y alemán los domingos, y los martes y jueves en los recreos religiosos. En el tiempo oportuno se enseñará ética, y se hará corro sobre ella.
14.Cada tres meses, el último jueves de ese mes el P. Rector, el P. Prefecto de estudios y los profesores harán un examen, y darán testimonio del aprovechamiento en el Espíritu y en las letras de los hermanos.

Este año apareció una ingente cantidad de ratones, que causaron enormes daños no sólo en Prievidza, sino en todo el reino de Hungría, de los cuales parecieron muchos con las orejas agujereadas y las colas mutiladas.

AÑO 1696

En el presente año se insinuó el alma del Ilmo. y Rvmo. Esteban Kada, obispo de Transilvania, sufragáneo de Esztergom, canónigo y cantor de la misma iglesia metropolitana, Consejero de S.C.R.M., que había muerto el 24 de septiembre del año 1695 en Trnava, y había sido enterrado allí. Se manifestó en nuestro colegio de Prievidza de las Escuelas Pías, y dejó una señal evidente en un libro a través de la caja, dejando marcada su mano derecha en 56 folios. Lo contaremos brevemente.

Los religiosos escolapios llegaron el 14 de octubre del año 1674 al nuevo colegio de Prievidza, y desde entonces no habían sido molestados nunca por ruidos de los espíritus, aunque mientras tanto, durante el tiempo de las incursiones de los rebeldes y devastaciones causadas por los enemigos varios hombres perdieron la vida en él y fuera de él. Plugo a la Divina Providencia, para edificación de muchos y liberación del alma del Ilmo. y Rvmo. Esteban Kada, obispo de Transilvania etc., permitir durante algún tiempo estrépitos nocturnos. Pues en la noche que siguió 28 de marzo del presente año 1696, mientras dormían los religiosos apareció en sueños una persona que parecía envuelta en fuego al hermano José de S. Gabriel, clérigo profeso y maestro de ínfimos, que ya el año anterior 1695, desde el 30 de enero, que era el domingo de Septuagésima, hasta el 13 de mayo sufrió gravísimas molestias del alma aparecida de Juan Ramanczay, y principalmente durante el mes de abril. Su alma ya había pagado cien años de expiación en el fuego del purgatorio, y le faltaban otros tantos que purgar, a causa de dos florines que había encontrado en un rincón de la iglesia parroquial de San Jorge, en la que había sido bautizado, y en lugar de dárselos al Rvdo. D. Philippowicz, el párroco de entonces, se los gastó sin ningún escrúpulo, por lo que se le decretó pasar tantos años en el purgatorio como monedas había robado, o sea 200 años por las 200 monedas de cobre, el equivalente de dos florines. Y por eso molestó insistentemente a los padres de la residencia de San Jorge, donde él había vivido, rogándoles que hicieran una peregrinación el P. Lucas de Jesús María, y el citado H. José, y allí tenían que decir tres misas, y un vez dichas, el 13 de mayo de 1695, Dios clementísimo con su divina gracia le remitió los cien años restantes.

Así pues, la noche que siguió al 2 de abril del presente año 1696, concretamente el lunes después del domingo Laetare, se presentó el espíritu hacia las diez menos cuarto de la noche a la puerta del P. Francisco de S. Wenceslao, y comenzó a dar vueltas a la llave, y luego a levantar y bajar el picaporte, y después a dar golpes suaves en la puerta, y esto lo hizo once veces, por espacio de una media hora. Cada vez el padre le respondía “¡Deo Gratias!” y luego incluso le repetía: “¡Todo espíritu alabe al Señor!”, pero el otro o le respondía nada. Por lo que encendió una vela y bajó al piso inferior, y dijo al P. Lucas de S. Edmundo, Viceprovincial, que algún ánima se estaba insinuando en el piso superior. Regresó, y poco después el espíritu volvió a insinuarse, no sólo a él, sino también al P. Atanasio de la Sma. Trinidad, y principalmente molestó al H. José de S. Gabriel. Pues el ánima fue ante la puerta del citado hermano, y comenzó a golpearla, primero suavemente y después con fuerza. El hermano respondió: “¡Deo gratias!”, pero como no recibía ninguna respuesta, y el ánima golpeaba cada vez más fuerte, aterrorizado se dirigió a la habitación vecina del H. Ignacio de S. José, maestro de sintaxis y gramática, que también había oído el estruendo. Mientras tanto se puso a llamar a la puerta de dicho P. Atanasio, y a la pared que separa su habitación de la despensa vecina. El padre, aterrorizado por esta llamada y por el estrépito anterior, corrió en auxilio del H. José. La despensa estaba cerrada, y desde dentro el espíritu golpeaba la pared del P. Atanasio. Acudieron también cerca de allí los novicios H. Fernando de S. José, clérigo; H. Martín de la Presentación de la B.V.M., clérigo, y H. Mariano de S. Emerico, operario. Cada vez que el H. José se quedaba solo en su habitación, le molestaban con un ruido terrible, y también en la habitación vecina cerrada, en la que se guardaba la cebada del señorío de la fortaleza. Cesaban los ruidos, y volvían a comenzar, cada vez más fuerte, así que se quedaron con el hermano citado el P. Francisco y el H. Ignacio, y luego con el P. Francisco, que entró en su habitación, comenzaron a rezar oraciones por los difuntos, el rosario y otras oraciones. Pero el ánima seguía golpeando con mucha fuerza la puerta del citado hermano, a veces como si fuera con los puños, otras veces con garrotes o con bolas de madera, casi rompiendo la puerta. Luego hacia las tres de la mañana parece que hacía un ruido enorme en la cocina con los cuchillos, los cuales sin embargo no fueron oídos por el pinche de cocina y dos músicos de la casa que dormían en la habitación al lado de la cocina. Luego volvió a golpear la puerta del cuarto del H. José, hasta que hacia las tres y media de la mañana del 3 de abril se quedó todo tranquilo, y el P. Francisco, el H. Ignacio y el H. José se retiraron a descansar.

