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05.07. Calasanz en Valencia

Desde el primer esbozo de biografía calasancia con la ‘Breve Notizia’ de 1648 hasta nuestros días corre ininterrumpidamente la tradición, avalada por analistas, historiadores y biógrafos con sus obras inéditas o impresas, de que San José de Calasanz estudió Teología en la Universidad de Valencia.<ref group='Notas'>Cf. lo dicho en el Cap. 4, n. 1 de esta obra.</ref> Hay una primera tradición que queda ya consignada por escrito en la referida ‘Breve Notizia’, y que nombra a Valencia, junto con Lérida y Alcalá, como las tres universidades españolas en que estudió el Santo Fundador, sin especificar qué estudió en cada una.

Esta primera tradición fue confirmada luego con más detalles por don Ascanio Simone —que había sido escolapio con el nombre de Jerónimo de Santa Inés— en una declaración firmada el 6 de octubre de 1659 ante el notario Vicente Marco Perrone, de Campi Salentina, en la que decía:

Habiendo ido una vez a dar cuenta de conciencia al Venerable Siervo de Dios, después de haber discurrido de muchas cosas referentes al espíritu, me dijo que estando él a los veintiún años de edad en Valencia cuando estudiaba la Sda. Teología, fue invitado por una dama a pecar y que por gracia de Dios bendito y de su excelsa Madre eludió el lazo que le había sido tendido por el diablo, abandonando a la mujer que al pecado le incitaba'.<ref group='Notas'>Cf. BAU, RV, p.40-41. Texto original italiano en RegCal 28,60.</ref>

La intimidad que supone esta confidencia, la sobriedad del relato y la seriedad notarial que lo avala son razones válidas para aceptar la verdad de la declaración. El último gran biógrafo, P. Bau, sin embargo, se empeñó en negar la presencia de Calasanz en Valencia, contra la evidencia de los testimonios documentales, contra la ininterrumpida y unánime tradición de tres siglos y contra su propia opinión, manifestada en su gran obra anterior.<ref group='Notas'>Cf. BAU, BC, p.1OO-1O7. La fantasía del P. Bau se desborda en la increíble interpretación que da de la declaración de D. Ascanio Simone (cf. BAU, RV, p.39-42; 321-324).</ref> Y probablemente el motivo de su cambio de opinión lo expresó al confesar de sí mismo: 'en Valencia alguien se ha desojado hojeando catálogos y papeles, con resultado absolutamente negativo'.<ref group='Notas'>Cf. BAU, RV, p.42. Los meticulosos, sólidamente documentados y casi exhaustivos estudios hechos sobre la Universidad de Valencia durante la primera mitad del siglo XVI por Jordán Gallego Salvadores y Amparo Felipo, particularmente el titulado ‘Grados concedidos por la Universidad de Valencia durante la primera mitad del s. XVI’: Anal. Sacra Tarrac. 51-52 (1978-79) 323-380; 55-56 (1982-83) 7-105, dejan abierta la puerta a la esperanza de que pueda encontrarse todavía algo referente al estudiante José de Calasanz, aunque no consiguiera ningún grado académico. Para ello, cabe esperar otro estudio similar, dedicado a ‘la segunda mitad del s. XVI’.</ref>

Ya hicimos notar que el silencio en los libros oficiales no es razón apodíctica para negar la presencia de ciertos estudiantes en las aulas universitarias.<ref group='Notas'>Cf. cap. 4, n.24. Si fuera válido ese argumento tendría que aplicarse igualmente —en el caso de Calasanz— a las demás universidades en que se cree que estudió, es decir, al trío completo de Lérida-Valencia-Alcalá, y a cualquier otra posible. Pero entonces ¿cómo pudieron darle el título incuestionable de ‘Doctor en Teología’?</ref> Y concretamente, respecto a Valencia, leemos —y traducimos— en el art. primero de las Constituciones revisadas de 1581:

