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14.08. Otros conflictos externos e internos
En el proceso de Beatificación de San Juan Leonardi hizo declaraciones San José de Calasanz en 1639 y dijo que Clemente VIII, reconociéndole hombre prudente, 'le eligió para componer ciertas diferencias y pretensiones que habían surgido entre algunos gentileshombres seglares y los maestros de las Escuelas Pías, lo cual fue de mucha utilidad en aquella ocasión para la obra de las Escuelas Pías'.<ref group='Notas'>Cf. texto completo y comentario en Archivum 4 (1978) 277.</ref> ¿Cuál era el problema? No es fácil responder. Ciertamente no se trataba de una disensión interna entre los miembros de la Congregación, ni de cuestiones relativas a la implantación de la vida en común, a cuya reunión decisiva vimos que asistió Leonardi junto con Mons. Vestri.<ref group='Notas'>Así lo entiende C. Vilá, ampliando la problemática en que tuvo que intervenir Leonardi. Pero no se ve quiénes fueron los 'gentileshombres' que provocaron 'las diferencias y pretensiones', ni cuáles fueran éstas (cf. ‘Archivum’ 4 [1978] 281-283; C. VILÁ, ‘Las Escuelas Pías seglares’, p.226-229)</ref>
Se trata más bien de un conflicto entre un grupo externo (algunos gentileshombres seglares) y el grupo que forma la Congregación (los maestros de las Escuelas Pías). A primera vista cabría pensar que se trata de la conspiración de los maestros de barrio, que acabamos de ver. Mas a nadie, ni entonces ni ahora, se le ocurriría aplicar a los maestros romanos de barrio el calificativo de ‘gentileshombres’, pues lo normal es que fueran simples plebeyos, 'personas vagabundas e inestables con harta frecuencia', como escribía el cardenal Silvio Antoniano.<ref group='Notas'>Cf. SÁNTHA, SJC, p.41.</ref> No obstante, Talenti insinúa que ellos fueron los instigadores de una nueva campaña, denigrando y desprestigiando las Escuelas Pías ante los nobles o “gentileshombres” que mandaban a ellas a sus propios hijos, acusando a aquellos maestros de ignorantes, indiscretos e injustos al tratar sin distinciones a los niños pobres y a los ricos, a los nobles y a los plebeyos.<ref group='Notas'>TALENTI, ‘Vita’, p.86.</ref> Ignoraba, sin embargo, Talenti que por aquellas fechas del pontificado de Clemente VIII, como hemos visto, en las Escuelas Pías no había ricos, ni nobles, sino sólo pobres que tenían incluso que acreditar su pobreza con el testimonio escrito de sus Párrocos.<ref group='Notas'>Sin duda desorientado cronológicamente, Talenti aplicaba a esta época lo que será cierto mucho más tarde: 'allora s'insegnava nelle Scuole Pie… a giovanetti d'ogni sorte, a plebei e nobili, richi e poveri, a grandi e piccoli' (ib.). Esta misma idea mantuvo Bau, dando a la intervención de Leonardi el significado propuesto por Talenti (cf. Bau, BC, p.321-323).</ref>
Lo más probable es que este misterioso conflicto fuera el mismo del que hablaba Calasanz en una carta de 1628. Decía:
- … le quiero contar lo que me sucedió con los Señores de la Cofradía del Smo. Nombre de Jesús, fundada en la Minerva de Roma, que es una Cofradía riquísima. Vinieron a mí hace muchos años y me dijeron que aquellos señores se ofrecerían a pagar todos los gastos necesarios respecto a la casa y al sustento de los maestros con tal que vinieran ellos una vez a la semana a hacer reunión con nosotros y ver cómo iban las cosas, para darnos la ayuda que fuera necesaria. Yo les respondí que el que quisiera venir a disponer de nuestras cosas debía trabajar como nosotros, y que ellos se preocuparan de sus obras, que nosotros nos preocuparíamos de las nuestras, pues el Señor, que sabe y puede proveerlo todo, nos ayudaría en nuestras necesidades'.<ref group='Notas'>Cf. c.822. El P. Vilá precisa que en la Minerva había tres cofradías: Anunciata, Smo. Salvador y Nombre de Dios, no de Jesús, como dice Calasanz. Esta última era pobre, mientras la del Salvador era riquísima. Por tanto, Calasanz se refiere a esta última. Vilá revisó, sin fruto, el ‘Líbro delli decreti della Ven. Compagnia del Smo. Salvatore 1597-1623’, así como el correspondiente a la cofradía del Nombre de Dios. No hay alusión alguna a esta oferta (cf.C.VILÁ, o.c., p.221, n.46.</ref>
No se puede precisar cuándo ocurrió el hecho relatado, pero sí deducir que fue antes de 1612, en que se compró la casa de San Pantaleón. La evocación viene a cuento, pues se trata de insistir en que no se admitan las pretensiones de un bienhechor que intenta imponer su voluntad. También en el caso de Leonardi se trataba de componer 'ciertas diferencias y pretensiones'. La cofradía era riquísima y Calasanz acentúa por dos veces la palabra señores, refiriéndose a los cofrades. Lo cual hace pensar que se trate efectivamente de los gentileshombres mencionados. Quizá el rechazo de Calasanz, aunque más cortés de lo que el texto de su carta indica, molestó a los cofrades y sus quejas llegaran hasta el papa Clemente VIII, quien encomendó a Juan Leonardi que apaciguara los ánimos ofendidos, evitando así consecuencias lamentables para las Escuelas Pías.
