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13.06. Precisando los hechos

La tradición ininterrumpida hasta nuestros días señala el final del otoño de 1597 como principio de las Escuelas Pías en Santa Dorotea. El relato tradicional, sobre todo la versión de Talenti, ordena los pasos sucesivos del Fundador con tal lógica y precisión que el lector casi percibe -decíamos- el chasquido de las tijeras cortando la cinta inaugural de los locales y aun la fórmula solemne de inauguración de la obra: 'en nombre de Dios… dio principio'. Alguien lamentaba, incluso, no saber exactamente el día.<ref group='Notas'>'… vers la fin de I'automne 1597 , nous n'avons pu savoir exactement quel jour, il commença avec ses autres collaborateurs, les Ecoles Pies de Sainte-Dorothée' (TIMON-DAVID, ‘Vie de S. Joseph Calasanct’ [Marsella 1884] t.I, p.147).</ref> Quizá la preferencia por esa época del año -al declinar el otoño- esté en relación con el principio del curso académico, que entonces era precisamente a primeros de noviembre.<ref group='Notas'>Cf. G. PELLICCIA, o.c., p.110-111, 246-247; R. GARCÍA-VILLOSLADA, o.c., p.87; SÁNTHA, SJC, p.340.</ref>

Naturalmente, la fecha en cuestión no tiene nada que ver con la escuela de Santa Dorotea, ya existente cuando llega Calasanz, como hemos visto en los documentos citados. Parece ser que llevaba funcionando como escuela cotidiana desde hacía ‘muchos años’.<ref group='Notas'>En la sesión del 1 de agosto de 1599 el presidente de la Cofradía de la Doctrina Cristiana decía a la Junta General que el señor Marcantonio Arcangeli pedía que aceptaran bajo su protección 'l'opera della Scuola quotidiana, alla quale egli aveva giá atteso ‘molti anni’ et attendeva alla chiesa di Sánta Dorotea in Trastevere' (cf. G. SÁNTHA, ‘De S. Fundatoris nostri in confraternitate doctrinae christianae…, p.158, n.13).</ref> No obstante, no sólo Bau y Picanyol, sino aun el mismo Sántha no acabaron de ver la distinción entre ambos momentos fundacionales, temiendo que la preexistencia de una escuela en Santa Dorotea creara dificultades para atribuir a Calasanz la fundación de las Escuelas Pías. Para ello, había que interpretar los documentos en el sentido de que tal escuela cotidiana de Santa Dorotea fue fundada por Marco Antonio Arcangeli, Calasanz y algún otro cofrade de la Doctrina Cristianas<ref group='Notas'>Comentando Sántha el texto citado en la nota anterior escribe: 'Illa verba hujus textus, quibus Marcus Antonius Archangeli asserit se per multos iam annos schólis quotidianis apud S. Dorotheam astitisse haud parum difficultatis nobis afferrent, si etiam textus superioris Congregationis Secretae [del l0 de junio de 1599] idem diceret. Ast ille omittit quamlibet indicationem temporii, per quod dominus Márcus Antonius dictas scholas adiuvit [dice simplemente: 'la scuola quotidiana che egli fa]; ex quo seqitur vocabula 'per molti anni' non tam serio esse intelligenda, ut non posset annus 1597 admitti tamquam primus dictarum scholarum. Calasanctius ergo autumno anni 1597 vel initio anni 1598 non iam perfectae cuidam atque omni numero absolutae scholae cotidianae adhaesit, sed easdem adhuc nascentes et in 'statu fieri' adiuvandas, ordinandas atque regendas suscepit. Ceterum talis est sensus etiam Ep. 132a et Ep. 4185' (ib.).</ref> Esta interpretación, sin embargo, parece inadmisible, pues pugna contra el sentido normal de las frases y la contundente coincidencia o refuerzo mutuo de textos.<ref group='Notas'>A los 'molti anni' de M. A. Arcangeli añádase la clara 'apostilla marginal' de Berro, los dos textos de Calasanz, citados al final de la nota anterior y los testimonios de Ferrari y Baldi. De todos ellos se deduce claramente que la escuelita ya existía al llegar Calasanz (cf. A. GARCÍA-DURÁN, o.c., p.71). No parece, pues, exacto que Bau y Picanyol afirmaran 'que dicha escuela de Sta.-Dorotea ya estaba en marcha al agregarse a ella José en 1597 y convertirla en gratuita', como dice Vilá (cf. C. VILÁ, ‘Fuentes inmediatas de la Pedagogía Calasancia’, p.38). Bau dijo que aquella escuela fue fundada conjuntamente por Calasanz y otros cofrades, como confirmarán Picanyol y Sántha, y que luego Calasanz la transformó. Pero los textos citados dicen, en cambio, que ya existía.</ref>