Al terminar la oración de la mañana del 3 de abril, el P. Viceprovincial comenzó los sufragios por las almas del purgatorio, se celebraron cuatro misas y se distribuyeron limosnas a los pobres. Viendo que el H. José estaba muy consternado (el P. Valeriano de la Inm. Con. de la B.V.M., Rector, estaba ausente en las termas de Bojnice, a causa de enfermedad, con el P. Juan Martín de la Natividad del Señor que le acompañaba), quiso asignarle otra habitación y otro compañero. Mientras tanto el amantísimo hermano dijo que si se cambiaba a otra habitación, en el futuro le molestaría más aún, así que se quedó en su cuarto, resignándose a la divina voluntad al servicio de las almas del purgatorio.

En la noche siguiente del 3 de abril, al terminar la cena, mientras los religiosos estaban juntos en el recreo, y el H. Martín, bodeguero, encendía la lámpara que suele quedar encendida en la ventana ante el Santísimo sacramento, sonó en el lugar de la habitación del H. José un ruido como si estuvieran tirando piedras. Al terminar las oraciones comunes, las letanías y el examen de conciencia, tras la bendición de la noche los religiosos se retiraron a sus habitaciones. El H. Ignacio, que desde su habitación vigilaba la del H. José, pasado apenas un cuarto de hora después del toque de silencio, poco después de las nueve de la noche, oyó que el espíritu llamaba modestamente a la puerta del H. José. Al responder el hermano “¡Deo Gratias!”, no le respondió nada. Luego comenzó a golpear su puerta con gran fragor, oyéndolo los demás, como si quisiera romper la puerta, por tres veces. Por lo cual el hermano se dirigió con el H. Ignacio al dormitorio de los novicios, donde los dos se quedaron a dormir junto a la estufa hasta la meditación del 4 de abril por la mañana. Mientras tanto los demás no habían oído nada, pero cada vez que el H. José se despertaba, oía el estrépito cerca de su habitación propia.

El 4 de abril continuaron fervientemente los piadosos sufragios y súplicas rogando la divina clemencia. Regresó a casa el P. Rector, y la noche siguiente varios religiosos se quedaron a vigilar, especialmente el P. Francisco de S. Wenceslao, que se ofreció voluntario para vigilar hasta el final. Como hasta media noche no se oyó nada, todos se retiraron a descansar. Por fin después de media noche, después de la una y cuarto de la madrugada del 5 de abril, el espíritu comenzó a golpear con mucha fuerza y fragor la puerta del H. José, y lo hizo tres veces, con enorme alboroto, de modo que no sólo los religiosos del piso superior, sino también los del inferior quedaron aterrorizados. Después golpeó la puerta de la habitación del P. Atanasio de la Sma. Trinidad, que vivía debajo de la despensa. El P. se levantó de la cama y salió fuera de la habitación, pero de pronto quedó tan aterrorizado que se vio obligado a volver inmediatamente a su habitación. Mientras tanto el H. José, solo dentro de su habitación, hablaba en latín, alemán y eslavo al espíritu diciendo: “¡Todo espíritu alabe al Señor!”, pero no recibía ninguna respuesta. Por lo que yendo hacia su cama, y en la vecina donde estaba el H. Ignacio, oyó el estrépito que venía de la habitación situada al oeste, y que era el cuarto cerrado con la cebada del señorío de que hemos hablado, como si estuviera dentro un limpiador de chimeneas. Mientras tanto vino en ayuda el P. Francisco, y también llegaron el H. Carlos de S. Juan Bautista, maestro de retórica y poética, y el H. Eustaquio de la Sma. Trinidad, vice-maestro de humanidades de nuestros juniores, y con el H. José fueron a la habitación del H. Ignacio, y por fin se quedó todo tranquilo.

El día 5 continuaron las misas y las oraciones por los difuntos, y los jóvenes estudiantes tuvieron en la congregación el oficio de difuntos y el rosario a nuestra intención, y los padres no percibieron ninguna molestia nocturna en el colegio. A la noche siguiente no se escuchó nada. Es cierto que ese día por la mañana, mientras se decía el rosario en la congregación menor, se oyó viento y un torbellino, pero el resto del tiempo todo estuvo tranquilo.

El día 6 continuaron las misas y las oraciones por el ánima que se manifestaba, rogando mucho a Dios, para que se dignara revelar su nombre y su voluntad divina. Habiendo sido enviado a petición de Juan Hunyadi nviado el P. Juan Martín a Folfalu para su obsequio espiritual, su habitación, situada junto a la del P. Provincial se le dio por la tarde al H. José, mientras el P. Francisco se instaló en la del P. Provincial, y en la otra cercana estaba el H. Carlos, con el H. José en medio de los dos. Terminadas las devociones de la noche, y después de la bendición nocturna, no hubo ningún ruido hasta media noche. Pero en la madrugada del 7 de abril, hacia la una y media, comenzó el espíritu a golpear vehementemente la puerta que iba hacia la torre de la iglesia, y luego sacudió fuertemente la puerta de la habitación en la que dormía ahora el H. José, y el armario de la habitación del P. Provincial, en la cual estaba ahora el P. Francisco, y en el armario que mira a la habitación en la que estaba ahora el citado hermano, y lo golpeaba con tal fuerza que el hermano pensaba que lo iba a romper. Aunque cada vez hablaba al espíritu le conjuraba con la fórmula le había dicho el P. Viceprovincial, “Todo espíritu alabe al Señor. Te conjuro en nombre del obedientísimo Jesús etc.”, y también acudió el P. Francisco y hacía lo mismo, sin embargo nunca obtenían ninguna respuesta, y el espíritu continuaba después golpeando y haciendo estrépito, en las puertas y en los armarios, con tanta vehemencia y fragor que todos los religiosos del colegio se asustaron. Aunque un estrépito tan grande podía haberse oído fuera del colegio y en la ciudad, sin embargo los de fuera no oyeron nada, ni los seglares que dormían en casa.