Otro conflicto interno se originó en el seno de la Congregación a principios de 1604, medio año antes de que se decidiera la instauración de la vida común. Eran los meses en que Calasanz estaba imposibilitado por su aparatosa caída y ejercía las funciones de prefecto de las Escuelas el sacerdote Andrés Basso. En la súplica dirigida a Mons. Vestri para que consiguiera el Breve de admisión de Jerónimo Nicotera, añade Basso una noticia interesante, referente al valor vinculante que tenían las decisiones tomadas por la mayoría en el seno de aquella Congregación, aun antes de implantarse la vida común.<ref group='Notas'>Cf. G. SÁNTHA, ‘Sac. Hieronymus Nicotera…’, p.344-346, n.6 (cit. en n.39 de este cap.).</ref> Y una de estas decisiones había sido exponer en público la lista de todos los que formaban parte de la Congregación; pero aunque lo había aprobado la mayoría, parece ser que una minoría se disgustó por ello, y aun otros habían cambiado luego de opinión y pretendían tal vez que se revocara la decisión tomada.<ref group='Notas'>'Io non hebbi mai ardire di dire ne de si ne de no, quando V. S. Rvma. mi domandó il parer mio intorno al mettere in charta il nome delli fratelli temendo di falare. Ma quando ho veduto vinto il partito, mi pare che non possi falare a seguire il volere et parere della maggior parte delli fratelli. Ho detto ciò a V.S. Rvma. perché sento in casa che alcuni fratelli sono mutati, però stat sententia facta' (ib., p.346). Algo similar se prescribió en 1658 para las ‘escuelas de la Doctrina Cristiana’, en Roma, ordenando que tuvieran expuesto en público un cartel 'con il nome di tutti li fratelli et delli operarii quale, mentre dura l’insegnare si doverà tener a vista di tutti' (‘Forma delle scuole della D. Cristiana in Roma et regola nell'insegnare’, 1658: cit. en C. VILÁ o.c., p.226-227, n.61). Pero la situación social de tales catequesis era muy distinta de la que se daba en las Escuelas Pías del palacio Vestri.</ref>
No sabemos concretamente la finalidad de tal lista pública, ni la razón del disgusto de quienes se oponían. Quizá la finalidad fue afianzar la perseverancia y el compromiso de los miembros de la Congregación.<ref group='Notas'>Así lo cree Sántha (cf. ib., p.343).</ref> Y quizá la causa del disgusto estuviera en el temor de sentirse desprestigiados por pertenecer a unas escuelas que como todas las de niños en general merecían el desprecio de los humanistas de la época,<ref group='Notas'>Cf. G. PELLICCIA, o.c., p.64. Silvio Antoniano se lamentaba de que hubiera resultado en su tiempo, 'aunque sin razón, el enseñar a los niños ejercicio vil y despreciable' (cit. en SANTHA, SJC, p.41). Juan Luis Vives escribía a Erasmo: 'Siento tal repugnancia por las escuelas, que haría cualquier cosa antes que volver a esas inmundicias y tratar con críos' (ALLEN, Opus epist. Des. Erasmi, V, p.113).</ref>y más aún las Escuelas Pías, que en aquellos años estaban abiertas solamente a los niños más pobres de Roma, pues no hacía mucho que se había decidido que sólo se admitieran a quienes trajeran certificado de pobreza. Años más tarde habrá quien califique con sarcasmo a las Escuelas Pías como una cloaca en la que confluyen las heces y basuras de toda Roma.<ref group='Notas'>Jano Nicio Eritreo, pseudónimo culto de Juan Vittorio Rossi (1577-1647),hablando de Andrés Bayano (1566-1639), que enseñó y murió en las Escuelas Pías, dice 'ac postremo vitae suae tempore hanc eandam Grammaticae artem professus est apud eos (los escolapios), ad quos puerorum Urbis faex atque quisquiliae, tamquam in cloacam aliquam confluunt, ut literelis imbuatun' (‘Pinacotheca imaginum illustrium virorum’, I, n.I44. Cit. en EC IV, p.1808). Vilá relaciona también ests conflicto interno con la visita de Leonardi (cf. C. VILÁ, o.c., p.238-239).</ref> Se comprende, pues, que algunos no quisieran que apareciese su nombre en público, tanto menos después de la reciente campaña de calumnias, promovida por los maestros municipales.<ref group='Notas'>Dos años antes Gelio Ghellini consideraba esas mismas Escuelas Pías del palacio Vestri como una especie de trampolín hacia la fama, al ser objeto de observación y admiración de los cardenales y prelados que las visitaban. Escribía en 31 de agosto de 1602: 'in somma le cose predono gran progresso; e ques'tanno haveremo spesso visita de Prelati. L'ocassione pei farsi conoscer è-troppo gránde et più di quel ch’io credeva, perchè posandosi sopra di me il negotio del spirito di questi figli (los alumnos) e dell'oration loro, ho da far molte attioni, le quali questi Sri. Cardinali vedono e vedranno alla giornata, volendo essi saper minutamente il tutto' (EC III, p.1555).</ref>