La concatenación de hechos y fechas, sin forzar los datos documentales, parece ser sencillamente ésta: las inquietudes vocacionales de Calasanz surgen como consecuencia de su experiencia personal como visitador de pobres y enfermos de la Cofradía de los Apóstoles. Y la primera vez que aparece su nombre con este oficio en los libros oficiales de la Cofradía es el día 27 de mayo de 1596.<ref group='Notas'>Cf. G. SÁNTHA, ‘De S. Fundatoris nostri in Archiconfr. SS. XII Apost…’, p.181. Se trata del Libro del Camarlengo para los años 1594-1596. Sántha hace notar los 28 meses de silencio respecto a Calasanz hasta que se le nombra en la referida fecha, es decir, desde que empieza el libro.</ref> Esta es, pues, la fecha extrema, antes de la cual no cabe colocar ninguno de los hechos de que tratamos.

Las preocupaciones de Calasanz por encontrar solución al problema de escolarización de los pobres tienen que aparecer lógicamente después de varios meses en que ha ido constatando la situación. Berro hace notar que los intentos ante los maestros, el Capitolio y los jesuitas no tuvieron éxito alguno, a pesar de las recomendaciones del cardenal Marco Antonio Colonna.<ref group='Notas'>En sus ‘Annotazioni’ escribe: 'e non havendo in niun luogo fatto colpo, nemeno con il favore dell'Emo. Colonna' (BERRO I, p.72). En su ‘Vita’ breve especifica de qué Colonna se trata: 'Prese parole dall Emo. e Rmo. Card. Marco Antonio Colonna comparve il N. D. Gioseppe nel Campidoglio… ma non potendo ottenere la gratia ricorse con il favore di ‘detto cardinale alli’ PP. della Compagnia di Gesú…' (BERRO, ‘Vita del p. Fondatore delle Scuole Pie’, en CAPUTI ‘Notizie Hist.’, parte IX, 1, f.6v).</ref>. Ahora bien, dicho cardenal murió el 14 de marzo de 1597 en su palacio de Zagarolo,<ref group='Notas'>Cf. Hier. Cath., III, p.40.</ref> donde se retiró ya enfermo algunas semanas antes. Por consiguiente, en esas fechas ya había hecho Calasanz el recorrido a favor de los niños pobres.

Un mes escaso después de la muerte del cardenal, exactamente el 9 de abril de 1597, le toca por oficio visitar el barrio del Trastévere a Calasanz y el 29 de mayo vuelve otra vez de visita.<ref group='Notas'>Cf. G. SÁNTHA, o.c., P.184-185.</ref> Es lógico suponer, pues, que en una de esas dos ocasiones, acompañado del caballero Santiago de Ávila, como cuenta Caputi, entrara en la iglesia de Santa Dorotea para pedir la lista de enfermos y pobres, y viera -por primera vez- la escuelita parroquial, asistida por dos o tres cofrades de la Doctrina Cristiana, entre los cuales Marco Antonio Arcangeli, desde hacía muchos años, y quizá también Santiago de Ávila, pues ambos pertenecían a dicha cofradía, aunque no la escuela misma.<ref group='Notas'>En un documento de junio de 1597 se nombran los nuevos priores de las 22 iglesias romanas que tenía la cofradía de la Doctrina Cristiana y no figura entre ellas la de Santa Dorotea, como tampoco en una lista en que se nombran todas las iglesias en que tenía escuelas dicha cofradía (cf. A. GARCÍA-DURÁN, o.c., p.87, n.465).</ref>