Empezó a haber tumulto por el colegio, eran golpeadas las paredes del oratorio, sonaban los techos en otras zonas del colegio, de modo que lo oyeron los religiosos. Hubo luego un poderoso fragor en la puerta de la habitación del H. José, el cual, permitiéndolo Dios, se oía de lejos, así como también en el armario de la habitación del P. Provincial, en las ventanas y en las paredes alrededor de las tres de la mañana. Mientras tanto el P. Francisco iba por el piso superior, a veces rezando, a veces conjurando, a veces solicitando y rogando con palabras amables al espíritu que le dijera su nombre y lo que quería, invitándole a decir con él el salmo De Profundis, o bien el Miserere, y otras oraciones, y a alabar al Santísimo Sacramento; a veces de pie, a veces caminando, a veces de rodillas, a veces llorando y pidiéndoselo familiarmente al espíritu, pero lo cierto es que no consiguió nada. Después el H. José fue a la habitación vecina del H. Carlos, en la que también estaban el H. Eustaquio y el H. Mariano, y ya no se oyó nada más hasta la meditación de la mañana.

Después de este estrépito, mientras estaba durmiendo el H. Bartolomé de S. Antonio, cocinero, soñó que iba con el P. Rector a la iglesia de Santa María, situada en la calle oriental, fuera de Prievidza, y que después que el P. Rector hubiese dicho la misa, al volver le decía el P. Rector. “Vea, H. Bartolomé, de qué manera más espléndida asciende al cielo esta alma que nos turbaba, como se ve un árbol puesto en el camino”, y entonces vio el alma subiendo al cielo, rodeada de una enorme resplandor. Después de sonar el Ángelus de la mañana dijo que al despertarse vio un gran resplandor estando ya despierto, con gran susto suyo. Por lo cual el P. Rector decidió ir a celebrar pronto una misa a aquella iglesia, cosa que fue hecha, como luego se dirá.

El día 7 de abril continuaron los piadosos sufragios, y la noche siguiente fue tranquila.

El 8 de abril, que era el Domingo de Pasión, los religiosos y las escuelas ofrecieron a Dios oraciones y súplicas. Después hacia las once de la noche el espíritu fue a la puerta de la habitación del P. Viceprovincial, que estaba solo y bien despierto en su cama, y sin llamar, levantó dos o tres veces el picaporte suavemente, y abrió un poco la puerta, y luego la volvió a cerrar. Después, levantando el picaporte abrió toda la puerta. El P. Viceprovincial, que estaba sentado en la cama, conjuró al espíritu: “¡Todo espíritu alabe al Señor! Te conjuro en nombre del obedientísimo Jesús a que me digas quién eres y qué quieres”. Como no obtuvo ninguna respuesta, añadió: “Descansa en paz”. Entonces se levantó, y reavivó el fuego, y mientras tanto oyó un ruido grave, como de vasijas de barro rompiéndose, delante de su habitación. Encendió una vela y vio la puerta de su habitación, apenas abierta y fue a la habitación vecina del P. Edmundo de Jesús, con el cual se había quedado el P. Atanasio, los cuales habían oído también la invocación que había hecho. Como el P. Viceprovincial estaba lleno de miedo, volvió con el P. Atanasio a su habitación, para coger su jergón de paja y pasar el resto de la noche con el P. Edmundo. Después de cerrar su puerta oyó con ese padre cómo eran golpeadas fuertemente las puertas de los novicios en el piso superior, mientras que los del piso superior pensaban que ocurrían en el piso inferior. Cuando volvieron los dos a la habitación del P. Edmundo, los tres volvieron a oír el ruido que hacían en el piso superior, y de nuevo los que estaban en el piso de arriba pensaron que el ruido era abajo. Poco después se oyeron algunos golpes fortísimos, como si alguna puerta fuese golpeada con palos.

Hacia las doce de la noche el espíritu golpeó con gran ruido en la puerta de la habitación del H. José, el cual conjuró al espíritu sin obtener ninguna respuesta. En el cuarto vecino del P. Provincial estaba vigilando el P. Francisco, con estola y roquete, preparado con un libro de exorcismos, y cuando el espíritu repitió la llamada por tercera vez en la puerta del H. José, salió de la habitación y conjuró al espíritu. Apenas había salido de la habitación el padre, cuando el espíritu comenzó a golpear en su armario, vecino a la habitación del H. José. Fue corriendo a su cuarto y oyó algo así como viento que pasaba, y oyó de nuevo ruido en la habitación del H. José. Ambos conjuraron al espíritu, y como no recibieron ninguna respuesta, pasaron el resto de la noche tranquilos con los demás religiosos. Pero el hermano Martín de la Presentación de la B.V.M., clérigo novicio, esa noche soñó, en un sueño muy inquieto, en el que él, dijo poniendo la mano en el pecho, había oído estas voces: “Quien aterra a otros, caiga” (cadet), o más bien, pensamos, “cadat”, o mejor aún, tal vez se dijo “Kada”, como luego se comprobó. Al oír estas voces, se asustó. Después de contar su sueño, algunos juzgaron que se trataba de un sueño inútil, aunque a algunos les vino a la mente el nombre de Kada.

El 9 de abril por la mañana hacia las 6 mientras el P. Edmundo celebraba la primera misa, con el H. Bartolomé oyendo la misa en la capilla, el H. Fernando estaba preparando velas en las ventanas de la iglesia para la misa que el P. Rector iba a decir a la iglesia de Sta. María, llamaron dos veces desde el cuarto vecino que servía de bodeguilla, en la cual estaba bien cerrado el armario de la iglesia en el que se guardan las botellas de vino y agua para el sacrificio de la misa. Aunque acudió pronto el P. Francisco, y conjuró al espíritu, no obtuvo respuesta. Mientras tanto continuaron celebrando fervientemente la misa y las oraciones, y el P. Rector, tomando consigo al H. José (puesto que, según el sueño que había contado el H. Bartolomé el día 7, pensó que tal vez el ánima pedía que se celebrara una misa en la iglesia de Sta. María), fue a esa iglesia y celebró la misa, y mientras la celebraba oyó un ruido suave. A la noche siguiente hubo paz hasta media noche.

