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20.08 La institución de los Clérigos Operarios
Entre todas las decisiones tomadas en este Capítulo General, la más importante fue la siguiente:
- En cuanto a llevar bonete clerical los Hermanos Operarios se concede a todos los que sean hábiles para recibir la primera tonsura que serán llamados en adelante ‘Clprigos Operarios’ los cuates no podrán pretender emplearse en otra clase de escuelas sino en las de leer, escribir y contar, y solo aquellos que sean juzgados aptos por los Provinciales. Si alguno de estos Clérigos Operarios rehusara notoriamente o con escándalo hacer tas tareas temporales [domésticas] impuestas por la obediencia, quedará privado ‘ipso facto’ de esta concesión'.<ref group='Notas'>Es el Punto XIII de las Actas, publicadas íntegramente por primera vez en PosCas, P.562-565. </ref>
Con ello quedaba instituida en la orden una tercera clase de religiosos, intermedia entre las dos tradicionalmente admitidas en todas las Órdenes, a saber, sacerdotes o clérigos y Hermanos Operarios o legos. Era, pues, una auténtica innovación en la vida Religiosa y hubiera sido un verdadero acierto si se hubiera podido mantener dentro de los límites y condiciones con que fue constituida. Pero demasiado pronto, la envidia y recelos de unos y la soberbia y ambición de otros desbordaron los límites, provocando una situación tensa que perduró muchos años.
Parece indudable que el autor primario de esta novedad fue el P. Casani, pues en sus misteriosas y ocultas Constituciones llamadas ‘Pussilli Gregis Idea’, que ya conocemos, admitía tres clases de religiosos: los sacerdotes y clérigos, los Hermanos Operarios y la clase intermedia que llamaba ‘Hermanos escolásticos’, dándoles las tareas docentes de los ahora llamados ‘Clérigos Operarios’.<ref group='Notas'>Cf. PosCas, p.540. </ref> A raíz de la Visita Apostólica de 1625, en el memorial que presentó, pedía Casani que el papa emanara un nuevo Breve confirmando la Orden y sus Constituciones, y entre las muchas cosas que tenían que constar en él incluía que, haciendo honor al título de Clérigos Regulares, todos recibieran la primera tonsura y llevaran bonete clerical, aun aquellos que no tuvieran que llegar a las órdenes sagradas, dado que de todos ellos se elegían los maestros.<ref group='Notas'>'Quoniam nomine clericorum non veniunt laici, sed potius excluduntur, decet, ut omnes nostri, etiam qui sacris initiandi non sunt, quia ex his magistri eliguntur, clericali militiae sint ascripti per primam tonsuram et corona pileoque ciéricali décorentun (PosCas, p.5 16, n.2). </ref>
Quizá se refleje ya en esta petición la causa última por la que se llegó a la decisión del Capítulo General de 1627. Tanto los clérigos que aspiraban al sacerdocio como los Hermanos Operarios daban clase. Estos últimos, generalmente menos cultos que los primeros, no eran respetados a veces por los alumnos como los clérigos que llevaban coronilla y bonete. Lo cual, además de la humillación que les provocaba en clase, fomentaba cierta envidia hacia los clérigos, perturbando el ambiente de caridad y fraternidad en las comunidades. Por lo cual se empezó en Liguria a permitir que los Hermanos que daban clase llevaran bonete, aunque no estuvieran tonsurados. Y es probable que tal innovación no la introdujera el P. Provincial Castelli sin la venia del P. General. Así parece deducirse de la carta que escribió este último a Savona al Hº. Julio Pietrangeli, el 2 de julio de 1627, tres meses antes de que empezara el Capítulo General: 'En cuanto a haber ordenado para mayor unión que los Hermanos Operarios lleven bonete, no queriendo, sin embargo, que vayan más allá de la primera tonsura, habríais hecho bien en creer que los superiores son iluminados por Dios, dejándoos guiar por ellos'.<ref group='Notas'>C.649. </ref>
La experiencia en la Provincia de Liguria fue, por lo visto, positiva, de modo que en el Capítulo General se creyó conveniente extenderla a toda la Orden, con las limitaciones y cautelas pertinentes. No parece, sin embargo, que la idea fuera propia de Castelli, sino de Casani, que ya la había expresado antes por escrito dos veces y seguramente había hablado de ello con Castelli y con Calasanz.<ref group='Notas'>Así lo cree también Vilá (cf. PosCas, p.540-543). </ref> Y que el mismo Calasanz acogió esta idea de Casani y Castelli con gran satisfacción queda patente en este párrafo de una carta suya a Cárcare el 13 de noviembre, nueve días después de aprobada la decisión capitular:
- Dígale al Hº. Francisco que no sólo él, sino también todos los Hermanos Operarios que sean aptos, quiero que reciban la primera tonsura, pero no quiero que estudien latines, sino que se contenten con el título y bonete de clérigos de modo que todos como clérigos, estén más conformes y unidos en santa caridad, pues tanto amo yo a uno de éstos si es buen siervo de Dios, como a cualquier otro de los clérigos que deben llegar a decir misa'.<ref group='Notas'>C.726 La situación estable de clérigos tonsurados sin aspirar al sacerdocio no era excepcional en tiempos de Calasanz, y menos todavía en épocas anteriores, sobre todo para poder disfrutar de beneficios eclesiásticos, finalidad totalmente excluida en el caso de los Clérigos Operarios. Uno de esos clérigos estables que jamás aspiró a las órdenes mayores era Gaspar Dragonetti. </ref>
Lamentablemente, de nada sirvieron estos buenos deseos y esperanzas, y las perturbaciones que de aquí surgieron obligaron al Fundador y a sus Asistentes a dejar en manos de la Santa Sede la solución del conflicto.<ref group='Notas'>Cf. R. MARTÍN, ‘Tercera clase de religiosos en la Orden de las Escuelas Ptas’: AnCal 5(1961)35-101 </ref>