Última revisión de 14:28 5 dic 2014

Claustro de la casa antigua de Guanabacoa (convento franciscano)

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Datos

Comisariado provincial (1906-1909)

Viceprovincia de Cataluña (1909-1913; 1957-1969)

Delegación provincial de Cataluña (1969- )

Antecedentes de la demarcación

Tras las dificultades creadas por los franceses y el liberalismo español, llegan a Cuba los PP. Ramón Otero, Hermenegildo Coll de Valldemía y Gaspar Comas. Iniciaron, alguno de ellos ayudado de otros escolapios, efímeras fundaciones, como la Academia Calasancia (La Habana), el Liceo Calasancio (Canmaguey) y una escuela primaria (Bayamo) -de 1812 a 1852-. No obstante su carácter extraoficial, fueron pie para que bajo la jurisdicción del Comisario apostólico Jacinto Feliu (1861) y de la Vicaría general de España se iniciara la fundación oficial, pedida por San Antonio M.ª Claret y concedida por Isabel II (26- 11-1852). Pioneros fueron los PP. Bernardo Collaso y Agustín Botey; abriendo la «Escuela Normal» de Guanabacoa (1857) y un colegio internado (Camagüey, 1858). A fin de evitar disensiones y debido a la diversidad regional de los 58 religiosos enviados a Cuba, el P. Vicario general José Balaguer asignó los dos colegios de Cuba a la Provincia catalana (decreto del 18-9-1871). Al pasar a la dependencia de la Provincia de Cataluña, el P. Provincial de la misma, entonces, Bernardo Collaso, tras una visita (1872), envió otros diez religiosos. Merecen citarse los PP. José Jofre, Joaquín Parera, Francisco Clerch, Juan Colomer y Pedro Muntadas.

Después del incidente del Maine, Norteamérica puso fin a la guerra española contra Cuba (1895-1898). Al faltar la subvención del gobierno español, los intervencionistas americanos ayudaron grandemente a la enseñanza. Con la guerra se dejó notar una disminución del alumnado. Se reconocieron, por otra parte, oficiales los títulos de Magisterio, logrados anteriormente en la «Escuela Normal» de Guanabacoa.

Historia de la demarcación.

Al proclamarse la República de Cuba (20-5-1902), los Estados Unidos pusieron fin a su intervención. A los dos colegios ya existentes se les añade ahora (1905) el de San Rafael en La Habana y con los tres se crea la Visitaduría, desempeñada por Esteban Terradas (1906-1908). Preocupación principal del mismo fue levantar los ánimos, lograda, en principio, por el apoyo de la población, con motivo de un ocasional incendio en el colegio de Guanabacoa y con la llegada de refuerzos de personal, procedentes de Cataluña. Estos escolapios, llegaron a Cuba presididos por el P. Luis Fábregas, Visitador (1908-1909) y luego Vicario provincial de Cuba (1909) por nombramiento del Capítulo habido en Cataluña. A partir de este momento, las Escuelas Pías cubanas se lanzan a una serie de nuevas fundaciones, si bien poco afortunadas. Entre ellas: El Cerro (1910-1919), Cárdenas (1910-1934), Pinar del Río (1909-1961), Puebla de los Ángeles (México, 1913), San Salvador (El Salvador) (1913-1914), El Vedado (1930-1932), La Víbora (1930), el noviciado (1941). Al mismo tiempo que iban aumentando sus fundaciones crecía su afán apostólico y pedagógico. Como una muestra ahí están los PP. Modesto Roca, Castelar, Francisco Fábrega, Galofré, Homs, Centelles, y las Memorias Escolares, principalmente de Guanabacoa y San Rafael, período, sin duda, el más glorioso.

Tanto esplendor terminó bajo la revolución casuista. Fidel Castro suprimió la enseñanza privada, incautándose (2-5-1961) de sus centros. De los 50 escolapios que había en la isla, quedaron a partir de entonces en Cuba, al servicio de las diócesis en diversos ministerios, Ramón Marimón (hasta 1971), Miguel Magri (hasta 1969), Antonio María Entralgo (hasta 1966), Ramón Clapers, Jaime Manich, Joaquín Hereu, Pastor González y Julio González. Con el fin de aunar las escasas y dispersas fuerzas, se nombró un Delegado provincial (1969) y se conservó el edificio del noviciado de Guanabacoa como sede de una comunidad canónica y lugar de encuentro de todos. En el último decenio algunos jóvenes cubanos ingresaron en la Orden. Una Demarcación, que creció y vivió con mucha fuerza, quedó tronchada con los últimos acontecimientos. No obstante puede tener el orgullo de haber sido la base de las Escuelas Pías de México y California.

Superiores

Obras

Bibliografía

• FALGUERA, L.: Tercer Centenario de la fundación de la Escuela Pía. Libro de oro. Escuelas Pías de Cataluña e Isla de Cuba, 1617-1917, Barcelona, 1918

• BAU, C.: Historia de las Escuelas Pías en Cataluña, Barcelona, 1951

• BAU, C.: Historia de las Escuelas Pías en Cuba, La Habana, 1957

• Escuelas Pías de Cuba: año centenario 1856-1957, La Habana 1957

• GINER, S. y otros: Escuelas Pías: ser e historia, Salamanca, 1978, 101- 102

• VILÁ PALÁ, C.: Escolapios en California, Salamanca, 1975, 1-10.

Redactor(es)

• Manuel Seisdedos, en 1990, artículo original del DENES I