Por fin, el 10 de abril después de la una y cuarto de la madrugada, mientras vigilaba en la habitación vecina a la del P. Provincial el P. Francisco, el espíritu volvió a producir un gran estrépito en el colegio de Prievidza de las Escuelas Pías, aunque menos que otras veces. Y fue a molestar al muchas veces citado H. José de S. Gabriel que estaba solo en su habitación, y al que siempre prefería molestar. Así que fue el ánima a su puerta, y llamando suavemente, se hizo sentir, y el hermano respondió: “¡Deo gratias!”, y entonces oyó una respuesta: “Doy” (Ago). Después conjuró al ánima con estas palabras: “Te conjuro en nombre de aquél que lo creo todo con su poder, que lo redimió con su misericordia, a que me digas quién eres y qué me pides. A los que el ánima respondió: “Yo soy el obispo Esteban Kada, que te ordené a ti de menores; ahora no te pido nada sino que el P. Francisco celebre tres misas en la capilla de Mariazell, en nombre de todos los sacerdotes que ordené, y que tú le ayudes en nombre de todos aquellos a los que conferí las órdenes menores, y que deis limosnas a los pobres”. Entonces el H. José le dijo: “Si lo que pides es verdad, quiero que me des una señal”. Y a continuación oyó que el ánima que había hablado fuera de la habitación hizo un ruido dando un golpe en su mesilla, vio la habitación llena de humo y sintió un fuerte olor de quemado. Entonces llamó al P. Francisco de S. Wenceslao, que estaba en la habitación de al lado, vigilando a causa de los anteriores ruidos nocturnos, para hacer exorcismos y conjuros, y le pidió una luz. Acudió el P. Wenceslao, y luego llamaron a los demás religiosos para que vinieran, y todos vieron que en la mesita del citado H. José había un libro in folio en una caja roja de papel grueso (se trata de una Colección de sermones en bohemo, en la cual el hermano leía algo para alimento espiritual antes de dormir), con una marca hecha con la mano derecha, profundamente marcada en la caja y en los 56 folios siguientes, como si le hubieran aplicado ascuas, y aunque no vieron ninguna, sintieron el olor de quemado. El hermano José tenía la cara pálida, y sin embargo manchada con humo y hollín. Todos los dedos de la mano derecha estaban profundamente marcados en los folios del libro metido en la caja, y sobre las hojas impresas había partículas negras de papel, que no estaban reducidas a ceniza, sino que parecían más bien limaduras de hierro. La mano y los dedos estaban tan profundamente marcados que se podía ver perfectamente su longitud, anchura y profundidad, y se observó bien la caja roja, para que luego, como señaló el P. Gabriel del Santo Ángel Custodio, se diera a conocer este milagro junto con el estrépito anterior, siendo los religiosos testigos.

Al amanecer del 10 de abril por la mañana vino el Muy Rvdo. D. Juan Istvanffy, párroco de Prievidza, con su capellán el Rvdo. D. Miguel Maximilian, y vinieron también el Sr. Juez de Prievidza Andrés Kubranskli., el notario de la ciudad Sr. Podelani, y algunos de los primeros jurados, como el Sr. Szkaczani, el Sr. Bielicki, etc. También el Generoso Sr. Adán Bossani, juez de nobles del ínclito Condado de Nitra; el Generoso D. Miguel Helmar, provisor de los bienes de Bojnice; el Generoso Sr. Esteban Gaffor de Paar, jefe de correos de Bojnice; el Generoso Sr. Jorge Koczma, provisor de los bienes del arzobispado de Santa Cruz; y dieron testimonio auténtico de fe en conciencia, a tenor de las siguientes:

“Nosotros, ciudadanos juez y jurados, privilegiados de la ciudad de Bojnice, damos fe pública y atestamos que hoy por la mañana hemos venido al colegio de los PP. Escolapios aquí situado, y oímos contar a los padres religiosos, con rectitud de conciencia, cómo el día 2 del presente mes de abril de este año, oyeron muchas molestias provenientes de un espíritu nocturno, que molestaba mucho a todos los que estaban en el colegio, y principalmente al H. José de S. Gabriel, y oímos decir al citado maestro José, con la mano sobre el pecho y con rectitud de conciencia, que esta noche pasada, después de la una y cuarto de la madrugada, el espíritu llamó suavemente a su puerta, y él le dijo: “Deo gratias”, a lo que él oyó responder: “Doy”. Entonces conjuró al espíritu con esta fórmula: “Te conjuro en nombre de aquél que lo creo todo con su poder, que lo redimió con su misericordia, a que me digas quién eres y qué me pides. A los que el espíritu respondió: “Yo soy el obispo Esteban Kada, que te ordené a ti de menores; ahora no te pido nada sino que el P. Francisco celebre tres misas en la capilla de Mariazell, en nombre de todos los sacerdotes que ordené, y que tú le ayudes en nombre de todos aquellos a los que conferí las órdenes menores, y que deis limosnas a los pobres”. Entonces él le dijo: “Si lo que pides es verdad, quiero que me des una señal”. Y a continuación oyó un ruido como una mano dando un golpe en su mesilla. Entonces vino el P. Francisco de S. Wenceslao, con una luz, y en un libro in folio que había en una caja roja, a saber, unas apostillas en eslavo que estaba en la mesa, apareció grabada una mano, y el papel tenía grandes quemaduras, como si las hubieran hecho con un hierro ardiente, de modo que vinieron todos los religiosos, vieron el signo y sintieron el olor. Nosotros hemos visto el libro en la caja, y las 56 páginas donde la señal, como marcada por la mano derecha está grabada, y sentimos el olor de quemado. En fe de lo cual ponemos nuestro sello a este testimonio.
En la ciudad privilegiada de Prievidza, el 10 de abril de 1696. (firmas)
Hecho por el notario jurado (m.p)”.

