Diferencia entre revisiones de «Archidona (ES) Colegio»
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Última revisión de 14:34 5 dic 2014
Aviso de contenido
Este texto es el original publicado en su día en el DENES. No se ha hecho sobre él ninguna rectificación. Su contenido, pues, puede no reflejar la realidad actual |
Datos
Demarcación Castilla
(1757-1952)
Historia
Se inició esta fundación en 1757 a instancias de don Salvador Delgado Orbaneja, sacerdote. Accedió a ella el Provincial de Castilla, Juan García, enviando allí al P. Fernando López. Para su realización prometió doña Leonor Félix de Morales ciertas posesiones y bienes al fin de sus días. Se abrió escuela de gramática en una casa contigua a la ermita de Jesús Nazareno por concesión del obispo de Málaga, don José Franqui Lasso de Castilla. Se enviaron luego más religiosos con permiso del Gobernador del Supremo Consejo de Castilla. Se tomó posesión de la iglesia y territorio de la ermita y el 1-10-1757 se inició el curso escolar con tres escuelas; de leer, escribir y gramática latina. Se compraron dos casas contiguas y en ellas se instalaron las escuelas y oficinas necesarias, la habitación de los religiosos y de algunos internos. Se unieron en 1758 a otra, que se adquirió, con un pasadizo por encima de la calleja de Jesús. Se acomodaron en la parta alta las habitaciones de los internos, que iban en aumento, pudiendo ampliar así las aulas y los locales de los religiosos. Se inició de planta un ala del nuevo colegio, derribando las dos casas que se habían adquirido (1759). Diseñó el edificio y dirigió la construcción el hermano escolapio Blas García y los labradores del pueblo acarrearon gratis los materiales. En 1761 se adquirieron nuevamente otras dos casas, en las que se acomodaron los alumnos de gramática, permaneciendo en ellas algunos años; después sirvieron para harinera, amasijo y horno, y en 1849 se convirtió todo en enfermería. En 1764 se inició el segundo cuerpo o ala del colegio, suspendida la construcción más tarde y reanudada en 1784; se concluyó en 1788. El colegio, pues, fue obra y propiedad de los escolapios, que lo levantaron a base de empréstitos. Lo terminó el rector, P. Lorenzo Navarro, en 1794. Quedó dividido en dos cuerpos comunicados por un puente: uno lo ocupó la comunidad y el otro el internado con sus anejos y clases. La fundadora donó al morir tres fincas. La comunidad adquirió, con el tiempo, otras tres, aunque muy pequeñas. Los escolapios montaron también por su cuenta los necesarios gabinetes. El colegio tuvo su edad de oro a finales del siglo XVIII y principios del XIX; de ello son testigo sus célebres academias o exámenes públicos. Después sufrió diversos altibajos según la vaivenes de la política nacional, pero siempre fue semillero que cultivó lo más escogido de las familias nobles de la región y a las más sencillas y pobres del pueblo. En 1830 era noviciado. Los internos concurrían a las mismas clases que los gratuitos: la separación vendría a finales de siglo. Funcionaban una escuela de primeras letras, otra de escribir y cuentas, y tres de humanidades. Las leyes de 1837 no afectaron al colegio substancialmente. A finales de siglo aumenta al alumnado, exigiendo mejoras en el mobiliario de las clases; crece nuevamente a raíz de la primera guerra mundial, llegándose en 1928 a los 262 alumnos; 143 en la clase elemental, 64 en la de escribir, 52 en la superior y 3 en latinidad (futuros sacerdotes). La economía es próspera: las fincas fundacionales y las tres adquiridas aumentan de valor. La mayor de aquéllas tenía tres cortijos con 437 fanegas de tierra, 15.000 olivos y 1.000 álamos; había 27 casas habitadas por los colonos. Todo ello traía muchos quebraderos de cabeza al administrador, sobre todo al llegar la segunda República (1931). En ese año son 327 los alumnos al cargo de los cuales hay siete religiosos. Llegado marzo de 1936 el alcalde avisa a los escolapios sobre una manifestación popular que va a tenerse frente al colegio: era el inicio de las persecuciones, que culminarían con tres víctimas cruentas de entre sus religiosos. Se destruyeron algunas cosas y quedaron en muy lamentable estado las salas de dibujo y estudio, los laboratorios de física y química, los gabinetes de agricultura y ciencias naturales, el gimnasio y la biblioteca. Se realizaron algunas mejoras a partir de 1937 pero el alumnado se cifra en los 200 muchachos. En el trienio 1943-1946 se venden dos fincas de la fundación. En diciembre del año 1950 se vende al ayuntamiento el edificio del colegio; siguen los escolapios con sólo 80 alumnos. En cambio el culto en la iglesia era grande. No pudiéndose sostener más aquella situación en 1952 se cerró definitivamente. Por el colegio habían pasado importantes familias andaluzas; son algunos alumnos ilustres José Godoy Alcántara, los hermanos Lafuente Alcántara (Emilio y Miguel), Rafael Joaquín de Lara y Pineda, el poeta Manuel Reina, y el padre de la patria andaluza Blas Infante.
Superiores
Bibliografía
- VA, 1, II, 979
- Panorama Escolapio 42 (1974) 82-86.
Redactor(es)
- Claudio Vilá, en 1990, artículo original del DENES I