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Datos

Provincia escolapia (1633-1886)

Historia

Se ha considerado siempre como fundador de las Escuelas Pías en Sicilia al P. Melchor Alacchi enviado allá por San José de Calasanz para atender otros asuntos de interés para la Orden. Pero supo moverse y casi en el mismo año de 1633 abrió simultáneamente casa en Palermo y en Mesina, logrando en ese momento lo que vanamente intentó en 1626. Siguió en los intentos fundacionales primeros Pedro Casani en Mesina en una casa provisional, donde había un grupo de novicios. Ante la postura del cardenal arzobispo, Calasanz retiró todo el personal. La hora definitiva no llegó, como se ha dicho, hasta 1633. Alacchi tenía muchos enemigos y sus intrigas por poco dieron al traste con estos inicios de ambas fundaciones. Con todo, fueron adelante. Cuando en 1646 el decreto de reducción de Inocencio X deshizo la Orden escolapia y la convirtió en mera Congregación sin votos y la puso bajo el control de los respectivos obispos, los escolapios sicilianos se pusieron bajo la protección del gobierno de la monarquía sícula. Se salvaron, es cierto, pero desde entonces los religiosos, y más aún en el siglo XVIII, fueron víctimas de muchas ingerencias políticas, que trastornaban la pacífica convivencia. Uno de los religiosos sicilianos, Cosme Chiara, llegó a ser General de las Escuelas Pías y trabajó denodadamente por restituirlas al rango de Orden Religiosa hasta conseguirlo en 1669. Otro religioso insigne de esta Provincia fue Agustín Delbecchi, que también llegó a General de la Orden (1748) y acabó sus días como arzobispo de Cáller en Cerdeña. Sicilia supo aprovecharse de la presencia de los escolapios y quiso y obtuvo a lo largo de los siglos los colegios de San Mauro (1680), Leonforte (1689), Palma de Montechiaro (1709), Ademó (1738), Agrigento (1759); las Escuelas Pías en el siglo XVIII dirigían los prestigiosos centros palermitanos que llevaban los nombres del Real Colegio de la Reina y Real Colegio Carolino-Calasancio. La Provincia escolapia de Sicilia quedaba limitada a la pequeñez de la isla y de ahí que siempre anduvo escasa de personal. Esta, por los motivos dichos, no siempre gozó de la necesaria tranquilidad y aún se suscitaron otras discordias internas, que minaron la salud de la Provincia. El regalismo borbónico la separó además de la obediencia al General de Roma en 1787 y así prosiguió hasta 1815. No dejaron de sentirse en Sicilia los trastornos ideológicos de la revolución francesa y las consecuencias de los trastornos napoleónicos. Cuando hubiera podido concentrarse y recuperar fuerzas y espíritu, lo impidió la problemática bélica de la unificación de Italia. En 1860 elegía la Provincia como Superior mayor a Nazareno Sapienza que resultó ser el último Provincial y en 1866 se hallaba todo prácticamente perdido, si bien en el catálogo de 1870 figuran aún siete casas, 35 religiosos y 1.120 alumnos. Mucho se interesó por inyectar nueva vida a esta Provincia el General de la Orden, P. Calasanz Casanovas; pero sin éxito. No fue más afortunado su sucesor Mauro Ricci en 1892. Desde 1887 había desaparecido ya como Provincia y sólo quedaban restos del naufragio.

Superiores:

Obras:

Bibliografía

• S 6, 55-60

• S 2

• S 3

• GIN 2, 128-129

• Reg. Rel. 26, n. 1

• P 1, 255-256

• B 1

• B 2

• Sindoni, A. Le Scuole Pie in Sicilia. Roma, 1971.

Redactor(es)

• Claudio Vilá, en 1990, artículo original del DENES I