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10.07. Con el joven cardenal Ascanio Colonna
Al morir el viejo cardenal Marco Antonio el 13 de marzo de 1597, ocuparía, sin duda, su lugar en el palacio Colonna el joven cardenal Ascanio, dejando su residencia del palacio sixtino de Letrán, pues él era el varón con más edad de toda la familia y, por tanto, responsable de sus destinos y de la protección de sus dos sobrinos, Felipe, de diecinueve años, y Marco Antonio (el heredero de la casa), de dos años tan sólo. Ascanio era hermano de Fabricio, el padre de Felipe y de su difunto hermano Marco Antonio. Al trasladarse, pues, el cardenal Ascanio al palacio de la plaza de los Apóstoles, debió confirmar a Calasanz en sus funciones de teólogo —en este caso a su servicio personal— y padre espiritual de la familia. Pues, de hecho, consta documentalmente que al inscribirse Calasanz en la Archicofradía de las Llagas de San Francisco, el día 18 de julio de 1599, se dice expresamente que vive 'en casa del Ilmo. Cardenal Colonna'.<ref group='Notas'>'Don Giuseppe Calasantio, Sacerdote della diocesi de Urgelle in Casa del Illmo. Cardinale Colonna a dí 18 luglio 1599' (‘Nome de Fratri della Compagnia di S. Francesco’, 1594-1661, f.47, G, cit. en G. SÁNTHA, ‘Operositas atque industria Calasanctii in Archiconfraternitatibus. SS. Stigmatum…: EphCal 9-10 [1959] 328-329).</ref>
Una tradición tardía, que ha llegado hasta nuestros tiempos, afirmaba que el Cardenal Ascanio y Calasanz se conocieron ya en Alcalá de Henares, siendo compañeros de universidad. Pero ya vimos que las referencias documentales lo desmienten.<ref group='Notas'>Cf. cap.5. n.9.</ref> No fue, pues, esta razón la que justificaría la entrada de Calasanz al servicio de los Colonna, ni tampoco su permanencia, una vez muerto el viejo cardenal que le había admitido.
A fines de 1600 emprendió el cardenal Ascanio un viaje a España con una misión especial que le encomendó el papa cerca del rey, y estando allí fue nombrado Virrey de Aragón, de cuyo cargo tomo posesión el 19 de julio de 1602 y lo mantuvo al menos hasta marzo de 1605, en que todavía estaba en Zaragoza. Y en España continuaba durante los dos conclaves de la primavera de aquel año 1605 en que fueron elegidos León XI y Pablo V. Su nombre no aparece entre los conclavistas.<ref group='Notas'>Cf. J. LÓPEZ NAVÍO, ‘Ambiente histórico…’, p.243-249 PASTOR, vol. 25, p.6-12, 24-32.</ref> Durante esta larga ausencia del Cardenal Ascanio en España, Calasanz decidió abandonar el palacio Colonna, pues ya había puesto los fundamentos de su obra y para entregarse de lleno se trasladó a vivir en la sede de sus Escuelas Pías. Según la autorizada voz del P. Berro, este traslado tuvo lugar en 1602.<ref group='Notas'>Al hablar del traslado de las escuelas al Palacío Vestri dice: 'e questo é necessario che fosse del 1602...' y 'in questa casa [Palacio Vestri] si trasferi del tutto il Nostro O. Giuseppe Calasanz, lasciando il Palazzo del Emo. Ascanio Colonna' (cit. por A. GARCÍA-DURÁN, o.c., p.96, n.490-491).</ref>
Biógrafos hay que creyeron que el cardenal Ascanio salió para España en 1602, una vez nombrado Virrey de Aragón, y que Calasanz aprovechó el pretexto para abandonar su palacio.<ref group='Notas'>Entre los recientes cf. BAU, RV, p.92; A. GARCÍA-DURÁN, o.c., p.96.</ref> Sin embargo, según lo dicho, permaneció todavía unos dos años más (1600-1602), en los que quedaba al frente de la familia su encomendado 'discípulo', el príncipe Felipe, de veintidos a veinticuatro años En tales circunstancias, cabe suponer que la presencia de don José de Calasanz, en sus cuarenta y tres a cuarenta y cinco años de edad, asumiera en cierto modo un carácter de tutoría y responsabilidad, que iba más allá de sus funciones espirituales, por lo que don Felipe le guardará luego gran estima y agradecimiento.
Mientras moraba en uno de los palacios más espléndidos de Roma, a la sombra de una de las estirpes de más rancio abolengo, se acordaba de que era hijo del herrero de Peralta y mandó para la iglesia de su pueblo, en 1593, un cáliz —lo recordamos de nuevo— con esta inscripción alusiva en el pie: Pro ferro aurum et argentum. 1593 (Oro y Plata en vez de hierro). Era casi una ironía.