Bajo esta carta testimonial escribió también el Muy Rvdo. Sr. párroco con su capellán lo siguiente:

“Yo, Juan Ystvanssy, párroco de Prievidza, atestiguo bajo mi conciencia sacerdotal que yo vi y oí exactamente lo que está escrito. Lo fimo con mi mano y le pongo mi sello, como testimonio de oí y vi el signo. Yo Miguel Maximilian, Capellán de Prievidza, atestiguo bajo mi conciencia sacerdotal que oí el testimonio, y vi el signo (m.p.)”.
“Nosotros los infrascritos vinimos al Colegio de los Muy Rvdos. PP. Escolapios de Prievidza, y los RR. PP. nos mostraron la Apostilla o libro de sermones eslavos en folio en una caja roja, y vimos la marca de la mano derecha marcada en la caja y en los 56 folios siguientes, milagro que ocurrió esta noche cerca de la una y media en la habitación del maestro José de S. Gabriel (el cual lo confesó con pureza de conciencia ante los superiores y ante nosotros) y fue hecho por el Ilmo. y Rvmo. D. Esteban Kada, obispo de Transilvania. De lo cual damos fe bajo nuestra fe y conciencia. En Prievidza, a 10 de abril de 1696.
Adán Bossani, juez de nobles del ínclito Condado de Nitra
Miguel Helmar, provisor de los bienes de Bojnice
Esteban Gaffor de Paar, jefe de correos de Bojnice
Juan Karas
Jorge Koczma, provisor de los bienes del arzobispado de Santa Cruz del Arzobispo de Esztergom”

Se podían haber recogido los testimonios escritos de otras nobles y graves personas que vinieron, pero de momento con los recogidos nos pareció que había suficientes.

Ese día 10 por la mañana vino un gran concurso de gente al colegio, de la ciudad de Prievidza, de Bojnice y de otros lugares vecinos; nobles que estaban de camino y diversas personas de varios condados del reino (los cuales con gran admiración nuestra, pues así lo ordenaba Dios, vinieron con mucha frecuencia a Prievidza y a Bojnice), de uno y otro sexo, incluso oficiales y militares imperiales católicos, y herejes protestantes, con gran edificación y confirmación de la santa fe católica entre los herejes y también de los tiernos católicos, muchos de los cuales estaban compungidos y lloraban. Aunque no faltaron algunos herejes, y algunos menos fundados en la fe católica, que, como no pudieron negar el signo, intentaron darle interpretaciones torcidas. Algunos que habían conocido al mismo obispo Esteban Kada (algunos llegaron ese mismo día), unánimemente afirmaron que aquella mano derecha marcada era la suya, pues la conocieron por las marcas de los dedos.

Mientras se recibían testimonios, el P. Viceprovincial les dio obediencia a los queridísimo peregrinos para aquello que les había ordenado Dios, y lo que les había pedido aquella alma electa, para que fueran ese mismo día a Mariazell, a los cuales los acogió el P. Rector de San Jorge, llevándolos consigo en una calesa. La carta decía lo siguiente:

“Salud en el Señor al lector. Los que presentan la presente, nuestros religiosos queridos en Cristo el P. Francisco de S. Wenceslao, sacerdote, y el H. José de S. Gabriel, clérigo, peregrinan por orden divina a petición del alma del Ilmo. y Rvmo. D. Esteban Kada, Obispo de Transilvania y Sufragáneo de Esztergom, expresada desde el fuego purificador del purgatorio. Esta se había aparecido violentamente desde el 2 de abril hasta la noche última en nuestro colegio de Prievidza, y hoy de madrugada, una media hora después de medianoche ha manifestado su nombre y su voluntad. Pidió que se celebren tres misas en la milagrosa capilla mariana por el citado P. Francisco, ayudándole el citado H. José, y como prueba dejó la marca de su mano derecha en una Postilla Bohemia de sermones en folio (en cuyo libro el hermano leía algún fragmento antes de dormir para gozo espiritual), a través de una caja y hasta el folio 56º, como consta por testimonios jurados, y se puede ver claramente, por lo que inmediatamente se han puesto en marcha para satisfacer la demanda hecha por decreto divino en la capilla mariana, ante la milagrosa imagen de la Protectora y Señora de nuestra Orden. Atestiguamos con fe de sacerdote que peregrinan a cumplir lo pedido por el alma mencionada al lugar santo citado, y que están libres de censura, y que pueden ser admitidos respectivamente a celebrar y a recibir los sacramentos de la Santa Iglesia, y que además salen de un lugar sano y libre de cualquier tipo de enfermedad contagiosa. Por tanto los recomendamos encarecida y humildemente en el Señor como verdaderos Religiosos Pobres de la Madre de Dios a la caridad de todos los fieles.
Para dar mayor fe, firmo con mi mano propia y pongo el sello de nuestra Viceprovincia.
En Prievidza, en nuestro colegio Palffiano de la Stma. Trinidad, el 10 de abril, del año 1696 del parto de la Virgen.
Lucas de S. Edmundo, Viceprovincial; Gabriel del Sto. Ángel Custodio, secretario”.

Salieron pues los citados religiosos peregrinos ese mismo día por la tarde de Prievidza, y después de su salida no recibieron más molestias del espíritu ni en Prievidza, ni en su camino hasta San Jorge. Por orden del P. Viceprovincial, en Trnava se presentaron en casa del Ilmo. y Rvmo. D. Pablo Balassa, vicario general de Esztergom, y de otros prelados, y en Bratislava fueron a ver al Emmo. y Rvmo. D. Carlos Leopoldo Kollonicz, arzobispo de Esztergom, al cual entregaron una carta del P. Viceprovincial que le estaba dirigida a Viena, quien les recibió con gran afecto. Le relataron los hechos y le mostraron los testimonios, también ante otros señores prelados de Bratislava, provocando admiración y compunción. Por lo demás, el Dios bendito y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios de todo consuelo, que nos consuela en toda tribulación, ofreció una tranquilidad total inexplicable a los religiosos del colegio de Prievidza, y continuaron allí las acciones de gracias, los sufragios por el ánima elegida, y las oraciones por los religiosos peregrinos.