Debió de ser el párroco mismo don Antonio Brandini<ref group='Notas'>Las biografías calasancias le llaman ‘Brendani’. En la lápida sepulcral, en Sta. Dorotea, se lee en latín Brandanus (cf. C. VILA, ‘la Iglesia de Santa Dorotea’: EphCal 11 [1980] 467-468). En su partida de defunción se le llama Brandini (cf. ib., n.28; EGC II, p.47).</ref> quien instituyó la escuela, muy similar a las oficiales establecidas en cada distrito de Roma. Las materias de enseñanza elemental eran las mismas: leer, escribir, gramática y catecismo. La mayor parte de los chicos pagaba, mientras sólo unos pocos eran gratuitos para recompensarles los servicios que prestaban a la parroquia, seguramente por ser monaguillos. Dicha escuela parroquial, por otra parte, no era un caso único en Roma, como se desprende de las relaciones de visitas apostólicas hechas a las parroquias en los años inmediatos al Concilio de Trento.<ref group='Notas'>En un cuestionario del 12 de junio de I 564, para tales visitas, se pregunta: 'Se c'é scuola di fanciulli e in che modo li istruiscono'. Y en las relaciones de la visita de 1566, 'Tommaso Orfini menziona vari parroci e cappellani che fanno scuola ad alcuni putti, insegnandogli leggere e scrivere e grammatica … Senonchè era cambiato il tipo di rapporto in questo servizio, che era solo parzialmente gratuito, probabilmente per il fatto che ai poveri si provedeva mediante la sovvenzione del Senato romano ai Grammatici dei rioni' (G. PELLICCIA, o.c., p.65)</ref> No era, pues, una simple escuela catequética, dado que éstas eran dominicales y gratuitas,<ref group='Notas'>ib., p.29-37; A. GARCÍA-DURÁN, o.c., p.87, n.465.</ref> mientras la de Santa Dorotea era cotidiana y de pago.

Quizá las razones por las que fueron instituidas, tanto la de Santa Dorotea como las demás similares, haya que buscarlas en la insuficiencia o incomodidad de las oficiales o municipales, subvencionadas por el Senado con fondos públicos, de las que había 14 en toda Roma, una para cada barrio (‘rione’).<ref group='Notas'>Cf. G. PELLICCIA, o.c., p.61. Véanse tres liStas de los maestros y sus escuelas, una de 1539,-en que solo había 13 ‘rioni’, y otras dos de 1586 y 1655, en que los ‘rioni’ son ya 14 (cf, ib., p.431-434). 'Realmente -comenta Sántha-, 13 ó 14 maestros para una ciudad de 116.000 habitantes, de los cuales un número mínimo de 5.000 niños necesitaba instrucción elemental, resultaba poco menos que nada' (SÁNTHA, SJC, p.43).</ref> Pudo también influir el celo de los párrocos, deseosos de dar a los niños de su parroquia el catecismo con más garantía, no fiándose demasiado de los maestros, aunque tenían prescrita una hora semanal.<ref group='Notas'>En una ordenanza a los maestros de los barrios de Roma, no posterior a 1586, se dice: 'che un giorno alla settimana dopo pranzo ad elettione delli maestri facciano recitare la dottrina christiana alli suoi scholari, et il giorno avanti la festa ricordino et comandino loro, che vadino alla dottrina, dove si terrá' (cf. G. PELLICCIA, o.c., p.42). No faltaban dudas y temores sobre la ortodoxia de los maestros (cf. SÁNTHA, SJC, p.41).</ref> Mayor peso pudo tener la preocupación por la recta educación de los niños al confiarlos al cuidado de maestros cuya ciencia y moralidad dejaba mucho que desear.<ref group='Notas'>Véanse alusiones en diversos informes de 1556, 1567,1569-70, 1595, 1629 en G. SÁNTHA, SJC, p.39-40.</ref> El cardenal Silvio Antoniano dice de ellos en tonos muy sombríos que con harta frecuencia eran 'personas vagabundas e inestables y que tienen poco cuidado del aprovechamiento de los niños, antes bien, ellos mismos son tales a veces, que tendrían necesidad de ir a la escuela del temor de Dios y de las buenas costumbres, habiendo resultado por todo ello, aunque sin razón, el enseñar a los niños, ejercicio vil y despreciable'.<ref group='Notas'>M. S. ANTONIANO, ‘Tre libri dell'educatione christiana (Verona 1583), p.142 (cit. en SÁNTHA, SJC, p.41).</ref>

Notas