Diferencia entre revisiones de «Plantilla:Efemérides del 17 de julio»

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::El 17 de julio de 1645 se tuvo la tercera sesión de la «Congregación deputada» sobre los asuntos de las Escuelas Pías. El ambiente en relación a la segunda, del 10 de marzo de 1644, había cambiado totalmente. Había muerto Urbano VIII, había decaído el poderío de los Barberini, en la Congregación los cardenales Pamfili y Falconieri habían sido sustituidos por Colonna y Cueva, se tenía el apoyo decidido de las cortes de Polonia y Toscana, Mons. Panicola, gran amigo de Calasanz, había inclinado los ánimos de los cardenales más recalcitrantes, Spada y Roma, en favor de las Escuelas Pías, y el mismo Visitador Pietrasanta había presentado un informe favorable al Instituto. En la reunión de la Congregación, Roma y Spada insistían en la extinción de la Orden; Ginetti y Cueva abogaban por la conservación, siempre con ciertas reformas; el secretario Paolucci hizo un brillante discurso a favor de las Escuelas Pías, convenciendo a Albizzi, y ante el voto positivo de éste, cedieron los demás. No sólo se aprobó el mantenimiento de las Escuelas Pías como Orden, sino que se restableció a Calasanz en su anterior cargo de General del Instituto. Mons. Panicola lo comunicó inmediatamente al Fundador, pues consta que al día siguiente se lo escribió éste al P. Berro; el cardenal Spada se lo dijo al duque Altemps, y lo mismo hicieron los demás. La noticia corrió de boca en boca, con la consiguiente alegría de todos los que esperaban esta noticia hacía tiempo. En s. Pantaleón algunos, dejándose llevar por la alegría del momento, profirieron palabras en contra de Albizzi y Pietrasanta, y lograron publicar la noticia en los lugares acostumbrados de los anuncios públicos con palabras irrespetuosas. El P. Juan Antonio Ridolfi, amigo de Mario y Cherubini, acudió rápidamente a Mons. Albizzi para comunicarle los excesos cometidos por los escolapios contra él y otras personas adversas a la Orden. Albizzi lo contó al cardenal Roma y al mismo Inocencio X y se produjo la hecatombe. Antes de que el Fundador pasara a ver al cardenal Roma para recibir el decreto de su reintegración en el cargo de General de la Orden, de casa del cardenal le avisaron que no fuera hasta recibir un aviso, que lógicamente no llegó. Y así nunca se dio ningún decreto público de restablecimiento de Calasanz en su cargo anterior de General. La «Congregación deputada» fue convocada para darle a conocer la voluntad soberana de Inocencio X de que las Escuelas Pías fueran reducidas a Congregación sin votos y en ese sentido fueran destruidas, juntamente con otras cláusulas que ya conocemos (cf pág. 160). Las Actas de esta famosa sesión no se conocieron hasta el año 1717 que se encontraron en la biblioteca del cardenal Paolucci, sobrino del secretario de la «Congregación deputada».
 
::El 17 de julio de 1645 se tuvo la tercera sesión de la «Congregación deputada» sobre los asuntos de las Escuelas Pías. El ambiente en relación a la segunda, del 10 de marzo de 1644, había cambiado totalmente. Había muerto Urbano VIII, había decaído el poderío de los Barberini, en la Congregación los cardenales Pamfili y Falconieri habían sido sustituidos por Colonna y Cueva, se tenía el apoyo decidido de las cortes de Polonia y Toscana, Mons. Panicola, gran amigo de Calasanz, había inclinado los ánimos de los cardenales más recalcitrantes, Spada y Roma, en favor de las Escuelas Pías, y el mismo Visitador Pietrasanta había presentado un informe favorable al Instituto. En la reunión de la Congregación, Roma y Spada insistían en la extinción de la Orden; Ginetti y Cueva abogaban por la conservación, siempre con ciertas reformas; el secretario Paolucci hizo un brillante discurso a favor de las Escuelas Pías, convenciendo a Albizzi, y ante el voto positivo de éste, cedieron los demás. No sólo se aprobó el mantenimiento de las Escuelas Pías como Orden, sino que se restableció a Calasanz en su anterior cargo de General del Instituto. Mons. Panicola lo comunicó inmediatamente al Fundador, pues consta que al día siguiente se lo escribió éste al P. Berro; el cardenal Spada se lo dijo al duque Altemps, y lo mismo hicieron los demás. La noticia corrió de boca en boca, con la consiguiente alegría de todos los que esperaban esta noticia hacía tiempo. En s. Pantaleón algunos, dejándose llevar por la alegría del momento, profirieron palabras en contra de Albizzi y Pietrasanta, y lograron publicar la noticia en los lugares acostumbrados de los anuncios públicos con palabras irrespetuosas. El P. Juan Antonio Ridolfi, amigo de Mario y Cherubini, acudió rápidamente a Mons. Albizzi para comunicarle los excesos cometidos por los escolapios contra él y otras personas adversas a la Orden. Albizzi lo contó al cardenal Roma y al mismo Inocencio X y se produjo la hecatombe. Antes de que el Fundador pasara a ver al cardenal Roma para recibir el decreto de su reintegración en el cargo de General de la Orden, de casa del cardenal le avisaron que no fuera hasta recibir un aviso, que lógicamente no llegó. Y así nunca se dio ningún decreto público de restablecimiento de Calasanz en su cargo anterior de General. La «Congregación deputada» fue convocada para darle a conocer la voluntad soberana de Inocencio X de que las Escuelas Pías fueran reducidas a Congregación sin votos y en ese sentido fueran destruidas, juntamente con otras cláusulas que ya conocemos (cf pág. 160). Las Actas de esta famosa sesión no se conocieron hasta el año 1717 que se encontraron en la biblioteca del cardenal Paolucci, sobrino del secretario de la «Congregación deputada».
  