Llegaron los citados P. Francisco y H. José con el el P. Rector a Trnava el 13 de abril, y presentaron sus testimonio al Ilmo. y Rvmo. D. Pablo Balassa, Vicario de Esztergom, y también a otros prelados. El 16 de abril llegaron a Bratislava, y cuando presentaron sus testimonios a los prelados citados, fueron recibidos amablemente por todos, excepto por el Ilmo. y Rvmo. D. Andrés Illyes, obispo de Transilvania, sucesor del obispo Esteban Kada de piadosa memoria, el cual rehusó recibir en su residencia a los religiosos y dar fe a sus testimonios, mostrándose contrario a ellos. Por lo cual el P. Francisco, movido por el celo, le dijo: “Puesto que Su Ilma. y Rvma. Señoría no quiere creer, que Dios le conceda que por la noche se le aparezca el piadoso difunto y responda por nosotros, por sí mismo y por el honor de la Santísima Virgen María”. Después de decir lo cual se fue con el H. José de casa del citado Ilmo.

Al día siguiente por la mañana fueron los dos a una audiencia en Bratislava con el Emmo. Príncipe Cardenal Kollonicz, Arzobiso de Esztergom, y le mostraron los testimonios y la carta del P. Viceprovincial, una vez leído lo cual Su Eminencia los despidió benignamente con su bendición, y les mandó que a la vuelta fueran a verle y le contaran lo sucedido. El día 17 pasaron la noche no lejos de la plaza de la ciudad, en casa de Gen. Sr. Martín Reiecki, y vino a verles el mencionado Ilmo. y Rvmo. obispo Andrés Illyes, quien contó al P. Francisco que había tenido tres sueños, uno de Dios, otro de la naturaleza y otro del diablo la noche precedente, y tal como había rogado el padre el día anterior, se le había aparecido el Obispo Kada de piadosa memoria, vestido de pontifical, y le había recriminado seriamente su incredulidad, y le había pedido que avisara a otros incrédulos y contrarios, y que por tanto él creía en las apariciones del ánima, por lo que les pidió que lo visitasen a la vuelta, ofreciéndose como especial patrón de la Orden en el futuro, y ofreció sus obras impresas para el colegio de Prievidza, cosa que luego hizo.

Mientras tanto llegó la fama del milagro producido en Prievidza a muchos lugares, y acudieron muchas personas para ver la marca de la mano, y algunos prelados pidieron una relación de lo sucedido, especialmente el Venerable Cabildo de Nitra, del cual llegó una letra que decía lo siguiente:

“Muy Rvdo. Padre Rector del Colegio de las Escuelas Pías de colegio de Prievidza, y padres en Cristo de toda nuestra consideración. (Por fuera)
Muy Rvdo. Padre en Cristo, de toda nuestra consideración.
Como por aquí se ha esparcido en todas partes el relato del milagro ocurrido días atrás, de la aparición del alma del piadoso difunto en otro tiempo Obispo de Transilvania, Esteban Kada, que ocurrió en el colegio de Prievidza de las Escuelas Pías, y que dicha ánima dio cierto signo como evidente testimonio suyo de la existencia del Purgatorio, y que para librarle de él pidió ciertos sufragios. Para que nos conste “desde el huevo” la certeza de este acontecimiento insólito y caso milagroso, le rogamos oficiosamente a Vuestra Paternidad Muy Reverenda que, por favor, si puede, nos informe de todas las circunstancias con una carta suya. Vale la pena que un milagro tal conste a otros fieles cristianos para confusión de los que niegan el Purgatorio. Le quedamos muy agradecidos por la recepción futura del documento que Vª. Paternidad nos va a enviar, y rogando para Vd. la protección divina quedamos a disposición de Vª Rvma. Paternidad.
NN. Cabildo de Nitra. Nitra, 16 de abril de 1696.”

Tras leer esa carta, les escribió el P. Rector, y les informó de todo.

