Diferencia entre revisiones de «BerroAnotaciones/Tomo2/Libro3/Cap05»

De WikiPía
Saltar a: navegación, buscar
(Página creada con «{{Navegar índice|libro=BerroAnotaciones|anterior=Tomo2/Libro3/Cap04|siguiente=Tomo2/Libro3/Cap06}} :'''CAPÍTULO 5 Otras cartas Por las que se conoce La paciencia de N. V...»)
 
m
Línea 1: Línea 1:
 
{{Navegar índice|libro=BerroAnotaciones|anterior=Tomo2/Libro3/Cap04|siguiente=Tomo2/Libro3/Cap06}}
 
{{Navegar índice|libro=BerroAnotaciones|anterior=Tomo2/Libro3/Cap04|siguiente=Tomo2/Libro3/Cap06}}
 +
 +
[[BerroAnnotazioni/Tomo2/Libro3/Cap05|Ver original en Italiano]]
  
 
:'''CAPÍTULO 5 Otras cartas Por las que se conoce La paciencia de N. V. P. Fundador [1645]
 
:'''CAPÍTULO 5 Otras cartas Por las que se conoce La paciencia de N. V. P. Fundador [1645]

Revisión de 19:19 23 oct 2014

Tomo2/Libro3/Cap04
Tema anterior

BerroAnotaciones/Tomo2/Libro3/Cap05
Índice

Tomo2/Libro3/Cap06
Siguiente tema

Ver original en Italiano
CAPÍTULO 5 Otras cartas Por las que se conoce La paciencia de N. V. P. Fundador [1645]

El esfuerzo de mi trabajo se dirige sobre todo a esto, es decir, a que, después de la gloria de Su Divina Majestad, se conozca la invicta paciencia y fuerte resignación que N. V. P. Fundador General tenía a la divina voluntad, en medio de tantos sufrimientos y persecuciones suyas. Para eso, voy a poner aquí algunas de las cartas que él me escribió por aquel tiempo, pues me parece que no podría poner una historia mejor y más cierta que sus mismas palabras.

Carta

Fuera

“Al P. Vicente [Berro] de la Concepción, Sacerdote de las Escuelas Pías. Nápoles.

Dentro

Pax Christi

He leído la carta de V. R. del día 26 del mes pasado, que recibí el 30 del mismo. Por el momento no le puedo dar ninguna noticia sobre el Breve corregido de nuestras cosas, porque, hablando a lo humano, surgen muchas intrigas, y en tales ocasiones Dios bendito suele mostrar su piedad, mandando el remedio cuando menos se espera. Si en el futuro hay alguna novedad, se la comunicaré. El P. Provincial no me ha enviado cartas hace ya dos o tres correos, y yo siempre le he escrito. Como no recuerdo otra cosa, le pido a Dios nos bendiga a todos.

Roma, a 2 de septiembre de 1645.

Servidor en el Señor,

José de la Madre de Dios”.

Carta

[“Al P. Vicente [Berro] de la Concepción, Sacerdote de las Escuelas Pías. Nápoles.

Pax Christi]

“He recibido la carta de V. R. del 2 del corriente, y, en respuesta, le digo que mañana, domingo 10, se tendrá la Congregación de estos Emmos. Delegados, y se cree que tomarán la resolución sobre nuestras cosas. Pero son tantos los adversarios y poderosos, que se teme, no la destrucción, sino alguna limitación. Como el asunto es tan breve, pronto se publicará la resolución. De lo que haya le informaré. Es cuanto me ocurre.

Roma, a 9 de septiembre de 1645.

Servidor en el Señor,

José de la Madre de Dios”.

Tercera carta

A mí mismo, también en Nápoles

[Al P. Vicente [Berro] de la Concepción, Sacerdote de las Escuelas Pías. Nápoles].

“Pax Christi

He recibido la carta de V. R. del 9 del corriente. La primera cosa que le advierto, es que sea cauto al escribir a cualquiera de la Orden, porque por todas partes se buscan cartas de los que conocen a los adversarios que son de fuera; por eso, tenga cuidado en este punto. Le informo de que el domingo anterior se tuvo la Congregación de estos Sres. Cardenales delegados; de ellos no se ha podido saber si lo han hecho, ni qué resolución han tomado. Ahora se espera la relación que dichos Eminentísimos hagan a Su Santidad, quizá el lunes próximo, en la audiencia del Consistorio. Por eso, no den crédito a nada, más que a la resolución que tome Nuestro Señor el Papa, de la que enseguida se dará información. Me extraña mucho que el P. Provincial no me haya respondido a tantas cartas mías que le he escrito. No recordando otra cosa, pido al Señor nos bendiga a todos.

Roma, a 16 de septiembre de 1645

Servidor en el Señor,

José de la Madre de Dios”.

Me acuerdo que, hablando, más de una vez, al P. Provincial de por qué no respondía a N. V. P. General Fundador, sé que decía que sí lo hacía, pero que no le entregaban las cartas, o que lo había prohibido el que gobernaba. Fíjese cómo era de maltratado nuestro santo Viejo por el P. Esteban [Cherubini] con sus secuaces, y consintiendo en ello, sin duda, el P. Pietrasanta, jesuita, Visitador Apostólico de las Escuelas Pías. Así me lo dice N. V. P. Le digo al P. Provincial que hace cerca de dos meses que no he tenido cartas de él; creo se hayan perdido las cartas que dice me ha escrito.

Notas