* [[1752]], Muerte de [[Juan Crisóstomo Plana]]
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* [[1752]], Muerte de [[Juan Crisóstomo Plana]], religioso
  
* [[1869]], Muerte de [[Stanislao Gatteschi]]
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* [[1869]], Muerte de [[Stanislao Gatteschi]], religioso
  
* [[1940]], Muerte de [[Leonardo Pardo García]]
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* [[1940]], Muerte de [[Leonardo Pardo García]], religioso
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<noinclude>[[Categoría:Plantillas de Efemérides]]</noinclude>

Última revisión de 11:25 17 jun 2015

  • 1645, Tercera sesión de la comisión. Se decide restituir a Calasanz
Tercera sesión de la comisión. Se une a la comisión el Cardenal Cueva pero no asiste el Cardenal Falconeri. Se decide dejar la Orden en su estado actual, y restituir a Calasanz como General, incluso con la aprobación de Albizzi
  • 1645, Tercera sesión de la comisión. Se decide restituir a Calasanz
El 17 de julio de 1645 se tuvo la tercera sesión de la «Congregación deputada» sobre los asuntos de las Escuelas Pías. El ambiente en relación a la segunda, del 10 de marzo de 1644, había cambiado totalmente. Había muerto Urbano VIII, había decaído el poderío de los Barberini, en la Congregación los cardenales Pamfili y Falconieri habían sido sustituidos por Colonna y Cueva, se tenía el apoyo decidido de las cortes de Polonia y Toscana, Mons. Panicola, gran amigo de Calasanz, había inclinado los ánimos de los cardenales más recalcitrantes, Spada y Roma, en favor de las Escuelas Pías, y el mismo Visitador Pietrasanta había presentado un informe favorable al Instituto. En la reunión de la Congregación, Roma y Spada insistían en la extinción de la Orden; Ginetti y Cueva abogaban por la conservación, siempre con ciertas reformas; el secretario Paolucci hizo un brillante discurso a favor de las Escuelas Pías, convenciendo a Albizzi, y ante el voto positivo de éste, cedieron los demás. No sólo se aprobó el mantenimiento de las Escuelas Pías como Orden, sino que se restableció a Calasanz en su anterior cargo de General del Instituto. Mons. Panicola lo comunicó inmediatamente al Fundador, pues consta que al día siguiente se lo escribió éste al P. Berro; el cardenal Spada se lo dijo al duque Altemps, y lo mismo hicieron los demás. La noticia corrió de boca en boca, con la consiguiente alegría de todos los que esperaban esta noticia hacía tiempo. En s. Pantaleón algunos, dejándose llevar por la alegría del momento, profirieron palabras en contra de Albizzi y Pietrasanta, y lograron publicar la noticia en los lugares acostumbrados de los anuncios públicos con palabras irrespetuosas. El P. Juan Antonio Ridolfi, amigo de Mario y Cherubini, acudió rápidamente a Mons. Albizzi para comunicarle los excesos cometidos por los escolapios contra él y otras personas adversas a la Orden. Albizzi lo contó al cardenal Roma y al mismo Inocencio X y se produjo la hecatombe. Antes de que el Fundador pasara a ver al cardenal Roma para recibir el decreto de su reintegración en el cargo de General de la Orden, de casa del cardenal le avisaron que no fuera hasta recibir un aviso, que lógicamente no llegó. Y así nunca se dio ningún decreto público de restablecimiento de Calasanz en su cargo anterior de General. La «Congregación deputada» fue convocada para darle a conocer la voluntad soberana de Inocencio X de que las Escuelas Pías fueran reducidas a Congregación sin votos y en ese sentido fueran destruidas, juntamente con otras cláusulas que ya conocemos (cf pág. 160). Las Actas de esta famosa sesión no se conocieron hasta el año 1717 que se encontraron en la biblioteca del cardenal Paolucci, sobrino del secretario de la «Congregación deputada».