Por lo demás, el P. Francisco y el H. José se pusieron en camino hacia la capilla mariana, y a unas dos millas de Viena se quedaron en el monasterio de los RR.PP. Franciscanos, y el mismo día de Pascua, hacia las dos, el hermano José y el compañero de camino Jacobo Wagner oyeron un ligero golpe en la puerta de la celda, y de nuevo otro hacia las cuatro de la mañana, con lo cual quedaron aterrados; sin embargo aquel golpe no había sido oído por los religiosos, a los que preguntaron allí mismo. Después en Lilienfield, donde se encuentra el celebérrimo monasterio de los PP. Cistercienses, por la noche golpearon la puerta de la celda del H. José con un golpe suave y en la vecina puerta del citado Jacobo Wagner se movió algo el pestillo, con lo que éste, aterrorizado, se desmayó. Le convencieron de que se trataba de un signo que les hacía el alma que les acompañaba. Finalmente llegaron a la capilla mariana el 26 de abril, y al día siguiente el P. Francisco celebró la primera misa pedida, ayudándole el H. José; el día 28 la segunda, y el día 29 de abril que caía en Domingo in Albis, después del sermón, en el que se alabó por parte de un predicador de la Orden de S. Benito ante el pueblo la liberación de un alma del purgatorio, y luego se aplicó un rosario por la misma intención, cuando la gente bastante numerosa estaba ocupada en el rezo del rosario, el P. Francisco celebró la tercera misa, ayudándole el H. José en la capilla santa ante la imagen milagrosa de la B.V.M. Cuando llegó al ofertorio, al decir las palabras “Recibe, Padre Santo…” los dos religiosos citados vieron que de la imagen milagrosa de la Virgen salía una luz que iluminaba claramente toda la capilla, y la misma imagen de la Santa Virgen con el Niño Jesús era tan clara, hermosa y brillante que parecía que estaba viva, de carne. Después vieron entrar por dos ventanitas de la capilla, una a la derecha y otra a la izquierda, otros dos rayos de luz brillantísimos, y toda la capilla se llenó de un gran resplandor, como si brillara dentro el sol. El P. Francisco además sintió un suavísimo olor, muy fragante, como de flores. Consternado y debilitado por el resplandor, y sufriendo palpitaciones de corazón, el padre se apoyó en el altar; el hermano mirando discretamente vio admirado en torno el resplandor áureo. Mirando hacia la imagen de la Virgen para encontrar apoyo, y vertiendo muchas lágrimas, se vio obligado a continuar la misa hasta la elevación diciendo las oraciones de memoria. El hermano quedó ofuscado con tanta luz, y a causa de la intensidad del brillo, no podía mantener la mirada continuamente. Esta luz brillantísima, a causa de cuya intensidad las velas encendidas apenas podían verse, duró hasta la comunión, y fue máxima durante el momento de la Elevación. Esta misa duró más de una hora, con gran admiración de los presentes. Y que todas estas cosas la vieron, los citados P. Francisco y H. José lo aseguraron y lo aseguran. Apenas cabiendo en sí de gozo, para que no brillara la vanagloria del padre, dejaron de preguntar a los circunstantes, que después de una misa tan larga se dispersaron. Pero cuando volvieron se enteraron de que la fama de este resplandor había llegado a Viena, a Bratislava y a otros lugares, como lo atestiguó su compañero de la manera siguiente:

“Yo, Jacobo Wagner, de Banska Bystrica, actualmente oyente de retórica en el gimnasio de Prievidza de las Escuelas Pías, de 22 años de edad, declaro en conciencia que salí con el Muy Rvdo. P. Francisco de S. Wenceslao y con el Rvdo. Maestro José de S. Gabriel de Prievidza hacia Mariazell el 10 de abril de este año, para liberar del purgatorio al Ilmo. y Rvmo. D. Esteban Kada, en otro tiempo obispo de Transilvania, el cual dio un signo evidentísimo de la existencia del purgatorio marcando su mano derecha en un libro en Prievidza. Yo era su compañero de camino y en el monasterio de Entzenesdorff de los RR. PP. Franciscanos, un lugar situado unas dos millas después de Viena, hacia las 4 de la mañana, mientras yo descansaba con los reverendos religiosos en una habitación, llamaron cuatro veces suavemente a la puerta, de lo que yo me asusté mucho. Luego el Rvdo. P. Francisco preguntó a los religiosos si alguno de ellos había llamado a la puerta de esa habitación, y la respuesta que recibió fue: no. Después llegamos a Liliumfield, donde se encuentra el celebérrimo monasterio de los RR. PP. Cistercienses, y fuimos hospedados por la noche. El pestillo de mi habitación se levantó, y yo me asusté terriblemente, y casi me desmayé del miedo. Luego el 29 de abril del presente año, al celebrar la tercera misa en la capilla mariana el P. Francisco por el alma del citado Ilmo. y Rvmo. Obispo, no fui yo el único que vio tres veces un resplandor, como también los citados religiosos el Padre y el Maestro aseguran que lo vieron, sino que el Padre Francisco estuvo consternado hasta el ofertorio, apoyándose con las manos en el altar, con una mirada intensa, como si estuviera viendo algo extraordinario, y derramando abundantes lágrimas, alargando la misa más de una hora. Después que volvimos de Mariazell con los reverendos religiosos hacia Viena y Bratisalva, la gente contaba lo del extraordinario resplandor en el tiempo de la citada tercera misa en Mariazell que había visto también los religiosos de alrededor, y la fama se había extendido tanto que a mí el criado del Magnífico Sr. Vicecanciller de Transilvania me contó en Viena que había oído decir a algunos peregrinos que en el tiempo de aquella tercera misa había aparecido un obispo vestido de pontifical, dando la bendición a los citados dos religiosos y a la gente. Lo que he visto y oído lo atestiguo, y en fe lo firmo en Prievidza, a 18 de junio de 1696. Jacobo Wagner.”

Cuando se preparaban a volver de Mariazell el P. Francisco y el H. José, el Muy Rvdo. P. Superior de allí dio una carta testimonial que decía lo siguiente:

“Yo, el infrascrito, por las presentes reconozco que el Muy Rvdo. P. en Cristo y religioso Francisco de S. Wenceslao, con el Maestro José de S. Gabriel del colegio de Prievidza en Hungría de las Escuelas Pías, por orden y obedeciendo a sus superiores el día 26 de abril llegaron a Mariazell en Estiria, y celebró devotísimamente tres misas en el santuario, en el altar milagroso de la Madre de Dios y Virgen María, para librar (según la aparición que tuvo lugar el 10 de abril del corriente año en Prievidza, como atestiguan las cartas tanto de los superiores, como de otros eclesiásticos y seglares dignísimos de toda fe que me mostraron) de las penas del purgatorio el alma del Ilmo. y Rvmo. D. Esteban Kada, obispo de Transilvania, de piadosa memoria. En ellas ayudó y comulgó el citado Maestro José; la primera el 27, la segunda el 28 y la tercera el 29 de abril, es decir el Domingo in Albis. Y luego al unísono con el pueblo recitaron el rosario, aplicándolo a la intención señalada. No tengo ninguna duda de que lo consiguieron. Al volver a casa después de haber ofrecido este obsequio, los recomiendo a todos y a cada uno efusivamente.
En fe de lo cual firmo la presente que yo he escrito, y le pongo el sello habitual. En Marizell, el 1 de mayo de 1696. P. Leonardo, Superior”.

