Diferencia entre revisiones de «Kecskemét (HU) Colegio»

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Fachada del colegio escolapio de Kecskemét

Datos

Demarcación Hungría

(1715- )

Historia

Un latifundista noble y rico, István Koháry, trajo las Escuelas Pías a esta ciudad agraria de la gran llanura húngara. Los primeros escolapios llegaron en enero de 1715 y en febrero ya comenzaron a enseñar a 63 alumnos. Al año siguiente alquilaron una casa. Entre 1720 y 1724 se construyó el edificio: en el piso superior vivía la comunidad, en el inferior funcionaban las escuelas. Entre 1729 y 1735 se levantó una iglesia amplia, contigua a la casa; su torre se acabó en 1765. Entre tanto el colegio había crecido con una nueva ala. Además de atender a las escuelas los escolapios realizaban actividades pastorales entre los adultos católicos de toda la región; más aún, daban verdaderas misiones entre los protestantes y paganos, pues después de la ocupación turca de 150 años, los había numerosos. Como el colegio se hallaba en un suburbio, entre los pobres, éstos los apreciaban puesto que los religiosos se hallaban en continua relación con el pueblo de villas y aldeas. Por cierto que dieron hermosísimo testimonio de gratitud por los beneficios espirituales y culturales recibidos, pues con sus propias aportaciones dotaron a la iglesia del colegio de un altar que aún hoy se llama el «altar de los pastores» y es la admiración de los críticos de arte. El número de escolapios osciló desde el principio hasta el siglo XX entre cinco y quince; el número de alumnos creció desde 63, al comienzo, a 480 después de 1750. Los religiosos acudían a todas las partes del reino, especialmente a los eslovacos; se daba gratis la instrucción y se recibían tan sólo los donativos suficientes para cubrir los gastos. El colegio creció y se amplió y contó luego con seis clases. Fue gran golpe el edicto de José II quitando la gratuidad e imponiendo una contribución obligatoria en 1785; por ello se apartaron de los pobres, disminuyó en gran medida el número de alumnos, de modo que en 1788 sólo había 26 inscritos; esto manifiesta elocuentemente que las Escuelas Pías habían sido verdaderamente pobres y se había mantenido fiel a la tradición. Tras la muerte de José II se revoca el edicto (1790) y de nuevo crece el número de educandos, aunque rara vez alcanza a los 300. En 1806 el colegio es promocionado y declarado gimnasio mayor. La guerra (1846-1849) de liberación de la nación acaba con muchos escolapios. En 1853 de nuevo se modifica la estructura del centro y como éste cuenta con casi 300 alumnos se transforma de nuevo en gimnasio mayor con ocho clases. Se levanta el ala meridional entre 1825 y 1894. Se enseña en latín hasta 1758; luego en húngaro (1758-1780). En tiempo de José I se impone el alemán hasta 1790; se lucha con los magistrados de la casa de Austria por el uso de la lengua nacional, que no se concede hasta 1841. La casa de Kecskemét tiene mucho que ver con la vida de toda la Provincia escolapia húngara. Hasta 1743 fue sede del teologado; desde 1731 hasta 1849, se encuentra allí el noviciado; la sede del Provincial de 1730 a 1732. Después, desde 1859 hasta 1935, se educaron ahí los postulantes y los clérigos júniores que se preparaban en la teología y desde 1893 también para el examen de Estado. El plan de estudios se cambió repetidas veces sin que sufriera detrimento la enseñanza a causa de la diversidad de doctrinas intelectuales o políticas. El colegio atendió siempre con peculiar solicitud a los pobres. La misma congregación mariana, creada ya en el principio, era un instrumento para ayudar a los menos acaudalados; de igual modo también se beneficiaban de las representaciones teatrales anuales. Casi durante 50 años hubo un molino en la finca que molía gratis para ellos. Aún después de implantarse las pensiones escolares, muchos eran becados para poder seguir los estudios. En tiempo de guerra el colegio se convertía en hospital y alimentaba gratis a la gente refugiada. Aún hoy muchos alumnos reciben ayudas materiales. Desde finales del siglo XIX el colegio se desenvuelve con mucha normalidad, y, aunque es interrumpida ésta con la primera guerra europea, desde 1924 vuelve a restablecerse. En 1934 se traslada a un nuevo edificio, comenzando por el consejo parroquial, pero acabado por las Escuelas Pías. Estaba montado según las últimas exigencias de la pedagogía. La segunda guerra mundial lo dañó gravísimamente: perecieron museos, laboratorios y demás estructuras, de modo que en dos años no pudo funcionar. Mitad del edificio pasó al Estado que abrió allí escuela estatal,. Tras la convención entre la Conferencia Episcopal y el Estado, en 1950, de nuevo comenzó la enseñanza de los escolapios. Desde 1952 funciona en el colegio un internado; ya funcionó de 1934 a 1948 con un promedio de 45 internos. En la actualidad admite jóvenes de 14 a 18 años. En 1976 tenía 31 sacerdotes y 258 alumnos. El colegio se ha enriquecido con una nueva tarea: los obispos le mandan las vocaciones sacerdotales para cursar allí la enseñanza media. También tiene una función científica, pues allí radica la tercera estación sismográfica nacional, que dirige un escolapio. Entre los profesores más ilustres del colegio merecen mencionarse Cristián Kácsor (1710-1792), pedagogo dinámico y eficaz; Cirilo Horváth (1804-1884) filósofo que luego ocupó cátedra en la Universidad de Pest; entre los alumnos José Katona (1791-1830) que inmortalizó su nombre con la tragedia Bánk bán, fuente de inspiración para tantos poetas; y Jorge Klapka (1820-1892), que ascendió a general del ejército en la liberación de Hungría del poder de los Austrias y participó luego en las Constituyentes, dejando escritos datos importantísimos para la historia de Hungría.

Bibliografía

  • Balanyi-Lantos, Emlékkönyv
  • Piarista Diákkiskalauza
  • Gimnáziumi Értesitök
  • Etele, J., Historia domus et gymnasii Kecskemetiensis: en «Dr. Albert István-Emlékkönyv».

Redactor(es)

  • Mihály Darvasy, en 1990, artículo original del DENES I