Primeramente, por cuanto que, por las Constituciones de la presente Universidad y Estudio General de la presente ciudad de Valencia, los estudiantes tienen obligación de matricularse y dichas constituciones no se han observado de la manera que convenía para probarlo, por tanto se establece y ordena que se tenga un libro, que esté en poder del Escribano de la sala, y en él se matriculen todos. Y que para la prueba de los cursos no se admitan sino los que estarán matriculados...'.<ref group='Notas'>Cf. F. MIRALLES VIVES, o.c., p.115-116. Lo mismo se advierte en el Estudio General de Lérida, pues en los Estatutos reformados por el Rector F. Capdevila en 1579 leernos: 'nullus pro scholari habeatur et reputetur nisi in Libro Matriculae huius Universitatis fuerit adscriptus…' (cf. J. LLADONOSA, ‘Humanisme i reformes a l’Estudi General de Lleida durant el s. XVI’: VIII Congreso de Historia de la Corona de Aragón, III, II [Valencia 1973] p.103).</ref>

Ateniéndonos a la declaración de don Ascanio Simone, José Calasanz estaba estudiando Teología en Valencia a sus veintiún años de edad, que cumplió a primeros de septiembre de 1578. Por tanto, su primer curso de Teología en Valencia fue el 1578-79, dos años antes de la citada Constitución.

Para poder empezar los cursos de Teología en Valencia 'se exigía que el alumno hubiera cursado los tres años de Artes y obtenido el Bachillerato en las mismas'.<ref group='Notas'>Así lo exigían las Constituciones de 1561, art. 148 (cf. J. GALLEGO SALVADORES, ‘La facultad de Teología en la Univ. de Valencia durante la primera mitad del s. XVI’: Escritos del Vedat, 5 [1975] 97).</ref> Así lo debió hacer Calasanz en el Estudio General de Lérida, y probablemente presentó el certificado acreditativo en la cancillería de la Universidad de Valencia. Este reconocimiento de estudios anteriores se daba solamente entre universidades mutuamente “aprobadas”, como eran, entre otras, Lérida, Alcalá y Salamanca respecto a Valencia.<ref group='Notas'>He aquí la lista de las reconocidas por Valencia: Roma, Bolonia, Padua, Siena, Pisa, Perusa, Pavía, Nápoles, Ferrara, Turín, Lovaina, París, Montpellier, Avignon, Burdeos, Huesca, Lérida, Salamanca, Alcalá, Valladolid, Sigüenza, Toledo, Sevilla, Granada, Osuna y Coimbra (cf. A. PALANCA PONS, ‘Historia de la Univ. durante los reinados de Carlos I y Felipe II (1515-1588)’: VIII Congreso de la Corona de Aragón, III, II, p.192). En las Constituciones o estatutos de 1581 (art. 14) fueron añadidas las de Barcelona y Méjico (cf. F. MIRALLES VIVES, o.c., p.117).</ref>

Durante el curso 1578-79 fue rector de la Universidad Andrés Tarazona,<ref group='Notas'>Cf. A. PALANCA PONS, o.c., p.187.</ref> y catedráticos de la Facultad de Teología los siguientes: Miguel Juan Lubiela (1551-79), Juan Blas Navarro (1551-94), Joaquín Mijavila (1551-86), Pedro Juan Monzó (1574-89), Jaime Ferruz (1547-94), Juan Bta. Burgos (1558-82), Luis Istella (1566-84), Gaspar Aldana (1576-93), Miguel Bartolomé Salom (1569-98).<ref group='Notas'>Ib., p.203.</ref> De ellos, los cuatro primeros nos son conocidos como víctimas de los procesos inquisitoriales promovidos por el Patriarca Ribera.