Mientras tanto, antes de su vuelta, algunos seglares recién llegados contaron a los padres de San Jorge lo de aquel resplandor, del cual también habló antes de su vuelta el Sr. Segismundo Hunyadi, copero de la Ilma. Condesa de Homonay, mucho antes de que volvieran los mismos de Mariazell a Prievidza en e colegio, al P. Viceprovincial, en presencia del P. Provincial de Polonia, del P. Rector de Prievidza y de otros, afirmándolo. Además el Ilmo. Sr. Conde Cristóbal Ördödi, presidente de la ínclita cámara de Hungría, contó lo que había oído en Viena de aquella aparición y aviso hecho por el P. Francisco al Rvmo. e Ilmo. D. Andrés Illyes, obispo de Transilvania, de la que hemos hablado más arriba. A los que volvían les envió desde Bratislava el 27 de mayo el citado Ilmo. Sr. Illyes sus obras impresas, y además afirmó de nuevo la aparición que había tenido el 17 de abril.

Los citados P. Francisco y H. José confesaron y afirmaron todas y cada una de las cosas en el examen que tuvo lugar en San Jorge, el 31 de mayo y el 1 de junio, esta vez ante el Rvmo. P. Juan Francisco de S. Pedro, Prepósito General de las Escuelas Pías, Comisario y Delegado de la Sede Apostólica; del P. José de Sta. Catalina, Prepósito Provincial de Germania y Hungría, y del P. Juan de Jesús María, Prepósito Provincial de Polonia y Lituania, además del P. Lucas de S. Edmundo, Viceprovincial de Hungría, en el tiempo de la Visita General. Y de nuevo otra vez en Prievidza el 18 de junio del año actual en un examen ante el citado P. Viceprovincial, el P. Valeriano de la Inm. Con. de la B.V.M., Rector, el P. juan Martín de la Madre de Dios, el P. Gabriel del Santo Ángel Custodio, y otros.

Luego el PP. Viceprovincial escribió una carta el Emmo. Príncipe Cardenal Leopoldo de Kollonicz, arzobispo de Esztergom, que decía lo siguiente:

“Eminentísimo y Excelso Sr. Príncipe Cardenal,
Me he enterado de que Vuestra Excelencia quiere mandar que algunos Rvdos. Capitulares del Venerable Cabildo de Esztergom investiguen acerca de la aparición del alma del Ilmo. y Rvmo. Esteban Kada, obispo de Transilvania, de piadosa memoria, y de la marca de su mano derecha en un libro, y de las circunstancias del caso. Y como este asunto ante todo es para alabanza de Dios y de la Santa Virgen María, y no poca confusión de los herejes, que niegan el Purgatorio, y para gozo de los fieles de Cristo, y también para gloria del Elegido Siervo de Dios y de todo el Venerable Cabildo de Esztergom, nosotros deseamos y esperamos también que se haga esta investigación pronto, y que Vuestra Eminencia la apruebe.
Por lo que le ruego humildemente que en su benevolencia se digne ordenar que forme esa comisión y que vengan cuanto antes, puesto que algunos religiosos actuales deben ser enviados a otras casas nuestras, de modo que pueda oír a todos los religiosos de esta comunidad de Prievidza. Le ruego también que nos avise con tiempo, para que no haya nadie fuera en esa ocasión.
Besando su mano, quedo humildísimo hijo y capellán en Cristo de Vuestra Eminencia,
Lucas de S. Edmundo, Viceprovincial de las Escuelas Pías de Hungría.
En Prievidza junto a Bojnice, 18 de junio de 1696”.

Todas y cada una de las cosas narradas a partir del 2 de abril del año actual, 1696, aquí narradas y sucedidas, como nosotros los infrascritos las vimos en parte, y en parte la oímos, y en parte nos las contaron otros de buena fe, nosotros las atestamos con pureza de conciencia, y en fe de lo cual las declaramos y firmamos y ponemos el sello del colegio. En Prievidza, en nuestro colegio de la Sma. Trinidad de las Escuelas Pías, a 18 de junio de 1696.

Lucas de S. Edmundo, Viceprovincial de las Escuelas Pías de Hungría
Valeriano de la Inm. Con. de la B.V.M., Rector del colegio citado
Indigno Francisco de S. Wenceslao, sacerdote, en conciencia declaro que oí y experimenté todas las cosas ocurridas en la casa.
Juan de la Natividad del Señor, sacerdote
Gabriel del Sto. Ángel Custodio, sacerdote
Edmundo de Jesús, sacerdote
Atanasio de la Sma. Trinidad, sacerdote
Ignacio de S. José, clérigo profeso
Carlos de S. Juan Bautista, clérigo profeso
Eustaquio de la Sma. Trinidad, clérigo profeso
José de S. Gabriel, clérigo profeso
Fernando de S. José, novicio clérigo
Martín de la Presentación de la B.V.M., novicio clérigo
Bartolomé de S. Antonio, novicio operario
Mariano de S. Emerico, novicio operario.

En el presente año, el 21 de mayo, el colegio de Prievidza recibió con culto filial a su óptimo padre que venía de Brezno, el P. Juan Francisco de S. Pedro, prepósito General, Comisario y Delegado de la Sede Apostólica, el primer General que visitó estas provincias, y que tenía como compañeros al P. Juan de Jesús María, Provincial de Polonia, al P. Antonio de S. José, secretario, y el H. Francisco María de S. osé, operario. Vino de Nikolsburg a Prievidza el P. José de Sta. Catalina, Provincial de Germaia y Hungría, con el P. Bruno.

Terminada la visita del P. General, nuestro P. General salió de Prievidza hacia S. Jorge el 28 de mayo, con los padres citados, que fueron acompañados a San Jorge por el P. Viceprovincial y el P. Edmundo, y de allí le acompañaron a Nikolsburg el P. Viceprovincial y el P. Rector de San Jorge, y todos los mejores deseos filiales de la Viceprovincia siguieron a nuestro bondadosísimo Padre.

Notas