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Última revisión de 14:45 5 dic 2014
Aviso de contenido
Este texto es el original publicado en su día en el DENES. No se ha hecho sobre él ninguna rectificación. Su contenido, pues, puede no reflejar la realidad actual |
Contenido
Datos
Demarcación Vasconia
(1894- )
Fundación en la provincia de Aragón: 1894-1933.
La Provincia escolapia de Aragón abría un colegio en Pamplona en el paseo de Sarasate. El 29-8-1894 el Provincial, Eduardo Tornabells lo inauguraba en solemne acto presidido por el obispo de la diócesis, don Antonio Ruiz Cabal. El edificio ocupado era un caserón de planta baja y tres pisos, conocido en la ciudad como «fonda Europa» y pertenecía a la familia Beleztena. Se encargó de la fundación el P. Pío Carrera, quien fue el primer rector. Solicitó al ayuntamiento ayudas para abrir una clase con sesenta plazas gratuitas; la corporación municipal no accedió a ello aduciendo que Pamplona contaba con 124 plazas sin ocupar en las escuelas estatales. El colegio abrió sus puertas con clases para primera enseñanza, para bachillerato y con un pequeño grupo de internos. A comienzos de siglo se pusieron aulas para los estudios de comercio en las que pronto sería famosa la «academia mercantil» del P. Adolfo Villanueva. El edificio del paseo Sarasate estuvo en alquiler hasta que el 16-2-1911 fue comprado por las Escuelas Pías, siendo rector el P. Eugenio Salarrullana. De todos modos, siempre se pensó en construir colegio de planta, pero los Superiores no se decidían, temiendo que pudiera quedarse en la nueva Provincia tras la cual se trabajaba. Sin embargo, el P. Villanueva, de gran peso en la ciudad de Pamplona, influyó en los Superiores para que se decidieran a autorizar la nueva construcción. El 4-6-1928, el alcalde accidental José Berasain y el rector, Dionisio Pamplona, firman la escritura por la que las Escuelas Pías compraban la manzana 27 del nuevo ensanche y vendían al ayuntamiento el edificio del paseo de Sarasate. Los terrenos adquiridos eran 5.475 metros cuadrados y el edificio que se iba a levantar ocupaba 3.680, dejando el resto para patios. El arquitecto sería el joven pamplonés, exalumno de los escolapios, Víctor Eúsa; el 19-10-1029 comenzaron las obras, que fueron encomendadas a don Ezequiel Lorca. Era rector desde hacía algo más de un año el exalumno del colegio P. Joaquín Iráizoz. El 24-12-1931 comenzó a usarse parte del edificio, aunque en situación más que precaria. Se tuvo que hipotecar lo levantado para hacer frente a las deudas. Faltaba mucho por hacer y la obra iba muy lenta, cuando no estaba parada. El edificio iba a ser uno de los más característicos de Pamplona: su línea airosa, su conjunción de cemento, cristal y ladrillo rojo y, sobre todo, su esbelta y peculiar torre coronada por el ángel de Aralar «San Miguel in excelsis».
Su historia en la provincia de Vasconia: 1933.
El 15-7-1933, al formarse la nueva Provincia, se convierte en sede provincialicia. Estaba sin terminar y todo rodeado de deudas con pocos caminos de solución. Su denominación era San Miguel in excelsis -como lo indicaba la estatua-, aunque pronto se cambió por «Calasanz».
El 18-7-1936 se produce el levantamiento militar, promovido entre otros por el gobernador militar de la plaza; se ocupa el colegio en parte para cuartel de requetés; la comunidad acoge a refugiados y fugitivos, religiosos y sacerdotes, especialmente escolapios catalanes y valencianos. El 28-7-1938 se recuperó la parte ocupada por las tropas. Con todo, los cursos se desarrollaron con cierta normalidad.
Tras la época de guerra llegan años de vitalidad. En 1939 es reconocido el colegio por el ministerio de educación. Aumentan los alumnos que en 1943 era 848, en 1946 subían a 931, y en 1956, diez años más tarde, a 1.259. Se implantó la Acción católica por el P. Rafael Pérez Azpeitia. En 1940 se crea la asociación de antiguos alumnos. La vida colegial es grande: asociación de «juventud calasancia», con fines religiosos y culturales; la «cruzada misional de estudiantes»; la dirección espiritual con el pionero P. Gregorio Valencia; el «belén» del P. Alejandro Pérez Altuna, que constituyó una institución y una tradición en la ciudad. A lo largo de los años se han venido realizando obras en el inmueble, primero para concluirlo, después para mejorarlo. En 1940 se terminó la iglesia con la pintura mural del Calvario por el artista Javier Ciga Extandi. En 1968 se hicieron amplios gimnasios y dos frontones; al año siguiente, en la antigua terraza se preparó una nueva vivienda para la comunidad. Ambas obras dirigidas por el arquitecto y exalumno Miguel Gortari.
Datos complementarios.
El colegio pamplónica tiene una rica historia en lo que respecta a las publicaciones periódicas para los alumnos. Su enumeración puede comenzarse con la revista El Taf-Taf de la academia mercantil del P. Adolfo; luego vino el Boletín escolar: Escuelas Pías, mensual, en castellano y euzkera que había comenzado en 1935 y fue interrumpido en 1936; siguieron Piedad y Letras, Boletín calasancio, Cumbre y lucha, Calasanz, con el suplemento Alerta para la Acción católica.
Digno de destacarse es el parvulario, muy visitado y alabado, del P. Joaquín Erviti, realizado por el arquitecto Miguel Gortari, decorado por los pintores Pedro Lozano de Sotes y Francis Bartolozzi y por el escultor Carretero, a quien se debe la Virgen de las Doce estrellas o del parvulario y la Virgen de la Portería.
Entre los alumnos que han tenido especial proyección social se cuentan don Rafael Aizpún, en política y que fue ministro de Justicia en la República, a Mons. Juan Pedro Zarranz que ocupó la sede episcopal de Plasencia, a Carlos Garaikoetxea, lendakari del gobierno vasco.
Superiores
Bibliografía
- Archivo Aragón
- Archivo Vasconia
Redactor(es)
- Javier Ortigosa, en 1990, artículo original del DENES I