Calasanz pudo asistir, como otros, a las lecciones de la Universidad y a la vez a las del Colegio de San Pablo, tanto más si no tuvo que graduarse, pues sólo estuvo un curso, al parecer. Efectivamente, los jesuitas decían en un memorial de 1569 que:

… los estudiantes que oyen en nuestro collegio no faltan del Estudio sino dos horas, lo demás assisten y oyen allá, de suerte que no se impide que puedan allá oyr una, dos, tres, quatro o cinco liciones, con no tener obligación para el curso de theología que a una o dos liciones, como se haze en todas las demás Universidades...'.<ref group='Notas'>Las Constituciones de la Universidad de Valencia de 1561 prescribían, en efecto, que: 'qualsevol studiant que voldrá que lo temps que oyrá Theologia se li prenga en compte de curs per’a graduar-se en la present Universitat, o per’a que se li done certificatoria de com ha oyt en dita facultat, sia obligat tots los quatre anys que dura lo curs de Theologia a oir cada dia una lliçó de Sant Thomas e una lliçó dels quatre llibres de les Sentencies per lo Mestre o per Durando e los darrers anys cada dia una lliçó de la Scriptura' (cf. J. GALLEGO SALVADORES, ‘La facultad de Teología en la Univ. de Valencia…’, p.124).</ref> Y dado que en la Universidad había clases “desde la mañana a la noche, y no pudiendo el collegio, ni las religiones por esta razón dexar de leer a hora que no se lea en el Estudio, ha puesto el collegio sus dos liciones a horas que menos dañan al Estudio…”.<ref group='Notas'>Cf. R. ROBRES LLUCH, o.c., p.135.</ref>

Y dado el sumo aprecio que siempre manifestó Calasanz a los jesuitas 'desde su juventud', es lógico suponer que asistiera a las dos clases de teología en el San Pablo, como hacían otros de sus compañeros, desafiando la actitud adversa de los catedráticos del Estudio. Más aún, precisamente en 1578, el General de los jesuitas, muy interesado por el buen nombre del Colegio de Valencia, escribía al Rector P. Domenech:

Por cartas que V. R. me ha escrito, he entendido el buen suceso de los estudios de theología en esse Collegio y que sólo faltava la lectión de Escriptura…, yo tenía señalado al P. Baptista Ferrer para hazer este officio en Nápoles, mas offreciéndose la necessidad de ese Collegio le he preferido a la de acá… Quanto a venir estudiantes de fuera o no, V. R., pues sabe lo que conviene para la paz con la Universidad y con la ciudad, hará lo que viere ser más conveniente'.<ref group='Notas'>Ib., p.191.</ref>

Ni era menos positivo el juicio que en agosto de ese mismo año 1578 daba el Visitador, P. Baltasar Alvarez, sobre los estudios de Teología, tanto del Colegio como de la Universidad: 'Aquí van bien las cosas de los estudios y por este medio se hace fruto en la Universidad, que han introducido los nuestros en ella buenas letras y los maestros de ella dicen que leen por los escritos nuestros'.<ref group='Notas'>Cf. A. ASTRAIN, o.c., III, p.89.</ref> Y comenta el P. Astrain, evocando el juicio peyorativo y personal que había dado en 1567 otro visitador: “Los estudios no yacían en la postración en que once años antes los había encontrado el P. Gil González Dávila”.<ref group='Notas'>Ib., y n.27 de este cap., con su texto correspondiente. No es muy evidente que tanto este juicio como el del Visitador anterior se refieran a la Universidad, como dice el P. Astrain expresamente en la citada n.27. En ambos casos parecen más bien referirse a los estudios internos del Colegio.</ref>

Es interesante constatar que el famoso director espiritual de Santa Teresa, P. Baltasar Alvarez, empezó su visita al Colegio de Valencia en agosto de 1578 y que el 25 de marzo del año siguiente abría la Casa profesa de la Compañía.<ref group='Notas'>Ib., p.45-46.</ref> José Calasanz llegaría a Valencia en octubre de 1578 —a sus veintiún años—, y si frecuentó las aulas del Colegio San Pablo, pudo ciertamente conocer al P. Baltasar Alvarez. Mas sería excesivo suponer —no se puede tampoco excluir— que precisamente a él confiara su 'histórica tentación'.

Notas